EL VUELO 615 SE DECLARA DE AEROMÉXICO SE DECLARA EN EMERGENCIA

CAPÍTULO 4 : EL VUELO 615 DE AEREOMÉXICO SE DECLARA EN EMERGENCIA.

El vuelo iría directamente aquella vez hacia la capital del país, luego podría navegar hacia Oaxaca, Veracruz,

Villahermosa, Mérida y Cancún, en Quintana Roo, lugar de la nueva pernocta para las tres sobrecargos de aviación, en aquel día sábado lúgubre de invierno, y perdido entre los brazos del tiempo, y del destino de aquella historia, acerca de la vida de las tres sobrecargos de aviación.

Él capitán Mendiola era hijo de un comerciante que contaba con su centro de trabajo, en un mercado muy grande y popular, a donde llegaban todos los grandes camiones, que cargaban con una cantidad de innumerables mercancías, que eran traídas todas ellas de diversos lugares del interior del país.

Los patos disfrutaban del vuelo aquel día nublado y sin viento, esto se debía a que eran las 07:00 am de la mañana, y al no haber sol alguno que calentara a la superficie del suelo, y este por tanto no podía haber calentado al aire que se ponía en contacto con el terreno, era que no calentara por convección a todo aquel aire que entraba en contacto directo con este, óbice por el que no se creaban turbulencias del aire, como para haberlo convertido en viento, pues el viento no era más que aire en movimiento, que se debía al calentamiento de este último, al calentamiento del viento.

El DC-9-30 llevaba a sus mandos, a un ser humano que estaba estabilizado en un feliz matrimonio, que fuese seguro de si mismo, ya que era padre de dos chavales, y de una nena.

Era un hombre que se concentraba en todo lo que hacia, y no solo cuando es taba a los mandos de un reactor comercial, era un piloto de ala fija con poco más de 10,000 horas de vuelo, mismas que lo dotaron de la experiencia suficiente, como para haber ya volado a ese tipo de avión, y sería que en aquel sábado de invierno, le tocara como co-equipero, al capitán Agustines, un piloto que pasaba ya a dejar a la aviación de los Jets privados, por haberlo él así decidido, y que contaba, con poco más de 5000 horas de vuelo, en equipo DC-9-30, mismas que volara en aquella línea aérea, en la que ya prestaba sus servicios, por lo que estuviera bien preparado su copiloto, y le pasaba a caer de perlas al comandante,

Mendiola todo ello, por eso de que se pasara a garantizar, a la seguridad de la aeronave, en vuelo, claro, que bajo de mejores circunstancias de este, pero no bajo de circunstancias de vuelo tan adversas como las que surgirían, en esa mañana fría de invierno, y que alteraría prácticamente al vuelo entero del aparato, a vuelo entero 615 de Aereoméxico.

Él capitán Agustines era un hombre que soñaba como cualquier otro ser hu mano, que se entregaba a su trabajo, y que anhelaba ser comandante de jet DC-9-30 a como el capitán Mendiola ya lo era en aquellos días de frentes fríos.

Ese día había algo en la atmósfera del ambiente de trabajo, que anunciaba que tal vez todo esto no bastaría, algo que se respiraba y que tensaba a los nervios de la tripulación del vuelo 615.

Algo que inquietaba hasta el más sereno de los seres humanos.

(Capitán Mendiola)- A su dere, cof,cof, perdón, cof, cof, a su izquierda pueden ver a la Sierra madre orien, no a la sie, si, disculpen a la occidental, por otro lado el tiempo estimado de vuelo a la ciudad de los palacios, será de 17´minutos, si, esté, cof,cof les recomien, les recomiendo solo desabrochar sus cinturones, he, si, de seguridad, solo para lo necesario, cambio y fuera.

En el timbre y en la voz del comandan te Mendiola se adivinaba mucho estrés, y poca serenidad, algo no común en él, pero como presentía algo más allá de sus fuerzas, algo que fuera raro en la aviación comercial, algo que llenara de inquietud a toda la cabina de pasaje, y en si a las sobrecargos de aviación del vuelo 615 de Aeroméxico, él no podía relajarse, y le costaba aquel día, el no haberse controlado con facilidad, él y sus propios nervios, tal y como lo llevaba acabo normalmente en cada uno de sus vuelos.

Cuando faltaban 5´minutos para el aterrizaje, el Capitán Mendiola se dedicó a concentrarse en el vuelo, y recortaba un poco a las potencias de los 2 turbo reactores, con que contaba la nave, a quel hermoso DC-9-30.

Él comandante ordenaba y supervisaba de manera recelosa, casi como si cela ra a su novia de la secundaria, al según do oficial de abordo de la nave, él capitán Agustines, en el momento cuando este bajaba a el tren de aterrizaje, pues se respiraba aire que contaminaba de tensión extra nerviosa, al ambiente de cabina de pilotos, mientras hubo dialogado él Capitán Mendiola con él control de vuelo el CTA, y es que no deseaba co meter el más mínimo error él coman dante de la aeronave.

(Capitán Mendiola) – Torr, cof,cof, he, si torre, este, si México torre, cof,cof, claro esté, cof,cof, es un equi, equipo pa, para, no, cof,cof, equipo de vuelo DC-9-30 de Aeroméxico, procedente del sitio turístico de Ixtapa,

Zihuatanejo.

Él capitán Mendiola había decidido caer peleando, por lo que se auto controlaba y jalaba un poco de aire, por la naríz, y así repetiría su comunicado a control de tránsito aéreo, al CTA.

- Torre México este es un equipo de vuelo DC-9-30 de Aeroméxico procedente del sitio turístico de Ixtapa, Zihuatanejo, con plan de vuelo instrumentos, y con destino a la capital del país, solicito datos de aproximación y aterrizaje.

Acababa de comunicarse con la torre México, y le faltaba serenidad, misma que había tratado de ocultar con un remarcado esfuerzo cuando se comunicara con torre México, y era que todo esto preocupaba al capitán Mendiola, y antes de recibir respuesta alguna de torre México a sus solicitudes, el segundo oficial de abordo le hacia ver con cierto grado de estrés,(Algo no muy común entre aviadores), que el tren principal ya estaba en vuelo, pero que el tren de nariz no había logrado bajar.

Él comandante Mendiola con esta nove dad se llenaba de estrés, como se llenaba de agua un cántaro para la misma en época de secas, y fue que le ordenó al copiloto Agustines que lo retractara, y que lo debía de intentar de nuevo, pero ni aún así respondía el tren de nariz de dicha aeronave, y todo lo que acontecía, solo era una situación con la que ya contaban las tres sobrecargos de aviación, algo que se respiraba en el ambiente, algo que se alejaba, y que se retiraba de lo que normalmente se vivía en el interior, de un reactor comercial, ya que solían ser seguros, y bastantes confiables.

Él comandante Mendiola con una postura de la situación que le decía que aquello era algo más que eso, que era algo del destino, se declaraba en emergencia, algo que él no solía hacer, y procedía a realizar el check list para eso que andaba fuera de lugar, y que le acontecía al vuelo 615.

(Capitán Mendiola) - Torre México, el DC-9-30 vuelo 615, se declara en emer gencia :

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