We are the Champions

Es la hora de salir a relajarnos, no sé cómo lo dirán ustedes en tu ciudad pero es "el receso", dicen los maestros, decía Carlos haciendo gestos raros. Ven te voy a enseñar la cafetería es una cosa pequeña pero ya sabes las mujeres sacándose fotos para sus redes, puro filtro.

Llegamos a un pequeño local, afuera habían algunas mesas y bancas de concreto. Algunos tipos se acostaban en las mesas de concreto.

- ¿Que vas a desayunar?, decía Carlos.

- Nada ya desayuné.

- Hay no mames que chido, mi mamá no me da ni madres.

Yo me reía.

- La entiendo la pobre está en depresión ya sabes el cabron de mi papá la dejo por un más joven.

- ¿Y no te duele?

- Por qué, es lo mejor que me pudo pasar, mi papá y mi mamá peleaban todo el tiempo, aparte amigo su novia está tan joven que la cabrona me coquetea.

- No te creo, dije mientras me carcajeaba.

- Así como lo vez tengo mis encantos.

- Claro Carlangas.

- Oye no me digas así, me caga.

- Ok perdón.

- Es broma. Bueno espérame aquí voy a comprar algo por qué yo muero de hambre.

- Ok

Estaba sentado en una de las bancas de concretó cuando llegó la hija de la maestra de matemáticas con otras dos chicas.

- Hola Ricardo, decía sonriendo.

Carajo no por favor aléjate pensaba.

- Hola.

- Oye, ¿de dónde eres?

- ¿Como de donde soy?, dije confundido.

- Si donde naciste.

- Para que quieres saber, dije serio.

Una de sus amigas se me acercó.

- Mira niñito a mi amiga le gustas y quería hablar contigo, pero por lo que veo el señor se cree superior a nosotros, ¡te dije que era un mamón!, la chica se marchó con la otra.

- Adiós, dijo la hija de la maestra.

- ¡Mira nadamas te dejo solito y las moscas te siguen!, que suertudo.

- Cállate Carlos, que pedo con esa vieja.

- ¿Quién?, la loca de Rosalía.

- Así se llama.

- Si la de la falda de monja.

- Si esa

- Si la Rosalía es una vieja rara, siempre está enojada.

- ¿Es amargada?,

- Pues que te digo, dicen que su novio la engaño con una de la universidad, que suertudo.

No podía evitar reír, Carlos es la onda.

- ¿Y que te dijo?, decía mientras comía su torta de jamón.

- ¿Pues que de donde era?

El me miró

- Es verdad yo no te lo he preguntado.

- Soy de Querétaro

- No mames está bien lejos. ¿Y si aguantas el pinche calor?

- No mucho.

- Este es un horno, pero lo chido es que tenemos la laguna cerca y mira que las turistas están bien buenas.

- Vaya tú solo tienes ojos para las mujeres.

- ¡Y para que más amigo!

La campana falsa sonaba en todo el colegio.

- Vamos los siguientes maestros también son una jalada.

- ¿Por qué?

- Ya verás, este es el mejor colegio para divertirte, decía a carcajadas.

La siguiente clase era de física la maestra era una señora grande con un gran lunar en la nariz que la hacía parecer a una bruja y si era una bruja, apenas entramos, nos gritaba.

- ¡Rápido niñitos, no tengo su tiempo!.

- Voy a explicar el tema y después sacan una hoja y lápiz ¡examen sorpresa!.

- ¡Que no!, gritaban todos.

- Si no están de acuerdo pueden salirse de mi clase y nos vemos en el extraordinario.

Comenzaba a escribir en el pizarrón, para mí suerte ese tema me lo sabía.

- ¡Ahora la hoja!, gritaba.

Dictó dos ejercicios y pasamos las hojas, ¡nos vemos el miércoles!, gritaba mientras salia del salón.

- Hija de su..., ¿como te fue?, decía Carlos.

- Bien ese tema ya lo había visto.

- Que suerte.

Entraba el maestro de biología, era un señor bajito y sin cabello.

- Ok, chicos recuerden pagarme las copias, el que no pague las copias no tiene derecho a examen.

- No traje dinero.

- No te preocupes son veinte pesos, yo te presto ya luego me lo pagas.

- Gracias.

Me acerque al profesor, soy nuevo no sabía que tenía que pagar por copias.

- Si es que les doy para que trabajen en clases.

- A ok.

Me anoto en una pequeña libreta.

Otros chicos más se acercaron y le pagaban.

- Hola Ricardo, me miró la hija de la maestra de matemáticas.

La mire y corría a mi asiento.

Esa mujer me está acosando, pensaba.

- Muy bien saquen su hoja, quiero que observen la célula y para mañana necesito un resumen sobre el mitocondria.

- De una cuartilla, decía Rosalía.

- Si por favor, con dibujos a mano, nada de impresión, quiero que escriban.

- Pero eso es de la prehistoria, decía otra chica.

- ¡Me vale es mi clase señorita Sosa!.

- Creo que deberíamos usar la tecnología.

- De tanto que la usa no sabe ni escribir núcleo o célula, señorita Sosa.

Todos se reían de la chica y ella les hacía señas con el dedo de en medio.

Ya estaba fastidiado de las clases pero los lunes eran así, teníamos clases con casi todos los maestros.

Ya era la última clases y entro la maestra de química.

- Buenas tardes jóvenes, ya se que están hasta la madre a esta hora, pero música Paco.

Un chico encendió una bocina, era música de Queen, we are the Champions, todos se volvían locos gritando.

Yo me quedé asombrado de la maestra y mis compañeros. Ellos gritaban.

- ¡We are the Champions!.

Algunos saltaban y gritaban.

La canción termino y la maestra se reía.

- Muy bien, hoy veremos algunos gases de la tabla periódica. Todos prestaban atención hasta el Carlos tenía su libreta de química perfecta.

- Maestra tenemos un alumno nuevo, decía Paco.

- Si el señor Ricardo, se acercó a mi.

- Mucho gusto soy la Profesora Sofía Galmich un placer conocerlo joven, espero le guste mi clase y cualquier duda, no tenga miedo aquí en mi clase todas las preguntas son importantes.

Se dio la vuelta.

- Muy bien chicos, quien sabe la respuesta a la pregunta de la página 53, todos alzaban la mano.

- Ok, quien no ha participado.

- A ver Señor Arturo.

Era uno de los golpeadores, contestaba de manera correcta que yo no podía creerlo.

- Muy bien, decía la maestra.

Salimos de clases la maestra se quedaba hablando con algunos alumnos.

Era una mujer de 40 años se ve que en sus mejores tiempos tuvo un cuerpo increíble, sus anteojos la hacían ver qué era muy sabia.

- Creo que es la mejor clase, le dije a Carlos.

- Hay si la maestra Sofía tiene un doctorado es muy inteligente y apesar de ser soltera no es amargada.

- Es soltera, pensé que tendría hijos.

- Dice que ella prefiere la paz mental, no se a que se refiere.