capítulo 5: “el amor duele"

Me dijo que si lo obedecía sería menos salvaje que ayer... Fue todo lo contrario. Sus movimientos rápidos me dejaba sin aliento, lo único que si me sorprendió fue que me dejara abrazarlo. Claro que no le rasguñe la espalda... Sus estocadas adentro del agua eran tan rápido y fuerte... No tardó mucho en venirse... Otra vez, oigo ese gemido de él, de solo escuchar ese sonido me crear placer puro... Pero como siempre lo hace, él me desecha al ya no tener más apetito sexual... Me deja contra el muro, yo estaba un poco cansanda... Veo como se marcha para salir del agua... Ya fuera de ella yo le digo con toda determinación...

— ¡Esto está mal!...— sus ojos demuestra enojo ante mí. Yo sigo igual—... ¡Jamás se llenará de este tipo de relación!... ¡Seguirá y seguirá pero no tendrá satisfacción al final!... ¡Ya que usted está vacío y está tratando de llenarlo con algo que es igual de vacío!

Afinca su voz a enfado— ¡Dime qué es lo que me podría llenar el vacío que tengo según tú!

Pongo una mano en mi corazón— ¡El amor... Su majestad!... ¡Quiero enseñarle ese sentimiento que sanciara su sed de tener siempre sexo!... ¡Al enseñarle ese amor, verá que tendrá una gran satisfacción!... ¡Por favor, Alessandro!...— ¡Carajos!... ¡Dije su nombre tan deliberadamente!... Eso es una falta de respeto, que de seguro hará que me echen de aquí. En cambio, él solo me ve con sorpresa... frunce el ceño pero de angustia, jadea de dolor y se agacha al suelo tocando su pecho donde queda su corazón... Yo me asusto y salgo del agua para esta a su lado— ¡Alessandro!

— ¡Cállate!... ¡No tienes derecho a pronunciar mi nombre!...— aparta mi mano. Se levanta, se coloca su toalla y se va cerrado durísimo la puerta.

¡Mierda!... ¡Su corazón ahora está fallando!... Seco mi piel mojada, me coloco el uniforme y tan rápido como puedo voy a buscarlo... Choco con una persona doblando la esquina, hago una reverencia y me disculpo...

— oh, querida, no te preocupes, yo también venía distraída...— ¿Distraída?... Pero si es un hombre. Sin embargo, miro mejor su rostro y lo veo un poco maquillado, no se veía feo, al contrario, era bellísimo, de hecho, se parece al emperador.

Me alejo un poco de el y detallo su cuerpo... Atlético pero al vez delicado... Su vestimenta bien formal... El se baja el sombrero al pecho me despide y se va.... Yo buscó la forma de estar con Alessandro. Empezando por encontrarlo. Mientras que lo buscaba, la encargada del lugar me manda hacer algunos trabajos de oficio... Se pasa la mañana, de la mañana se pasa a la tarde hasta llegar la noche... Yo me quedo agotada y con hambre. Al final nunca pude encontrar al emperador... ¿Será que voy a la cocina?... ¿Pero si está Rafael?... Lo que menos quiero es molestarlo. Caminando y hablando en mi mente choco nuevamente con otro hombre... Subo mi vista para pedir perdón y me sorprendió ver que era Rafael. El y su preciosa sonrisa hace que me sonroje y me quede con las disculpas en la boca.

— que casualidad encontrarte... Bueno, no diría que fue una casualidad. En este lugar hay muy pocos empleados... Sin embargo— me toma de la cintura de imprevisto y me mira fijamente, con su mano disponible sube mi barbilla...— estoy más que feliz de volverte a ver... — sus toques tienen sentimientos puros... Hace que me quedé quieta... De este tipo de trato el emperador tiene que aprender y yo seré quién le enseñe... El tenía intención de tocar mis labios con los suyos... Pero un ruido penosos nos interrumpe. El sonido de mi estómago rugir hace que él se ría y yo me muera de vergüenza.

— vaya, vaya, vaya... No hace falta preguntar si quieres comer conmigo... De todas formas lo preguntaré ya que soy un caballero... Elenor Shawn, ¿Quisiera acompañarme en una cena que yo mismo prepararé?...

Me río por su bello gesto... Le respondí con un rotundo sí... El me ofrece su brazo y caminamos juntos a la cocina.

Como era de esperarse, el cocina en menos de veinte minutos... Otra vez me deja impresionada por el talento que tiene en la cocina... Ambos hablamos y disfrutamos la compañía mutua mientras que comíamos... Todo era tan genuino, era como si estuviéramos conectados. Cada palabra que salía de su boca me dejaba interesada. A cambio el, mientras yo hablaba me prestaba toda la atención... Me llega un bostezo y me comienza a picar los ojos.

— oh, lo siento. Creo que te estoy aburriendo...— dijo Rafael apenado.

— no, no eres tú. Es que trabajé todo el día y estoy cansada... Sin embargo, me gustó mucho hablar contigo esta noche. Nos veremos mañana ¿Verdad?

— por supuesto...— me levanto del taburete, pero el me detiene tomando nuevamente mi mano...— pero antes de irte a dormir quiero que sueñes conmigo...— me jala hasta su pecho, me toma de la barbilla y por último me besa... Ese beso me bastó para tomarlo de los hombros... Mi corazón latía y latía tan fuerte... Luego el se separa y me dice pícaramente—... Con eso es más que suficiente para que sueñes con este pobre hombre...

Yo solo asentí y me voy en silencio a mi habitación... No le pude ser adiós ya que aún me sentía extasiada por ese beso. Llegué a mi alcoba que estaba limpia.

Revise la cama entre otra cosas... Se con certeza quién fue que me lleno la cama de esos bichos... Apunto de cambiar mi ropa a una más cómoda, veo la ventana, la abro y dejo que la brisa helada entre un poco... Detalló el cielo, veo algo volando a lo lejos... Abro mis ojos al darme cuenta de que era el dragón de ayer... Todo el sueño que había tenía se espanta. Tomo un abrigo y salgo del castillo...

Desde una habitación, por el marco de la ventana, alguien ve a Elenor salir del lugar. Esa persona fue quien choco con ella temprano... El muestra una sonrisa...

Como siempre, marque el camino. Me meto en lo más profundo en busca de la criatura... Ahora que me doy cuenta, no se por que salí así como si nada, digo, el dragón y yo no tenemos alguna relación para que hubiese salido como una loca del castillo.... Mejor me regreso... Otro estruendo cae a mi espalda. No sé por qué me emocioné, aún así me giro para verlo, está vez no tenía miedo... Me acerco a él y a su hermosa apariencia... El sigue estando hostil, gruñendome para que yo me aleje... Ignoro cualquier gruñido que me está lanzando, me acerco más y extiendo mi mano para tocar sus escamas... Por fin pude tocarlo. Su textura era áspera y fría... Deja de rechinar de manera amenazadora... Se acuesta y al parecer escuché un resoplido de fastidio de parte del dragón. Por lo menos se dio por vencido, yo aprovecho y lo toco más... Me acerco a su cara acostada en el suelo nevado...

Tiene los ojos como el color de la miel... Parece cansado... Yo me siento y le acaricio la cabeza... Vuelve a resoplar. Yo me sentía feliz, ya que resultó ser que este dragón no era tan malo como lo describía la novela...

— ves... Todos pueden cambiar si le das amor sincero...

En ese momento que lo dije, el dragón se levanta molesto... Luego me ruge con todas su fuerza... Y se va al cielo... Por lo menos pude verlo de nuevo... Regreso al castillo y me voy a mi cuarto... Me pongo mi bata para dormir y descanso como una roca...

Me levanto al escuchar los pájaros cantan, la luz del sol anunciando la mañana pasa por mi ventana... Estiró mi cuerpo dormido y bostezo. Me doy un baño... Luego me coloco el uniforme y voy en busca del emperador... Me encuentro con William en el camino. Dijo que me llevaría donde está el emperador, pero que sería mejor que no fuera... Yo aún así insistí... Llegamos a su oficina. William abre la puerta, anuncia mi llegada... Pero yo... Yo no sabía que decir al ver a una mujer sentada en la pierna de Alessandro...

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