León.
La mayoría de los joven de mi edad suelen estar pensando en chicas, en sexo, videojuegos, alcohol, tabaco etc. 17 años es la edad perfecta para cometer errores, es la edad donde la consecuencia se piensa después de la acción y el lado bueno es que ya no cometerás el mismo error o eso quiero pensar.
El mayor tiempo posible me la paso imaginando qué sería de mi si hubiera tenido una vida común como la mayoría, si todas las noches no tuviera que volver a esta hermosa habitación, llena de lujos pero con un maldito olor a sangre, y con la sensación de estar rodeado de personas mirándome todo el tiempo.
— León te llama el capitán — interrumpe el idiota del general en mi hora de descanso, rodé los ojos al escuchar la orden de la máxima autoridad de esta podrida isla, cometí un error al no detener a la niña tonta que tuvieron que matar antes, ahora tendré que recibir un castigo y ruego porque apunte con su perfecta arma en mi sien y jale del gatillo, sería la manera más fácil de terminar con esto.
Me levanté de la cama y salí de la fría habitación, camine por los pasillos, subí por las escaleras y después camine por otro largo pasillo hasta que por fin llegué a la oficina, respire profundo antes de entrar, el capitán estaba de espaldas tenía la vista sobre el mar, solo veo el humo que salía de su boca y se desvanecía en el aire, hice un mohìn a sus espaldas para luego aclarar mi garganta y así llamar su atención.
— León — dijo con una voz ronca, luego se levantó con elegancia como de costumbre, y poco a poco volteó y me miró fijamente, odiaba ver esos mismos ojos todos los días frente al espejo, le dió una última calada a su cigarrillo para después apagarlo en el cenicero sobre su escritorio.
— Hoy cometiste un error — aseguró mientras saco su arma dorada de un cajón — ¿Sabes que le hago a la gente inútil? — me mira con el ceño fruncido en espera de mi respuesta, pero solo asentí con la cabeza sin dejarme intimidar por su mirada fría y despiadada, el capitán forzó una sonrisa ante mi gesto y camino hacía la habitación de la derecha, esa habitación estaba llena de pantallas que transmitía todo lo que pasaba en cada rincón del arca, así llamaba al hotel— ven aquí — ordenó y camine como un maldito robot bien controlado — Hoy murió una de las chicas por culpa tuya... ¿Quieres que muera otra? — cuestiona frunciendo el ceño y con una sonrisa ególatra.
— por mi mátalas a todas, sería más fácil morir ahora que atravesar por el infierno que les espera — respondo mientras enfoco mi mirada en una de las imágenes, uno de los clientes VIP estaba eligiendo a una de las chicas.
— León — se acerca hasta mi — Erick— susurra. — este es tu legado.
— Mátalas de una maldita vez — grito a todo pulmón, mi sangre hervía de rabia, podía sentir ardor por mis venas, él maldito hombre simplemente sonrío a gran voz, su maldita risa resonó el las paredes de aquella oscura habitación donde todo se planeaba y controlaba.
— Te voy a obsequiar algo, tienes un par de días para elegir a una de las chicas, tal vez tener sexo te abra la mente.
— ¿Qué? Eres un depravado, enfermo, psicópata ¿Cómo se te ocurre? No quiero a una de las chicas.
— Bien, bien, entonces a uno de los chicos del equipo, realmente no me importa tus preferencias — Abrí los ojos grandemente ante su atrevimiento — No tardes.
Volví a mi habitación peor que como me fui, he cometido tantos errores pero nunca he recibido un castigo, la mayoría de los que comenten el más mínimo error terminan muertos y su cuerpo es para darle de comer a Zeus y a luna, los tiburones del capitán, hablando de luna por mi ventana puedo ver la magnífica luna llena en lo más alto del cielo dejando ver su perfecto reflejo sobre el imponente océano, recuerdo cuando mi madre solía contarme la leyenda de los hombres lobos, siempre me aterraba pensar que podía aparecer en cualquier momento, como extrañó a mi madre llevo más de un año sin verla, nunca me perdonaré no haber podido protegerla, cuando era pequeño solía pensar que me convertiría en un hombre lobo y acabaría con la gente mala, cuando crecí un poco quise ser detective y ese era mi sueño hasta que el capitán apareció y arruino mi vida y mi futuro, ahora no sé que voy hacer, en que tipo de hombre me voy a convertir.
Abrí la ventana y salí para sentarme en la silla del balcón, deje caer mi espalda sobre el respaldo y, saque un cigarrillo de la bolsa de mi chaqueta lo prendí con rapidez para luego por fin darle una calada y dejar que el humo recorriera por todo mi sistema respiratorio, la sensación era relajante y placentera, si el capitán me descubre armaría un gran show pues él odia que fume, según eso acabara con mi vida, si supiera que el que está acabando con mi vida es él mismo.
Respire profundo y recordé lo que dijo antes, no había que pensar mucho a quien elegir, por lógica elegiría a la chica que está aquí por mi culpa, cuándo el capitán me deje sacarla del arca la ayudaré a escapar, no será difil pues Jack el "capitán" del barco me debe muchos favores., Recuerdo muy bien el día que capturaron a Zoe, esa tarde trate de huir de Sócrates y lo que no sabía es que traía un rastreador en el piercing que tenía en la ceja, y por ende el infeliz me atrapó, él y sus hombres me comenzaron a golpear en un callejón, la ingenua y estúpida de Zoe pensó que ayudaría al gritar que llamaría a la policía... Sócrates la capturó y así terminó ella aquí, solo por querer ayudar a un desconocido.
A la mañana siguiente lo primero que hice fue ir en busca del capitán, él aún no llegaba a su oficina así que me tocó esperar, después de 10 minutos por fin apareció.
— Quiero a Zoe — musité.
— Buen día, me alegra escuchar tu voz tan temprano, deberías hablar más... Tu voz es linda — susurra con una extensa sonrisa en sus labios, su fragancia me mareaba. — Entra — ordena mientras abre la puerta, con la espalda erguida y pasos seguros caminó hasta su escritorio dónde se sentó en una esquina y se cruzó de brazos. — Así que Zoe es la afortunada — indaga.
— Si ella — respondo con firmeza, el capitán esbosó una sonrisa de medio lado para después sacar el móvil de su bolso y llamarle a alguien.
— Sacrates necesito que lleves a Zoe a la habitación de león... Mi muchacho quiere perder la virginidad. — lo miraba con tanto odio y repulsión, mientras el no dejaba de sonreír, ya veremos si así va a sonreír cuando descubra que ella ha escapado. — Listo, tu princesa te espera en tu habitación.
— gracias — mascullo para darme la media vuelta y salir de la oficina, apresure mis pasos de regreso a mi habitación, mi corazón palpitaba con tanta prisa que podía escuchar el sonido de sus latidos, me sentía nervioso, no sé si ella estará de acuerdo con mi plan, antes de girar la perilla de la puerta respire profundo.
Al abrir ella estaba sentada sobre la cama con el rostro inclinado, sus hombros subían y bajaban con rapidez, lucía un vestido azul de tirantes, zapatillas blancas y su cabello negro estaba trenzado y adornado con orquillas.
— Hey — musité para llamar su atención pero al escuchar mi voz su cuerpo comenzó a temblar y su sollozo se hizo más fuerte. — Zoe — susurré sin acercarme pues estaba aterrada, ella poco a poco levantó y ladeó su cabeza hacia mi, sus grandes ojos azules se encontraron con los míos, no sé cómo desifrar esa mirada llena de temor. — tranquila soy yo y, te voy a ayudar a salir — su mirada cambio en segundos, ahora había un pizca de esperanzas en ellas.
Durante todo el día ella se sentó en el rincón de la habitación, no dijo una sola palabra y ni siquiera quiso probar bocado, estaba en los huesos, me sentía tan culpable de que ella esté aquí.
Por la noche me acerque un poco a ella y le expliqué el plan, por suerte Jack iba a cooperar conmigo, todo estaba listo solo había que esperar a la madrugada que es cuando los guardias más tontos cuidan las entradas.
— Gracias por ayudarme, cuando esté a salvó volveré por ti... Te lo prometo — sollozó y sujeto mi mano entre las suyas, forcé una sonrisa pues por su promesa ella me había perdonado, Zoe durmió un poco y cuando dieron a las dos de la mañana la desperté, le dio un jugo y una manzana y cuando terminó de comer nos dispusimos ha salir. — Gracias — susurró y me dió un cálido abrazo — desde que mi madre murió nunca nadie me había abrazado otra vez, disfrute esos segundos, necesitaba ese abrazo.
Salimos sin hacer ruidos, cuando pasamos por las camaras de seguridad caminamos en cuclillas y pegados a la pared, me sentía nervioso, mi corazón quería salir de mi pecho, todo mi cuerpo sentía un escalofrio; eso era miedo, cruzamos el primer pasillo y la primera puerta sin problema, ahora había que bajar y el ascensor no era buena idea, teníamos que bajar por las escaleras y nos encontrábamos en el cuarto piso, lo bueno de todo es que las camaras de las escaleras estaban siendo reparadas y no mostraba una buena imagen, si teníamos cuidado al bajar no seríamos descubiertos. Bajamos el primer piso sin problema, luego el segundo y así hasta el último piso, tenía la puerta frente a nosotros, sentí un alivio por dentro la volteó a mirar y ella sonríe aliviada, caminamos pegados a la pared hasta la puerta principal, puse mi huella y está se abrió, la tomé de la mano y cuando estábamos apunto de poner un pie afuera el sonido de un disparo resonó en mis tímpanos, sude frio mi corazón se quería detener, mi respiración se acelero, sentía todo mi cuerpo temblar, Zoe poco a poco fue soltando mi mano, todo paso en un segundo pero yo lo viví en cámara lenta, poco a poco volteó al suelo dónde ella estába boca abajo cubierta de sangre.
— llévenlo al sótano — ordenó el capitán saliendo de la bodega.
— ¿Qué hiciste? ¿Por qué? ¿Por qué? — grite entre lágrimas.
— ¿Cres que te ibas a quedar sin castigo está vez? No hiciste nada cuando esa chica salió corriendo en la playa, provocaste un caos. Además nadie de las chicas puede salir de aquí, al menos que un cliente la compré o que estén... muertas! — el maldito se encoge de hombres y vuelve a la bodega mientras Sócrates y otro hombre me arrastran al sótano, puse resistencia pero no logré nada, el cuerpo de Zoe quedó tirado en el piso, ahora sí, yo no tenia la fuerza para seguir adelante.
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Updated 43 Episodes
Comments
Clara Rodriguez
pues del color q los tengan pero son unos delincuentes
2024-02-23
0
Yasmín Fontén
En esta novela, todos tienen los ojos azules 🤔!!!
2023-03-27
2
Melisuga
*descifrar
2022-08-26
0