Alexander Stone es un atractivo y exitoso alfa, CEO de su propia empresa. Solo hay un problema: él, odia a los Omegas, así que, para trabajar como su secretario, este tiene que ser un Beta, requisito que Ethan cumple perfectamente.
Pero la constante exposición a las feromonas de Alexander, ocasiona un cambio en Ethan, él, se vuelve un Omega, por lo que debe ocultar este hecho de todos si es que desea mantener su puesto como secretario de Alexander. ¿Podrá Ethan ocultar para siempre su cambio de casta? ¿Qué hará Alexander si lo descubre?
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Un momento incómodo
POV Ethan
Stone, después de un par de días de la pequeña rutina que se había formado donde yo le llevaba su café por las mañanas, decidió invitarme a una reunión a una empresa afiliada para así mantenerme al tanto del trabajo y los clientes que la empresa tenía. Claro que la invitación de mi jefe me tomó por sorpresa, no esperaba que el tomará ese tipo de iniciativa en nuestra relación laboral, pero me sentía orgulloso de estar siendo valorado, así que sin problemas nos dirigimos a la sede de la reunión.
Al llegar a la empresa afiliada, Stone me condujo hasta la sala de reuniones, donde me indicó que esperara afuera mientras el asistía a la reunión. Con nerviosismo, me senté en una silla en el pasillo, ansioso por lo que debería enfrentar después de la reunión.
Mientras pasaban los minutos, comencé a sentirme incómodo. Los empleados de la empresa afiliada pasaban a mi lado, lanzándome miradas curiosas, y pude escuchar que estaban así de curiosos por el hecho de que el popular Alexander Stone tenía un nuevo asistente. No entendí por qué les sorprendía tanto, pero pronto se me aclaró.
-¿El nuevo secretario de Stone? Pareces un omega intentando pasar por beta, pero no engañas a nadie. Ese Stone no sabe tratar a los omegas, dice que los odia, ¿por qué perderías el tiempo trabajando para él? Deberías estar con un alfa que te valore…- Se me acercó un hombre alto y corpulento, sonriendo mientras extendía su mano hacia mí, la cual aparté.
-Soy su secretario, no su amante, y soy un beta, no hay nada que deba ocultar.- A pesar de estar molesto, sentí un revoltijo en el estómago en el estómago por los nervios, ¿de verdad me veía como un omega?
Traté de mantener la calma ante el supuesto coqueteo, más bien acoso, del alfa frente a mí, recordándome que no debía causar problemas, menos cuando el señor Stone estaba al otro lado de la puerta, pero sus palabras comenzaban a colmar mi paciencia, me sentía vulnerable.
Antes de que perdiera la compostura, la puerta de la sala de reuniones se abrió.
-¿Hay algún problema aquí?- Era Stone, hablando con autoridad.
El otro alfa se sorprendió y negó, yéndose cobardemente, lo que me hizo suspirar aliviado.
-¿Todo bien, Ethan?- Me preguntó Alexander, quien parecía acostumbrarse más a llamarme por mi primer nombre.
-Sí, sí, todo bien.- Dije con una sonrisa nerviosa.
Stone asintió, pero podía notar en su rostro que no creía mis palabras pues sabía lo que había pasado, pero yo me preguntaba si fue coincidencia su aparición o sintió la necesidad de protegerme.
Esa noche, en mi cama, reflexioné sobre el acoso que había sufrido ese día, pocas veces me había pasado, y no era primera vez que me confundían por omega, aunque no me hacía sentir insegura mi apariencia, si me recordó lo vulnerable que uno se podía sentir ante otros alfas. Me quedé pensando en lo admirable que podía ser Stone, si era yo idealizándolo o él de verdad era un alfa admirable.
