Tomé un tiempo para buscar la llave del diario que encontré en los cajones, pero no encontré nada en la habitación. El diario y la foto eran lo que me llevaría a saber más de Isabella, que me mantenían en duda.
Me preguntaba si de verdad era necesario saberlo…
—Tengo que parar. Será más fácil si se lo consulto a mis hermanas —me dije a mí misma.
Guardé el diario y la foto en un cajón vacío del armario, pasando a descansar después de un largo día.
La primera noche fue muy larga, tuve sueños de los cuales no logre acordarme cuando desperté, pero en mi cabeza sonaban voces, algunas veces gritos con mucho dolor. Eran las 5 en punto, me pareció bastante temprano. Me cambié y lavé la cara para bajar a desayunar, y al parecer nadie había despertado aún.
—A esta hora la casa es muy silenciosa «Mejor volveré a mi habitación, hasta que todos se despierten»
Subí las escaleras rumbo a mi cuarto, pero me pareció que alguien hablaba, este provenía del cuarto de Katy, mi madre. Estaba a punto de tocar la puerta para saludar hasta que escuché la voz de otra persona.
*¡¿Cómo hiciste eso?!
—Te lo dije a ti porque eres el mayor de mis hijos, espero que me apoyes en esta decisión.
*Mamá, entiendo que quieres protegerla, pero no sé si este bien ocultarle todo eso a ella.
—Ella ni siquiera lo recuerda, creo que es mejor que nunca lo sepa, le pedí al doctor que tampoco dijera nada de su estado…
*Si se llega a enter…
—No lo sabrá, me aseguraré de ello. Tus hermanas no lo saben aún, pero quiero que guardes el secreto y que me ayudes a cuidar de Izi, ya ocultamos todo lo que tenía que ver con ese día. Si hacemos las cosas correctamente, ella jamás podrá recordar nada.
*Y… ¿Abel? ¿Él no sabe nada de lo que paso?
—Ellos no tuvieron contacto por años, creo que Izi jamás le contó nada. Estoy segura de que no tiene idea de lo que paso en la vida de ella durante todo este tiempo.
*Ya todo está hecho, voy a apoyarte en esto mamá, además el caso sigue en investigación, no importa que, me encargaré de encontrar a la persona que la ataco y casi la asesina.
¡FOOM!…
—Te hablo después…
«¿Qué está pasando?» «Quizás me equivoque y escuche mal» «¿Alguien intento matarme?»
Corrí lo más rápido que pude a mi habitación después de caerme al escuchar la respuesta de la persona que estaba hablando con mi madre.
¡Toc! ¡Toc! ¡Toc!
—Izi, ¿estás despierta, hija?
Al no obtener respuesta, ella abrió la puerta y me vio envuelta en las frazadas como si nunca hubiera salido de ella, así que solo cerró la puerta silenciosamente con la intención de no levantarme.
No podía moverme a pesar de que ya se había ido, mi cerebro aún estaba asimilando las palabras que escuche, sentía mi garganta hecho un nudo y mi cuerpo comenzó a temblar.
«No es posible que me hayan ocultado algo así, dijeron que podía confiar en ellos, que eran mi familia… ¿Qué rayos paso hace cinco meses? ¡No entiendo nada! A ver... Ella dijo el mayor de mis hijos, entonces se refería a Lance y también dijo que me estaban ocultando algo… ¿Qué es?»
Eran demasiados rompecabezas. No tuve un accidente y el verdadero culpable aún está libre.
«Aún puedo tener la capacidad de recordar todo» «Las cosas que ocultaron deben estar todavía en esta casa, podría buscarlas cuando todos se vayan a dormir… ¿Dónde podría comenzar?» «Si las encuentro podré saber todo lo que le paso a Isabella… ¿Por qué alguien intentaría matarla? No entiendo…»
«Debo tener un aliado en esto, no puedo hacerlo sola, aunque es mi familia, me mintieron con algo tan delicado y lo volverían a hacer para encubrirlo, quizás Abel me podría ayudar con esto»
Llegaron a mí tantas conclusiones y preguntas, sin darme cuenta de la hora…
¡Toc! ¡Toc! ¡Toc!
—¿Hola?… Izi ¿ya despertaste?… El desayuno ya está listo, baja si me escuchas —Mia se pronunció muy animada en la mañana.
Volví a fijarme la hora en el celular, pasaban de las 8 de la mañana. No podía dejar de pensar en las palabras de mi madre y en la posibilidad de que la persona que intento matarme todavía me esté buscando, me recorría el miedo por cada parte de mi cuerpo, Isabella podría haberlo experimentado ese día que fue atacada. Me enojaba y desesperaba el hecho de que me hayan escondido algo así, quería reclamarles todo, pero si lo hacía…
«¿De verdad me dirían la verdad si les pregunto? ¿Por qué no me lo dijeron desde un inicio?»
Las preguntas eran demasiadas, me encontraba entre la espada y la pared… Quería saber la verdad, ¿acaso esa verdad era tan mala para Isabella como para ocultarlo?
Me dispuse de valor para poder actuar naturalmente como si nada hubiera pasado, a pesar de estar sumamente confundida, asustada y molesta.
—Buenos días, Izi ¿Cómo dormiste? —preguntó Katy con una sonrisa.
—Buenos días con todos, dormí bien. Gracias por preguntar —intenté sonreír lo mejor que pude y me senté
frente a la mesa.
—Qué bueno, hermanita. Creía que por ser tu primera vez te resultara difícil —espetó Mia.
—Fue muy cómodo, mejor que el hospital —dije mientras tomaba el jugo de fresa que mi madre preparó.
—Buenos días a todas —apareció Laura muy arreglada, con una falda negra, blusa celeste y unos tacones altos color negro—No puedo sentarme a desayunar, voy a llegar tarde.
—De acuerdo —mi madre tomó la manzana del cesto de frutas y se lo dio a Laura.
—Tengan un buen día, adiós —se apresuró a la salida y cerró la puerta con prisa.
—Niñas, tengo que ir a Macarons, No he podido ir en varias semanas y necesito prepararla para el lunes —dijo Katy mientras tomaba papeles del cajón de la cocina.
—«¿Qué es eso?»... ¿Macarons?
—Mamá tiene una pastelería, está en la plaza de la ciudad —dijo Mia, mientras se metía todo un pan en la boca.
—Puedes venir conmigo si quieres, Izi —ella me preguntó con amabilidad.
—Gracias, pero me siento algo cansada, a la próxima puedo ir contigo.
—Está bien hija. Pueden pedir comida si no quieren cocinar, tengan cuidado —tomó su bolso y se apresuró hacia la puerta, dejándome con Mia.
—Y… ¿Qué planes para hoy hermanita?
No podía buscar lo que tenía que encontrar si ella me vigilaba a cada momento, debía reunirme con Abel lo antes posible por su ayuda.
—En realidad quería pedirte el número de Abel, ayer no pude pedírselo —pensaba en contarle todo lo sucedido sin perder el tiempo.
—Ahh… yo tampoco lo tengo, creo que su número es nuevo. Probablemente, Laura lo debe tener.
—Pero ella ya se fue… ¿Podrías decirme donde queda su casa? —iría sí o sí.
—Supongo que esté viviendo con su abuelo, si es así entonces su casa queda cerca.
Nunca imaginé que Abel estaba tan cerca de aquí.
—¿De verdad? ¿Podrías darme indicaciones de cómo llegar?… Puedo ir yo sola si me das las indicaciones.
—Puede que te pierdas por ser tu primera vez, así que te acompañaré. Tranquila les daré su espacio para que puedan hacer sus cosas románticas.
—No es ese tipo de cosas —negué con prisa.
—Ja Ja Ja… Lo sé… Estaba bromeando. Voy a cambiarme, por mientras puedes limpiar la mesa.
—Está bien. «Posiblemente, mamá le dijo que no me dejara sola en ningún momento, o solo está siendo una hermana preocupada, sea como sea, tengo que decirle todo a Abel para que pueda ayudarme a descubrir la verdad»
Paso 20 minutos hasta que Mía bajara muy arreglada.
«Sí que se tomó su tiempo»
—Lista. Toma las llaves —ordenó.
—Ok.
El lugar donde vivíamos era bastante lindo, parecía ser una vivienda de familias muy acomodadas. Mia caminaba delante de mí muy distraída con su celular, yo observaba el alrededor. Pasaron muchos minutos hasta que paramos frente a una casa que era el triple de cualquier casa vecina, con tres pisos y un gran jardín.
—¿Es aquí? «¿De verdad?»
—Sí.
—¿De verdad? —pregunté sorprendida.
La casa era bastante hermosa, dando la apariencia de ser una familia muy adinerada.
—No te sorprendas tanto, verás él tenía 10 años cuando lo conocimos. Su abuelo es dueño de una gran empresa de tecnología, papá era su socio. Dejaba a Abel solo constantemente, por eso iba a jugar contigo casi todos los días —explicó.
—¿Y sus padres?
—Mmm… Por lo que sé, sus padres murieron cuando tenía 5 años, pero no estoy segura de que murieron. Desde entonces él vive con su abuelo, es el único heredero que él tiene —tocó el timbre.
Presionó el botón sin emitir ningún sonido, ambas nos miramos extrañadas. Mia comenzó a tocarlo muchas veces creyendo que no funcionaba correctamente. En ese momento se abrió la puerta, era una mujer por alrededor de los 40 muy bien vestida con cara seria.
—Señoritas, buenos días. No deben tocar de esa manera… Las oí la primera vez.
—Discúlpenos es que no logramos escuchar nada y creímos que no funcion-…
—Ustedes no escucharon nada, pero yo sí. En fin, ¿qué quieren? —dijo esa mujer con prisa y cortante.
—Soy Mia Thomas y ella es mi hermana Isabella, somos amigas de Abel y queremos verlo —Mia sonó enojada.
La mujer nos vio detenidamente, analizando cada parte de nuestro cuerpo, hasta que al final dijo.
—El joven Abel no se encuentra en este momento, le haré saber de su visita —azotó la puerta en nuestras caras sin decir más.
—¡Qué mujer tan insoportable, ella debe ser el demonio de Abel! —gritó furiosa Mia con la intención de que la señora la oyera.
—¿Qué quieres decir con eso? —pregunté curiosa.
—¿Cómo crees que logro tener una beca fuera del país?, esa mujer loca lo presionaba constantemente para que estudiara, siempre fue el mejor en la secundaria —explicó enojada.
—… «Nunca pensé que él tuviera ese tipo de vida»
Él siempre es tan sonriente y despreocupado. Tener tantas responsabilidades debió ser agobiante para él.
—Lástima… Tendrás que visitarlo otro día, al menos sabemos que si está viviendo aquí y podrás venir mañana.
—¿Puedo quedarme? —pregunté con agobio.
—Pero él no está.
—Quiero esperar a que vuelva. Ya sé el camino a casa… —dije intentando convencerla.
Estaba segura de que esa mujer mentía. Anoche, dijo que estaría acomodando sus cosas.
—Mamá se va a molestar conmigo si te dejo sola, apenas acabas de salir del hospital y no puedo dejarte aquí.
—«Tengo que hablar con él urgentemente, no puedo estar en esa casa sin enloquecer»... Lo sé es que…
—Aunque si ambas mantenemos esto en secreto no pasará nada… ¿Qué dices? —me dio una pequeña sonrisa.
—¡¿De verdad?!… Gracias, Mia —le di un abrazó de un salto.
—Pero si pasa algo, házmelo saber. Ya tienes mi número, así que regresa antes del almuerzo. No quiero que mamá se entere de esto, probablemente vuelva a las 2; por lo tanto, tienes que encontrarte en casa antes de esa hora. De lo contrario, se volverá loca y me tirará la lata todo el día.
—Sí, no te preocupes. Estaré un rato más por si es que Abel vuelve.
Cuando se fue, analicé por completo cada rincón de la casa, y me di cuenta de que podía escalar las rejas sin ningún problema.
Miré a ambos lados de la calle, esperando que nadie pasara para poder escalarlo sin problemas, rápidamente apoyé mi pie en una reja, subiéndola como escalera. Al llegar al pasto del jardín me asomé por la ventana más cercana.
«No parece haber nadie en la sala, entraré por esta ventana antes de que alguien venga»
Di un salto para poder llegar. Cerré la ventana con cuidado para no hacer ningún ruido… Caminé lentamente por la sala mientras veía toda la casa con gran detalle, eran tan hermoso por fuera como por dentro preguntándome si de verdad Abel vivía en esta mansión tan opulenta.
Eran dos escaleras principales con un gran candelabro en el centro. Traté de cerrar la puerta de toda mi imaginación, ya que no tenía mucho tiempo antes de que Katy volviera a casa, me dirigí hacia las dos escaleras principales para llegar al segundo piso, antes de llegar al escalón se escuchó una voz.
—No se preocupe por nada aquí, el joven Abel se rehusó a quedarse… Me costó mucho convencerlo a esperar hasta su regreso al país.
*En que estaba pensando cuando regreso de esa manera, llame a su universidad y me dijeron que había concluido todo de una manera precipitada.
—No me lo quiere decir, espero que puedan hablar con usted como se debe cuando regrese.
La señora comenzó a bajar las escaleras, me lancé detrás de un mueble en la sala con grandes palpitaciones de adrenalina a que la cuarentona me haya visto.
*Entiendo. Volveré en unos días cuando termine de hacer este trato comercial.
—Está bien, presidente.
¡Bip!
«Afortunadamente, logré esconderme sin que me viera» «Sabía que nos había mentido ¡Tengo que llegar hasta el cuarto de Abel!»
¡Pam!
Se escuchó el sonido de la puerta. Levanté mi cabeza del mueble…
«Al parecer si se fue… Bueno, esta es mi oportunidad para subir sin problemas»
Relajé mi cuerpo y me levanté dando un suspiro de alivio, subí las escaleras llegando a un pasillo con muchas puertas, ahora tendría que entrar en cada una para averiguar cuál era su cuarto. Empecé con las de la derecha, en la primera puerta encontré un cuarto con un piano con cuatro ventanas grandes dándole una perfecta iluminación y brillo a la persona que tocara ese piano.
Cerré y me dirigí hacia la puerta 2, en ella encontré una biblioteca con doble piso lleno de muchos estantes, repleto de libros más unas computadoras viejas, quizás de colección.
—«¿Es en serio…?»
Rápidamente, fui hacia la puerta 3 en esa había un bar con su propia mesa de billar y muchos juegos, era la temática de un verdadero Árcade.
—«Sí que es increíble y tentador» «No puedo creer que tenga todo esto en su casa»
Pasé de volada hacia el otro lado… Al azar entré en cualquier puerta y…
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