Llegue a donde se encontraba mi amiga, ella ya había empezado. Se veía tan mal. Pero las pondré en contexto. Natasha ha sido mi mejor amiga desde los 15 años que la conocí. Y como decirlo... Desde que la conozco... Su elección de hombres nunca me ha parecido tan correcta que digamos. Se enamora rápido de cualquiera que le coquetee muy fácilmente o la trate bien. Por lo que empieza a salir rápido con cada uno de ellos, pero al tiempo se aburren de ella y siempre la terminan. Lo que fácil viene fácil se va. Si tan siquiera se fijará en Kile. Y hablando del rey de Roma.
—Hola Jess. ¿Como esta?—
—Pues ya la vez, parece que esta vez ni siquiera logró salir con el tipo, le dio friendzone y la tiene como zona segura—
—¿Le dio friendzone? ¿Cómo se atreve? ¿No sabe lo genial que es Natasha? Ella siempre se esfuerza por tipos que no valen la pena, siendo tan amable y tan linda con ellos. No la merecen—
—Talvez deberías invitarla a salir, si tanto te preocupa—
—Sabes que ella tiene miedo de arruinar la amistad que tenemos y ya me rechazo—
—Eso pasó hace más de 10 años. Nadie quita que haya cambiado de idea. Inténtalo, ¿ella te sigue gustando o no?—
El no respondió pero veía claramente un sonrojo de su parte. Voltee a ver a mi amiga. Ella estaba muy triste, por lo menos esta vez fue por una friendzone que por ruptura, esas la dejan peor que ni existir quiere. En esas ocasiones se esconde en su casa toda una semana, solo para llorar y ver películas románticas. No tengo idea para qué las ve, si solo le recuerdan que esta sola y sin pareja. Pero en fin, mi tarea no es juzgarla ahora, sino animarla.
—Natty, por favor, mira el lado bueno. Esta vez no te creo falsas espectativas— dije un poco en broma.
Fue un poco bueno porque ella rio un poco.
—Tienes razón, por lo menos esta vez no me dieron falsas ilusiones— y empezó a llorar denuevo.
—Vamos Natty, no es tan malo, hay mejores hombres. Sabes, el viernes hay una fiesta en mi edificio. Que es mi bienvenida al edificio, puedes venir y conocer a alguien—
—¡¿Enserio?!—
—Si, claro—
—¿Y estas segura que habrán solteros?—
—Pues no estoy segura, pero no pierdes nada—
Veía dos miradas puestas en mi, una de extremo agradecimiento por parte de mi amiga por invitarla. Y otra de un molesto Kile que obviamente no le gustaba la idea de que ella fuera en búsqueda de otro tan rápido. Pero, es que conociendo a Nat ella lo iría a buscar a otro lugar de mala espina y prefería llevarla a un lugar más seguro y tranquilo, o por lo menos a donde la pudiera vigilar.
—Gracias Jess, ahora si me siento animada—
La veía más determinada ahora. Era lo menos que podía hacer para no sentirme alarmada, y como era de esperarse Kile iba a venir para cuidar de Natasha.
*Ay el amor*
Eran apenas las 3 de la tarde cuando regresaba a mi apartamento. Yo aún no creaba una nueva idea para hacer mis videos, lo cual me tenía pensando cosas en mi mente. En ese momento pasé al lado de una tienda de vestidos muy famosa, y vi un vestido rojo que me encantó, tenía un escote muy grande y parecía tela fina y lisa. Entre a la tienda dispuesta a conseguirlo, llegue hasta una administradora y le pregunté por el vestido. Ella dijo que me lo podía probar si gustaba hacerlo, así que lo hice. Y me quedaba sumamente divino. Estaba muy feliz por mi decisión de entrar, hasta que mi felicidad no duró mucho.
—Enserio no puedo creer que los Coleman dejaran la boda de su hija a cargo de otra persona que no sea yo. Ellos saben que yo soy la mejor organizadora de eventos, me siento muy ofendida—
*¡Me lleva el demonio! ¡¿Que diablos hace mi madre aquí?!*
Para colmo viene con la Sra. McGonagal, todos en mi vecindario saben que es la señora más discriminadora, quejista y conservadora de todas. Cuando las vi estaba segura que sería el peor día de mi vida. ¿Cómo salía de esta? Si mi madre me viera vestida así, estoy segura que haría un gran escándalo y me querrá obligar a volver a casa. No pienso permitir que me regrese cuando al fin puedo respirar.
*¡¿QUE HAGO?!*
Vamos Jessica, eres astuta, piensa en algo, no deben verme, no deben verte Jessica. Espera...
*¡Eso es!*
—Pss, señorita, pss—
Una ayudante volteo a ver cuando la llamaba. Y se acercó a mí.
—Necesito ayuda. Puede conseguirme un par de gafas oscuras y un sombrero—
—Claro... ¿Se encuentra bien?—
—Si, no hay problema—
Ella me las trajo recogí todo mi cabello en el sombrero. Y me puse las gafas y me dirigía pagar las cosas e irme de aquí. Para mi mala suerte ella estaba ya en la caja pagando sus cosas. Podía escuchar lo que decían.
—No lo puedo creer, ya no se puede confiar en nadie—
—Ay vamos Lucil ambas sabemos que eres la que más estilo y clase posees... No como otras personas que solo usan cualquier cosa hoy en día—
Pude sentir su mirada sobre mi. Ya terminen de pagar por favor. Sus comentarios despectivos se oían perfectamente aunque fingieran susurrar.
—¿Ya viste lo corto que lleva el vestido?—
—Jajaja, algunas mujeres están muy aferradas a llamar la atención—
—Ya lo creo, ya que su inteligencia no les sirve de mucho se van por lo mas bajo—
Ellas solo se burlaban de mi con mucho descaro. Estaba enojada ya que era mi propia madre. Me molestaba seguir aquí ya quería que se fueran, no me quería ir sin el vestido, pero lo estaba considerando poco a poco. Porque ellas no paraban de burlarse.
—Si, si, para mí suerte mi hija es una dama educada y no hace ese tipo de cosas—
—Jessica es una chica tan educada y refinada, nunca se rebajaria a vestir de esa manera tan obscena. Como prostituta—
Quería irme de aquí. No soportaba que hablaran así de alguien, incluso algunas empleadas empezaban a mirarme con lástima otras me miraban con el mismo desprecio que creo tenia mi madre y su amiga hacia mi, no estaba segura porque no le quería ver la cara y estaba de espaldas. Si supiera que soy su hija.
—Lo siento señora hubo un problema con la maquina de tarjetas ya traen la de repuesto. En eso otra persona puede pasar—
La empleada me señaló y me dijo que me acercara a la caja. Y me acerque mirando al otro lado para que mi madre no me reconociera aunque sabía que ella estaba mirándome con su amiga.
—Tienes razón Jessica es mucho más decente que ella. Aun cuando se mudo sigue siendo la misma chica buena. ¿Por cierto la iras a ver, verdad? ¿Quieres que te lleve?—
—¡¿QUE?!—
Todas voltearon a verme confundidas.
—¡Ay no tengo mi tarjeta! Daré el pago en efectivo, lo siento—
Dejaron de mirarme molestas, mi sola presencia las incomodaba.
—Señorita, puede préstame las gafas para poder agragarlas a la compra—
—¿Que? ¿Es necesario?—
—Si solo será un momento—
—Este...—
Todas veían mi incomodidad por quitarme las gafas, no entendían porque estaba tan tensa. Fue cuando mi madre y su amiga empezaban a ponerme más atención pero para mi suerte ellas ya estaban pagando su compra y se estaban retirando. Fue cuando salían que me las quite y se las di a la vendedora, ella las agregaba a la compra y veía como mi madre hablaba con su amiga a lo lejos, paradas fuera de la tienda. Dijeron que me irían a visitar. Si es así debo llegar antes que ellas.
—Aquí tiene su recibo, gracias por su compra—
Quería salir de la tienda, así que decidí pasar de largo rápido. Sin mucho misterio, pero cuando salía de la tienda pasé al lado de ella, al momento de pasar a su lado mi madre me llamó y se escucho el ruido del celular atrás de ella y sin dudarlo no conteste y seguía caminando a la salida y para mi mala suerte ella también. No contestaba y ella seguía llamando. Todas veían como ella llamaba y yo veía como yo recibía llamadas, sentía como ellas empezaban a sospechar de mi, pero yo solo seguia caminando. En la calle cuando estaba más lejos de ella y ya sin llamadas de su parte vi como ella y su amiga subieron a un auto y se dirigían a mi edificio.
*Oh no*
—¡Taxi!—
Me dirigía siguiendo a mi madre que iba directo a mi apartamento. Llegaron al lobby del edificio y yo las seguía. Tratando de sobrepasarlas. Pero ellas iban a subir conmigo el elevador, todas esperábamos que se abrieran las puertas, esto no me gusta, no se como llegare a mi habitación sin que ellas me vean entrar, debía fingir ir a otra habitación, cuando de pronto mi salvación entró al edificio.
—¡Amorcito!—
Corrí a los brazos de Patrick que me veía asustado y confundido. Me tire sobre el que me cargaba sin saber lo que pasaba.
—¿Que caraj...—
Me acerque a su oído y le susurre con desesperación.
—Ayúdame. Por favor. Esa de ahí es mi madre y su amiga y no quiero que sepan que esta soy yo. Por favor Patrick ayudame—
El me escuchaba serio y sostenía mi cuerpo, sentía como se iba a negar, mi cuerpo empezaba a temblar.
—Por favor, por favor, por favor. Ayúdame—
El seguía confundido y algo molesto sin saber lo que pasaba. Pero puso una de sus manos sobre mi para sostenerme y me dijo.
—Esta bien—
Yo me agarre a él y me dijo que no me soltara.
—Lo siento, ella es mi novia, viene poco de visita que cuando nos vemos somos muy melosos. Quiero abrazarla tanto desde hace mucho—
Subimos al ascensor todos, mi madre y su amiga no decían nada aparte de llamarme a mi celular y el mio seguía sonando. Pero Patrick seguía abrazándome para esconder mi rostro. La verdad estaba muy nerviosa por muchas cosas y una de ella era sentir su cuerpo cerca del mío. Me sentía muy segura a su lado. Una parte de mi quería que este ascensor no se detuviera jamás y otro por el lado de mi mamá que ya acabará.
—¿Porque no contestara?—
—Es curioso que ella no quiera contestar sus llamadas. ¿Que estará haciendo? Siempre contesta rápido—
Sentía que ellas tenía una duda por la razón de que yo no contestara las mías también. Pero en eso el ascensor se abrió y yo rápidamente saqué a Patrick de ese lado para dirigirme a un lugar lejos de ellas, tenía que hacer que no quieran quedarse en el piso y sin pensar mucho las cosas tome el rostro de Patrick y empecé a besarlo desenfrenadamente. Emitía pequeños gemido y sonidos exitantes para que ellas no quisieran quedarse en el piso. Pero ellas no se iban. Se dirigían a mi habitación y no volteaban a verme, esperaban que Jessica les abriera. Por mi parte Patrick parecía muy concentrado aprovechando la situación. Yo seguía besándolo y haciendo sonidos para que no quisieran voltear a ver. Por lo menos le dio tiempo de abrir su puerta a Patrick y entraramos, dejando afuera a mi mamá y a su amiga. Yo creí que si hacía sonidos fuertes ellas alfin se irían ya que las escuchaba por el otro lado de la puerta y para mi suerte si funcionó. Ellas decidieron esperar en el lobby. Se marcharon. Oí sus pisos irse.
—Creo que ya se fueron. Patri...—
Me di cuenta que el seguía metido en lo subo, había subido mi vestido y una de sus grandes manos tocaba mi trasero, la otra tocaba mi cara mientras seguía besándome. Una parte de mi no quería detenerlo, pero la otra pensaba en mi madre esperándome.
—Patrick... No... Debo irme...—
El seguía y no escuchaba, poco a poco sentí su mano subir sobre mi espalda y poco a poco bajaba la cremallera de mi vestido. Y sus labios bajaban poco a poco por mi cuello. Se sentía tan bien, estaba hechizada, no quería detenerme. Cuando otra vez sonó mi teléfono y esta vez si me detuve.
—¡Patrick!—
El está vez si me escucho y se dio cuenta de lo que hacía, se sorprendió rápidamente y se levantó y estaba avergonzado de lo que había pasado. Fue cuando note de su miembro era el que se veía levantado sobre los pants que llevaba. Yo estaba completamente avergonda de lo que había pasado ambos nos volvimos a enderezar y yo por fin conteste mi teléfono.
—¿Hola?—
—¡Hasta que alfin contestas! ¡¿Donde estas?!—
—¿Yo? ¿Ah si, estaba en la ducha? ¿Porque que necesitas?—
—Te iba a visitar con la mi amiga. La Sra. McGonagal. Tocamos el timbre y no abriste—
—Oh lo siento, tenía puestos mis audífonos. ¿Siguen aquí? Estamos en el lobby subimos ahora—
—Esta bien, solo termino de cambiarme—
—Esta bien ya subimos—
—Okey, las espero aquí—
Abri rápidamente y me dirigí a mi departamento.
—Lo siento Patrick, te explico esto después—
—Esta bien. Apresurate y vete—
El solo me hizo la señal para que me fuera y yo lo hice sin pensarlo mucho. Así que salí rápido diciendole:
—Te debo una—
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 30 Episodes
Comments