Durante todo el verano estuve con mis amigos y algunas veces se sumaban Ana y sus amigas; seguía con mi rutinas del gimnasio y saliendo a correr.
-Oye, ya le vas a decir a Ana que te gusta ¿o que?- Marcos dijo esto de repente mientras estabamos en mi casa pidiendo hamburguesas por delivery.
-No, ni lo sueñes- conteste.
-¿ Y por que No?-intervino Adriel- se ve que a ella le gustas.
-Corrección, le gusta mi fisico y mi altura- replique.
-Aja, si claro- dijo Marcos.
-Tenes que ser ciego para no darte cuenta de que le gustas desde antes de tu cambio de apariencia- manifestó Adriel.
-Pues me arriesgare a decir que soy ciego- idiotas se que lo dicen para que enfrente la situación pero ambos deberían haber aceptado que no lo haría o que era y soy muy cobarde como para hacerlo.
-Como digas- dijeron ambos entornando los ojos al mismo tiempo.
-No me miren así chicos.
-¿Así como?, ¿con desaprobación?- dijo Adriel.
-Si.
Y justo antes de que pudieran decir algo más tocaron la bocina, supusimos que era el delivery así que salimos a la puerta y como predijimos era así. Una vez que que entramos, nos pusimos a comer y se olvidaron del tema de hace un rato y empezaron a hablar de deportes, de ahí me preguntaron si iba a empezar a hacer algún deporte y la verdad que hasta hace un momento no lo habia pensado. Marcos hace fútbol y Adriel hace tenis yo era el único de los tres que no había hecho nunca ningún deporte asi que no sabía si iba a hacer o no algo este año.
-Eh... saben que nunca se me dieron los deportes...- empece a decir.
-Aquí vamos otra vez- dijo Marcos.
-Ey dejame terminar- dije molesto porque sabe que odio que me interrumpa.- pero tenía ganas de empezar a jugar al voley ya saben como mis hermanos.
-Cool- dijo Adriel.
-De seguro serás el mejor, pero ¿por que estas dudando?- señaló Marcos.
-Porque todavía no estoy muy convencido.
-Deja de dudar con todo lo que haces o harás ¡¡dios!! Me desesperas- dijo Adriel elevando la voz un poco.
-Mira, Adriel tiene razón, no puedes seguir dudando para siempre maldición- dijo Marcos.
- Okey chicos ya entendí me quedo claro.
Después de esto termine mis papas y mi hamburguesa, mientras ellos dos cambiaban de tema de nuevo, es más es lo que siempre hacen cambiar de tema bastante seguido pero yo los quiero asi aunque no se los diga y sean unos idiotas.
Faltaban tres semanas para empezar las clases, pues durante todo el verano entre el entrenamiento, las salidas con los chicos y las salidas con las chicas también se nos pasó volando este verano y la verdad fue el mejor verano del mundo pues ya habia logrado crecer al metro noventa y seis, hable y sali con la chica que me gusta, pero nunca se lo pude decir, y me fui con mi familia de vacaciones.
El último finde antes de empezar las clases me quedé con mis hermanos acostados en el patio mirando las estrellas.
-¿Como creen que será este año?- hablo Mía.
-No lo se- dijo Matias.
-Tal vez sea diferente, pero no me refiero a diferente para mal sino que para bien supongo- dije.
-Pues espero que sea un año bueno-contesto Mía.
-Si yo también- dijimos con Matias.
-Bueno, hoy a la tarde compre helado ¿quieren comer un poco?- les dije.
-¡¡Si!!- alzaron la voz ambos.
-¿Elegiste buenos sabores?- preguntó Mía.
-Si, pedi 1 sabor para cada uno.
-¡¡¡Genio!!!- festejaron.
-¡Sos mi ídolo hermanito!
-Tarados- les sonreí- ahí vengo.
Empezaron a reír a carcajadas, siempre pasábamos algun finde juntos divirtiendonos hablando de todo un poco, diciendo boludeces y haciendo payasadas.
Cuando volví con el helado y tres cucharas para los tres, ellos estaban escuchando música mientras hablaban y se abrazaban. Cuando terminamos de comer el kilo nos tiramos en el suelo a mirar las estrellas y a contar teorías sobre Ovnis y todas esas cosas misteriosas del universo y nos quedamos dormidos después de un rato.
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