NovelToon NovelToon

Mi Salvaje Concubina

Normas y Decoro

Era una tarde fría, la brisa otoñal acariciaba el rostro y la caballera de Melia, quien permanecía inconsciente, tirada entre los matorrales. Pero no sería lo unico que acariciaría el rostro de esta joven, de aspecto ordinario en Tierra de Ranson, pero con un estatus de princesa en el reino de Lecitor. Una gran bestía se acercó y dirigió su hocico a la cara de la joven, oliendo su respiración y esencia. De repente, lenguetadas eliminaron las suciesas de la cara de Melia, al tiempo que le devolvian la conciencia. Melia abrió sus grandes ojos cafe, divisando un rostro que no cambiaria por ninguno en ese momento.  ꟷCau, Como estas  ꟷdijo mientras acariciaba al animal.

Trato de incorporarse y en su tobillo sintió una pulsación  ꟷ¡Hayyyyy ! ꟷArrugó su tostro tratando de precisar que clase de daño tenía en su tobillo.

La bestía volvió a lamerle en su cara.  ꟷEsta bien Cau, todo está bien... Es solo un pequeño esguinse.

Melia se incorporó y dió sus primeros pasos para salir de entre medio de ese denso matorral, en donde había caido accidentalmente, al buscar un lugar lejano de la casa de su tía, en donde pudiera practicar tecnicas de combate. Despues de unos minutos, un agudo sonido estremecio el silencio en el que el unico hablante era la suave brisa. Los pajaros que pasaban por el lugar o anidaban en los arboles desplegarón el vuelo, causando un revuelo en el sitio. El animal gruñó. Melia fijo sus ojos en él, se inclinó a acariciarlo y le dijo:  ꟷEsta bien. Vete... Ellos te necesitan más que yo... Encontraré quien me lleve a casa. Voy a estar bien.

El animal partió con rapides, desapareciendo entre los arboles y arbustos. Melia siguío su camino. Lo tenía claro,. Si seguía en la dirección por donde iba encontraría un camino transitado. Debía apresurarse, no podía permitir que sus tios se dieran cuenta que ella estaba en esa condición tan lamentable. Y menos enterarse, de que se había alejado de la casa para practicar tecnicas de lucha. Fue así como habiendo pasado un cuarto de hora, finalmente halló el camino.

Pero su corazón no se alegró tanto, como cuando vio a lo lejos, que venían un grupo de hombres en caballo, al parecer custodiando a un carruaje.  Melia se dirigió a la mitad del camino y alzó sus brazos con las palmas abiertas. "Si es alguien de Ranson seguro me ayudará, pero si es un visitante de los reinos, con mis manos abiertas y alzadas, espero que se persuada que no busco hacerles daño" Pensó Melia.

Cuando finalmente el grupo de jinetes llegaron hasta donde estaba ella. Todos se replegaron en posición de lucha, buscando brindar protección a los que estaban en el carruaje. Por la formación que hicieron, Melia tuvo la certeza de que por un lado, se protegian de una emboscada, y por el otro, de que no eran gente común de los reinos.  ꟷ¿Quien eres y qué quieres? Interrogó uno de los jinetes desde el caballo, al tiempo que extendía la lanza cerca del cuello de Melia.

Melia comprendio, que si quería la ayuda de esos extraños, debía ser amable. Pero algo le decía que ni con la mas asidua amabilidad esas clase de personas le ayudarian.

ꟷSeñores, me doy cuenta que no son de aquí... Tuve un pequeño accidente y perdí mi transporte. Mi tobillo está lastimado. Solo busco un poco de ayuda para llegar a Casa Alada, por favor...

 ꟷ¿Qué sucede?  ꟷpreguntó una voz que salió desde dentro del carruaje.

 ꟷSu alteza, es solo una pordiosera salvaje de Ranson ꟷcontestó el jinete que tenía su lanza en el cuello de Melia con un tono frío, sin quitar sus ojos de Melia.

Melia sintió una sensación subir por su ser. Las facciones de su cara se tornaron enrojecidas. Respiró profundo, buscando controlar su enojo y dijo:

 ꟷYo no soy...

Fue lo único que alcanzó a decir, ya que de ipsofacto desde el carruaje unas monedas fueron lanzadas y se estrellaron con su cuerpo. El corazón de Melia latió con más intensidad, al darse cuenta de lo que el personaje del carruaje hizo.

Melia era princesa del reino de Lecitor, porque su madre fue la hija del rey. No obstante su madre había dejado todo ese estatus para casarse con su padre, quien en vida fue una eminencia en la medicina y maestro de artes marciales, estrategía y lucha, reconocido en muchos reinos hasta el día en que murió con su esposa, en un fatidico accidente. La vida en la tierra de Ranson, era una vida modesta, en el que las normas y decoro de los reinos no eran tenidos en cuenta, ya que las reglas de Ranson, eran leyes donde no existía la desigualdad social y en la que el genero femenino y masculino tenían los mismos derechos. En Ranson cuando alquien prestaba ayuda a otro ser humano, nunca humillaban al ayudado. Las vestimentas modestas eran el denominador del concepto de vestuario que se manejaba. Era apenas lógico que Melia sintiera enojo, ya que los hombres que tenía frente a ella, no solo la confundieron con una pordiosera, discrepando de su ropa, la cual era la que la mayoria de Ranson usaban comunmente, sino que le tiraron unas monedas tratando de humillarla.

Melia agarró la lanza  que le apuntaba y dio un giro con tal rapidez y agilidad, que no solo desarmó al jinete, tomandole la lanza y ensartandola en un arbol que estaba a la derecha del camino, sino que el jinete no pudo apercibir en que momento recogio ella las tres monedas y las lanzó al carruaje, devolviendolas al lugar de donde habían salido. De hecho, ninguno de los jinetes que custodiaban el carruaje pudo evitar que las monedas entraran por donde salieron.

 ꟷNo soy una pordiosera... No necesito limosnas de nadie... Solo quería ayuda para volver a Casa Alada. Pero ya no la necesito ꟷ replicó con un tono fuerte que hizo notar a todos los presentes de su enojo.

 ꟷBlem, Dale un caballo y vamonos  ꟷ dijo nuevamente la voz desde el carruaje.

 ꟷNo escuchastes? No necesito nada de personas tan ignorantes como ustedes - Contestó Melia fijando sus ojos en el hombre del Caballo, al que habían llamado Blem.

De inmediato Melia, manqueando lo menos que le fuese posible, buscó en el arbol que estaba ensartada la lanza y al sacarla, la lanzó al jinete llamado Blem y se hizo a un lado del camino esperando que la caravana pasara.

Blem entonces dijo ꟷSu alteza...

 ꟷVamonos  ꟷinterrumpio la voz desde dentro de la caravana.

Melia fijó sus ojos en el carruaje. Fue en ese instante cuando se dio cuenta que la cortina de la ventana del carruaje estaba rodada y que alguien la seguía con la mirada.

Melia se preguntaba de que principe se trataba. Ella conocía los principes de Lecitor y tambien del reino de Bedolia, por tanto  posiblemente el que iba en el carruaje era alguien de otro reino que ella no conocía.

*************************************************

Frente al espejo, observaba su imagen, y la de su hermana arreglando su cabello, mientras que en sus pensamientos, ella no podía evitar recordar a sus padres. Ni siquiera la curiosidad que llegó a sentir con lo ocurrido el día anterior, podía desplazar la tristeza que sentía por el fallecimiento de sus padres. En ese momento, sintió una punzada en su cabeza

 ꟷHayyy, Mina! Por Dios, que estás haciendo a mi cabeza! - Exclamó Melia, masajeando su cráneo para calmar el dolor.

Mina sonrió. No le iba a confesar a su hermana que lo había hecho a propósito. Ella había observado lo distraída que estaba Melia. La sonrisa que la caracterizaba se había apagado, los párpados de sus ojos estaban decaídos. Habían pasado doce años desde que habían fallecido sus padres. Pero Mina sentía que su hermana no lo había superado. En los días antes del aniversario de sus fallecimientos, Melia solía entristecerse. Era ese el principal motivo por el que había hecho bajar a su hermana de la montaña sagrada, para que se pasaran unos días con su tía Ramelia. Que Melia se distrajera, era su objetivo.

 ꟷPor qué? por qué?... Por qué tengo que ponerme este estúpido vestido, y estos adornos metálicos en la cabeza... Mírame!... Es la ropa que suelen usar las damas de los cinco reinos...  ꟷ expresó Melia haciendo gestos con su cara.

 ꟷBueno... mmmm... Yo tampoco sé mucho Melia . Lo único que sé, es que tía me dijo que está noche, íbamos a recordar las normas de los reinos que nos enseñó cuando éramos niñas...

 ꟷ No puede ser... En serio? No. No puede ser. Esto va a ser agotador... No quiero, no quiero, no quiero...  ꟷcontestó bajando su rostro y colocándose la mano en la cara en señal de fastidio.

- No te preocupes Meliá... No es tan malo... ¡Es solo una cena, Por Dios! No seas tan dramática hermana... Hagámoslo por tía Ramelia... Ella, tal parece, que tiene unos invitados de uno de los cinco reinos...  ꟷcontestó Mina con algo de diversión en su tono, mientras sonreía, tratando de animar a su hermana.

Toc... toc... toc...

 ꟷAdelante  ꟷexclamó mina terminando de organizar el vestido de Melia.

 ꟷSeñoritas, la señora Ramelia les manda a decir, que se apresuren, que se rquiere su presencia en la estancia  ꟷDijo la ama de llaves al entrar en la habitación.

 ꟷ Namy, dile a mi tía que no se preocupe que allí estaremos.

La mujer abandonó la habitación mientras que Melia se dejaba caer en la cama, cuestionandose por qué tenía que ir a esa cena.

Pero Melia no era la única que no quería asistir a la cena. El esposo de Ramelia la tía de las gemelas maldecía el que las gemelas, precisamente hubiesen bajado a visitar a su esposa en los días en que sus sobrinos Kailer y Kremin del reino de Kandor, anunciaron su visita.

 ꟷNo te preocupes... Todo va a salir bien Kronen... Vas a darte cuenta como las gemelas se van a comportar de acuerdo a la ocasión... Ya instruí a Mina para que me  ayudara a que  Melia tuviera el adecuado comportamiento...  ꟷ dijo Ramelia haciendo unos pequeños masajes en los hombros de su esposo.

 ꟷRamelia, tú conoces a Melia. Ya sabes que ella no se anda con rodeos para expresar lo que piensa... Es tan... Salvaje... Crees tú que realmente se pueda someter...  ꟷ Le contestó Kroner frunciendo el ceño.

Ramelia lo llevó a sentarse en unas bancas del jardín y masajeo su cabeza tratando de ayudar a que se relajara.

 ꟷTienes que relajarte... Te estás imaginando el peor escenario. Que tal que cuando Melia conozca a alguno de tus dos sobrinos, le guste y el tambien le guste ella y nazca un bonito amor...

Kroner se levantó, abriendo sus ojos y frunciendo el ceño. El imaginarse que a alguno de sus dos sobrinos, llegara a gustarle Melia. Sería desastroso. Para Kroner, ninguna mujer en tierra de Ranson podrían aspirar a ser siquiera una concubina de segundo nivel para sus sobrinos.

 ꟷRamelia... No te imagines cosas que nunca van a pasar... La educación de mis sobrinos es selectiva, y bueno, mmmmm.... Tus sobrinas ni siquiera tienen educación...

Ramelia lo miró con desaprobación. Al instante se adelantó dejándolo solo en el jardín.

En esos momentos llegaron los príncipes. Kroner se había dado cuenta que su esposa se enfadò. Pero al ver a sus sobrinos no le dio mayor importancia. Les hizo la tradicional reverencia y les dijo:

 ꟷSus altezas, espero sea para ustedes aunque sea un poquito tolerable mi humilde casa.

 ꟷNo se preocupe tío real. Hemos deambulado por Casa Alada desde ayer que llegamos. Sin duda alguna, su casa es de las mejores del lugar... - Contestó Kramin, el sobrino menor.

 ꟷLes agradezco su amabilidad... Se que la estancia aquí es apenas tolerable... Es por eso que esta noche he preparado para sus altezas los tres deleites reales...

Con las palabras que su tío Kroner les dirigió, los príncipes comprendieron que hacía referencia, a una de las más viejas tradiciones de Kandor. Buena comida,  buen vino y para postre, una mujer virgen. El manjar que todo hombre  en los cinco reinos vivía para disfrutar. Las normas exigían que los hombres podían y tenían el deber de explorar su sexualida con más de una mujer. Quien se aferraba a tener una sola mujer en su vida era considerado como un hombre débil.

Kailer, quien era el principe heredero, era amante de la perfección. Era altivo y engreido y muy controlador. Su prepotencia lo llevaba a pensar que él era el mejor entre todos los principes de los cinco reinos. Y en referencia a las mujeres, hasta el momento en todos sus 26 años de vida, no había habido una que se resistiera a sus encantos. En toda su vida no había hecho jamas el esfuerzo de dirigirse a una mujer ni para hablarle, ni para tener algun gesto con ella. Hasta ese momento, no había existido alguna que le llamara su atención de manera diferente a las otras.

Kroner los condujo al lugar en donde se llevaría a cabo la cena. Al llegar, ya Ramelia y sus hijos estaban en el lugar. Fue en ese momento, que Mina y Melia llegaron a la estancia.

Ellos fijaron sus ojos en ellas y abmiraron la belleza de las gemelas. Imaginando, que ellas eran la tercera parte de los deleites reales, que su tío les había prometido.

Kroner se adelantó, y enseguida dijo

 ꟷSu alteza, príncipe heredero Kailer, y su alteza, príncipe Kramin, del reino de Kandor. Estas jóvenes aquí presente, son las sobrinas de Ramelia, Melia Co y Mina Co.

Kailer fijo sus ojos en Melia. Por alguna razón llamó mas su atención ella. Kramin a su ves, miró a Mina, quien desde que la vio, le había impresionado. Fue en ese instante cuando al observar bien su rostro Kailer se aprersibió de que Melia era la misma mujer con la que habían tenido un encuentro cuando viajaban por Ranson antes de llegar a Tierra Alada.

Melia por su parte, no podía creer lo que escuchó. "Un príncipe" Como lo había previsto. Susurro entre dientes  ꟷEsta será una muy cansada noche".

 ꟷLa señorita dijo algo?  ꟷLe interrogò Kailer, con sus ojos fijos en ella. Pero ella no le rehuyo la mirada. Se la mantuvo de una manera retadora.

Mina, que había escuchado con claridad lo susurrando por Melia, le agarró la mano y la obligo a hacer una

inflexión, mientras dibujaba una sonrisa, interrumpiendo en ese momento el aire tenso, que se había creado.

 ꟷSus altezas, nos sentimos honradas de poderlos conocer  ꟷdijo Mina.

 ꟷEstá bien. Sus altezas, por favor tomen asiento  ꟷintervino Kroner con algo de nerviosismo.

Melia observó, como los dos engreidos principes, se sentaban primero que ellas. Eso le hizo sentir fastidio en su ser. Era una estupides, que no pudieran sentarse todos al mismo tiempo, solo porque una norma lo dictara. De hecho, toda la escena para ella, era humillante.

El tener que regir su forma de actuar a normas tan arcaicas. Solo, por la presencia de ellos, les quitaba, todo el encanto, que los príncipes pudieran tener. Eso, sumado a la postura corporal estresante, que debian tener, sin poder optar, por una posición que les resultase mas comoda, la irritó. Mientras que ellos conversaban, la desesperanza la abrumaba. Quería poder tener un poder, para pasar la página, lo más rápido que le fuese posible. Quería poder opinar sobre los temas de que hablaban, para que ellos se dieran cuenta, que ellas tenían también entendimiento sobre politicas y conflictos sociales. Cerró sus ojos, y empuño sus manos, maldiciendo por dentro, las cabezas, que desde la antigüedad, establecieron dichas normas.

 ꟷTío, me he apercibido que  es muy apropiada la educación que le has dado a estas damas, sobre las normas y costumbres de Kandor... Su comportamiento es apropiado y la ropa es decorosa y elegante... Quien se iba a imaginar que en  Ranson, donde viven mujeres salvajes, que no tienen la mínima idea de vestir adecuadamente, pudiéramos haber encontrado esta clase de doncellas  ꟷdijo Kailer, después de unos segundos de tener la certeza de que la mujer a la que le presentaron como Melia era la misma salvaje a la que ellos cuando llegaron a Ranson se habían encontrado en el camino.

De hecho él no lo podía creer. Cuando Blem le había dicho que había una pordeosera en el camino, nunca se había imaginado que hacer carida dandole unas monedas se contituyera en un gran problema para él. Pero cuando las monedas entraron en el carruaje, le tocó usar de mucha destreza y fuerza para poder agarrarlas. Y allí la tenía. Una joven que probablemente no llegaba a los veinte años, delgada y con apariencia fragil. No lograba entender como tenía tanta fuierza y agilidad.

Melia, sintió que un fuego le subía de su interior. "De dónde, este egocéntrico príncipe saca tantas estupideces" - se preguntó. Como se atrevía él, a afirmar, que la forma de vestir, sencilla y sin complicaciones de la gente de esta tierra, era salvaje.

Mina entendiendo lo ofesnsivas que eran las palabras del principe heredero de Kandor, agarró sin que nadie lo notara, la mano de su hermana, apretándola duro. Ella sabía que Melia  estaba a punto de debatir con fuertes argumentos, el pensamiento de ese principe, y que eso no acabaría bien.

ꟷTodo esto su alteza, ha sido gracias a la benevolencia de la madre real... Cuando Ramelia fue aceptada como concubina, fue la misma madre, quien se encargó de que Ramelia aprendiera  Contestó Kramon.

 ꟷSin duda alguna, nuestra abuela, tío real, fue tu gran benefactora. Te permitieron que una simple concubina de segundo nivel fuera tu esposa. Eso es algo que no tiene precedente. Aunque debo admitir que él preció que tuviste que pagar fue demasiado grande. No creo que algún príncipe en los cinco reinos, esté dispuesto como tú, a renunciar a su derecho real, solo por una mujer, y no una normal, sino una salvaje  ꟷle argumentó Kailer.

Las gemelas se miraron... Melia no podía disimular su enojo. Su rostro se fue tornando rojo. Que una mujer no valía, que un hombre renunciara a riquezas y prestigio por tenerla...? Que si era alguien de Ranson lo valia menos...? "Qué somos anormales...?". Melia quería matarlos. Esos estupidos proncipes arrogantes y soberbios no tenía la idea, de lo que valía una mujer.

 ꟷMe perdí... Realmente  no comprendo...  

ꟷ Melia, se que no te sientes muy bien... Te agradezco que hayas hecho el sacrificio de acompañarnos. Mina por favor acompaña a ru hermana a su habitación... ꟷInterrumpió Kroner.

Mina inmediatamente agarró a Melia fuertemente por el vestido, sin que nadie lo notara,  y sin dar tiempo a la respuesta de Melia a su tío Kroner, dijo levantándose de la mesa:

ꟷ Que disfruten de la comida... Hizo una reverencia y

agarró a su hermana por la mano. Esta sin oponerse se levantó dibujando en su

rostro, una inconfundible cara de enojo, y de inmediato se marcharon.

Al partir las gemelas, en la mesa se hizo un silencio incómodo. Kailer sonrió mientras degustaba el vino, con una satisfacción interna que más nadie conocia, ni siquiera su hermano, ya que Kramín nunca había visto a la pordeosera que pedía ayuda en el camino. De alguna manera Melia para él, era de esas mujeres poco inteligentes, que no pueden evitar ser sinceras, aunque con ello terminen muriendo. El mal rato que le hizo pasar a la "gemelita salvaje". Que era como la había bautizado en su pensamiento, no había tenido que esforzarse mucho para lograrlo. Pero por un instante entró en confusión al preguntarse por qué quería molestarla. Era una mujer insignificante. No merecía ni un poquito de su atención. Además, cuando el había querido ser bueno con ella lanzandole unas monedas ella, lejos de ser amable había sido muy grosera, tratandolo de ignorante.

La cena continuo. El tío de los príncipes hizo lo posible, por seguir entreteniéndolos con su charla. Ramelia al igual que sus hijos, también pudieron  disimular muy bien el descontento

que sentían, por el trato que Kroner les había dado a las gemelas, al echarlas

de la mesa.

La Gemelita Salvaje

Habían pasado algunas horas, desde que las gemelas se acostaron a dormir. Aunque Cada una tenía su propia

habitación en la casa de su tía Ramelia; esa noche Mina decidió quedarse a dormir con Melia. Mina había quedado fundida, pero Melia por más que intentaba, no podía conciliar el sueño. Trataba de cerrar sus ojos y olvidar. No quería pensar. Su mente divagaba entre el recuerdo de la muerte de sus padres y la humillación que a sus ojos vivió su tía Ramelia, cuando ese altivo principe le dijo a su tío, que su tía no valia el sacrificio que él hizo, al dejar su posición social, para hacerla su esposa.

 Las gemelas tenían claro, que la historia que vivió su tía Ramelia, cuando siendo una simple médica, de tierra considerada salvaje, por los reinos, se enamoró  del tercer príncipe del reino de Kandor, no fue fácil.  Las situaciones a las que se sometió en ese reino para ser aceptada, fueron humillantes.  Es de ese sacrificio, del que debería haber hablado ese príncipe, y no centrarse, solo en el supuesto sacrificio del tio.

"Que somos salvajes,  solo porque en Ranson se tiene la capacidad de pensar diferente. Unicamente porque no se recrea, alguna inexistente diferencia entre los hombres y las mujeres, o entre unos y otros por sus posiciones económicas. Solamente porque le damos más importancia a la naturaleza, y a su belleza, que a las exhuberantes construcciones humanas.

Se dio vuelta en la cama, y al observar lo plácida que dormía Mina, decidió salir al patio a tomar un poco de aire. Se levantó de la cama con discreción para no despertar a Mina. Salió al jardín y comenzó a hacer exhalaciones e inhalaciones de aire, buscando oxigenar su cabeza. Caminó por medio del paraje, hasta llegar a una parte del lago, en el que había un puente; en donde podía contemplar con claridad la belleza de la luna.

Después de un rato de estarla observando, Melía escuchó  el sonido del blandió de unas espadas. Se dejó

llevar por el sonido, hasta encontrarse con un enfrentamiento de espadachines, cuya técnica, al repararlos detenidamente, era excepcional. Por la oscuridad del lugar  desde el cual miraba,  Melia no lograba ver bien de quien se trataba, así que decidió acercarse y esconderse detrás de unas rocas, que estaban cerca del lugar del enfrentamiento.

Cuando al fin tuvo la oportunidad de observar detenidamente, a los que consideró experimentados espadachines, entonces pudo notar, que se trataba de los príncipes de Kandor. Melia los observó luchar. La destreza en artes marciales de ambos era impresionante. "Bueno,  no puedo esperar menos de unos príncipes" pensó.

En ese momento, observo acercarse, al espacio de la práctica de los príncipes,  a alguien. Era su primo Rafell.

Meliá sintió que su sangre se calentaba rápidamente, al entender, el que ella pensaba, era el propósito de su primo, quien estaba acompañado, de tres hermosas mujeres. Antes de que ella se diera cuenta. Rafell dijo a los príncipes, después de saludar haciendo la habitual reverencia:

 ꟷSu alteza, príncipe Kailer. Su  alteza príncipe Kramín. Estas señoritas que están aquí, han sido escogidas, ataviadas y preparadas adecuadamente para que les sirvan en la cama.. Son vírgenes, tal como la tradición real lo exige. En ese momento Kailer y Kramin se miraron, tras entender, que las gemelas, que les habían acompañado en la cena, no eran para deleitarlos. Aunque Kailer ya había decidido no darle el honor a "la gemelita salvaje" de servirle en la cama, debido a que se había dado cuenta de que los ojos de su hermano se deleitaron más en la otra gemela, había decidido que se divertiría un rato con ella de otra manera. Después de todo, para él las mujeres no solo podían dar placer sexual. De hecho, estaba seguro que a Melia se le daría muy bien lavar sus pies y lamerlos. Kailer había sentido estasis de solo imaginar la cara de la gemelita salvaje lavando y lamiendo sus pies. Le haría pagar la desfachatez de haberlos llamado ignorantes.

Cuando Melia les había llamado ignorantes el día anterior, algo en él se había encendido. Inmediatamente la había escuchado, iba a dar la orden de que la sometieran y la golpearan para enseñarla a respetar. Pero su hermano Kramín, quien había entendido su intención, le había apretando de imprevisto el brazo para llamar su atención, haciendole saber, con un movimiento de negación, al mirarlo, que no lo hiciera, que lo dejara pasar. Solo por ello se había salvado esa salvaje. Pero ya que el destino le daba la oportunidad de enseñarle modales, no iba a desaprovechar la oportunidad para hacerlo.

Melia por otro lado, no podían creer lo que estaba escuchando. "¿Qué estába pasando? ¿Cómo su primo, y en Casa Alada, donde la libertad en igualdad de derecho respalda las decisiones de las mujeres, hacía tal acto tan vil". No pudo soportarlo más y se acerco a donde estaban ellos, mirando de manera retadora a los príncipes y a su primo Rafel les dijo: ꟷAcaso he escuchado bien lo que dijiste Rafel... Cómo te atreves a obligar a estas tres mujeres para que le sirvan en la cama, a tales...  (Enmudeció). Acaso porque el heredero al trono de Kandor está aquí, crees tú que aquí rigen las reglas de Kandor? Qué te pasa primo? Cómo te atreves a humillar a estas mujeres obligándolas a tal servicio? Qué pasó con el derecho que tienen las mujeres de no ser utilizadas como accesorios de unas personas que no entienden la definición de respeto y libertad de nuestro Ranson?

Kailer la observo minuciosamente, no sabía que le parecía más desagradable de ella, sus palabras irrespetuosas o la manera tan precaria como estaba vestida. A vista de las normas y costumbres de los cinco reinos que alguna vez formaron lo que fue el imperio Talember, las mujeres nunca debían estar sin maquillaje y accesorios y una adecuada vestimenta, ya que estos materiales habían sido integrados al concepto de ser mujer. Ni aún las mujeres que servian en quehaceres domesticos estar sin tenerlos integrados en su diario vivir. La mujer que no se maquillaba y usaba accesorios en los cinco reinos era considerada una pordeosera. He ahí porque Blem, el guardía personal del principe heredero de Kamdor, a la pregunta de Kailer desde el carruaje, le había respondido diciendo que Melia era una pordeosera.

Kramín por su parte, al escuchar las palabras de Melia, recordó el incidente de la pordeosera salvaje con la que se habían topado cuando venían en camino a Casa Alada. Fue en ese momento que descubrió, lo que Kailer ya sabía, desde que les habían presentado a las gemelas. Fue en ese instante que miró inquisitivamente a su hermano, descubriendo que este tenía una mirada fría pero intensa en la salvaje, antes de simplemente alejarse, dejando el lugar, ignorando las palabras de Melia.

El primo de Melia, la miró un poco incómodo y también el príncipe Kramín, quien dio un rapido saludo a la gemela y salió a alcanzar a su hermano, tratando de entender por qué su hermano no le había contado que la pordeosera y la gemela salvaje, que era como su hermano se refería a ella, eran la misma persona.

Cuando él se alejó, Rafell se acercó a Melia y le dijo:

ꟷQue mal te ha hecho mi padre para que le deshonres de tal manera.

Melia no lo podía creer. Raffel nació en Tierra de Ranson. Conocía al igual que ella las normas y leyes que prohibian utilizar a las mujeres como "letrina sexual". Termino que tenía el significado de llevar consigo la concepción de que las mujeres unicamente servían para que los hombres depositaran los fluidos que creaba su cuerpo que no podían hechar en una letrina de defecar, a menos que ellos mismos incentivaran a sus hombria con sus propias manos.

Al irse Rafell y Melia fijar su mirada en las chicas con un evidente disgusto en la mirada, las jóvenes enrojecieron. Algunas lagrimas silenciosas brotaron en ellas despues de agachar la cabeza frente a la contundente e inflexible mirada de Melia. Habían tomado esa decisión por encima de sus principios por salvar a sus padres. Pero eso Melia no lo sabía y ellas no encontraban las palabras para explicarlo. La reconocieron inmediatamente que la vieron, aunque nunca habían tenido contacto con ella. Melia Co era la sobrina favorita del gobernante de Tierra de Ranson, Rener Co. Además, era sabido, por lo menos en toda Tierra Alada, que  las gemelas eran genuinas princesas del reino de Lecitor. Aunque en Ranson eran jovenes sencillas que nunca se comportaban de acuerdo a su estatus, aún así las jovenes le tenían en un concepto muy alto.

ꟷSeñorita Melia, mi nombre es Padi ꟷ dijo con un tono entrecortado la mayor de las chicas.

"Necesitamos una gran cantidad de dinero para que nuestros padres paguen los daños que hicieron en el reino de Kandor. Ellos habían viajado a llevar unas mercancias a la capital y lo unico que sabemos es que accidentalmente dañaron mercancias de unos comerciantes muy poderosos y los metieron en prisión... Nosotras solo... Solamente estamos tratando de salvar a nuestros padres".

Melia cambió su dura mirada por una apacible, ya que sintió que su corazón se arrugo. Eran unas hermosas jovenes en la que la menor no pasaba de 16 años y la mayor de 21. Pasó su mano por su frente, tratando de digerir lo que escuchaba antes de preguntar:

ꟷ ¿Como es que tió Kroner sabe de esto?

 ꟷAl enterarnos de lo sucedido a nuestros padres, ya que todos en Tierra Alada saben que el esposo de su tía Ramelia es un principe de ese reino, lo buscamos para pedir su ayuda. En un inicio nos el dinero para pagarlo poco a poco con intereses, pero esta mañana nos hizo venir a su despacho y nos dijo que las condiciones habían cambiado, que ya no nos haría el favor, pero que había otra forma de conseguir el dinero. Fue cuando nos propuso que si le serviamos en la cama de manera adecuada a los príncipes, el nos daría el dinero --contestó Padi.

Melia quedó de una pieza. Sus pensamientos la turbarón y sintió un breve mareo. Era insolito lo que escuchaba. Pensar que su tío Kroner les daría tal cantidad de dinero a ellas, para que les sirvieran a sus estupidos sobrinos, aprovechándose de la dificultad que estas mujeres estaban pasando, le hacía temblar el corazón. "Qué clase de persona tiene un corazón tan duro" -- preguntó.

Melia, a diferencia de Mina, solia ver en las personas unicamente las cosas buenas. Eran muy pocos los seres humanos que conocía ella, que le había dado el rotulo de malvados. A Kroner, Melia siempre lo había aceptado como una persona importante de la familia, aún cuando no era de Ranson. Ella desde niña había decidido mirarlo de la misma manera que al resto de sus familiares. Escuchar eso, de una persona en quien nunca había encontrado comportamientos inadecuados al contexto de sus vidas, le hizo entender que probablemente ella había vivido mucho tiempo engañada. Ella había decidido dejarle pasar el asunto de la cena, porque lo había justificado diciendose a sí misma, que los culpables de que su tío actuara de tal manera se debía a sus engreidos sobrinos, pero al escuchar las palabras de padí, ya su conciencia no pudo justificar la conducta del esposo de su unica tía mujer. Cuando finalmente volvió a su habitación, se sentía en conflicto. Como era posible que su primo de toda la vida, de la noche a la mañana cambiara tanto. Y que al hombre que había conocido por tío, lo desconociera completamente, con tan repugnante comportamiento.

***************************************

Kramín siguió a Kailer en todo el recorrido hasta el pasillo que conduce a las habitaciones que les asignaron. Él, estaba sorprendido de la manera intensa como su hermano miraba a la gemela salvaje.  Conocía a su hermano de toda la vida y nunca había presenciado que Kailer mirara a una mujer, a excepción de la madre de los dos. Kailer siempre ignoraba a las mujeres. Tanto él como su hermano tenían claro, que para lo único por lo que existian era para  la reproducción, el placer y algunos quehaceres. Este era el pensamiento de Kramín cuando de repente un sonido retumbó en el silencio.

¡Clang!...

Sus ojos se abrieron al darse cuenta que su hermano había golpeado a la pared. Kailer una vez sintió un dolor abrupto en su muñeca, agarró con su otra mano imprimiendo fuerza con esa mano a sus nudillos maltratados por el golpe, mientras se concentraba en respirar con sus ojos cerrados.

Sentía ganas nuevamente de ordenar que le dieran a la pordeosera salvaje una lección. Que la golpearan hasta que viniera ante él con el respeto que lo hacen el resto de las mujeres en los cinco reinos, e incluso en Ranson y se retractara de sus palabras. Que le hicieran sentir dolor hasta que ella entendiera que él y su hermano no eran cualquier hombre de Ranson al que ella pudiera hablar sin que antes él le concediera el permiso para dirigirse a él. Abrío los ojos, al tiempo que una idea había llegado a su mente. Ya que era la sobrina de la mujer de su tío, la idea de golpearla era algo que no se podía concebir. Era algo demasiado extravagante, pero había otra manera de enseñarle modales a la salvaje sin utilizar la violencia. Y por su puesto, esta vez el protagonista de su estrategía sería su tío Kroner.

Desde niño a Kailer le enseñaron cual era el lugar de las mujeres en la vida del hombre y en especial en la sociedad. Miles de veces había escuchado a su abuelo, a su padre y a sus tíos referirse a su tío Kroner, como "una persona débil", que fue embrujado por una  salvaje. Miles de veces le habían enseñado, que el único papel que debía de tener una mujer en su vida, era el de instrumento, tanto para reproducirse, como para el placer. Al recordar la actitud de su tio tío Kroner, cuando  en la cena, le ordenó a las gemelas que dejaran la mesa y se fueran a su habitación, entendió que su tío tenía el suficiente poder para obtener lo que él quería conseguir.

*******************************

Al día siguiente las gemelas trazaron un plan, para conseguir el dinero que las jovenes necesitaban. Como en Ranson no eran princesas, ellas nunca requirieron tener joyas para lucir o atuendos que pudieran vender para recaudar la suma que necesitaban. Fue por ello que decidieron aprovechar que en ese día se celebraría una de las dos competencias máximas del año, celebrada en Casa Alada, en la que participaban dos alumnos escogidos como representantes de cada una de  las  siete escuelas, que conformaban la Casa de

las Mariposas Aladas, que era un grupo de sectas que servían en la protección de la tierra de Ranson. Melia y Mina convencieron al primo de su padre y patriarca de una de las escuelas, Sanlo-tei, Jerem; quien, era el único que conocían, que debido a su parentesco y buena relación con su tio Rener, se atrevería a ayudarlas, para que Melia participara, como representante de su escuela.

Solo de esa manera, Podrían tener la posibilidad de conseguir la cantidad que requerían, Ya que el ganador de las competencias, además de la insignia de la Mariposa Alada, recibiría una bolsa de oro, la cual según las gemelas, podría ser la solución al problema de las tres hijas del señor Teji y la del señor Ran.

Cuando Melia llegó al gran salón de competencias, no pudo dejar de divisar que los dos príncipes, que ella consideraba como ignorantes y estupidos engreidos, estaban en el palco especial, al lado del palco central, que era el de su tío Rener. Los recuerdos de lo ocurrido la noche anterior vinieron a su mente. Meliá sentía un malestar en el estómago, de solo venir a su memoria, cómo esos príncipes ignoraron sus palabras y simplemente se marcharon.

Rodeó el lugar con su mirada y vio como muchas jóvenes no dejaban de mirarlos, atraídas por el aspecto de ellos, y muchas otras  personas les alzaban sus manos saludando. Pero ellos permanecían con sus miradas frias, y sin el más mínimo esfuerzo por corresponder con el más insignificante gesto de gentileza. Ni siquiera con una mirada a esas personas que los saludaban, entre los que habían incluso ancianos. En su actitud, esos príncipes, pretendían que esas personas no existían; eso hizo sentir a Melia muy frustrada. Esa escena le producía asco. "Como un ser puede ser tan altanero y prepotente" pensó ella. Los detestó en ese momento.

Las competencias siguieron toda la mañana. Cuando Melía participó de la competencia, por un momento  tuvo miedo de que su tío Rener, que la observaba expectante, la descalificara. Pero poco a poco fue sintiéndose

confiada, ya que no lograba hallar en su rostro, cuando lo miraba, ningún signo de desaprobación, con lo que ella estaba haciendo. Y eso le hizo sentir segura, ya que se había dado cuenta que su tio Rener, a pesar de que ella llevaba mascara, pudo reconocerla.

Su desenvolvimiento en toda la competencia, fue muy exaltable. Aunque los que participaron en la competencia

representando a las escuelas eran los mejores, y tuvieron una excelente presentación. Su tío Ralor, quien las entrenó a ella y su hermana, era el mejor peleador y el mejor maestro de toda la secta y del mundo de las artes Marciales. Por tanto, la técnica de ella era inigualable, y su destreza era muy buena, a pesar de tener tan solo 18 años.

Al finalizar la competencia, en la que Melía ganó, después de haber quedado como finalista; en una reñida feroz y bastante desgastante lucha con un excelente peleador, como lo era Jin de la escuela Dar Maeri,  Su tío Rener se levantó y dijo:

ꟷEl título, la insignia de la Mariposa Alada, y la recompensa de la competencia, serán, para el competidor Jin de la  escuela Dar-Maeri.

Todo el lugar estalló en murmuraciones. Esta decisión de su tío Rener,  le cayó a Melia como si le echaran un baldado de agua fría. Melia miro a Mina y a Sanlo-tei, y se encogió de hombros. Se había esforzado para ganar unicamente porque quería conseguir el dinero para ayudar a estas chicas. Pero entendía la decisión de su tío.

 ꟷMelia, quitate la mascara ꟷdijo Rener Co, lanzando una mirada apacible a la gemela.

Todos fijaron sus ojos en la competidora, la expectativa se apoderó del lugar, incluso Kailer y Kramín, quienes estaban notablemente sorprendidos por entender que el luchador que desde el inicio habían admirado, por la ejecución de su tecnica y habilidad, era precisamente la gemelita salvaje, como los dos la llamaban.

Cuando Melia  se quitó la mascara, las risas y murmuraciones estallaron en el coliseo. Kailer apretó sus puños y fijó su mirada con intensidad en ella. Kramín sonrió al voltear a mirar a su hermano y notar que este volvía a tener la mirada fija en una mujer por segunda vez y que precisamente esa mujer, era la misma que había mirado tan intensamente la primera vez.

  ꟷꟷMi sobrina Melia, no pertenece a ninguna de las siete escuelas de la Casa  de las  Mariposas Aladas, por lo tanto, aunque haya participado, no tendrá la victoria  ꟷꟷdijo Rener Co.

Melia no podía sentirse molesta. Lo que había expuesto su tío Rener era cierto. Mina y ella se habían  dejado llevar, y no se dieron cuenta, que su plan fue egoísta, y no pensaban en la importancia de esa competición, para las diferentes escuelas, y para las tradiciones de la misma secta.

 ꟷꟷMelia tienes algo que decir?  ꟷꟷpregunto Rener Co, mientras miraba a Melia desde su palco.

Melia, colocó su mano encima de la otra y mirando al frente dijo:

 ꟷꟷPido disculpa a todas las escuelas y a todos los espectadores, porque fui una persona egoísta y no honre

la ceremonia de la competencia de la casa de las Mariposas Aladas... Aceptaré cualquier castigo.

Kailer, que desde que se quitó la mascara no había podido apartar la mirada de ella, pensó en ese momento: "Vaya... Existe alguien a quien esta chica salvaje respeta".

En ese mismo instante el competidor Jin de la  escuela Dar-Maeri. Se arrodilló en el cuadrilatero y con su mano encima de la otra y mirando al frente expresó:

ꟷꟷMaestro Rener, por favor permitame llevar el castigo por la señorita Melia.

El público comenzó a aplaudir y al instante muchos competidores saltaron a la arena de lucha y uno a uno empezaron a pedir que se les permitiera llevar el castigo por Melia. Incluso los lideres de las siete sectas tambien estaban arrodillados. Fue en ese preciso momento que uno de los ancianos de las sectas que estaba en uno de los palcos pidio la palabra. Todos callaron.

ꟷꟷMaestro Rener, nuestra Melia ha crecido ante nuestros ojos... Cómo podemos permitir que la castigues. Por favor, Si nuestra niña ha sido imprudente es porque la hemos consentido demasiado, es nuestra culpa. Escoge por favor quien puede llevar el castigo por ella, o si tu lo consideras apropiado, castiganos a todos...

ꟷꟷ

Si no a todos ꟷꟷresonó la multitud.

Kramín y Kailer estaban impactados. En ese momento Kailer tuvo la certeza, que la estrategía que habia escogido para hacer pagar a la gemelita salvaje había sido la más adecuada. Si la hubiese sometido a violencia las relaciones con Ranson se la había deteriorado.

Entonces  Rener Co, intervino diciendo, mientras miraba a los ancianos de las escuelas y al público:

– Es todo por hoy. Nos volveremos a encontrar dentro de seis meses. Hizo la señal con la mano, y todos los

ancianos de las escuelas y el público también hicieron lo mismo.

Un minuto después, todos empezaron a salir del gran salón de competencias. En ese preciso momento,  hombres, vestidos de negro, con rostros ocultos y espadas, atacaron el palco en donde se encontraba el príncipe Kailer.

Los príncipes y sus guardias personales y alguno de los encargados de seguridad de la casa, defendieron.

El dominio de la situación de parte del príncipe era innegable. Los presentes se asombraron de sus destrezas

en las artes marciales, y de cómo controlaron la situación. Todo parecía aparentemente bien, Pero lo que el príncipe no esperaba, es que tal primer ataque, había sido una distracción. De repente, de diferentes lugares,  empezaron a llover dardos venenosos. En medio de ese ataque Blen, el guardia personal del príncipe, al proteger la vida de Kailer, resultó herido.  Blen cayó y el príncipe Kailer lo sostuvo en sus brazos.

- La sangre curativa

Melia cepillaba el cabello de Mina,  en la habitación de ella, mientras esperaban noticias. Habían pasado aproximadamente dos horas, desde que llegaron a la casa en la que vivían con su tía. Ambas  no podían evitar pensar, que el hecho ocurrido traería muchos problemas para la secta.

Era la primera vez que la seguridad de casa alada había sido vulnerada. Ni siquiera en el resto del territorio de Ransón nadie de los cinco reinos correría algún peligro; ya que todo el territorio era vigilado por los guardias de la mariposa negra. Que eran expertos espadachines encargados de la seguridad de Ranson.

Qué clase de problema traerá a nuestra secta, que el príncipe heredero de Kandor haya sido atacado en nuestro

territorio- se preguntaba Melia.

-No puedo creer que algo asi haya pasado en nuestra ciudad – dijo mina mientras miraba en el espejo.

-Aquí lo más seguro, es que haya algún reino, que haya decidido no seguir respetando la neutralidad de la secta

de las Mariposas Aladas, y pretenda meternos en problemas con el reino de Kandor- dijo Melia mientras se retiraba de al lado de su hermana y se asomaba en la ventana.

En ese momento, tocan a la puerta. Toc toc.

Adelante –dijo Mina.

Era una de las empleadas y dijo:

- Señorita Melia, la señora Ramelia pide me acompañe a verla.

Melia entregó el peine a su hermana y salió de la habitación, siguiendo a la joven empleada.

Mientras caminaba Melia se preguntaba, para que la había llamado su tía. Se preguntaba, si en medio de

toda esta situación con el príncipe, su tía tenía la intención de castigarla por haber participado de la competencia, sin el permiso debido.

-Ya me parecía raro que no se había manifestado antes- pensaba Melia, mientras agachaba la cabeza, y se pegaba con su mano en ella.

Después de unos minutos, en el que llegaron a una habitación y se pararon en la puerta en la que había unos

guardias vigilando, Melia se dio cuenta que probablemente era la habitación del príncipe. La empleada inmediatamente se despidió y uno de los guardias dijo:

-Adelante señorita- mientras se hacía a un lado.

En ese instante Melia se sintió  confortada, ya que parecía que el tema del castigo, no era el motivo por el cual su tía Ramelia requería su presencia.

Probablemente - pensó Melia- tía quiere que le de mi sangre al guardia del príncipe, para que sea sanado.

Cuando Melía abrió la puerta y trató de entrar. Se tropezó con el pecho de un hombre. Era el pecho nuevamente, del que ella consideraba como un narcisista, el príncipe heredero. Por un segundo ella subió sus ojos, que se encontraron con los de Kailer, quien enfocó su mirada en los de ella. En ese instante, por la cercanía, sus respiraciones se compactaron. Sus alientos se confundieron y sus latidos se

aceleraron. En ese momento, que por alguna razón a ella le pareció eterno, solo por el espacio de aproximadamente de un centímetro, sus labios no se tocaron.

Tan pronto como se recuperó de la impresión del encuentro. Kailer, se controló, alejándose de ella, echándose hacia atrás.

Melia por su lado, agachó la cabeza. Y al instante, escucho la vos de su tía Ramelia. –

-Melia, apresúrate, entra-

Melia se apresuró a entrar y Pasó por el lado del príncipe, sin poder evitar mirarlo. Pero él por el contrario, solo la ignoró

Sus manos un minuto después, se encontraron con las de la tía Ramelia. La cual al sentir el pulso acelerado de

su  sobrina y sus manos un poco frías, exclamó:

-Melia estás bien, tienes algún malestar. Te siento el pulso acelerado y las manos frías. Le dijo mientras tocaba la frente de ella.

Cuando su tía dijo eso. Melía no pudo evitar sentir vergüenza.  apretó sus puños agarrando su vestido fuertemente Y su vista no pudo dejar de dirigirse a Kailer,  quien en ese preciso instante, al escuchar la expresión de Ramelia, también la miró, con una profunda curiosidad. Fue algo que de alguna manera ambos sintieron que pasó en cámara lenta. En ese segundo, para ambos no existía nadie a su alrededor.

El encuentro que había tenido con Melia en la puerta, para Kailer,  había sido extraño. Por un segundo al mirar sus ojos y al sentir su aliento, no pudo evitar pensar, que lo que tenía al frente le gustaba.

Por un instante no pudo evitar querer besar esos labios. Pero, recuperó la cordura y recordando la distancia que debe tener de una mujer, se alejó de ella tratando de no volver a mirarla.

Sin embargo su curiosidad lo traicionó, cuando la tía de ella, le preguntó si estaba bien. El tener el pulso acelerado y las

manos frías no era algo común -pensó él.

Kailer la miró expectante, y al ver lo evidentemente nerviosa que ella se puso, por un momento, imaginó que eso le pasaba por el encuentro con él. Pero Melía justificó su condición por el hecho de haber participado en la competencia, mientras esquivaba la mirada de Kailer diciendo:

-Tia estoy bien, un poco cansada por la competencia, es por mi culpa tía. No te preocupes, con un poco de descanso estaré como nueva.

Fue entonces cuando Kroner Granfell intervino diciendo:

-Melia, apresúrate,  atiende a las indicaciones de Misimú.

Melia asintió con la cabeza y miró a Misimú. El no  tuvo que proferir palabra alguna. Con su mirada le expresó a Melia, lo que ella debería de hacer.

Misimu, era el mejor amigo de su tío Ralor. Ella lo conocía desde pequeña. El al igual que su tío Ralor, habían

sido sus maestros, en la medicina y en artes marciales.

Melia inmediatamente se sentó en la cama al lado del guardia y saco un cuchillo de su vestido, que guardaba en la parte superior del pecho y se hizo un pequeño corte en la muñeca. Le abrió la boca al guardia, dándole a tragar un poco de su sangre.

Cuando Kailer vió que Melia tomaba su cuchillo y se cortaba en la muñeca, se sintió espantado. Aunque ya Misimú le había explicado de las propiedades curativas de la sangre de Melia, no podía creer lo que ella hacía.

Como tampoco pudo creer, cuando horas antes la había visto competir, que ella pudiera tener tan excelente técnica de artes marciales.

Cuando la miraba en la competencia, Kailer, solo veía a una joven delgada de piel muy clara, con algunas pecas en su rostro. Que, a pesar de que no había ningún decoro en su vestido, sino antes, solo era como una simple y sencilla tela que abrigaba su cuerpo; Aun así se veía hermosa, y su presencia por un momento, le hizo sentir ternura y la necesidad de protegerla. Por lo cual, despues de haber sentido eso, decidió no volver a observarla.

En esa competencia de alguna manera Kailer se había sentido muy incomodo, al mirar esos competidores voraces atacar a Melia.

Pero otra era la realidad. Ella era toda una salvaje. Era muy diferente a las mujeres que desde niño había conocido. La manera como sin la mínima señal de dolor cortaba su muñeca, no era sino la muestra de lo que esa  mujer en esencia era. Una salvaje.

En cuanto a Melia. No era esta la primera vez que ella se hacía un cortesito en su muñeca, para dar de su sangre cuando Misimú o algunos de los médicos ancianos de la secta, lo requerían. 

Cuando era una niña pequeña, y estuvo expuesta a la muerte, por una enfermedad. Sus padres para salvarla le dieron una medicina hecha de la flor del árbol del perón, la única flor que quedaba de un árbol sagrado para la secta, que solo florecía una vez cada 200 años, y que tenía la propiedad de transformar en una sangre curativa, la sangre de la persona que la ingería como medicina. La única parte en el mundo en el que podía crecer era la montaña sagrada en el lado norte de Ciudad Alada.

Cuando Melia terminó de hacer lo que Misimú había requerido, por algún motivo que ella no comprendía, no pudo

evitar mirar a Kailer.

Al poner sus ojos en él y encontrase con la mirada profunda, pero indescifrable de él, se puso nerviosa. El al contrario, al notar el nerviosismo de ella la siguió mirando. No comprendía porque esa mujer que la noche anterior, lo retaba con sus palabras, y que mostró tanta seguridad en la competencia había sido tan segura y que lo ignoró toda la competencia. Ahora mostraba un comportamiento diferente. Un nerviosismo que para él, fue evidentemente una muestra, que para ella, él no le era indiferente.

Melia se sintió aliviada, cuando por el llamado de su tía Ramelia pudo escapar de la mirada de Kailer, cuando su tía Ramelia con una venda, tapo la cortada, mientras le decía:

-Melia vamos a tu habitación, debes comer algo y descansar. Después la abrazó como a su niña chiquita y le dio un beso en la frente.

Para Ramelia, Mina y Melia eran como la niña que por normas del reino de Kandor, cuando quedó embarazada por primera vez de su esposo Kroner a los 6 meses, le tocó perder. En las reglas y normas de ese reino, el primer hijo en la familia real, siempre tenía que ser varón. 

Ella en aquel entonces tuvo que someterse a perder a su hija, un vació que solo pudo compensar cuando de cinco años, las gemelas fueron llevadas por su hermano Rener, el líder de la secta; para que ella, las criara y educara.

Cuando Melia y Ramelia salieron de la habitación. Misimú expresó a los presentes:

-La sangre curativa de Melia, puede actuar de dos maneras. En primera instancia puede acabar de una sola vez con el veneno en el cuerpo de la persona. Pero hay una segunda manera en que obra, y es solo neutralizando el veneno en el cuerpo, dando con ello tiempo para que puedan conseguir el antídoto.

No puedo asegurarles en el momento como actuará la sangre en esta ocasión. Debemos esperar dos horas y entonces les diré, toda la información al respecto.

Todos en la habitación quedaron en silencio. Kailer se dirigió a donde estaba Blen, lo miró y se sentó a su lado.  Blen para él no era cualquier guardia del reino, contratado para cuidar de su seguridad. Se conocían desde que eran niños muy pequeños y nunca se habían separado. Aparte de su hermano Kramín no había nadie en el mundo que lo conociera tanto.

*****

Unas horas después, mientras se revolvía en su cama de un lado a otro, sin poder conciliar el sueño. Melia no podía dejar de pensar en  Kailer. Una y otra vez repasaba en su mente ese perturbador encuentro, como si fuera una vivencia que se repite, sin poder evitarlo.

Era como si una y otra vez sintiera su aliento y anhelaba tocar sus labios. Se sentía espantada. Que es exactamente lo que le estaba pasando –se preguntaba.

Se levantó de la cama, se miró al espejo y tocó sus mejillas y se dijo: -quéte pasa Melía. Él es un príncipe engreído y narcisista. Lo detestas. No puedes permitirte que su presencia te perturbe.

Habiendo dicho esto, se colocó su túnica y sacando su espada, se dirigió al jardín.

Habiendo estado allí por más

de una hora practicando, se sentía mucho mejor. Ahora tenía sus pensamientos claros. Poco a poco fue recuperando la serenidad que la caracterizaba. La paz volvía a ella. Sus pensamientos con respecto a Kailer ya habían quedado claros.

Melia había tomado la decisión de irse por unos días a la Montaña Sagrada, en donde estaba su tío Ralor. De esa manera –pensaba ella- podría alejarse de ese engreído príncipe y así evitaría que la perturbara.  Cuando de pronto siente una fuerte voz que le dice:

-deberías de estar descansando. Partiremos a primera hora mañana, y si no descansa lo suficiente me temo que no nos servirás.

Melia estaba de espaldas y no podía verlo, pero sabía que esa voz era de Kailer. Aunque poco lo había escuchado hablar, por alguna razón ese timbre de vos, fuerte y decidido había quedado impreso en su mente. Ella se quedó por un momento quieta, sin proferir palabra alguna y sin ni siquiera voltear a mirarlo. Pero casi al instante, después

de pensarlo por un segundo. Recogió su espada, y emprendió el camino de regreso a la habitación, escogiendo mejor ignorarlo.

Kailer solo se la quedó mirando. Que se creía esa salvaje mujer? –se preguntaba.

Como se atrevía a ignorarlo

nuevamente, cuando él le estaba hablando. Es irrespetuosa no tiene ni la más mínima idea de cómo debería tratar a un hombre - pensó. Como le gustaría poder enseñarle modales. Entonces con una vos suave mientras la veía alejarse dijo:

-Tampoco quería encontrarme contigo pequeña salvaje, solo quería tomar un poco de aire...

Kailer había decido salirse de la habitación, Después de que habiendo pasado las dos horas, Misimú les explicó,

que la sangre de Melia no había sacado el veneno, sino que solo lo había neutralizado. Que deberían conseguir la hierva Sahen que solo crecía en la montaña Badasu del reino de Bedolia, Para poder agregárselo al antídoto que sacaría el veneno de Blen.

Kailer aún no lograba comprender, porque si la secta de las Mariposas Aladas tenía el dominio de las mejores

hiervas y artes médicas, el antídoto para el veneno de Blen no le hacía efecto. Conseguir esa hierba,  iba ser muy difícil,  sobre todo, teniendo en cuenta que la situación política de los reinos en esos tiempos no era la mejor.

**********

A la mañana siguiente, como Melia había determinado hacer todo lo posible por no volver a ver a Kailer, no se había

levantado temprano como era su costumbre.

Las intenciones que tenía eran de dormir en la cama todo el día. Y cuando se despertase, partir a la montaña sagrada, a donde estaba su tío Ralor. Lo que Melia no se esperaba, era que, en vez de no volver a ver a Kailer, lo iba a tener a su lado por algún tiempo.

La vos insistente de Mina y  su tía Ramelia lograron hacer que Melia abriera sus ojos.  Melia quien no había entendido las voces que escuchaba pregunto mientras se arropaba nuevamente con su cobija, que momentos antes, ellas le habían quitado:

–Que pasa, porque me despiertan, quiero dormir...

Mina le volvió a quitar la cobija junto con su tía y dijo:

-Melia debes despertarte. La secta tiene un gran problema y te necesita...

Ramelia por su parte dijo: Melia tu tío Roner y yo estuvimos hablando anoche y él me pidió que te dijera, que te encomienda una misión...

Una misión –preguntó Melia- Porqué el no me lo dijo. Expresó Melia al tiempo que se sentaba en la cama.

Ramelia dijo mientras se sentaba en la cama a su lado:

-Tu tío Rener estuvo aquí anoche. Él ha estado pendiente del asunto del guardia envenenado del príncipe. Sino vino a despertarte fue porque yo le dije, que te había visto un poco mal de salud.

Melia se sintió nuevamente apenada y empuñó sus manos, al recordar la situación que logro alterarla cuando tuvo ese perturbador encuentro con el príncipe.

-De que se trata tía –pregunto.

Melia, que el príncipe Kailer haya sido atacado en el territorio de la secta de la mariposa alada, es algo,

que sin duda alguna, traerá a este territorio un gran problema, dijo su tía al levantarse y  mirar por la ventana.

- La secta debe de asegurar la seguridad de toda persona ajena a este territorio, mucho más cuando se trata de

la realeza de uno de los cinco reinos –prosiguió Ramelia al tiempo que volteaba hacia Melia

Entonces Mina dijo sentándose en la cama:

-Melía –la secta debe mostrar al príncipe, que no escatima esfuerzo alguno en honrarlo y solucionarle cualquier

problema, que por negligencia le hayamos causado.

Melia no podía entender que era exactamente lo que su tía y su hermana trataban de decirle. Porque no iban al grano y le decían directamente cual era la misión.

Melia –volvió a decir Mina- sé que no los soportas, a mí tampoco me caen bien. Pero lo que menos necesita la Secta es que algún reino sea su enemigo. Debes acompañar al príncipe y mantener a su guardia personal con vida, hasta que encuentren a la hierba Sahen , en la montaña Badasu del reino de Bedolia.

Qué! -exclamó Melia –Bedolia- volvió a replicar,  mientras se levantaba de la cama-

- Son muchos días de camino...! –volvió a decir.

- Lo sé pequeña, pero es de vital importancia para la secta, que ese guardia personal del príncipe no muera... Es nuestro problema, ya que nuestra casa no pudo dar la debida seguridad al príncipe heredero–repuso su tía Ramelia.

Melia miró a Mina y le preguntó de manera ya resignada:

-Vendrás conmigo hermana?

Mina la miro, la abrazó y le dijo:

-Hermana, esta vez, es la misma misión, solo que las dos estaremos en espacios diferentes..

Mi tío Rener me asigno el dirigir la investigación de todo lo acontecido en el atentado al príncipe heredero.

El príncipe ha exigido que se le debe presentar un informe de todo lo ocurrido, cuando regrese de buscar la hierba

sehon -Dijo Ramelia mientras también abrazaba a sus sobrinas.

Una hora después; Melia se alistó mientras pensaba en esa situación. Determinó poner todos sus esfuerzos para cumplir la misión. Y

no permitir que lo que sea que le pasara con ese engreído y narcisista príncipe la perturbara.

Ella se sentía enfadada con las pretensiones de él.  Sobre todo después de que la  secta había hecho todos los esfuerzos por atenderlo y solucionarle su problema. Como se atrevía a exigir los resultados de una investigación, dando tan poco tiempo.

Cuando Melia salió de la casa, acompañada de su hermana, al estar completamente preparada para unirse al grupo que buscaría la hierva de sehon; Se dio cuenta que iban tres  carruajes de  pasajeros y tres de provisiones, junto con un gran ejército de escoltas.   En el primer carruaje, el cual lo habían adaptado para comodidad del enfermo, viajaría el guarda del príncipe, Blen. En el segundo irían los príncipes y el tercero lo habían alistado

para ella.

Abrazó a mina y se despidió de ella dirigiéndose a su tía Ramelia, quien estaba cerca de los carruajes al lado

de su esposo Kroner y junto a los príncipes Kailer, Kramín y su primo Rafel . Al llegar al lugar, en la que todos inmediatamente la miraron, dio un saludo muy simple y casi no notorio, sin mirar a nadie, más que a su tía, a la cual abrazó y al instante, ignorando a todos los presentes, se apartó de ellos, mientras veía como uno de los empleados traía a su príncipe, su hermoso caballo blanco. Al cual montó y enseguida tomó lugar al lado de la  carreta del guardia, ignorando todas las miradas.

Kroner Granfell al observar la actitud grosera de Melia, se sintió molesto y avergonzado. No podía comprender

como esa chiquilla que él había criado, no hacia el menor esfuerzo por guardar la más simple muestra de respeto a él y sobre todo a sus sobrinos, que no eran cualquier ciudadano de Ranson, o de Kandor, sino que uno de ellos, sería el próximo rey de kandor

Kailer al observar la actitud de Melia se enfureció. Ni siquiera respeta al tío Kroner  -pensó. Sino fuera porque su sangre curativa le era necesario para mantener con vida a Blen, no le permitiría estar cerca de él y molestarlo con su presencia

Pero se dijo, que no iba a permitir que esa salvaje perturbara su atención. En ese momento decidió, no volver a mirarla en todo lo que demoraría la misión. Unos minutos después, todos tomaron su lugar y la caravana partió.

Download MangaToon APP on App Store and Google Play

novel PDF download
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play