Capítulo 3

Abrí mis ojos a las 5:00 a.m. Así que me levanté y me preparé un té verde, posteriormente empecé a entrenar. Durante una hora realicé distintos ejercicios y después me bañé. Preparé rápidamente mi desayuno, entonces a las 6: 44 a.m. Bajé las escaleras para dirigirme a la casa grande.

Miré a los tres hombres que siempre custodiaban la puerta observarme mientras me acercaba, pero al saber a qué venía, se hicieron a un lado para poder pasar. Entre si girarme a verlos y me encontré rodeado de las excentridades que al jefe le gustaba coleccionar. Como ese montón de pieles de animales o las esculturas que misteriosamente habían desaparecido al trasladarse de un museo a otro. Camine por el pasillo derecho y pase a cinco hombres más antes de mirar la gran puerta de madera oscura que me llevaba a su oficina.

—¿El jefe ha llegado? —Le pregunté a Leo, quien siempre custodiaba la puerta de la oficina y sabia todas las claves.

—No, aun no baja de su dormitorio. Está teniendo su desayuno en la cama.

Sabia perfectamente a lo que se refería con el desayuno y eso implicaba a mujeres.

—Bien —Me hice a un lado y me pare en posición para custodiar la puerta igual que él, mientras miraba al frente.

Minutos después de un largo silencio por parte de los dos, se escucharon las fuertes pisadas acercarse. El jefe se aproximó caminando mientras acomodaba su reloj de oro en su muñeca izquierda.

—Siempre tan puntual —Sonrió al verme —Vamos, pasemos a la oficina —Leo se apresuró a abrirla para él, entonces lo seguí dentro. Escuche la puerta volver a cerrarse a mi espalda mientras el jefe se giraba con una gran sonrisa en su rostro —He visto la gran creación que has hecho anoche —Desabrocho su saco y se acercó a su escritorio de madera —Me encanta tu manera de trabajar. Me siento orgulloso. Vamos, siéntate —Lo hice después que él —Te escucho, estoy listo para tan magnificas noticias. Mi mañana hasta ahora ha ido genial, solo espero que la vuelvas maravillosa.

—Como se sospechó, la mercancía robada está escondida en las altas montañas —Empecé a explicarle detalle a detalle todo lo que se tenía que tomar en cuenta para lograr llegar y cuando terminé se volvió a poner de pie con su gran sonrisa impregnada a su rostro.

—Me encanta que tu si sabes cómo ganar tu dinero —Me señalo, entonces se giró y quito su pintura de una mujer desnuda y mostro una de las tantas cajas fuertes que tenía en la casa —Definitivamente Ander ha criado a un excelente hijo.

—Gracias, jefe —Se giró con un fajo de billetes y los puso frente a mí —Es solo la mitad de tu ganancia. La otra parte la recibirás una vez que tenga en mis manos esa mercancía —Caminó hacia el jardín interior que tenía en la oficina. Una de sus más grandes joyas, porque ahí criaba un montón de arácnidos y plantas extremadamente raras o venenosas —Aunque puedo estar cien por ciento seguro que me has dado la información que has logrado obtener, la duda estaría en ese chico, que por tu bien, esperemos sea la correcta —Me sonrió, entonces abrió la puerta de vidrio y entro a su pequeña jungla —¡Ven aquí!

Me puse de pie y caminé hacia su jardín. Pise con el cuidado de no tocar nada que no estuviese vivo.

—¿Has conocido mi más reciente adquisición? —Preguntó orgulloso. Él sabía perfectamente que no la conocía, pero siempre hacia la misma pregunta antes de mostrarme su más reciente adquisición.

—No, señor.

—Ven aquí, acércate —Me hizo señas con la mano.

Observe una vitrina de vidrio que se encontraba llena de orquídeas.

—¿La ves?

Me esforcé por mirar más allá de las simples orquídeas, pero sabía que no era solo eso. Entonces lo escuche reír fuertemente a mi lado.

—¿Cuál es tu apodo? Y no hablo de esa estupidez de fantasma, sino mi maravilloso apodo para ti.

—Mantis —Dije firmemente —Mantis orquídea.

—Exacto. ¿Sabes por qué te he nombrado así? —Lo sabía —La matis orquídea es una especie tan exquisita que pude resultar fascinante —Destapo una vasija de vidrio y tomo unas pequeñas pinzas —Es hermoso el cómo capturan a su presa. Ellas aman comer los bichos voladores —Se rio —Esta es una hembra, porque es la que puede llegar a ser más letal —Miré como atrapo una polilla y después la metió por uno de los orificios de la vitrina donde estaban las orquídeas. Noté un pequeño movimiento en una de las flores y capté que esa era la mantis orquídea, era el cazador esperando por su presa —Solo observa cómo se camuflajea entre la naturaleza esperando a que se acerquen a ella. Observa como estudia a su oponente y cuando este se cree seguro de seguir volando, ella simplemente ataca —Se rio —Ella y tu son uno mismo.

Observe al hermoso insecto moverse a una velocidad inigualable y atrapar la polilla, entonces se lo comió de un solo bocado. Ella era fascinante.

—Tú siempre me recuerdas a ella —Soltó un suspiro y me miro —Una especie letal —Sonrió y golpeo mi hombro derecho —Afortunadamente tu eres único, ella —Señalo al insecto —No lo es. Es extremadamente difícil de conseguir y una fortuna también, pero no es única —Me miro a los ojos —Tu eres especial, mi pequeña Mantis. No lo olvides.

Baje levemente los ojos, porque el jefe era al único al que no me atrevía ver a los ojos, era la única persona que podía tener mi total respeto y lealtad.

—Ahora quiero que vayas a esas montañas y traigas mi mercancía. —sonrió —Tráeme mi mercancía para antes del anochecer —Dejo de sonreír.

—Sí, señor.

—Bien. Organiza todo, dile a Leo.

Me incliné levemente y di media vuelta para salir de la oficina.

Afuera le explique rápidamente a Leo que debía reunir a todos en una sesión de emergencia, en la cual, después de dialogar por poco más de una hora el plan fue determinado, asi que solo faltaba llevarlo a cabo y ahí entraba yo.

Me dirigí directo al almacén, dónde los hombres solían entrenar. Miré a Víctor, nuestro mejor francotirador.

—¡Saldremos en 20! —grité fuertemente llamando la atención de todos —¡Quiero cinco todo terreno y dos camiones de carga! ¡seis hombres en cada todo terreno y dos en cada uno de los camiones! —Señalé a Víctor —Iras conmigo —Los miré de nuevo ya empezando a correr. Algunos a ponerse la camisa, otros por sus armas —¡Vamos, vamos, estamos contra reloj!

Di media vuelta y caminé rápidamente hacia mi departamento. Tomé dos armas extras y mi peculiar collar de caza. En él se escondía una pequeña navaja que me había salvado de muchas. Me quité el traje y me puse mis pantalones de combate, al igual que unas botas, una playera negra, entonces volví con paso rápido hacía la puerta trasera. Miré los autos en fila esperando salir, por lo que corrí al primero y me subí detrás del volante.

Víctor estaba a mi derecha y cuando encendí la camioneta, saco al brazo por la ventana para señalarles nuestra partida.

—¿Cinco todo terreno son suficientes?

—¿Acaso quieres anunciarles nuestra entrada? —Conduje por la carretera que rodeaba la ciudad mientras me aseguraba que vinieran tomando las mismas calles por las que venía.

—Por supuesto que no, pero ¿Qué te hace pensar que no nos esperan?

—Creme, se perfectamente que ellos lo hacen.

La noche anterior y parte de la mañana había ideado un plan en mi cabeza y aunque era arriesgado, era lo único que podíamos hacer, porque ese lugar estaría protegido y llegar a tocarles la puerta tal vez era la única opción.

—¿Qué haremos?

Lo mire rápidamente y se acomodó rectamente en su asiento.

—Es un cargamento de América del norte, pero lo tienen resguardado aquí y es nuestra única oportunidad antes de que lo saquen del país. Ellos apenas se enteraron de que teníamos a sus hombres ayer por la noche. Nadie podía saber, tal vez sospechar, pero esos hombres debían llegar a América del norte ayer por la noche, así que ellos protegerán la mercancía, pero los refuerzos llegarán por más temprano, hoy en la tarde.

—Ya —Asintió mientras se acomodaba de nuevo.

—Necesitare que reacciones rápido cuando lleguemos. Dos todoterrenos y uno de carga ira directo a su puerta y atacaran de frente. Las camionetas son blindadas, así que estarán bien por siete minutos, no más. Los demás deberán aguardar hasta que lo indique yo.

—¿Debo dispararles a los guardias?

—Nosotros tomaremos un desvío. Se puede llegar por detrás, y mientras los todos terrenos se encargan de la distracción eliminaras a los que se queden en sus lugares, mientras los demás me seguirán para entrar.

—Bien —Asintió y no volvimos a hablar en todo el camino. Sabía que los hombres de atrás de la camioneta me habían entendido, así que abrí la comunicación de la radio que conectaba todos los autos y empecé a dar las instrucciones con lujo de detalle, porque odiaba que preguntaran. Víctor era el único que se atrevía a eso.

 

 

Más populares

Comments

✧ ☄안녕 바보 ☄✧

✧ ☄안녕 바보 ☄✧

..

2022-06-22

1

naranja_queer

naranja_queer

Ok pero, podemos hablar de cómo la persona que escribió esto realmente se tomó el tiempo de crear y explicarnos la estrategia, realmente agradezco eso <33

2022-04-30

4

Mery Helen Muñoz

Mery Helen Muñoz

Bien.

2022-04-22

0

Total

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play