Bienvenida.

Salí por primera vez con mis amigas con la ropa que yo quería vestir, y he estado tan feliz por ello. Ninguna mamá que me revisara como iba vestida, o me preguntara cuando regresaba, ni con quien saldría. Se que es lo que hacen las mamás, pero me siento feliz por no tener tanta presión por ello. Por primera vez llegue a mi hogar después de las 7:00 pm. Me dirigía a mi habitación para leer una rato en Wadpas o en Mangatoon. Es lo que se me daba por hacer al final de un día. Llegué y empecé a hacerme una sopa instantánea. Mi maruchancita querida, eres lo mejor que tengo en mi vida de no saber cocinar.

~Din dong~

Escucho el timbre mientras estoy organizando mis cosas, que bote un poco de la cerveza que llevaba, en mis sandalias.

*Cielos eso no saldrá facil*

Veo por el ojo de mi puerta y me encuentro con mi hermanastra Mónica. Estaba feliz de verla.

—¡Al fin!—

—Lo siento, compré comida para celebrar. Aunque parece que vienes de un bar. Me hubieras invitado—

—Lo siento Monic, festejamos y tomamos unos tragos, pero regrese temprano para ordenar mis cosas—

—Comprendo, aunque esperaba que te embriagaras más. Por fin saliste de esa casa. Yo no soporto a tu madre. Hubieras disfrutado más y ordenado luego—

—Si pero conociendo a mamá, ella me llamara en unos minutos para saber si estamos bien y si no estamos haciendo nada pecaminoso—

—Si, es lo más probable—

Justo en ese momento, oí mi teléfono sonar, con una llamada del rey de Roma, se la mostré a Monic y rio un poco, por la ironía.

—Hola mamá—

—¿Ya estas con Mónica?—

—Si acaba de llegar hace un minuto. Comeremos juntas en un momento—

—Recuerden no comer mucho o engordaran más de la cuenta por comer tan tarde—

—Esta bien mamá. Adiós—

—Adiós, saludos a Mónica—

—Bye—

Colgué sin más, esa corta llamada, aunque durará muy poco, yo sentía la presión de que me preguntara por ello. Y esa presión duro más de lo que esperaba. Me senté en mi sala que no tenía muchos muebles por ahora. Creo que comprare algunos poco a poco.

—Sabes, por lo menos comprate un sillón o al menos un televisor. No puedes solo estar con una manta en el piso—

—Lo siento, creo que comprare eso mañana. No quiero abusar de lo que gano. También quiero invertir en mis otras metas—

—Si, si, tu sueño ese de escribir guiones de dramas—

—Aunque gane lo suficiente, la habilidad de escribir no es algo que pueda comprar, debo practicar más—

—Lo bueno es que tu madre aun confía en ti, ¿que harás si te pide ir a tu trabajo u oficina?—

—En ese momento le diré que renuncie por un problema con algunos de la fiscalía, por un caso injusto o algo así—

—Tienes todo bajo control al parecer—

—Algunas cosas, tu sabes que ella es buena analizando todo, y ya sabes lo que dicen: de padres estrictos salen excelentes mentirosos—

—Todavía recuerdo cuando mentiste para salir con Tomás, cuando dijiste que saldrías con unas amigas y en la cita ella te pidió mandar una foto y tuviste que hacer como si no habías visto su mensaje hasta que te encontraste con una vieja amiga—

Ella estaba muriendo de risa, pero es verdad ese día casi me descubren. Yo no tenía permitido tener un novio o ir a citas. Porque mi mamá no ve correcto que dos chicos jóvenes finjan estar de novios sin ser serios. Por suerte mi compañera de la escuela se encontró conmigo en una cita con su novio y se tomó una foto conmigo para ayudarme. Mi madre no me preguntó nada después de ello, pero dijo que me iría a traer, así que en ese momento entre en pánico, pero mi amiga se ofreció a llevarme y ayudarme a cubrir mi mentira. Ese día me salve por Natasha, y después de eso se volvió mi mejor amiga gracias a ello.

—Oye, ¿tienes barniz o esmalte blanco?—

—En la mochila rosa, al lado de las cosas de mi Sr. Rufus—

Por cierto tengo un gatito lindo blanco llamado Sr. Rufus, lo tengo desde que entre a la universidad. Es mi precioso caballero de armadura. Me protege de todo y abrazarlo me da seguridad, el Sr. Rufus esta conmigo siempre. Es mi mejor compañero y por ahora el único hijo que pienso tener.

—¿Por cierto donde esta tu gato?—

—Tiene una operación en unas semanas, así que esta delicado, y lo puse en el cuarto para que duerma tranquilo—

—No me agrada ese gato, siempre me muerde y me mira feo—

—El Sr. Rufus es un ángel. Si te araña o muerde seguro le hiciste algo—

—Ese gato es malo Jess, creeme. Actúa como un ángel cuando tu estas pero si te vas, se vuelve un demonio—

—Exageras—

~ Din dong ~

Era la puerta otra vez. ¿Quién será? Me levante para ver y vi una señora anciana afuera. Abrí para ver que se le ofrecía.

—Bienvenida, eres la nueva del edificio. Soy tu vecina de al lado. Solo venía a invitarte el viernes a la habitación 506. Somos una comunidad unida y siempre le damos la bienvenida a los nuevos—

—¡Oh Dios! Gracias, iré—

Parecía una linda señora. Fue muy amable en molestarse. Aunque no esperaba una fiesta y me sorprende lo rápido que hagan una estoy feliz. Regreso feliz con Mónica y le habló sobre la fiesta. Ella estaba tan sorprendida como yo y como no quería ir sola la invitó a venir. Aunque ella lo niega al principio, ya que Mónica no es una persona que le gusten mucho las fiestas, termina aceptando.

Pasamos el resto de la noche hablando de tonterías y ella me ayudó a ordenar algunas cosas. Cuando eran las 10:30, ella se dispuso a irse en su auto a su apartamento. Lo bueno es que no le queda lejos, por lo que seguro vendrá seguido. Ella es 4 años mayor que yo, al principio no nos llevábamos bien pero después de algunas cosas, nos comenzamos a acercar mucho. Estoy orgullosa de que sea mi hermana. Es como una confidente muy leal que siempre me apoya. Por lo que tenerla cerca es un gran apoyo para mi.

—Te veré en la fiesta—

—Si, gracias. Llevaré vino para no llegar sin nada—

Abrí la puerta y ambas nos quedamos viendo al hombre que estaba tirado frente a la puerta de mi habitación, y la de mi vecino. Por lo que supuse que era él, pero me asuste, porque se veía muy diferente al de esta mañana.

—Oiga señor. ¿Se encuentra bien?–

Nos asustamos aun más cuando parecía voltear a vernos. Tenía unos ojos llenos de cansancio que daban tanto miedo.

—Co... Co...—

—¿Co?— dijimos Mónica y yo confundidas.

—Co... Mer... Quiero... Comer—

—¡Señor no se muera!— dijimos las dos al unísono.

Lo levantamos y llevamos a mi habitación. Le ofrecí una sopa instantánea y la comida que trajo Mónica. El parecía un total vagabundo al que le acababan de dar una comida en meses. Comía muy desalentadamente. Nosotras estábamos sin palabras. Era muy extraño y alarmante. Mónica decidió quedarse a dormir por la preocupación. En eso el solo comía y cuando acabó nos miró seriamente y dijo:

—¿Tienen más?—

*ª *

—Si claro— fui a la cocina a calentar mas agua para darle otra, aunque esta si era mi última.

—Oye, antes de pedir otro podrías agradecernos y explicarnos quién demonios eres— dijo Mónica algo molesta y sería.

—¿Eh? Ah si, claro. Me llamo Patrick. Vivo aquí hace mas de 5 años. Aunque nunca las había visto, supongo que se están mudando—

—Si, justo hoy, yo me mude aqui— me acerque para darle su otra sopa y el agradeció inmediatamente.

—Bienvenida, espero que te guste el lugar, lo siento no quise asustarte a ti o a tu novia, esto me tiende a pasar seguido—

Nos sorprendimos por el comentario. ¿Parecía mi novia? Pues espero lucir como la activa. Si es así yo quiero aparentar que soy la dominante en la relación.

* ¿Que idioteces estoy pensando? *

—No, te equivocas. Ella es mi hermana— dije entre risas.

Él nos miró atentamente a las dos, y se veía un poco sorprendido.

—No se parecen mucho, para ser hermanas— dijo sin cuidado y seguía comiendo.

—Pues lo somos y honestamente no me siento cómoda dejando a mi hermanita en un edificio con un hombre extraño, robando la comida de casas ajenas— dijo ella ya enojada.

—No pasa nada Monic. Además, las de ese sabor no me gustan—

—A mi tampoco, pero no puedo reclamarle a quien me da un alimento— dijo el un poco apenado.

—¡Oh Dios! Lo siento, ¿quiere que le prepare otra?—

—No se preocupe, esto está bien, además no soy muy bueno cocinando. Y normalmente como lo que pueda—

—Pará ser un hombre de 40 o 50 años es muy irresponsable— dijo Monic con su común tosca actitud.

—¿40 o 50? ¿Me veo tan viejo?— dijo el sorprendido.

—Honestamente un poco— dije yo tratando de no sonar muy cruel.

—Bastante– dijo Mónica siendo cruel.

*Grosera, dilo más sutil*

Aunque yo reía internamente con su comentario, para el parecía algo que ya se esperaba que le dijeran, talvez se lo dicen seguido.

—¿Ah si? Bueno, en realidad tengo 35 años—

¡¿Qué?! Miente. Ambas estábamos sorprendidas. No parecía de 35 a lo mínimo 39 pero parecía muy viejo. No me lo creía.

*Don le doy tips para su rostro reseco por favor, cuidese*

—Bueno supongo que tendremos fiesta el Viernes— dijo de repente.

—Si, ¿como lo supo?—

—Esta gente aquí solo quiere una excusa para hacer fiestas—

Ambas estábamos un poco impresionadas por ello aunque eso explica algunas cosas. El término de comer y se levanto dispuesto a irse. Se despidio de nosotras y regreso a su lado del pasillo. Parecía recuperado y eso me dejaba más tranquila. Ambas decidimos ir a dormir ya que sentíamos el cansancio. Fue un día algo movido aunque me siento feliz de estar aquí. Y los mejor es que me siento bienvenida.

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play