JULIETA
— Juliet si no te das prisa no llegarás al colegio.
— cinco minutos más por favor — la voz de mamá era dulce y agradable, escuchar su voz era como la luz al final del túnel, me llenaba de tranquilidad.
— De prisa — una voz aterradora resonó en mis tímpanos, mi subconsciente se negaba a reaccionar estaba en una especie de ficción y realidad. — muévete idiota — gritó una vez más y ahora sentí un dolor en la pierna derecha, poco a poco abrí los ojos y de nuevo volví a mi pesadilla, el hombre rudo de ojos azules estaba frente a mi, lucía rabioso como la bruja de una película de terror que había visto.
Trague saliva en seco y después me puse de pie con un poco de dificultad, al salir de la camioneta observé el lugar, estábamos en un puerto, el océano enorme y azul estaba frente a mi, mire a mi al rededor en busca de alguna buena alma que nos pudiera ayudar pero no había señal de algún humano, unas cuantas aves de playa volaban por el lugar, las otras chicas ya estaban formadas en una fila recta, todas con la mirada hacia el suelo.
— camina — ordenó enfadado el hombre mientras me empujó con brusquedad a la fila, el chico amargado de ojos azul obscuro camino hacía un barco o más bien un yate enorme de color blanco, todas las chicas fuimos detrás de él, entramos y nos dirigió hasta el fondo del yate dónde bajamos por unas escaleras de madera, llegamos al que parece ser la bodega, adentro hay cajas de maderas y barriles.
A cada paso me ponía más impaciente, esto era demasiado para un secuestro, durante mi corta vida he visto novelas, películas de secuestros dónde tus secuestradores te llevan a un lugar oscuro y te encierran por un par de días hasta que tú familia pague el rescate y durante ese tiempo puedes hablar con ellos para comprobar que aún estás viva, estaba casi convencida que esto era algo más que un simple secuestro, lo más seguro es que nos iban a matar para robar nuestros órganos internos. Mientras pensaba mi corazón se rompía en mil pedazos, aún deseo ver a mis padres y conocer a mi hermanito, mis lágrimas comenzaron a rodar por mis mejillas y mi llanto comenzaba hacer más ruidoso, adentro del lugar con olor a alcohol y ha madera podrida habían más chicas sentadas en el suelo, todas jóvenes unas más altas que otras, de cabello corto, largo, morenas, blancas, en total éramos cómo 30 chicas.
Mi respiración comenzó a agitarse, sentía la mirada de todos sobre mi, estaba apunto de sufrir una crisis nerviosa, hace mucho que no lo experimentaba, mi mente solo pensaba en una cosa: muerte, mis lágrimas aumentaron y cuando estaba apunto de comenzar a gritar el chico de ojos azul profundo se acercó a mi.
— ¿Qué sucede? — gruño.
— Necesito ir al baño — respondí alterada incapaz de mirarlo a los ojos.
— Está es la que nos dará problemas — habló un hombre moreno y fornido. — León llévala — ordenó y el chico rodó los ojos, después sujeto mi hombro derecho y halo con brusquedad, salimos del cuarto oscuro y caminamos por un pasillo hasta que llegamos a otro cuarto, él abrió la puerta y movió su mentón para que entrara, indesisa entre y observé a mi alrededor.
— Tienes un minuto — gritó desde afuera, el olor era nauseabundo, el retrete estaba salpicado de suciedad humana, sentí náuseas al ver lo asqueroso que esto lucía, agarre mucho papel y limpie al rededor, cerré los ojos fuerte y me senté tratando de contener mi respiración.
— 10 segundos — gritó una vez más, al escuchar su voz abrí rápidamente los ojos, después de terminar camine hasta el lavabo dónde lave mis manos y me eche agua en el cuello, llevaba ya mucho tiempo sin darme una ducha, mi piel se comenzaba a pegar por si sola.
— Gracias — susurré cuando abrí la puerta, el joven mi ignoró por completo y de nuevo me empujó para volver.
Antes de cerrar la puerta de la bodega me dieron un pan duro y una botella de agua, el lugar estaba oscuro y húmedo.
Me senté sobre el suelo y comencé a morder mi pan o eso intenté cuando escuché el llanto de una de la chicas, mi corazón se rompió, de seguro ella extrañará tanto a su familia cómo yo, arrastrando las rodilla me acerque hasta ella, y me senté a su lado, ella estaba temblando, era una suerte que ya no estábamos atadas pues jale su mejilla y lo acomode sobre mi hombro.
— ¿Qué nos van hacer? — sollozó sobre mi hombro, quería darle esperanzas pero sería mejor que fuera asimilando nuestro futuro.
— yo creo que ellos quieren nuestros órganos — respondí con un nudo en la garganta, su llanto aumento, después de que se controló me dijo su nombre, Lili, es de Colombia y venía del colegio cuando la raptaron.
Habíamos navegado por muchas horas, por ratos me sentaba y cuando me cansaba me ponía de pie, dormí unas horas y despertaba llorando al no tener a mi familia a mi lado, había perdido la noción del tiempo, no sabía cuántos días y noches había pasado. Con un profundo respiro me senté en el frío piso y abrace mis rodillas, cerré mis ojos e imaginé que era lo que me esperaba, lo más seguro es que llegaremos a un lugar lleno de sangre, me arrastrarán hasta un cama de fierro y ahí comenzará la tortura, apuesto que lo primero que sacarán será mi corazón.
La puerta se abrió y las luces se encendieron, con dificultad abrí los ojos y frente a nosotros aparecieron 5 hombres, todos malencarados y fornidos, uno de ellos se acercó y comenzó a ponernos en una fila cuando todo estába listo llegó otro hombre, este lucía diferente, alto, fuerte, ojos azules oscuros, labios delgados, piel blanca y cabellos castaños, vestía de traje color negro, impecable sin arrugas, zapatos brillosos y una loción que me hacía viajar a otro mundo, él lucía imponente, elegante y educado, caminaba con pasos firmes y seguros, se detuvo frente a la primera chica y con mucha delicadeza la tomo del mentón y la miró de un lado y luego del otro, sonrió de medio lado y se alejo.
— Hola pequeñas — saludó y aún que no parecía latino su español era perfecto, sus voz era ronca y profunda, ni una de nosotras se atrevió a responder — Lamento mucho conocernos de esta manera — sonríe — la libertad depende de ustedes, ahora necesito a las chicas que son vírgenes de lado derecho y a las que no lo son las quiero de lado izquierdo — Todas las chicas quedaron confundidas pero comenzaron a moverse, yo me quedé estática sin mover un solo músculo, tal vez si digo que soy virgen me dejen ir o probablemente sea todo lo contrario, en mi mente había una discusión y no me percate que el hombre elegante camino hacia mi hasta que su voz me hizo reaccionar.
— ¿Cuántos años tienes mi niña? — preguntó enarcando la ceja.
— quince — titubeo sin hacer contacto visual, él tomo mi mentón y ladeó mi cabeza con delicadeza de un lado y luego del otro.
— Veamos ¿Alguna vez has tenido novio?
— No.
— Eres muy bonita y delicada — susurro entre sus labios —¿Alguna vez haz estado a solas con un chico?
— No.
— Muy bien entonces tú vas a la derecha — me sonrió y luego tomo mi mano, su piel era cálida y muy suave. — Ustedes vayan con León y Sócrates — ordenó y fue entonces que el dichoso león asomo de nuevo por la puerta, en total éramos 22 chicas y las otras 8 se quedaron con el hombre elegante.
León iba enfrente, salimos del yate y frente a nosotros teníamos un lugar lleno de árboles y rodeado por el invencible mar, estábamos en una isla, dos furgonetas esperaban por nosotras..
— Necesito volver a casa, necesito ir a casa — comenzó a gritar Lili sumergida en un llanto desgarrador, su mirada estaba ausente y solo gritaba que quería volver a casa, león abrió los ojos sin saber que hacer, parecía que dejó de pensar o tal vez estaba pensando más de lo normal, Lili comenzó a correr sobre la arena.
— Despierta idiota — gritó el hombre que era Sócrates mientras empujó a León pero seguía en shock, entre gritos Sócrates salió corriendo por Lili pero está ya le llevaba ventaja, sin poder alcanzarla optó por sacar su arma y disparar, Lili cayó al piso y todas gritamos aterradas, león seguía sin reaccionar así que todas comenzamos a correr por diferentes partes, yo opte por ir al norte, corrí hasta que mis piernas no dieron para más, hasta que se estaban enredando entre ellas mismas, me detuve atrás de una palmera, apoyé mis manos en mis rodillas y trate de recuperar el aliento, mi pecho subía y bajaba con una rapidez impresionante, nunca antes había corrido tanto, mis pulmones ardían y mi garganta dolía de la resequedad, por un segundo me sentí a salvó, volvería con mamá, deje de pensar tanto hasta que de nuevo esa voz profunda me sorprendió estremeciendo todo mi interior.
— Bu — mis ojos se abrieron de sorpresa mientras que mis lágrimas las inundaron, mi corazón estaba aterrado, el señor elegante con una sonrisa tétrica me tenía en sus manos.
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Updated 43 Episodes
Comments
Angela Cortes
mejorando me gusta
2022-10-07
2
Melisuga
*indecisa
2022-08-26
0