Capítulo 4. Esposa a la fuerza

🔸Pría

Estoy muerta de los nervios al saber que al otro lado de esa inmensa puerta está el hombre que mató todo sentimiento que sentía. Además ser el asesino de mi bebé no nacido.

Mis manos tiemblan y sudan de una manera incontrolable. Que decir de mis piernas está cementada en el piso, y en mi mente traspasa como cuchillos 🔪 los peores recuerdos que viví junto a Lussiano.

—Pría calma estoy aquí para apoyarte", me dice la trabajadora social.

—"Gracias señora Ro...", me interrumpió.

—"Dime María, estamos en confianza Pría", me sonríe a sujetar mi mano.

Al cabo de unos minutos se acerca la psicóloga Castillo, llama a María y la aparta de mi. Ambas conversan en voz baja evitando que no pueda escuchar nada.

María se acerca y me dice...

—"Es hora Pría de rendir tu declaración. No te preocupes estamos contigo", me levanta de la silla y me lleva hasta la puerta.

Pero en verdad el miedo y el temor se apoderaron de todo mi ser. Me giro y le pregunté...

—"Él está allí...verdad?", digo con voz solloza y entrecortada.

—"Si Pría él está allí pero no podrá hacer nada. Estas protegida", me contesta dándome seguridad.

Abro la manilla de la puerta con el pecho ardiendo y con un profundo suspiro avanzo por ese pasillo de la sala del tribunal. Mis pasos son pesados pero al alzar mi mirada hacia al estrado y verlo a él al lado izquierdo de la sala me paralizo.

El miedo se apoderó de mí. Al ver su rostro me intimidó no pude avanzar. Se que mi rostro palideció, mi sangre se esfumó de mis labios y manos. Volví a sudar y mis ojos se llenaron de lágrimas nuevamente.

Solo pude articular algunas palabras antes de irme en llanto...

—"Sáquenme de aquí... No lo quiero ver", imploro aún de pie.

—"Pría calma", María me toma de la cara y me abraza.

—"Vamos Pría tranquila", me sacan de la sala.

Luego de unos largos minutos y ya calmada. La psicóloga Castillo me informa que declararé delante de una cámara en una habitación que solo me podrá ver el juez, y no tendré que verlos, sobre todo a él.

Así lo hice con lujos y detalles rendí mi declaración como lo hice previamente ante la policía y la fiscal de mi caso.

El juez determinó la primera audiencia en 30 días para la ratificación de los delitos imputados: abuso sexual, maltrato y violencia psicológica y emocional, y aborto culposo.

Por todo esos cargos a Lussiano le podría dar de 3 a 5 años de cárcel. Aunque la fiscal quiso agregar otro cargo más: intento de femicidio pero no había evidencia suficiente para ello.

Transcurrió los 30 días en dónde el juez imputó los cargo. Y los días se liberó el juicio. Sin embargo, la justicia fue injusta conmigo solo 2 años y 45 días fue la condena que le dieron a Lussiano Laguna.

Al escuchar ese veredicto lloré amargamente. Solo quería salir corriendo de ese tribunal. Con esa decisión profundizaba mi resentimiento con la vida.

Mi abogado y la fiscal Ramos me dijeron que no me preocupara que iban a apelar la sentencia. Pero nunca me imaginé que una última voluntad de mi padre me ataría aún a la vida de Lussiano...

—"Hola Pría cómo estás?", me preguntó el señor George padre de Lussiano.

—"Cómo cree usted que esté ah?", contesto con amargura.

—"Tienes razón eso es una despreocupación de mi parte Pría", me dice.

Continuó hablando: —"Recuerda Pría que hay un asunto que tratar. Se trata de una última voluntad de padre como te lo comenté hace tiempo", me entrega una carpeta.

Comienzo a hojear cada papel que reposa en esa carpeta de cuero color marrón. No doy crédito lo que está leyendo mis ojos y cada vez mi corazón se estruja y mi mente no procesa de tanta información.

Mi abogado tenía una copia de esos documentos en sus manos y solo negaba con cara de asombro 😲 y sólo me hacia gesto que escuchara lo que el padre de Lussiano.

—"Bien Pría lo que tiene en tus manos es la última voluntad de tu padre adoptivo. Mi amigo Alfonzo visionó aún más tu futuro. La cuestión es hija que a partir de este momento estará bajo mi tutela. Como se explica allí tengo la potestad sobre tu bienestar emocional, financiera, salud, educación en fin hasta que seas totalmente independiente. Tengo en mis manos tu expediente sobre las evaluaciones psicológicas que te realizó el equipo de la fiscal Ramos, y presentas serios episodios depresivos y ansiosos...", lo interrumpí.

—"Culpa de quién ah?, de su maldito hijo", me levanté apretando mis puños.

María la trabajadora social me pide que me calme y me sienta de nuevo al sillón.

—"Tienes toda la razón Pría, Lussiano se comportó como un maldito y no lo justifico —agacha la cabeza— como te iba diciendo no estás en condiciones para hacerte cargo por ti misma es por eso que te propongo algo y es la única forma para que te recuperes pronto y puedas continuar con tu vida lejos de Lussiano y de esta familia si así lo deseas", me mira.

—"Una propuesta? De qué se trata señor George?", lo miro fijamente.

—"Que no apeles la sentencia y que sigas casada con Lussiano", me dijo.

—"Qué? Ser su esposa a la fuerza", niego totalmente.

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