Malas Decisiones.!

Pasé la noche con el hombre que conocí en la fiesta, dije, sintiendo mucha vergüenza, con las mejillas sonrojadas y la cara ardiendo.

Sonia se echó a reír y yo me quedé sorprendida, sin comprender qué era lo gracioso.

Yo estaba hecha un manojo de nervios y sentía el aroma de aquel hombre aún en mi piel.

¿Qué pasa? ¿No me escuchaste? Le fui infiel a mi futuro esposo, y aún más, ¡él debe estar muy cansado por todo el trabajo que tiene! – le dije a Sonia con remordimiento.

Nova, por Dios, solo fue una vez. No me vas a decir que le diste tu virginidad a ese hombre tan guapo. ¿Ya has tenido sexo con Jeremy?, preguntó Sonia riendo.

¡Yo nunca he estado con nadie!, respondí, sintiéndome avergonzada.

No puede ser, Nova. Yo pensaba que tú y Jeremy ya habían estado juntos, me dijo Sonia, preocupada.

Jeremy, me ha dado a entender eso, pero no podía hacerlo, la verdad es que no me sentía segura, dije mientras tomaba un sorbo de mi taza de chocolate.

¡Ese hombre tan atractivo hace sentir segura a cualquier mujer! - comentó Sonia sonriendo y haciendo gestos de alegría.

Por favor, Sonia, Jeremy es el hombre con el que tengo que casarme. ¡Mis padres hicieron un tratado con él! -dije mientras suspiraba.

Nova, tú misma lo dijiste, tus padres lo eligieron, no tú. Además, no lo amas y ambas lo sabemos. Has estado posponiendo esa boda por cualquier motivo y, sinceramente, hoy tienes una expresión que nunca había visto en ti -me comentó Sonia, tomando mi mano.

No estoy segura de lo que ocurrió, olvidé todo sobre mis padres y Jeremy; solo podía pensar en estar con ese hombre que me hacía sentir algo que nunca había imaginado. Dije con una pequeña sonrisa en el rostro, sin darme cuenta.

De verdad, entonces tienes que contarme todo lo que ocurrió, necesito saberlo todo, me dijo Sonia con una sonrisa.

En ese instante, mi celular sonó. Miré de inmediato y era Jeremy.

¡Siempre tiene que ser tan inoportuno, de verdad! - exclamó Sonia, torciendo los ojos enojada por la interrupción.

No pude contestar porque estaba muy nerviosa y no quería decir algo incorrecto, así que desvíe la llamada de inmediato.

¡Wow! Me alegra saber que no estás a la disposición de ese patán, porque déjame decirte que de él se dicen muchas cosas... me comentó Sonia.

Nadie puede saberlo, Sonia. Mi madre se enojaría mucho o, incluso, podría mandarme al extranjero, y no quiero perder mi trabajo con mi abuelo.

No te preocupes, de mi boca no saldrá nada. Tranquila, nadie tiene por qué enterarse de esto. Es algo que muchas mujeres hacemos, y muy pocas llegan vírgenes al matrimonio. me dijo Sonia para tranquilizarme.

Muchas gracias, ahora necesito darme un baño y cambiarme de ropa, dije mientras me levantaba del sillón.

Claro, te dejaré algo de ropa en la cama. Tómate tu tiempo en la ducha; yo volveré a dormir, así que te espero en la cama, respondió Sonia mientras bostezaba.