capítulo 3: “una sonrisa"

Camino buscando aunque sea el mayordomo. Aquí no hay mucho empleados y más razón para no saber dónde estoy o donde voy... Alguien me llama atras mío, yo me volteo y veo que es el mismo mayordomo. Me dice que si quiero ver al emperador que le siguiera... Hago lo que él dice y me encuentro al emperador en otra habitación leyendo un libro... Sin verme, dice lo siguiente.

— tómate esa pastilla— el mayordomo me muestra un paño con la píldora en el medio y un vaso de agua...— esa pastilla te servirá para no quedar embarazada...— me la tomo... Por ahora no creo que sería bueno tener un hijo de él.

El mayordomo se va y yo vuelvo a quedarme a sola con él. Apretó mi vestido tratando se sacar las palabras de mi boca... En mi mente era más fácil... Pero con su presencia es imposible.

— si tienes algo que decir, escupelo... Aunque creo que sería estúpido viniendo de alguien que no sabe hablar.

— su majestad. Veo que piensa que solo soy un objeto sin vida ni emociones. Que no sé hablar ni defenderme, pero es todo lo contrario. Le serviré y seré leal ante usted el resto de mi vida... — las palabras que saque le deja con una cara de impresión, más sin embargo, el parece neutral...

— ¿Lealtad?...— se ríe. Se ve hermoso con esa sonrisa— me dijiste un buen chiste... La lealtad no sirve aquí. Todos se van cuando me la situación difícil... Vuélveme hablar de lealtad y te congelo el cuerpo entero. Puedo conseguir otra sirvienta con que pueda complacer mis necesidades... Así que prefiero que te quedes callada... Lárgate, quiero estar solo.

— no.

El emperador frunció el ceño. A lo mejor nadie lo había desafiado de esa manera. Pero entraré en su corazón quiera o no. El pone su dedo índice en mi dirección y lanza algo filoso que pasa a mi lado, eso choca contra la pared. Lo veo y noto que era una estaca de hielo. Si eso me fuese llegado estaría muerta. Se lo que quiere pero no lo va a conseguir.

— majestad. No me voy a ir. Aunque me lance miles de esa cosa.... Repito, no me voy a ir... Si voy a esta con usted, lo estaré hasta que muera. Y si me mata, estaría más que complacida que fuese por su mano.

Sus ojos se ancha pero vuelven a la normalidad. Se levanta y sale ignorándome por completo. Cierra la puerta con fuerza... Se que está acostumbrado a alejar a las personas, en cambio, yo, me quedaré a su lado... Me ruge el estómago, creo buscaré algo de que comer...

Voy y cómo puedo, busco la cocina... La encuentro y veo frutas entre otras cosas que puedo comer o preparar algo rápido. Pero me llevo un susto a chocar con alguien a mis espaldas...

— ¡Ah!... ¡Perdón!... ¡No lo vi!

El prende las antorchas del lugar y me muestra su rostro. Uno angelical y delicado... El sonríe y me dice que está bien que no me preocupara. Me pregunta que era lo que hacía aquí. Le dije que tenía hambre... Ancha su sonrisa y me muestra sus hoyuelos, luego me dice...

— te prepararé algo... Soy el cocinero de aquí.... ¿Que quieres que te haga?

Cualquier mujer que lo vería le diría que un hijo.... Vuelvo en sí y le dijo la típica repuesta.

— lo que tú quieras...

— ya veo. Una mujer práctica... Me encanta. Soy Rafael, a quién le debo el honor...

— Elenor Shawn....

— tan hermosa como su nombre... Empezaré a cocinar. También tengo que prepararle la comida al emperador.

— vaya, entonces no quiero darte más problemas... Me voy.

— ¿Ah?... No, no, no.... Eres mi invitada. Soy un chef profesional y puedo cocinar varias comida a la vez— me señala que me siente en la mesa... No pude resistirme a esa dulce sonrisa. Pues, si era verdad que cocinaba varios platos a la vez... Al final me da un plato con carne pure de papas y ensalada. No era un plato grotesco, al contrario era tan bonito que no me daba ganas de comerlo... Ignoro ese pensamiento cuando mi estómago ruge y empiezo a disgusta a tan exquisita comida... Del primer bocado le digo a Rafael que está riquísimo, el se apena un poco y me da la gracias... Le digo que soy yo quien tiene que agradecer...

— eres la nueva sirvienta del emperador Alessandro... Pensé que serías más callada y tímida. Pero veo que eres una mujer segura de lo que hace y confiada de cualquier cosa que te dispongas hacer...

Me sorprende que me haya leído de esa forma... ¿Soy fácil de leer?... No sabría la respuesta pero el lo hizo a la perfección. Veo que entran las sirvientas y se lleva los platos de comida para el emperador. Rafael no deja de mirame y me dice.

— Sabes, el emperador tiene gustos muy elevados... Sin embargo, eso disminuyen si eres una persona optimista, alegre, cariñosa y sobre todo, intentes darle calor a su corazón frío, eso último haría que te congelará el cuerpo por completo...

— de hecho, ya me lo dijo... No le tengo miedo a él. Simplemente usa palabras con amenaza para que las personas no se le acerquen...— termino con el último bocado de comida y vuelvo agradecer... Me levanto y le dedicó una sonrisa a Rafael— muchas gracias, la comida estuvo excelente... Espero volverla a comer, pero no quiero molestarte más...— me giro para salir pero el me toma de la mano, el estaba sentado en un taburete y su mirada era de algún tipo de consuelo...

—... Vuelve por favor— dijo él. Esa palabra recorre mi cuerpo como una electricidad que llega a mi corazón... Sus ojos sinceros... Su boca tan roja y delicada... Demasiada belleza para mi vista. Le aprieto la mano y le prometo que volveré.... Con eso el me deja salir...

Ya de noche voy a mi habitación para descansar... Me lanzo en la cama y siento como algo se mueve en la cama... Son varios de hecho, reacciono y me paro de inmediato, prendo la lámpara de mi mesita de noche y me da asco lo que veía... Cucarachas, hormigas, ciempiés entre otros bicho raro y grande... ¡Que asco!... Me camina una cucharada en el hombro...

— ¡¡¡AAAAH!!!— grite lo más alto que pude ya que le tenía un pavor a esa cosas feas... Oigo pasos que corren a la dirección de mi puerta. Se abre bruscamente y me llevo otra sorpresa a ver a el emperador Alessandro... ¿Se preocupó por mí?.. el ve la cama llena de bichos.

— ¿Quien te hizo eso?— preguntó con tono molesto.

— no lo sé. Llegué y ya estaba...— sale una cucaracha voladora— ¡¡¡AAAAAAAH!!!... — me escondo detrás de Alessandro y le digo entre apuros— ¡Esa cosa voladora son el demonío!

Me dice con seriedad— hace rato me enfrentaste y no tuviste miedo... Pero— atrapa la cucaracha con la mano y me dice con ironía—¿...A esta cosa diminuta sí...?— me la muestra y yo me salgo de su espalda...— no entiendo.

Le señalo con mi dedo asustada—... No- no son diminutas... Esa era gigante...

—... Le dire a mis sirvientas que lo limpien... Mientras tanto, tu vienes conmigo a mi cuarto...

— ¿Otra vez me usará para saciar su sed de sexo?...— se molestó ya que le veo la frente arrugada.

— ¡Silencio!... ¡Haz lo que ordeno!.. ¡Vienes conmigo sin hablar!... Solo te quedarás ahí para dormir. Agradece de que no te puse en otra habitación peor...

Le sigo sin decir niguna palabra...

Gracias por leer 😊

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Comments

Natalit

Natalit

jajajaja tiene más poder una pobre cucaracha jajajaja

2023-12-09

6

Lucia Rosalba Garcia Mercado

Lucia Rosalba Garcia Mercado

ay que considerado

2023-08-28

3

Lupilop

Lupilop

dios esto se tiene que enmarca en un cuadro jajaja

2023-07-26

2

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