Me Convertí En La Amante De Mi Esposo

Al llegar en la tarde regresé a casa y Leonardo me esperaba, se notaba algo tenso y pensativo, yo hice que no estaba y solo seguí derecho para la habitación.

Él siguió detrás de mí preguntándome por qué no atendí el celular, me pareció extraño de su parte a sí que le respondí: perdí la señal, ¿algún inconveniente?, me dijo: No, es que quería preguntarte algo, pero no pasa nada.

La verdad es que no comprendía su manera de actuar, siempre era tan distante y poco interesado. Además no dejaba de mirarme, por un momento la conciencia me hablaba acusandome  frente a él, aún así me calme e hice como si nada me incomodara.

Como no dijo nada más, pues me fui a mi cuarto a descansar para luego hacer algo de cenar para él, tenía rato descansando cuando de pronto sonó mi teléfono, era Jeremías, sentí un susto en mi estómago, tenía días sin saber de él, pensé que me reclamaría por no llamarlo.

No obstante, me saludó tiernamente: Hola princesa, perdón por no comunicarme, estuve algo ocupado pero quiero que salgamos, necesito conversar algo contigo, Es importante. Me dio intriga saber que pasaba.

Le dije: Hola Jeremías, como has estado, no te preocupes también anduve algo ocupada, diré que saldré con julian para poder vernos, Leonardo anda algo extraño y eso no me gusta.

Me dijo: No pasa nada, seguro se dio cuenta que tiene a su lado un tesoro y siente que lo está perdiendo. Ja ja ja yo sonreí porque me pareció gracioso. Él siempre haciéndome reír.

Salí de la habitación a preparar la cena, luego se la lleve a la oficina, Leonardo me miró fijamente sin decir una palabra, sentí una lanza en el pecho, Dios mío como amaba a ese hombre, me ponía nerviosa.

El sabía lo que provocaba en mi así que disfrutaba verme como una tonta sin poder mirarlo, la verdad es que lo deseaba, quería brincarle encima y besarlo desenfrenadamente, arrancar su ropa deportiva y hacerle muchas cosas.

Pero luego aterrice y me dije Cristina reacciona. Salí de la oficina y sabía dentro de mí que él había sonreído por mi torpeza al salir de allí. Sabía que mis intenciones eran otras, pero yo estaba dolida, la herida todavía sangraba.

En fin, me acosté y no supe en qué momento me dormí, en la madrugada desperté y eran las 3am. Fui a la cocina para tomar algo de agua y me quede pensando en mi vida, complicada, ignorada, engañada. ¿Qué estaba pasándome?

Cuando regresé a la habitación Él dormía profundamente, parecía tan inocente, quería besarlo, pero en este caso él besaba la pared, siempre arrinconado dándome la espalda, yo recostada en la orilla evitando tener algún contacto, no quería caer en tentación, mi dignidad también tiene un valor.

A la mañana siguiente comencé mi día nuevamente, evitando seguir la mirada de mi esposo, no quería ponerme en evidencia porque se me notaba las ganas que tenía de lanzarme sobre él para que me hiciera suya.

ja ja ja serán las hormonas que andan un poco locas o tal vez era la realidad azotandome cada vez que lo tenia frente a mí.