Mis profesores.

Me senté a un lado de Carlos, los demás alumnos comenzaron a llegar.

La profesora entró al salón, los chicos de mi salón comenzaron a chiflar.

Yo no podía creer que estos tipos le faltarán el respeto a una profesora, pero cuando vi que se giraba, Dios como no chiflarle si está bien bonita.

No podía creer estoy pensando en que mi maestra es bonita.

- Esta bien buena la maestra verdad, decía el Carlos.

- ¿Y no se enoja que le chiflen?

- No le encanta que le digan piropos y la chuleen. Es que mírala nadamas está bien buena con esas caderas y esos pechos, decía Carlos alzando los brazos.

Yo solo me reía.

- ¡Basta jóvenes!, por favor, gritó la maestra.

Dios su voz era miel para mis oídos.

La mujer era hermosa y con una voz tan tierna, como no tener malos pensamientos con ella, además su blusa blanca entallada y esa falda tan pegada a su trasero.

- ¡Cierra la boca cabrón!, decía el Carlos.

- ¡Basta!, gritaba la maestra.

Todos guardaron silencio.

- Muy bien chicos, antes de empezar me informaron que tenemos un alumno nuevo

Ricardo Castillo te puedes levantar por favor.

- Si claro, dije nervioso.

- Chicos por favor sean amables con el y …

- ¡Yo le enseño todo maestra el es mi amigo!, gritó Carlos.

- Estoy hablando Carlos es de mala educación interrumpir a tus mayores.

- Si maestra disculpe.

- Bueno siéntate, vamos a comenzar con las clases.

Ella no solo era nuestra maestra de Español, también teníamos clases con ella de dibujó.

Las clases con ella eran a primera hora, los viernes eran dos horas, la primera y la última.

Jamás había mirado a una maestra como a ella, las profesoras del otro colegio eran viejas, pero está era joven le calculaba unos 27 años.

- Es casada, decía el Carlos mientras la maestra explicaba la clase.

- Ok, dije sonriendo.

- Su marido es un tipo muy galán, todos los días la recoge en un mega auto.

- Ok.

- Tiene una hija de dos años.

- Ok.

El pinche Carlos se sabía toda la historia de la profesora se ve que es su amor platónico, la mira y suspira el cabrón.

La profesora termino la clase, cuando salió del salón los chicos chiflaban y gritaban ¡mi amor te amo!

Yo me reía, creo que en está escuela los chicos son un desmadre.

- No mames si ella me diera un beso creo que no me lavo la pinche boca en días. Me calienta esa mujer, decía Carlos.

Yo no paraba de reir

- Un día me acaricio la mejilla y me dijo Carlitos no dejes que te molesten, defiendete. No mames sentí como todo el pinche cuerpo me temblaba y pues ya sabes.

- ¿Que?

- Pues tuve mi primera, se señalaba el pantalón.

- Ok

Era raro que Carlos me hablara con tanta confianza creo que si me considera su amigo.

La siguiente clase era de matemáticas, era profesora, está era un poco mayor que la de español y era ruda la señora.

Todos se sentaron rápido y nadie decía nada

Hablaba rápido y no le entendía nada.

- ¡Ok, cabrones!, dejen de estar de calientes, hacen sentir mal a la maestra, gritaba.

Un alumno iba a hablar cuando le gritó.

- ¡Cállate quién te dijo que tú opinión me importa!. Saquen su libreta y copien.

Una chica se acercó a su escritorio de la profesora mientras hacíamos unos ejercicios.

La profesora se levantó

- Ricardo Castillo.

- Si, dije nervioso.

- ¿Eres nuevo?.

- Si

- Muy bien espero que en tu otra escuelita te hayan enseñado bien, si tienes una duda me dices.

- Si, gracias.

No se que le dijo la chica pero me desoriento con la forma en que la profesora me habló.

La profesora salió de clases y entró el maestro de historia.

- ¿Quién es esa niña que se le acercó a la maestra de matemáticas?

- Es la hija de la maestra, creo que le gustas por qué tú suegrita te hablo bonito.

- Cállate tonto.

La chica me miro y sonrió.

No gracias paso, pensaba.

La verdad esa chica no era de mis gustos.

Y una suegra loca, no mejor me quedo solo.

- Buen día chicos comenzaremos con la clase abran su libro en la página 113, hablaremos sobre algunos acontecimientos importantes en la cultura Romana, por favor lean en silencio y hacen un resumen del tema.

El profesor se sentó en el escritorio y colocó sus piernas encima del escritorio.

- Ese tipo siempre es así, no da clases, solo dice lean y hagan un resumen, lo más chido es que al final te cuenta las firmas y te pone la calificación de acuerdo al número de firmas, el tipo jamás nos pone examen.

- ¿de verdad?

- si te lo juro esta es la materia más fácil que vas a tener.

- que bien, tome el libro y comencé a leer.

- ¿qué haces?, decía Carlos.

- leer y hacer un resumen.

- Eres un tonto mi amigo, solo copia un párrafo de los de la parte media de la lectura, el tipo no lo lee.

- ¿No lee el resumen?.

- No, una vez uno de esos idiotas, señalaba a los que lo molestaban, le escribio pinche viejo pendejo, te vas a la chingada en la mitad de su resumen y el profe lo firmo, el tipo no lee nada.

- Pues así, está será mi clase favorita.

- te dije que te ibas a divertir.

Nos reíamos en silencio.

- Muy bien ya se acabó el tiempo pasen a qué les firme su resumen.

Nos formamos frente al escritorio y le enseñaba el resumen y el lo firma sin ver la libreta. Cuando mire la firma no podía creerlo Carlos tenía razón el tipo no miraba lo que escribíamos.

El profesor salió y el siguiente en entrar fue el profesor de inglés, era un tipo alto, con gafas, las niñas se le acercaron cómo moscas y le coqueteaban, el tipo las abrazaba y las saludaba de beso.

- Ese vato es un pinche suertudo mira como las besa y las cabronas hasta se mojan, decía Carlos.

Yo no pude evitar soltar una carcajada este Carlos dice cada idiotez, que era imposible estar serio a su lado. Creo que le va agradar a Ramiro estos dos juntos serán un pinche desmadre.

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