Capítulo 4

: - Cuando todos ya estaban en la mesa, comenzaron a comer. Lindy estaba muy callada y casi que ni comía, estaba un poco nerviosa porque tenía algo muy importante que decirles, ya que por eso era el motivo de esta visita a la familia. Todos se veían contentos, comiendo y charlando, Lindy no quería arruinar este momento.

: - ....

: - ....

Lindy: - ¡¡Familia!!. Sin darse cuenta había alzado la voz. De repente, todas las miradas que estaban en la comida ahora estaban puestas en ellas y en silencio.

Lindy: - Tengo.... algo.... muy, muy importante que decirles.

No podía casi respirar mientras hablaba, tenía que hacer un esfuerzo más y llenarse de valor para decirles.

Lindy: - Leia... y... yo, nos mudarnos a Estados Unidos.

: - .... Un silencio terrible alcanzó en toda la habitación, nadie reaccionaba a la noticia que acababan de recibir.

: - .... De repente fue Marta rompió el silencio.

: - ....

Marta: - Hija, ¡¿es en serio lo que acabas de decir?!

Alberto: - ¡¿Qué?!.... ¡¿Por qué te vas?!

Andrea: - ¿Y mi sobrina?... La voy extrañar mucho

: - Todos estaban muy preocupados, aturdidos por la noticia. No entendían el por qué de esta decisión tan repentina de Lindy.

: - Lindy respiro hondo y dijo.

: - ....

Lindy: - Esta decisión ya está tomada... Lo pensé hace mucho tiempo y es lo mejor para mí y para Leia.

Por eso era el motivo de esta visita, para contarles que me voy dentro de un mes.

Marta: - Pero, ¿por qué?

Alberto: - ¿Por qué tan rápido?.... ¡¿En un mes?!

: - Lindy estaba muy angustiada por la situación, pensaba que iba a hacer más fácil, pero no, fue todo lo contrario. No sabía como responder a sus preguntas y sus dudas.

: - .... Volvió a respirar hondo, y con algunas lágrimas en su ojos y con la voz entre cortada. Asintió y dijo.

Lindy: - La situación económica del país es bastante difícil, tengo un buen trabajo y gano bien. Pero.... ser madre soltera no es nada fácil.

: - Lindy se lo había dicho a Leia de que se mudaran a otro país hace seis meses atrás. La niña pequeña aunque no entendía muy bien porque se irían tan lejos, le costó entender a su madre. Pero, con el tiempo acepto, su madre le había contado los motivos de porque se irían, la vida nueva que tendrían, y las cosas nuevas que harían. Fue difícil, pero ni Lindy ni Leia se dejarían, era como almas gemelas, mejores amigas. Ellas dos de verdad tienen un lazo fuerte de madre e hija. Ni una ni la otra la dejaría, ese era el pacto que tenían, y además hacía mucho que eran solamente ellas dos contra el mundo. ¿Qué tan malo podría ser?... Si después de todo al final eran ellas dos siempre atravesando cada obstáculo que tenían, se protegen a la una de la otra. Aquí o allá siempre serán ellas dos.

: - .... Marta respiro hondo y con una sonrisa amarga le respondió a su hija.

Marta: - Hija.... Esta bien. Es tu decisión y la respeto, tendrás nuestro apoyo.

Se levanto de la silla y fue abrazar muy fuerte a su hija. Sabía muy bien que no había vuelta atrás, que no había forma de convencerla, la decisión ya fue tomada y solo debía aceptar.

Lindy: - No llores mamá, voy a estar al pendiente de ustedes y los llamare todos los días así hablamos y así pueden hablar con Leia.

Alberto: - Hija te voy a extrañar mucho y a mi princesa Leia también. Ven Leia, que el abuelo te dará un abrazo muy, muy fuerte.

: - ....

: - Todos se abrazaron, deseándole suerte en su nueva vida a Lindy y Leia. Era todo muy triste despedirse de los que más amaba. Se irían muy lejos, a la otra punta del continente americano. Estarían solas lejos de todos.

: - ....

: - Luego recogieron todas las cosas de la mesa, ya todos habían comido muy bien, la abuela Beatriz había llevado un rico postre que había echo con sus propias manos. Pero, nadie llegó a probarlo después de la noticia angustiante que acababan de recibir de parte de Lindy.

: - A la tarde, Lindy fue a visitar a una vieja amiga apenas era un año menos que Lindy, vive en el mismo pueblo que antes vivía ella, a unas cuantas cuadras de la casa de sus padres.

Toc toc..... A los pocos minutos se abrió la puerta.

Lindy: - ¡¡¡¡Hola amiga!!!!

Amiga: - ¡¿Lindy?! ¿Qué haces por acá?. ¡¿Por qué no avisaste que vendrías?!

Lindy: - Quería darte una sorpresa. ¿Cómo has estado Vanesa?

Vanesa: - Muy bien, muy bien. Pasa, pasa.

Lindy: - ¿Y dónde está Alexa?

Vanesa: - Están en casa de sus abuelos paternos. Y estoy sola, mis padres se fueron a visitar a mi hermano.

: - Lindy le dio una sonrisa amarga, porque quería ver la a la pequeña Alexa, hacia mucho tiempo que no las veía a ambas.

Vanesa: - ¿Estas bien, Lindy?. Enseguida se dio cuenta de algo malo estaba pasando.

Lindy: - Yo.... Yo.... Vanesa vengo a despedirme de todos.

Vanesa: - ¡¡Oh!! ¡¿Ya te vuelves a tu casa?! Quería invitarte a tomar algo.

: - Lindy asintió en seguida, necesitaba cambiar el ambiente ya que era demasiado tenso. Y debía contarle a su mejor amiga qué estaba pasando.

: - Fueron a la cafetería que estaba a la vuelta de la casa de Vanesa. Se sentaron a fuera y luego un mozo vino a tomar la orden.

Mozo: - Buenas tardes, señoritas. ¿Qué desean?

Saludo muy amable y educado con las clientas. En seguida pidió Vanesa.

Vanesa: - Yo quiero una taza de café con leche. Y mi amiga....

Lindy: - Yo quiero un café bien negro, por favor.

Mozo: - ¡¡Perfecto!! Enseguida les traeremos el pedido.

: - El mozo se fue rápido a pedir la orden de las amigas. Y luego el ambiente se volvió silencioso, aunque había demasiada gente hablando. Sólo estaba el olor a café y el silencio preocupante que estaba en el ambiente.

Vanesa se quedo mirando a Lindy esperando lo que tenia que contar, mientras Lindy tenía la cabeza gacha por la vergüenza, hasta que tuvo el coraje de hablar.

Lindy: - Vanesa, yo tengo que decirte algo muy importante.... Tomo aire profundo y le dijo: - Vanesa, dentro de un mes me iré a Estados Unidos con Leia.

Vanesa: - ¡¿Qué?!.... Di un grito muy fuerte y todos se dieron vuelta por el grito que dio Vanesa.

Lindy: - Sí, Vanesa. Tranquila y no grites has asustado a todos.

: - Luego el mozo se acercó con las tazas y el ambiente se tranquilizó. Apenas el mozo apoyo las tazas sobre la mesa. Vanesa le dio un sorbo largo para tranquilizarse.

Estuvieron una hora charlando en la cafetería, donde hubo mucha tristeza porque ambas no se verían más, pero, después sin darse cuenta se reían sin parar de los viejos recuerdos juntas.

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