Primer intento

Renzo invito a Leyla y sus amigos a ir adentro al sector vip.

- Anímate, todo estará bien. Yo te cuido. - Renzo estiró la mano hacia Leyla para que ella la tomara.

Llegaron a la parte más lujosa del club, solo estaban ellos, eso tranquilizo a Leyla. Les sirvieron tragos, ya más relajados Renzo quiso aprovechar la confianza que la argentina depositó en él y bailando la tomó por cintura y la pego contra su cuerpo, Leyla lo empujó y bajo las escaleras corriendo, ninguno de los presentes entendió su reacción. Una vez afuera Leyla pudo respirar, había sentido una mezcla de miedo y escalofríos, rechazo y atracción, le gusto que la abrace así pero sus recuerdos fueron más fuertes; estaba debatiéndose entre sus pensamientos cuando una mujer rubia muy bonita y bien vestida se acercó a ella.

- ¿Estas bien? Te vi salir corriendo. - Dijo Virginia fingiendo preocupación.

- Si, si. Gracias, solo necesitaba tomar aire. - Respondió Leyla con una sonrisa.

- Acompáñame, aquí también está lleno de gente. Del otro lado te sentirás mejor. - Dijo Virginia señalando a cualquier sitio.

Leyla la siguió, el lugar estaba oscuro, preguntó si no era peligroso estar ahí pero nadie respondió solo sintió algo filoso meterse en su cuerpo una y otra vez, su cuerpo se quedó sin fuerzas y cayó al piso.

Renzo, Cristina, Lautaro y Marcela buscaban a Leyla por todo el club. El colombiano hizo detener la música y la llamó por el micrófono pero Leyla no apareció, se sintió un idiota por haberla tocado así, aunque él no entendía el motivo por el cual ella se comportó así, maldijo a su ex novio, sospechaba que él era el culpable de que ella sintiera repulsión hacia otro hombre "sigue amando al idiota ese" pensó. Cristina y Marcela fueron al hotel pensaron que Leyla estaría allí.

- No está en su habitación. Tengo un presentimiento muy feo. - Dijo Marcela

- ¡No empieces con tus cosas! Vamos a la piscina. - Dijo Cristina tomándola del brazo.

Las dos salieron pero no había nadie cuando llegaron, el casino estaba cerrado. Decidieron volver con los hombres de Renzo y buscarla en las calles cercanas al club, tampoco dieron con ella.

Mientras tanto en el boliche la buscaban por todos los baños, afuera en los alrededores. Un guardia de seguridad aporto un dato importante cuando Renzo le mostró la foto de Leyla que se habían tomado hacia una hora antes.

- La vi hablando aquí con su novia señor. - Dijo señalando una mesa del exterior del boliche.

Renzo agradeció y fue a buscar a Virginia pero tampoco la encontró, se dio cuenta que algo le había pasado a Leyla. Lucas había llegado acompañado por Katherine, había aprovechado esa noche para invitarla a presenciar el concurso de belleza, llevaban un mes saliendo. Recorrieron todos los alrededores del boliche, Renzo hizo bajar la música por media hora, estaba a punto de volver cuando escuchó unos gemidos corrió en dirección a ellos y la encontró agarrándose el abdomen bañada en sangre, a los gritos pidió ayuda haciendo señas con la linterna, la cargo en sus brazos y Lucas lo encontró en el camino, rápidamente pidieron una camioneta y la llevaron al hospital.

Leyla había perdido mucha sangre, los gritos de renzo se escuchaban en toda la sala de urgencias suplicando a los médicos que la salvaran, Lucas quería tranquilizarlo y Lautaro llamó a sus compañeras para que vinieran a donar sangre, llegaron de inmediato.

- ¿Donde es? - Pregunto Cristina a la enfermera.

- ¿Ustedes son donantes para la señorita Rodriguez? - Cristina asintió. - Vengan por acá señoritas.

- Yo sabía que algo malo había pasado. ¡Lo sabía! - Lloraba Marcela mientras seguía a la enfermera al cuarto de extracción.

- Ya calmate! Leyla estará bien. - La retaba Cristina. - ¿No es cierto señorita?

- No puedo darle esa información porque no la tengo señorita. - Respondió la enfermera a tiempo que buscaba el equipo para extracción.

Afuera Renzo daba órdenes a sus hombres de encontrar a Virginia, Lucas estaba con él. Katherine acompañaba a Lautaro, miraba de reojo la situación entre los hermanos, ella no sabia a que se dedicaban y lo peligrosos que podían ser, habían aprendido de su padre y su tío que la traición se paga con sangre, la familia no se toca y él que se atreva a hacerlo debe morir.

Después de cuatro horas salió el médico y les dio noticias muy poco esperanzadoras. Una de las puñaladas había perforado el baso, otra había lastimado los intestinos y la otra había sido superficial.

- Le avisamos a los Rodriguez? - Pregunto Lucas

- No sé. Te imaginas la que se arma. Yo me encargo de Virginia. - Dijo Renzo apretando los puños y la mandíbula.

A Lucas no le hacía falta imaginar lo que pasaría con Virginia. La rubia se había escondido con sus amigos, por ser modelo tenía muchos conocidos que podían ayudarla a salir del país. Su destino fue Inglaterra, se sintió tranquila al subir al avión y saber que estaba lejos de las manos de Renzo, ella sabía que a quien había intentado matar esa noche la sobrina de Luz, lo había escuchado a Renzo hablar mucho de la niña, su madre y también le había hablado de Leyla, la piloto.

Mientras leyla se debatía entre la vida y la muerte, Renzo no se alejaba del hospital pero la búsqueda de Virginia continuaba, pronto supo por Francesco que se encontraba en Londres, Inglaterra. Marco D' Santo era el primo de Francesco y lideraba el negocio del narcotrafico en ese país, no le fue difícil encontrar a una colombiana que había llegado recientemente.

- Tenetela d'occhio, Renzo ci dirà cosa fare con lei

(Mantenla vigilada, Renzo nos dirá que hacer con ella.) - Le dijo Francesco.

- Fatto, così sarà fatto - Respondió Marco

(Hecho, así se hará)

A Francesco también le convenía ayudar a Leyla, se había propuesto conquistar a su tía y no podía permitir que se enterara que él dejó escapar a la asesina teniendo la posibilidad de ayudar. La orden de Renzo había sido retenerla hasta que él llegara a Londres, por lo que Marco le ofreció a la colombiana trabajo como bailarina ella aceptó, había llegado a Londres con el dinero justo para vivir unos meses pero sabía que luego debería buscar trabajo se puso contenta al conseguirlo tan rápido. Bailar en un club seria una buena idea para pasar desapercibida, no advirtió que era una trampa para hacerla pagar muy caro lo que había hecho en Cartagena.

Una noche Virginia acababa de subir al escenario, ella era el atractivo principal los hombres pagaban mucho por verla bailar en el caño, incluso en una oportunidad alguien quiso pagar para acostarse con ella pero Marco no lo permitió; su performance acababa de empezar cuando vio a alguien que la observaba con una sonrisa burlona, era Renzo. La mujer quiso salir de allí corriendo pero un hombre de seguridad se lo impidió, la tomó del brazo y la llevó hasta la oficina de Marco.

- Bueno socio cumplí contigo. - Dijo Marco saliendo de su oficina. - Solo no me hagas un desastre, cuesta trabajo limpiar.

- Tranquilo, esto no demora mucho. Vuelve pronto tal vez hagamos negocio. - Dijo Renzo.

Virginia temblaba sentada en una silla, su ropa era un top, un short diminuto de látex rojo y una vincha con cuernos. Renzo la miro con despreció, sin embargo parecía tranquilo.

- Dime, ¿por qué lo hiciste? - Dijo sentándose en una silla frente a ella.

- Esa mujer se te estaba insinuan... - Alcanzo a decir Virginia.

- Arruinar tu vida, ¿por que lo hiciste?- La interrumpió Renzo.

Virginia lo miro descolocada, no había entendido la pregunta y no sabía que responder.

- Sabes que lo que hiciste no tiene perdón, sabes que eres un cadáver solo por dejarte llevar por tus celos estúpidos. ¿Verdad? - Renzo se había acercado a ella y la miraba directo a los ojos.

- Mi amor yo te amo, no quería perderte. Esa noche apenas llegamos te fuiste a buscarla y me dejaste sola. - Virginia lloraba. - Si, me traicionaron los celos, perdóname por favor.

- No me interesa el motivo. Agradece que ella no murió, porque hubiera tenido que avisar a su familia y no conoces lo que es capaz de hacerte la tía de esa mujer a la que apuñalaste. - Amenazó Renzo.

- Por favor Renzo perdóname. - Suplicaba Virginia entre lágrimas.

- Sabes que sí. Tu no te mereces morir, me diste muchas noches de placer, eres muy buena en eso. No puedo ser egoísta con los demás. - Renzo tenía una sonrisa burlona en el rostro.

Se acercó a la puerta y le ordenó al hombre de seguridad que llame a Marco. El italiano entró y vio a Virginia limpiándose las lágrimas y agarrando el brazo de Renzo con una sonrisa.

- Te dije que haríamos buen negocio tano. ¿Que tal están tus chicas? Siempre han sido la novedad ¿no? - Dijo Renzo riéndose.

- Claro, de hecho tu amiga es una de las atracciones del club, en el escenario solamente. - Dijo Marco aclarando lo último.

- Pues puedes convertirte en el genio de la lámpara y cumplirle el deseo a tus clientes. Esta mujer es un fuego, insaciable y muy consentidora, no tendrás clientes insatisfechos. - Dijo Renzo rodeando a Virginia y tomándola por la cintura.

Los ojos de Virginia estaban casi a punto de salirse de su órbita, había entendido muy bien a que se refería Renzo diciendo eso, quería dejarla ahí como prostituta. Rogó y lloró amargamente.

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