2. (Im)Perfectos Desconocidos

“El verdadero amor es como los espíritus: todos hablan de ellos, pero pocos los han visto”- Francois de la Rochefoucauld (1613-1680)

Valentino Pov 

Mis ojos no se podían apartar de ella, por mi mente cruzaban millones de pensamientos pero ninguno era puro o con buenas intenciones, oh no… por supuesto que no.. yo no era un ser con buenos pensamientos…

Necesito toda la información de esa mujer…- murmuré para mí mismo sin apartar la mirada aunque ella ya había desaparecido de mi campo de visión.

Rápidamente tomé mi celular y marqué el número de mi asistente, necesitaba esos datos lo más pronto posible.

Kristina

- Dígame señor ¿qué se le ofrece?- contestó rápidamente.

- Necesito que investigues a una persona; quién es\, donde vive\, en donde trabaja ¡si es necesario hasta que hora acostumbra dormir!- dije con mi típico tono serio-. ¿Entendido?

- Si señor\, no hay problema- aseguró.

- Dí por terminada la llamada y continuamos con el rumbo a casa en un silencio tan sombrío que podía hasta cortarse con una cuchilla\, pero sí hablábamos con sinceridad… me gustaba más el mutismo que el escándalo.

 Habíamos tardado un poco más de lo habitual en llegar a la mansión debido al tráfico.

<< Molesto… >>

Inmediatamente al estar frente a las enormes puertas principales, los servidores me abrieron las puertas e inclinaron la cabeza en seña de respeto; era una persona a la cuál no le gustaba que le miraran directamente o al menos no cualquiera, también valoraba mucho mi espacio personal, y por lo tanto mi vida privada era eso, privada.

No miré a nadie, ni siquiera me tomé la molestia de saludar a mi fiel mayordomo, estaba exhausto y solo quería tomar una siesta… después de despertar en aquella habitación de hotel había tenido una terrible jaqueca y no llevaba mis analgésicos.

<< ¡Vaya suerte! >>

 

- ¿Señor?- escuché la voz de Carlo\, mi mayordomo al otro lado de la puerta-. ¿Me permite pasar?…

- Claro… pasa- suspiré y me senté en la orilla de la cama.

 

Carlo entró a mi habitación con una charola en sus manos en la que había una taza y con una pequeña cajita en la que suponía que contenía uno de mis analgésicos.

- Señor\, me informaron que sufrió de jaqueca en la mañana- cerró la puerta y se acercó a mí lentamente pero con paso decidido-. Le traje un té recuperador y un analgésico para que pueda descansar un rato- me extendió la taza con el caliente té y la pastilla.

- Gracias Carlo- me lo terminé de un solo trago junto con la pastilla.

- Por cierto señor…- dejó todo en la mesita de noche y se puso justo frente a mí-. Me enteré que le pidió a Kristina que investigara a una joven\, y por cómo lo veo… es con la que pasó la noche- dijo con suma seriedad.

- Así es…- me puse de pie y lo encaré-. ¿Hay algún problema Carlo?- levanté una ceja esperando su respuesta.

- Usted sabe\, que he trabajado para usted por más de 15 años- habló en el mismo tono-. Solo busco su bienestar y no quiero que se meta en problemas.

Las palabras de Carlo habían retumbado en mi mente, nunca lo había escuchado decir algo así, a excepción de cuando la señorita Parisi me hizo aquello…

Él era más como una figura paternal que mí mismo padre, quien me había dejado solo cuando más lo necesitaba.

Sabes que te tengo un respeto enorme Carlo- hablé suavemente-. Pero no tienes que preocuparte… ¿dime cuándo he cometido alguna necedad?- pregunté seguro de mis palabras.

En ningún momento señor…- negó con la cabeza.

Sabes que en privado, puedes decirme Valentino.

Carlo me miró a los ojos y asintió, me dio unos leves golpecitos en el hombro y sin más tomó la charola para retirarse de la habitación, dejándome completamente solo.

Solté un pesado suspiro y me quité mi saco arrogándolo al sillón más cercano, no me encontraba del suficiente humor como para preocuparme de levantar mi traje; tomé mi celular y coloqué una alarma a las 8pm, con eso tendría suficiente tiempo para prepararme e irme al coctel de hoy.

<< Debo descansar si quiero aguantar la larga velada que se avecina >>

Y con ese pensamiento me metí entre mis sábanas para finalmente cerrar mis ojos y caer inconsciente.

Samantha Pov

Después de atravesar toda la ciudad para llegar a mi hogar  tuve que enfrentar a mi enojada madre, quien me esperaba justamente en la entrada de la casa esperando una explicación más lógica que la que le había dado por teléfono pero por supuesto volví a asegurar que estuve en la oficina.

¿Finalmente ella me creyó y dejo de insistir pero me hizo prometer que le avisaría cuando no tuviera pensado llegar a casa para no hacerla preocupar.

 

- No te preocupes madre- la tranquilice-. Cuando no tenga planeado llegar a casa llamaré\, ¿sí?- la abracé con delicadeza.

- De acuerdo\, pero tienes que prometer que si lo harás\, serás consciente y responsable\, por último no volverás a hacer algo como esto jamás- advirtió.

- Sí madre…- asentí.

De repente me sorprendió cuando mi celular empezó a sonar indicando que alguien estaba llamando, saqué este de mi bolso y cuando vi de quién se trataba observé a mi madre de reojo para alejarme.

Alonzo

- ¿Hola?…- susurré.

- ¿Sami? ¡Por fin contestas!- gritó mi mejor amigo en forma de reclamación-. ¿Dónde has estado mujer?

- Perdóname Alonzo\, he estado algo ocupada el día de hoy- suspiré-. Pero dime qué ocurre- sonreí mientras - miraba cómo mi madre tejía un sweater.

- Bueno\, acepto tus disculpas… pero te llamaba porque necesito de tu ayuda- dijo nervioso-. Tengo que asistir a un evento importante hoy en la noche y no tengo acompañante- rió.

- Ya sé para donde va esto… y si\, acepto ser tu acompañante pero a cambio quiero que me invites a cenar- sonreí con superioridad a pesar de que sabía que él no me veía.

- De acuerdo- escuché como rió-. ¿Te pasaré a recoger a las 8:30pm de acuerdo? ¡Ah y por cierto\, estrena aquel vestido que te regalé en tu cumpleaños\, el dorado!- dijo con un tono pícaro.

- Bien! Nos vemos- corté la llamada rodando los ojos por su último comentario.

Chequé la hora en la pantalla de mi móvil, eran apenas las 5pm… tenía un buen rato para descansar, tomar una relajante ducha y arreglarme para el dichoso evento de Alonzo.

Me despedí de mi madre y subí a mi cuarto para poder dormir un rato, al subir lo primero que hice fue quitarme los molestos tacones que me estaban matando los pies y me senté en mi escritorio, prendí mi laptop e inmediatamente llegaron emails… muchos de ellos del banco exigiendo al menos unos pequeños depósitos para pagar lo que debíamos de la hipoteca.

<< ¿De dónde se supone que sacaré este dinero? >>

Cubrí mi cara con mis manos y solté un suspiro de frustración; no podía decirle a mi madre sobre estos problemas… hace unos días los vecinos me habían dicho que un hombre había venido preguntando por nosotras, y tengo la leve sospecha de que se trata de mi padre, de aquel cobarde pero no la quiero abrumar ni ponerle los pelos de punta a mamá con esto… ya ha pasado por mucho y no se merece más sufrimiento.

<< Si tengo que trabajar doble turno o hacer más que los demás… no me importa >>

 

Y con estos problemas en la cabeza y en las circunstancias en las que me encontraba, ya no me dieron ganas de dormir; me la había pasado horas enviando mi currículum a editoriales y empresas, hasta que mi reloj anunció las 7pm y me apresuré a darme una ducha.

¿Estaría bien el dorado?- murmuré para mí misma-. Bueno, es el vestido más decente que tengo en mi armario…- me encogí de hombros y coloqué la hermosa y larga vestimenta sobre la cama.

Me coloqué mis prendas interiores, y finalmente el bello vestido, me sequé y peiné mi larga cabellera haciendo unas pequeñas ondas, finalmente un toque de maquillaje para resaltar mis rasgos; me di un último vistazo en el espejo y sonreí.

<< Qué empiece la función >>

Escuché como tocaban el timbre y como el sonido retumbaba por la pequeña y acogedora la casa, rápidamente tomé mi perfume y me apliqué solo un poco en los puntos clave.

- ¡Sam! ¡Lochito está aquí!- solté una pequeña risita al escuchar cómo mi mamá le decía a Alonzo.

- ¡Ya bajo!- contesté mientras salía con cuidado de la habitación.

Iba bajando con delicadeza los escalones cuando pude visualizar a mi amigo en la entrada y a mi madre a su lado con una linda sonrisa, ambos viéndome atentamente.

- ¿Y qué tal? ¿Cómo me veo?- di una vuelta con nervios.

- Te ves muy hermosa\, magnífica y nerviosa- dijo Alonzo mientras tomaba mi mano y depositaba un beso en ella.

Me sonroje al instante y le agradecí, mi madre nos miraba con ternura y brillo en sus ojos, típico de ella cuando "Lochito" estaba cerca de mí; nos despedimos y prometimos regresar antes de la 1am, o bueno... al menos eso dijo mi acompañante.

- Tu tranquila...- me dijo ya una vez en su auto-. Es solo un coctel\, personas ricas con las que tengo que conversar...- dijo para tranquilizarme.

- No te preocupes\, estaré bien- sonreí.

El resto del camino nadie dijo nada, solo me dedicaba a ver por la ventana y mentalizarme de que todo saldría bien ya que la última vez que salí terminé en la cama con un misterioso hombre.

Al llegar me sorprendí demasiado, era una enorme mansión.. creo que si me dejaban sola en este lugar si me perdía; enrollé mi mano en el brazo de Alonzo y entramos al gran lugar, estaba repleto de personas bien vestidas, meseros con charolas ofreciendo Champagne, vino y algunos postres... definitivamente un evento de ricachones...

- Sami\, acabo de ver a un hombre con el que necesito hablar de urgencia- me dijo mi amigo al oído-. Si quieres ve a la mesa de postres a comer algo\, te veo allí en un rato pero no te muevas de ahí- advirtió.

- Esta bien\, no te preocupes- asentí-. Ve.

Vi cómo mi amigo se alejaba y se acercaba a un hombre de ya avanzada edad para empezar a conversar; me quede sumida en mis pensamientos que una mano en mi hombro me hizo brincar del susto.

- ¡AHHH!- me aleje de inmediato y mire a mi lado\, había un hombre alto\, con un físico increíble que hasta en el traje se le podían notar sus trabajados músculos\, un rostro hermoso... pero con un aura que imponía y que congelaba... ¡¡era un adonis este sujeto!!

- Nos vemos de nuevo...- habló fríamente\, tanto que me puso los pelos de punta-. Señorita Nuñez.

<< Hay no... puede... ser... >>

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Comments

Ana Luisa Khairallah

Ana Luisa Khairallah

Me va gustando la novela hasta aquí, autora.
Solo que en la última frase es "ay" de pena (no "hay" de haber algo).

2023-04-01

1

Calo

Calo

Interesante

2023-03-29

0

Gladys Zapata

Gladys Zapata

será el

2023-03-24

0

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