Mi cabeza lleva un palpitar desenfrenado que me obliga a abrir los ojos.
Parpadeo muchas veces, con un sentir que va desde el terror a la sorpresa, ¡Y vaya sorpresa!. Unos orbes azules como el cielo mismo me observaban como si no hubiese más nada interesante en el mundo para ser observado. Era ese muchacho aquel que acompañaba a esa mujer llamada Rose.
— ¿Es qué no te enseñaron en Palacio a al menos dar los buenos días? -- menciono algo ofendido.
>> ¡Oye! ¿Los ratones te comieron la lengua o qué?-- pregunto aún con su tono cargado de la ofensa más grande cometida hacía su persona. Yo a penas y podía parpadear.
Mis manos estaban limpias curadas y vendadas, al igual que muchas partes de mi cuerpo. El vestido rasgado y sucio lleno de sangre que cargaba fue reemplazado por uno rosa con delicados bordados blancos.
— Oh... ¡Despertaste! Pensé que te habías vuelto como esa princesa que se volvió leyenda, esa que llaman Bella Durmiente.-- La mujer qué reconocía como Rose hizo acto de presencia en la habitación. Que ahora que detalló mejor consiste en una pequeña cama, un mueble individual junto con una mesita en una de las esquinas, las paredes eran similar al color de un hueso, una chimenea que ahora estaba encendida y alrededor de esta una alfombra redonda con unos cuantos objetos que se asemejaban a cojines pero gigantes esparcidos a su alrededor. Acogedor, si que lo era.
Me siento extraña, por un momento me sentí nerviosa, pero ahora siento es una total calma y calidez.
— ¡Oye!-- La mujer rubia con unos ojos cafés muy lindos y apariencia delicada tomó mi mano. — Aquí nadie quiere ni tiene la intención de hacerte daño. No sé por lo que habrás pasado pero te aseguro que todo estará bien.
Negué.
— Nada estará bien.-- dije segura de mis palabras.
— Por más duro que haya sido el destino contigo, te aseguro que todo tiene solución.-- Un suspiro cansado salió de mi, ella quizás era muy inocente como pintaba su apariencia.
— Sé mucho de lo que supongo te sucedió, cure tus heridas linda.
— Bueno mucha palabrería de mujeres. Tenemos una princesita mal educada Rose, me ignoro, ¡A mi Rose el hombre mas guapo de la región!
— ¡Callate Dorian! Hasta una mosca es más linda que tú, además no te habla por lo irritante que eres. Ven-- extendió su mano en mi dirección, dudé si tomarla o no. Pero vamos ¿Tenía algo más que perder? Sin dudar mucho la tomé, me costó un poco colocarme de pie pero al final lo logré.
Me condujo fuera de la habitación, me encontré con un pasillo un poco amplio y varias puertas dispersas en sus paredes. El color de dichas paredes era uno salmón con toques dorados se me hacía tan cálido como la compañía de la señorita Rose.
Caminamos hasta llegar a unas escaleras en forma de caracol, Rose me invito a descender por ellas, por un momento pensé en que ya me echaría a la calle. Pero al llegar a la planta baja me comenzó a presentar su humilde morada.
— Eso de allá es la cocina-- señalo a su izquierda — Por allá queda el jardín-- indico también a su izquierda pero a un lado de la cocina. — ¡Bien! Ya te mostré la parte aburrida, Aquí está la sala-- un lugar muy acogedor a decir verdad, sin lujos ni extravagancia. Una biblioteca obviamente repleta de mundos entre letras, se hacía ver gigante. Magnífico. Se extendía en lo que debían ser las paredes, al pie de esta una enorme chimenea, el piso estaba cubierto por una hermosa alfombra de una piel que se me antojaba muy suave. Muebles no habían, solo habían unos objetos como los que estaban en la habitación donde desperté. Aquellos cojines gigantescos.
Como si leyera mi mente Rose volvió a hablar:
— Puff-- dijo, mi cara debía ser todo un circo por la confusión. — Así se llaman los cojines gigantes-- Mi mirada ahora era llena de asombro y confusión ¿Como es que sabía en que pensaba? ¿O solo es la paranoia? Ya ni sé.
— ¡No es paranoia linda! -- Ahora si estaba llena de terror, ¡Sabía en que pensaba!
¿Será bruja?
— Aquí me llaman así. En el nuevo mundo vidente, pero, yo prefiero llamarme: Madame Rose. Ese es mi nombre, mi identidad. ¿Y tu Lenna Salomé, como quieres que te llamen? -- Estaba por completo perpleja. Aunque supe muy bien que responder a su última pregunta:
— Una Princesa Caída quizás-- dije con lágrimas a punto de salir, ella se acerco a mi y colocó una de sus manos en mi hombro derecho que yacía decaído junto al otro. Con la mano libre alzó mi mentón para luego decir:
— Te diré dos cosas Lenna, la primera es que jamás puedes colocarte títulos tan bajos para ti, siempre imagínate grande, superate en tu mente si en la realidad no puedes, solo así lograrías grandes cosas. La segunda es que si quieres ser alguien caído así como esos demonios de los que tanto hablan en las iglesias imagínate como lo que eres y serás, una Reina. Se una Reina. Aunque te tildes de una caída se la puta Reina Caída que nadie quiere que seas y que mucho menos esperan.
Apenas termino de hablar supe algo, supe que ella era la mejor persona en el mundo. A ciencia cierta no lo sabía, no le conocía pero, el simple hecho de subir mi ánimo de esa manera me hizo amarla.
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Nuevo Cap, espero lo disfruten! Xoxo
Adry❤️❄️
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