Mi Salvaje Concubina
Era una tarde fría, la brisa otoñal acariciaba el rostro y la caballera de Melia, quien permanecía inconsciente, tirada entre los matorrales. Pero no sería lo unico que acariciaría el rostro de esta joven, de aspecto ordinario en Tierra de Ranson, pero con un estatus de princesa en el reino de Lecitor. Una gran bestía se acercó y dirigió su hocico a la cara de la joven, oliendo su respiración y esencia. De repente, lenguetadas eliminaron las suciesas de la cara de Melia, al tiempo que le devolvian la conciencia. Melia abrió sus grandes ojos cafe, divisando un rostro que no cambiaria por ninguno en ese momento. ꟷCau, Como estas ꟷdijo mientras acariciaba al animal.
Trato de incorporarse y en su tobillo sintió una pulsación ꟷ¡Hayyyyy ! ꟷArrugó su tostro tratando de precisar que clase de daño tenía en su tobillo.
La bestía volvió a lamerle en su cara. ꟷEsta bien Cau, todo está bien... Es solo un pequeño esguinse.
Melia se incorporó y dió sus primeros pasos para salir de entre medio de ese denso matorral, en donde había caido accidentalmente, al buscar un lugar lejano de la casa de su tía, en donde pudiera practicar tecnicas de combate. Despues de unos minutos, un agudo sonido estremecio el silencio en el que el unico hablante era la suave brisa. Los pajaros que pasaban por el lugar o anidaban en los arboles desplegarón el vuelo, causando un revuelo en el sitio. El animal gruñó. Melia fijo sus ojos en él, se inclinó a acariciarlo y le dijo: ꟷEsta bien. Vete... Ellos te necesitan más que yo... Encontraré quien me lleve a casa. Voy a estar bien.
El animal partió con rapides, desapareciendo entre los arboles y arbustos. Melia siguío su camino. Lo tenía claro,. Si seguía en la dirección por donde iba encontraría un camino transitado. Debía apresurarse, no podía permitir que sus tios se dieran cuenta que ella estaba en esa condición tan lamentable. Y menos enterarse, de que se había alejado de la casa para practicar tecnicas de lucha. Fue así como habiendo pasado un cuarto de hora, finalmente halló el camino.
Pero su corazón no se alegró tanto, como cuando vio a lo lejos, que venían un grupo de hombres en caballo, al parecer custodiando a un carruaje. Melia se dirigió a la mitad del camino y alzó sus brazos con las palmas abiertas. "Si es alguien de Ranson seguro me ayudará, pero si es un visitante de los reinos, con mis manos abiertas y alzadas, espero que se persuada que no busco hacerles daño" Pensó Melia.
Cuando finalmente el grupo de jinetes llegaron hasta donde estaba ella. Todos se replegaron en posición de lucha, buscando brindar protección a los que estaban en el carruaje. Por la formación que hicieron, Melia tuvo la certeza de que por un lado, se protegian de una emboscada, y por el otro, de que no eran gente común de los reinos. ꟷ¿Quien eres y qué quieres? Interrogó uno de los jinetes desde el caballo, al tiempo que extendía la lanza cerca del cuello de Melia.
Melia comprendio, que si quería la ayuda de esos extraños, debía ser amable. Pero algo le decía que ni con la mas asidua amabilidad esas clase de personas le ayudarian.
ꟷSeñores, me doy cuenta que no son de aquí... Tuve un pequeño accidente y perdí mi transporte. Mi tobillo está lastimado. Solo busco un poco de ayuda para llegar a Casa Alada, por favor...
ꟷ¿Qué sucede? ꟷpreguntó una voz que salió desde dentro del carruaje.
ꟷSu alteza, es solo una pordiosera salvaje de Ranson ꟷcontestó el jinete que tenía su lanza en el cuello de Melia con un tono frío, sin quitar sus ojos de Melia.
Melia sintió una sensación subir por su ser. Las facciones de su cara se tornaron enrojecidas. Respiró profundo, buscando controlar su enojo y dijo:
ꟷYo no soy...
Fue lo único que alcanzó a decir, ya que de ipsofacto desde el carruaje unas monedas fueron lanzadas y se estrellaron con su cuerpo. El corazón de Melia latió con más intensidad, al darse cuenta de lo que el personaje del carruaje hizo.
Melia era princesa del reino de Lecitor, porque su madre fue la hija del rey. No obstante su madre había dejado todo ese estatus para casarse con su padre, quien en vida fue una eminencia en la medicina y maestro de artes marciales, estrategía y lucha, reconocido en muchos reinos hasta el día en que murió con su esposa, en un fatidico accidente. La vida en la tierra de Ranson, era una vida modesta, en el que las normas y decoro de los reinos no eran tenidos en cuenta, ya que las reglas de Ranson, eran leyes donde no existía la desigualdad social y en la que el genero femenino y masculino tenían los mismos derechos. En Ranson cuando alquien prestaba ayuda a otro ser humano, nunca humillaban al ayudado. Las vestimentas modestas eran el denominador del concepto de vestuario que se manejaba. Era apenas lógico que Melia sintiera enojo, ya que los hombres que tenía frente a ella, no solo la confundieron con una pordiosera, discrepando de su ropa, la cual era la que la mayoria de Ranson usaban comunmente, sino que le tiraron unas monedas tratando de humillarla.
Melia agarró la lanza que le apuntaba y dio un giro con tal rapidez y agilidad, que no solo desarmó al jinete, tomandole la lanza y ensartandola en un arbol que estaba a la derecha del camino, sino que el jinete no pudo apercibir en que momento recogio ella las tres monedas y las lanzó al carruaje, devolviendolas al lugar de donde habían salido. De hecho, ninguno de los jinetes que custodiaban el carruaje pudo evitar que las monedas entraran por donde salieron.
ꟷNo soy una pordiosera... No necesito limosnas de nadie... Solo quería ayuda para volver a Casa Alada. Pero ya no la necesito ꟷ replicó con un tono fuerte que hizo notar a todos los presentes de su enojo.
ꟷBlem, Dale un caballo y vamonos ꟷ dijo nuevamente la voz desde el carruaje.
ꟷNo escuchastes? No necesito nada de personas tan ignorantes como ustedes - Contestó Melia fijando sus ojos en el hombre del Caballo, al que habían llamado Blem.
De inmediato Melia, manqueando lo menos que le fuese posible, buscó en el arbol que estaba ensartada la lanza y al sacarla, la lanzó al jinete llamado Blem y se hizo a un lado del camino esperando que la caravana pasara.
Blem entonces dijo ꟷSu alteza...
ꟷVamonos ꟷinterrumpio la voz desde dentro de la caravana.
Melia fijó sus ojos en el carruaje. Fue en ese instante cuando se dio cuenta que la cortina de la ventana del carruaje estaba rodada y que alguien la seguía con la mirada.
Melia se preguntaba de que principe se trataba. Ella conocía los principes de Lecitor y tambien del reino de Bedolia, por tanto posiblemente el que iba en el carruaje era alguien de otro reino que ella no conocía.
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Frente al espejo, observaba su imagen, y la de su hermana arreglando su cabello, mientras que en sus pensamientos, ella no podía evitar recordar a sus padres. Ni siquiera la curiosidad que llegó a sentir con lo ocurrido el día anterior, podía desplazar la tristeza que sentía por el fallecimiento de sus padres. En ese momento, sintió una punzada en su cabeza
ꟷHayyy, Mina! Por Dios, que estás haciendo a mi cabeza! - Exclamó Melia, masajeando su cráneo para calmar el dolor.
Mina sonrió. No le iba a confesar a su hermana que lo había hecho a propósito. Ella había observado lo distraída que estaba Melia. La sonrisa que la caracterizaba se había apagado, los párpados de sus ojos estaban decaídos. Habían pasado doce años desde que habían fallecido sus padres. Pero Mina sentía que su hermana no lo había superado. En los días antes del aniversario de sus fallecimientos, Melia solía entristecerse. Era ese el principal motivo por el que había hecho bajar a su hermana de la montaña sagrada, para que se pasaran unos días con su tía Ramelia. Que Melia se distrajera, era su objetivo.
ꟷPor qué? por qué?... Por qué tengo que ponerme este estúpido vestido, y estos adornos metálicos en la cabeza... Mírame!... Es la ropa que suelen usar las damas de los cinco reinos... ꟷ expresó Melia haciendo gestos con su cara.
ꟷBueno... mmmm... Yo tampoco sé mucho Melia . Lo único que sé, es que tía me dijo que está noche, íbamos a recordar las normas de los reinos que nos enseñó cuando éramos niñas...
ꟷ No puede ser... En serio? No. No puede ser. Esto va a ser agotador... No quiero, no quiero, no quiero... ꟷcontestó bajando su rostro y colocándose la mano en la cara en señal de fastidio.
- No te preocupes Meliá... No es tan malo... ¡Es solo una cena, Por Dios! No seas tan dramática hermana... Hagámoslo por tía Ramelia... Ella, tal parece, que tiene unos invitados de uno de los cinco reinos... ꟷcontestó Mina con algo de diversión en su tono, mientras sonreía, tratando de animar a su hermana.
Toc... toc... toc...
ꟷAdelante ꟷexclamó mina terminando de organizar el vestido de Melia.
ꟷSeñoritas, la señora Ramelia les manda a decir, que se apresuren, que se rquiere su presencia en la estancia ꟷDijo la ama de llaves al entrar en la habitación.
ꟷ Namy, dile a mi tía que no se preocupe que allí estaremos.
La mujer abandonó la habitación mientras que Melia se dejaba caer en la cama, cuestionandose por qué tenía que ir a esa cena.
Pero Melia no era la única que no quería asistir a la cena. El esposo de Ramelia la tía de las gemelas maldecía el que las gemelas, precisamente hubiesen bajado a visitar a su esposa en los días en que sus sobrinos Kailer y Kremin del reino de Kandor, anunciaron su visita.
ꟷNo te preocupes... Todo va a salir bien Kronen... Vas a darte cuenta como las gemelas se van a comportar de acuerdo a la ocasión... Ya instruí a Mina para que me ayudara a que Melia tuviera el adecuado comportamiento... ꟷ dijo Ramelia haciendo unos pequeños masajes en los hombros de su esposo.
ꟷRamelia, tú conoces a Melia. Ya sabes que ella no se anda con rodeos para expresar lo que piensa... Es tan... Salvaje... Crees tú que realmente se pueda someter... ꟷ Le contestó Kroner frunciendo el ceño.
Ramelia lo llevó a sentarse en unas bancas del jardín y masajeo su cabeza tratando de ayudar a que se relajara.
ꟷTienes que relajarte... Te estás imaginando el peor escenario. Que tal que cuando Melia conozca a alguno de tus dos sobrinos, le guste y el tambien le guste ella y nazca un bonito amor...
Kroner se levantó, abriendo sus ojos y frunciendo el ceño. El imaginarse que a alguno de sus dos sobrinos, llegara a gustarle Melia. Sería desastroso. Para Kroner, ninguna mujer en tierra de Ranson podrían aspirar a ser siquiera una concubina de segundo nivel para sus sobrinos.
ꟷRamelia... No te imagines cosas que nunca van a pasar... La educación de mis sobrinos es selectiva, y bueno, mmmmm.... Tus sobrinas ni siquiera tienen educación...
Ramelia lo miró con desaprobación. Al instante se adelantó dejándolo solo en el jardín.
En esos momentos llegaron los príncipes. Kroner se había dado cuenta que su esposa se enfadò. Pero al ver a sus sobrinos no le dio mayor importancia. Les hizo la tradicional reverencia y les dijo:
ꟷSus altezas, espero sea para ustedes aunque sea un poquito tolerable mi humilde casa.
ꟷNo se preocupe tío real. Hemos deambulado por Casa Alada desde ayer que llegamos. Sin duda alguna, su casa es de las mejores del lugar... - Contestó Kramin, el sobrino menor.
ꟷLes agradezco su amabilidad... Se que la estancia aquí es apenas tolerable... Es por eso que esta noche he preparado para sus altezas los tres deleites reales...
Con las palabras que su tío Kroner les dirigió, los príncipes comprendieron que hacía referencia, a una de las más viejas tradiciones de Kandor. Buena comida, buen vino y para postre, una mujer virgen. El manjar que todo hombre en los cinco reinos vivía para disfrutar. Las normas exigían que los hombres podían y tenían el deber de explorar su sexualida con más de una mujer. Quien se aferraba a tener una sola mujer en su vida era considerado como un hombre débil.
Kailer, quien era el principe heredero, era amante de la perfección. Era altivo y engreido y muy controlador. Su prepotencia lo llevaba a pensar que él era el mejor entre todos los principes de los cinco reinos. Y en referencia a las mujeres, hasta el momento en todos sus 26 años de vida, no había habido una que se resistiera a sus encantos. En toda su vida no había hecho jamas el esfuerzo de dirigirse a una mujer ni para hablarle, ni para tener algun gesto con ella. Hasta ese momento, no había existido alguna que le llamara su atención de manera diferente a las otras.
Kroner los condujo al lugar en donde se llevaría a cabo la cena. Al llegar, ya Ramelia y sus hijos estaban en el lugar. Fue en ese momento, que Mina y Melia llegaron a la estancia.
Ellos fijaron sus ojos en ellas y abmiraron la belleza de las gemelas. Imaginando, que ellas eran la tercera parte de los deleites reales, que su tío les había prometido.
Kroner se adelantó, y enseguida dijo
ꟷSu alteza, príncipe heredero Kailer, y su alteza, príncipe Kramin, del reino de Kandor. Estas jóvenes aquí presente, son las sobrinas de Ramelia, Melia Co y Mina Co.
Kailer fijo sus ojos en Melia. Por alguna razón llamó mas su atención ella. Kramin a su ves, miró a Mina, quien desde que la vio, le había impresionado. Fue en ese instante cuando al observar bien su rostro Kailer se aprersibió de que Melia era la misma mujer con la que habían tenido un encuentro cuando viajaban por Ranson antes de llegar a Tierra Alada.
Melia por su parte, no podía creer lo que escuchó. "Un príncipe" Como lo había previsto. Susurro entre dientes ꟷEsta será una muy cansada noche".
ꟷLa señorita dijo algo? ꟷLe interrogò Kailer, con sus ojos fijos en ella. Pero ella no le rehuyo la mirada. Se la mantuvo de una manera retadora.
Mina, que había escuchado con claridad lo susurrando por Melia, le agarró la mano y la obligo a hacer una
inflexión, mientras dibujaba una sonrisa, interrumpiendo en ese momento el aire tenso, que se había creado.
ꟷSus altezas, nos sentimos honradas de poderlos conocer ꟷdijo Mina.
ꟷEstá bien. Sus altezas, por favor tomen asiento ꟷintervino Kroner con algo de nerviosismo.
Melia observó, como los dos engreidos principes, se sentaban primero que ellas. Eso le hizo sentir fastidio en su ser. Era una estupides, que no pudieran sentarse todos al mismo tiempo, solo porque una norma lo dictara. De hecho, toda la escena para ella, era humillante.
El tener que regir su forma de actuar a normas tan arcaicas. Solo, por la presencia de ellos, les quitaba, todo el encanto, que los príncipes pudieran tener. Eso, sumado a la postura corporal estresante, que debian tener, sin poder optar, por una posición que les resultase mas comoda, la irritó. Mientras que ellos conversaban, la desesperanza la abrumaba. Quería poder tener un poder, para pasar la página, lo más rápido que le fuese posible. Quería poder opinar sobre los temas de que hablaban, para que ellos se dieran cuenta, que ellas tenían también entendimiento sobre politicas y conflictos sociales. Cerró sus ojos, y empuño sus manos, maldiciendo por dentro, las cabezas, que desde la antigüedad, establecieron dichas normas.
ꟷTío, me he apercibido que es muy apropiada la educación que le has dado a estas damas, sobre las normas y costumbres de Kandor... Su comportamiento es apropiado y la ropa es decorosa y elegante... Quien se iba a imaginar que en Ranson, donde viven mujeres salvajes, que no tienen la mínima idea de vestir adecuadamente, pudiéramos haber encontrado esta clase de doncellas ꟷdijo Kailer, después de unos segundos de tener la certeza de que la mujer a la que le presentaron como Melia era la misma salvaje a la que ellos cuando llegaron a Ranson se habían encontrado en el camino.
De hecho él no lo podía creer. Cuando Blem le había dicho que había una pordeosera en el camino, nunca se había imaginado que hacer carida dandole unas monedas se contituyera en un gran problema para él. Pero cuando las monedas entraron en el carruaje, le tocó usar de mucha destreza y fuerza para poder agarrarlas. Y allí la tenía. Una joven que probablemente no llegaba a los veinte años, delgada y con apariencia fragil. No lograba entender como tenía tanta fuierza y agilidad.
Melia, sintió que un fuego le subía de su interior. "De dónde, este egocéntrico príncipe saca tantas estupideces" - se preguntó. Como se atrevía él, a afirmar, que la forma de vestir, sencilla y sin complicaciones de la gente de esta tierra, era salvaje.
Mina entendiendo lo ofesnsivas que eran las palabras del principe heredero de Kandor, agarró sin que nadie lo notara, la mano de su hermana, apretándola duro. Ella sabía que Melia estaba a punto de debatir con fuertes argumentos, el pensamiento de ese principe, y que eso no acabaría bien.
ꟷTodo esto su alteza, ha sido gracias a la benevolencia de la madre real... Cuando Ramelia fue aceptada como concubina, fue la misma madre, quien se encargó de que Ramelia aprendiera Contestó Kramon.
ꟷSin duda alguna, nuestra abuela, tío real, fue tu gran benefactora. Te permitieron que una simple concubina de segundo nivel fuera tu esposa. Eso es algo que no tiene precedente. Aunque debo admitir que él preció que tuviste que pagar fue demasiado grande. No creo que algún príncipe en los cinco reinos, esté dispuesto como tú, a renunciar a su derecho real, solo por una mujer, y no una normal, sino una salvaje ꟷle argumentó Kailer.
Las gemelas se miraron... Melia no podía disimular su enojo. Su rostro se fue tornando rojo. Que una mujer no valía, que un hombre renunciara a riquezas y prestigio por tenerla...? Que si era alguien de Ranson lo valia menos...? "Qué somos anormales...?". Melia quería matarlos. Esos estupidos proncipes arrogantes y soberbios no tenía la idea, de lo que valía una mujer.
ꟷMe perdí... Realmente no comprendo...
ꟷ Melia, se que no te sientes muy bien... Te agradezco que hayas hecho el sacrificio de acompañarnos. Mina por favor acompaña a ru hermana a su habitación... ꟷInterrumpió Kroner.
Mina inmediatamente agarró a Melia fuertemente por el vestido, sin que nadie lo notara, y sin dar tiempo a la respuesta de Melia a su tío Kroner, dijo levantándose de la mesa:
ꟷ Que disfruten de la comida... Hizo una reverencia y
agarró a su hermana por la mano. Esta sin oponerse se levantó dibujando en su
rostro, una inconfundible cara de enojo, y de inmediato se marcharon.
Al partir las gemelas, en la mesa se hizo un silencio incómodo. Kailer sonrió mientras degustaba el vino, con una satisfacción interna que más nadie conocia, ni siquiera su hermano, ya que Kramín nunca había visto a la pordeosera que pedía ayuda en el camino. De alguna manera Melia para él, era de esas mujeres poco inteligentes, que no pueden evitar ser sinceras, aunque con ello terminen muriendo. El mal rato que le hizo pasar a la "gemelita salvaje". Que era como la había bautizado en su pensamiento, no había tenido que esforzarse mucho para lograrlo. Pero por un instante entró en confusión al preguntarse por qué quería molestarla. Era una mujer insignificante. No merecía ni un poquito de su atención. Además, cuando el había querido ser bueno con ella lanzandole unas monedas ella, lejos de ser amable había sido muy grosera, tratandolo de ignorante.
La cena continuo. El tío de los príncipes hizo lo posible, por seguir entreteniéndolos con su charla. Ramelia al igual que sus hijos, también pudieron disimular muy bien el descontento
que sentían, por el trato que Kroner les había dado a las gemelas, al echarlas
de la mesa.
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Updated 127 Episodes
Comments
Irma Rocha Cruz
y qué esperaba.... que se quedarán... capaz que se armaría una trifulca.....
2023-11-17
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Irma Rocha Cruz
oh oh....ni que fuera mercancía.....
2023-11-17
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Sol Cito
esos príncipes son unos idiotas y el tío peor xq no supo defender a su esposa
2023-11-08
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