Suéltame, ya suéltame
Debo escapar ahora, ese hombre tenía un arma al igual que este; vi el fuego en sus ojos, no importa cuan doloroso sea ahora mismo, si me quedo estoy más que segura que será peor” … pensaba mientras era arrastrada escaleras abajo por el hombre
- Por favor
- Guarda silencio, vas a despertar a todos aquí… ¡maldición! ¿Por qué traen mujeres tan escandalosas?
- Por favor- volví a suplicar
El hombre soltó mi mano para tratar de darme una reprimenda, aproveche para salir corriendo al ver lo cerca que estábamos de la puerta.
- ¡Detente allí!
La voz amenazante del hombre detuvo mi paso cuando estaba a punto de abrir la puerta, esa voz es terriblemente atemorizante, talvez sea por el hecho de que nunca me han gritado o tratado mal que soy tan cobarde, he vivido en una burbuja de comodidad toda mi vida que me resulta difícil manejar este tipo de situaciones; mis padres no son violentos y jamás levantan la voz. ¡oh no! bueno mi madre si, pero hace mucho que dejó de importarme todo cuánto ella decía acerca de mi buscando hacerme sentir mal, pero, esto es totalmente diferente ¿Qué debería hacer?
- Pareces un conejito asustado tratando de huir de su madriguera- menciono el hombre acercándose a mi- bien, vamos
- ¿Vamos?
- De regreso arriba
- No espere, no, por favor
La palabra “vamos” encendió en mi la llama del pánico, otra vez arriba con ese sujeto a su merced y sin poder defenderme ¡no! Definitivamente ¡no!
- Camina, ¡vamos! – ordena sin moverse de mi costado
- Por favor
- No esta vez – menciona sonriendo- vamos Jaime llévala arriba
- ¡No!
- Tus gritos están empezando a molestarme
El hombre me observo con detenimiento, sonrió malévolamente y acto seguido tomo mi cuello con suavidad, sus manos son algo ásperas, pero eso no importa en este momento; ambas manos se atornillaron en mi cuello, masajeaba con delicadeza generando más pánico en mi hasta que de pronto en un giro rápido todo se torno oscuro nuevamente.
- A dormir niñita- menciono soltando el cuello de la joven- vamos llévala arriba
- ¿Donde?
- La habitación al costado de la de Carlos
- Si
“Que problema, ahora me va tocar hacer de niñero de esta muchachita, no lo tolero… ¡maldita sea! es desagradable” pensaba
“Despierta, vamos, abre los ojos dormilona” la dulce voz de mi padre resonaba como un suave cantico en mis oídos… “ya voy papa, solo cinco minutos más” … susurraba con voz perezosa
- Papa…. Cinco minutos más, tuve una pesadilla que parecía tan real, fue aterrador en verdad… supongo que debo dejar de comer mucho en las noches- mencionaba mientras frotaba mis ojos
Los abrí con la esperanza de estar en mi habitación nuevamente, sin embargo, la realidad me golpeo con dureza al mostrarme lo que tanto temor me genero en mi sueño.
- Señorita…
- Estoy aquí, no, no… por favor
Una habitación de color blanco con una enorme planta al costado de la cama y una terraza fue el chispazo de realidad que encendió todas las alarmas de pánico en ese momento. Con la mirada fija en la puerta no pude mover ni un solo musculo.
- ¡Ay! ¿Qué me paso? – pronuncio al sentir un ligero dolor en el cuello
- Señorita quédese quieta por favor
- Ayer no fue mi día y hoy no creo que vaya a mejorar- susurre con resignación
- Todos los días pueden ser buenos si se les afronta con una sonrisa- menciono la mujer
- ¿Quién es usted? - le pregunto evitando que me toque
- Claro, usted no me conoce, si, ayer olvide presentarme, pero yo soy Rosa y seré la encargada de usted de ahora en adelante
- ¿Cómo que de ahora en adelante?
- Si, por ahora dígame ¿qué es lo que quiere hacer primero? ¿un baño o desayunar?
- No, lo que yo quiero es irme de aquí, quiero irme a mi casa, quiero ver a mis papas… no quiero estar aquí
Me levante con agilidad de la cama, ni siquiera use las pantuflas al pie de la cama, solo pensé en abrir la puerta y largarme de allí, por lo que había visto la noche anterior aquello parecía un hotel, tenia muchas habitaciones y los pasillos eran grandes… “sí es un hotel lo más probable es que haya más gente, seguro alguien me ayuda” … pensaba al acercarme a la puerta
- Yo que usted no haría eso- pronuncio la mujer quien solo observaba
- ¿Por qué no debería? - pregunto ligeramente molesta
- No serán amables con usted
- ¿Cómo que amables?
- Inténtelo si quiere- sugirió
No soy la mujer mas valiente que alguien conozca, pero tampoco soy tan cobarde, así que ante la sugerencia decido abrir la puerta, la cara de Ramon es la primera que veo, serio, parece un perro rabioso, cierro la puerta con premura tratando de evitarlo.
- ¿Por qué? ¿Por qué yo? ¿Qué hago aquí? ¿Qué demonios es esto? - pregunto sacudiendo la ropa que llevaba puesta
Un pijama de dos piezas compuesta por un bividi de tirantes y un short corto hechos de seda, fueron los que me hicieron llorar.
- Jamás he usado ropa así de corta y reveladora, me siento desnuda- pronuncio abrazándome con vergüenza
Al ejecutar aquella acción, me di cuenta de algo más… “¿y estos moretones?” …. me pregunto al ver algunas marcas en mis brazos
- Hasta ayer mi vida estaba bien, tenia un buen rumbo, me presente a dar mis últimos exámenes, en la práctica de natación el instructor me felicito, ya organicé mis documentos para enviarlos a la universidad…- mencionaba mientras lentamente me deslizaba por la puerta, apretando mis piernas en un fuerte abrazo
- Señorita, por favor, póngase de pie
- ¿Qué es lo siguiente? ¿Seré prostituida o asesinada por ese hombre? - le pregunto a la mujer quien con ojos tristes solo se me acerca para insistir en que me ponga de pie
- Vamos póngase de pie
- ¿Alguna vez volveré a ver a mi familia acaso? - vuelvo a preguntarle
- Eso no lo se señorita, creo que eso solo Carlos seria capaz de responder
Las palabras de la mujer parecían haberlo invocado, porque en seguida la puerta se abrió dejando ver su figura ingresando a la habitación.
- Nanita déjanos solos por favor- ordena
La joven del susto pega un brinco poniéndose detrás de la mujer y sujetándose con fuerza de su vestido, aprieta mientras le susurra que no se vaya.
- Nana por favor
- Todo va estar bien mi niña, no te preocupes, te lo prometo- dice la mujer haciendo que la joven suelte el agarre
Un rasgo particular de las víctimas de violación es el miedo, cuando una persona ha atravesado una situación tan traumática como aquella, desarrolla este tipo de sentimiento que es paralizante, es más cuando tienes a la persona delante solo agachas la cabeza y evitas el contacto visual por temor de que todo vuelva a ocurrir nuevamente.
Los ojos asustados de la muchacha se pusieron en blanco, trataba de sujetar con mas fuerza el vestido de la mujer, pero no pudo debido al miedo que sentía, todo su cuerpo se paraliza, evitando así que pueda ejecutar algún tipo de acción.
Solo tenía 16 años y estaba experimentando esa sensación, ni siquiera pude verlo a los ojos, tenia tanto miedo que la situación me resultaba escalofriante, empecé a sudar frio al tiempo que sentía culpa y vergüenza, apretaba el bividi con fuerza tratando de que este cubriera mas mi cuerpo; junte las piernas en automático y me quede paralizada sin poder verlo directamente.
Curiosamente en mi mente tenia muchas palabras e insultos que dirigirle, aun así, mi boca no fue capaz de emitir palabra alguna, solo lo veía rondarme al tiempo que me ordenaba tomar asiento a su costado en el sofá. Su mano palmoteaba el sofá indicándome que era donde debía sentarme, al principio fue suave, pero después un fuerte golpe impacto haciendo que me sobresaltara.
- ¡Ven siéntate aquí! – vuelve a ordenar
No respondo nada en absoluto y mucho menos me muevo.
- Que te sientes aquí- dice con un tono fuerte y luego lo suaviza con un “digo”
Asiento con la cabeza sin poder levantarla, me siento temerosamente a su costado, pero no me atrevo a levantar la mirada en ningún momento.
- Escucha… yo lo siento mucho, no sabía que eras tú, de haberlo sabido…- menciona haciendo una larga pausa- de haberlo sabido yo no hubiese hecho esa estupidez, Ramon me mintió, me dijo que era una chica más de aquellas… tú me entiendes ¿no?
Su mirada se tuerce y yo por fin puedo levantar la cabeza por un instante. Quizás lo que está diciendo contenga algunos matices de verdad, aun así, el daño que ocasiono no desaparecerá con el solo hecho de decir “lo siento, yo no sabía”, si las cosas fueran así de fáciles es seguro que menos delincuentes estarían ocupando las celdas.
- ¿me crees cierto?
Me pregunta volviendo su mirada a mí, haciendo que en automático yo la vuelva a bajar. Su manera de preguntar es extraña, es como si a fuerza planeara obtener una respuesta que satisfaga su curiosidad al tiempo que te impone la respuesta que el desea oír.
- ¿Pregunte si es que acaso me crees? - vuelve a insistir, pero esta vez su tono vuelve a ser fuerte
- Sssss-ssi- alcanzo a pronunciar tímidamente
- Entonces … ¿me perdonas?
Se dice que exponer a una victima con su atacante es como volver a “victimizarla”, ese hecho es aun mas traumático que romperse un hueso y depender de alguien o algo por un tiempo, porque cuando aquello ocurre sabes que dejaras de vivir esa sensación en algún momento, sin embargo, cuando sufres algún tipo de violación sabrás que vas a vivir con ello toda tu vida, aunque dependerá de ti cuanto permites que esto te afecte.
La situación me hacia recordar a esas historias que leía en mis libros, cuando el esposo abusaba, golpeaba y denigraba a su esposa al punto tal en que ella se perdía completamente y luego volvía arrepentido con un ramo de flores y la convencía de volver con él, volviendo así al circulo vicioso en el que vivían; imponiendo su voluntad por medio del temor que estos mismos generan.
- ¿Eh?
- Pregunte si perdonabas mi actuar la noche anterior- me dijo
- Ssss-ssi- le respondo con la voz temblorosa
- Muy bien, me siento feliz de que entendieras lo que sucedió en verdad
- ¿puedo irme a mi casa? - pregunto con recelo
Ni siquiera puedo describir su mirada porque en ningún momento lo vi fijamente, pero a juzgar por su respiración debo decir que parecía algo molesto.
- Espero disfrutes el desayuno- menciono ignorando completamente mi pregunta- Rosa te ayudara con lo que necesites, así que no dudes en pedírselo
Lo vi caminar hacia la puerta y desaparecer de manera tan fugaz como apareció, aunque debo decir que esa sonrisa en su rostro es una imagen que nunca lograre borrar de mi mente por lo que me reste de vida.
Mi cuerpo abandono el estado de tensión en el que se mantuvo durante toda su estancia en la habitación y por fin pude dejar de contener la respiración.
- Vamos te acompaño al baño- pronuncia Rosa ingresando a la habitación
- Yo…
- Te comprendo, se que Carlos no es precisamente una persona que inspire mucho amor e irradie confianza, sin embargo, es un buen chico
Como le dices a una persona que esta mas que traumatizada luego de haber atravesado una violación y después de tener a su agresor delante amenazándolo de manera sutil que confié y crea en él; eso fue algo que en su momento no entendí muy bien; sin embargo, Rosa tenía sus motivos y al sol de hoy puedo entenderlos de cierto modo.
- ¿Qué hacemos con ella? - pregunta de nueva cuenta Ramon
- Hmmm… ¿te refieres a Mariam o a la otra persona? - pregunta hundiendo la cabeza en los papeles amontonados en su escritorio
- Señor, me refiero al presente de su padre- recalca el hombre
- Ah, sí cierto, te dije que me la quedare- aclaro- quiero que le compres algo de ropa, cosas personales… tu sabes todas esas estupideces que usan las mujeres
- Si señor
- También necesito que acondiciones esa habitación para ella, va a ser mi huésped por un tiempo
- ¿Aproximadamente?
- Por el tiempo que a mi se me de la regalada gana Ramon, o vas a empezar a cuestionar mis decisiones ¿eh? Ra-mon-ci-to - le pregunta al tiempo que golpea la mesa con fuerza
- No señor
- Entonces ve y has lo que te digo
“Tan desgraciado como siempre” … se repite el hombre mentalmente mientras abandona el lugar.
- ¡Es una niña! – pronuncia la mujer entrando al despacho
- Nana, no es el momento, estoy bastante ocupado como puedes ver- responde sin siquiera levantarle la mirada
- Carlos Valencia Vito, para la oreja y escucha- ordena la mujer con gran carácter- durante todo este tiempo ayude a esas muchachas que venían aquí, ignore los modos y las formas porque parecía que no les obligaban a nada, sin embargo, esto no lo permitiré- amenaza con tanta convicción
- ¿A qué te refieres?
- Esa joven a la que trajiste, es solo una niña, la dejaste traumatizada por dios ¿Qué sucede contigo?
- Nana te suplico que no te metas en mis asuntos
- Tienes 26 años Carlos y esa niña solo 16, creo que puedes notar la diferencia ¿no?... podrías meterte en problemas debido a ella, es menor de edad, sabes que lo que hiciste es un delito ¿cierto?... Sin contar con el hecho de que pertenece a una familia muy reconocida, ¿cuánto crees que valga tu cabeza si su abuelo se entera?
- Nana…
- Y, por si fuera poco, esa niña ni siquiera es una anónima mas a la que puedas pagarle y decirle que olvide lo sucedido como acostumbras
“Pago” … esa palabra sonaba a chiste escuchada por los oídos de Carlos quien siempre le había dicho a aquella noble mujer que las mujeres que eran traídas allí para disfrute de él, eran compensadas con cierta cantidad de dinero cuando a el se le pasaba la mano, de tal modo que olvidaran lo ocurrido y todo siguiese normal como siempre; sin embargo, la verdad estaba bastante lejos de ser aquella, puesto que este hombre era mas cruel de lo imaginado.
Las mujeres que entraban a aquella hacienda solo encontraban dos maneras de salir, la primera convirtiéndose en una de las favoritas de este hombre, quien las mandaba traer de vez en cuando; y la segunda que era la “muerte”, las muchachas que se quejaban de su manera de tratarlas o que no aceptaban sus fetiches eran sacadas de la misma manera en que las traían con la pequeña diferencia en que estas eran ejecutadas y luego tiradas en los lugares menos pensados y en condiciones muy poco humanas.
- … es nieta de uno de los hombres más influyentes de este país ¿no has pensado en eso acaso?
- Nana, nanita, no me agrada cuando te entrometes en mis cosas- susurro- además yo me encargo de eso no te preocupes- menciono despreocupado
- ¿Algún día dejaras de usar el dinero como fuente de deseos? - le pregunto
- No
- Si no dejas que esa niña se vaya, me la llevare yo ¿me oyes? Y sabes que soy capaz de hacerlo, así que mas te vale que devuelvas a esa niña de donde la tomaste
- ¿Pretendes que me descubran o qué? si sabes que lo primero que hará será denunciarme ¿no? – le increpo a la mujer
- Tu te metiste en esto, tu soluciónalo
- No fui yo, fue mi padre el que me metió en esto… además yo no quiero solo usar a Mariam, yo quiero responderle como el hombre que soy y casarme con ella
- ¿Y ella piensa lo mismo?
- Hmmm… Me disculpo, es un avance - suelta con ligereza
- no has pensando en que esa niña esta asustada, parece un conejito ¿acaso no la viste? Te tiene m-i-e-d-o, ¿así es como piensas casarte con ella?
- Pero eso se solucionará con el tiempo, solo es cuestión de que me conozca, vea lo buen sujeto que soy y ya, caerá rendida a mis pies, dime ¿quién no quisiera? Soy joven, guapo, exitoso y heredero de una gran fortuna- mencionaba pavoneándose- soy el mejor partido que podrá tener en su vida
- Puedo ver que nunca logre erradicar la arrogancia de tu vida, veo que mis esfuerzos fueron en vano, sin embargo…
- Nana, te juro que la hare feliz, no es una chica más, ella me gusta, hasta puedo decirte que la amo…
Su voz cambio radicalmente de fuerte a suave, se volvió sutil al hablar de aquella muchacha, parecía que convencía a Rosa de sus buenas intenciones, después de todo sus tácticas de manipulación le habían funcionado desde que era solo un niño, así que sabia que la mujer jamás le diría que no.
- Nana solo pido una oportunidad para poder expiar mis culpas y tratarme de ganar su amor… ayúdame por favor… quiero hacerla feliz…. Además, no fue mi culpa hacer lo que hice, Ramon jamás me dijo de quien se trataba, sino estoy seguro que no habría sucedido así…
- ¿De que estas hablando?
- Yo conocí a esa muchacha meses atrás, aunque claro la conocí con otro nombre, cuando me entere de su verdadera identidad le dije a mi padre que me quería casar con ella y el me dijo que en los negocios el amor jamás importa y que debería olvidarla… intente hacerlo, te lo juro… sin embargo… su sonrisa no dejaba de aparecer en mi mente, sus ojos, su mirada, su aroma; en algún punto parecía que me volvería loco… así que me propuse terminar el compromiso con la familia Romero… cuando papa murió me dije que haría todo bien y lo estaba haciendo hasta ayer en la noche …..
- ¿Ramon lo sabía?
- Estoy más que seguro que sí y aun así me engaño para que hiciera lo que hice… de verdad estoy muy arrepentido… ayúdame ¿crees que puedas hacerlo?
- Pero esa niña
- La hare muy feliz, no te preocupes por ello, solo quiero ganarme su corazón por eso la quiero mantener aquí
- ¿Y si ella no te acepta?
- Prometo que le ofreceré una disculpa y luego la dejare ir
- ¿Lo prometes?
- Si, te lo prometo por la memoria de mi madre
- Esta bien, voy ayudarte con ella, pero si veo que esto no funciona te voy a tener que recordar que debes dejarla ir
La mujer asintió con la cabeza y acepto ayudarlo a enamorar a la niña confiando en la promesa de que este la dejaría ir algún día, sin embargo, ninguno de nosotros somos capaces de adivinar el pensamiento y mucho menos entender los sentimientos de los demás ¿cierto?
Prometer, jurar o empeñar el nombre de tus padres nunca funcionara si no tienes ni la más mínima intención de cumplir, es más hacer algo como aquello debería ser considerado un pecado.
- Señorita
Ramon ingreso a la habitación encontrándose con una jovencita muy asustada acurrucada en la esquina de la cama, ni siquiera lo observo, solo lo ignoro.
- Señorita el patrón manda esto para usted
- No lo quiero, lléveselo- pronuncie tartamudeando
- Señorita venga aquí- respondió tomando mi mano
- No, no, por favor- grite asustada
- Escuche no voy a lastimarla… solo quiero que venga aquí
- No quiero, por favor- suplique
- Ya le dije que no será lastimada… al menos por mí no- volvió a decirme
Acompañé al hombre a regañadientes, me senté sobre el sofá mientras lo veía ingresar algunas bolsas a la habitación.
- En estas bolsas encontrara ropa, accesorios, maquillaje y algunos artículos de limpieza personal
- Quiero ir a mi casa- balbuceo
- ¿Dijiste algo? – pregunta tratando de ignorar mis palabras
Al final termino armándome de valor y le hablo.
- Lléveme de regreso a mi casa, por favor- suplico- prometo que no diré nada, se lo prometo, voy a guardar silencio de lo que sucedió y no perjudicare al señor Valencia… solo…. Déjeme ir… por favor- pido con las manos alzadas y de rodillas
Esa suplica conmovió el corazón de uno de los hombres mas rudos de aquella casa, en los últimos años nadie logro moverlo tanto como aquella jovencita.
“He dado tanto en los trabajos difíciles, tengo el corazón más duro que una roca, pero… esta niña, esta niña está haciendo que mis emociones tiemblen y el alma se me conmueva, aún así, también puede ser la edad jugandome una mala pasada” … pensaba al ver aquel rostro tan lamentable rogando por ayuda
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 80 Episodes
Comments