Insaciable

Entraron al apartamento a toda prisa, Luciano la sostenía por la cintura pegada a la pared mientras besaba apasionadamente sus labios, regaba algunos besos por su cuello y volvía arriba.

Anne sentía su ropa íntima húmeda, su cuerpo caliente y sentía sobre todo, la erección de Luciano contra su cuerpo. Ella correspondía los besos, mordía salvaje sus labios, los lóbulos de sus orejas y metía sus manos por la camisa que había desabotonado ágilmente, acariciaba su pecho y su mercado abdomen, parecía una escultura bien esculpida.

Ninguno de los dos decía una palabra, estaban concentrados en explorar sus cuerpos, Luciano la sostuvo de la cintura y alzó para que ella lo amarrara con sus piernas, apretaba sus nalgas y las separaba con rudeza, quería arrancarle la ropa. La llevó cargada hacia el sofá dónde la dejo caer de espaldas y se agachó para besar sus muslos, subió la falda para dejar pequeñas mordidas cerca de su ropa interior, Anne gemía de placer, estaba disfrutando mucho de sus caricias. Todos los días que se vieron en el club, ella siempre lideró la situación y no le permitió tocar, hoy era diferente

-Quiero follarte por todos los lugares posibles- Luciano la sujetó de la cadera y ágilmente la giró dejando sus nalgas expuestas a él, está se sostuvo del respaldo del sofá, gemía, mordía sus labios y se retorcía de placer sintiendo sus caricias, estaba muy mojada. Pronto sintió su ropa interior caer y un dedo invadió su ser, entraba y salía sin piedad mientras él seguía mordiendo sus nalgas. Con la mano libre azotó a Anne y respondió con un gritó de placer.

-Mmm! Me harás acabar aquí... Podría hacer un desastre de tu sofá-

-Eso es lo de menos- Luciano seguía empleando sus dedos sintiendo los fluidos de ella correr en su mano. La dejo libre y se inclinó para recoger sus fluidos con la lengua mientras ella se retorcía aún más

-Por favor... Hazlo ya- Necesitaba sentirlo, poder cabalgar sobre ese gran y salvaje hombre, no desaprovecharía la oportunidad

Luciano la escuchó y obediente dejó caer su pantalón, estaba completamente erecto, sin hacerla esperar, saco un forro de su bolsillo y después de ponerlo, la embistió con fuerza. Sujetaba su cadera y la empujaba más hacia él en un vaivén sincronizado. No había en el lugar otro sonido más que sus cuerpos chocando y ellos gimiendo

Cuando por fin alcanzaron el climax, Luciano se dejó caer encima del cuerpo de Anne, de lado en el sofá acariciaba sus senos con calma mientras estabilizaban sus respiraciones

(Dios... Al parecer es todo lo que da, un miserable polvito y ya)

Anne lo miraba disimulando la decepción, ella era insaciable, durante el sexo siempre quería más, disfrutaba si, pero nunca alcanzaba el orgasmo en el primer round, así que siempre iba a por más.

-Te prepararé un café...- Luciano se aparto y entró al baño para limpiarse antes de ir a la cocina. -Puedes usar el baño de mi habitación-

Anne no decía nada, el ambiente se sentía frío de nuevo. Entró al baño, miro su cuerpo despeinado, estaba hecho un desastre. Peino su cabello, acomodó su blusa que siempre mantuvo puesta y se limpió los restos de fluidos para acomodar su falda. Desecho en la papelera su ropa interior. Salió del baño y se sentó en la barra.

-Quiero saber más de ti An-

-Creo que ya sabemos lo suficiente el uno del otro, no era esto todo lo que querías?-

-Acaso tú no lo querías también?- Alzó una ceja mirándola interrogante

-Claro que quería, pero no por eso fingiré que estoy interesada en saber de ti. No actúes como esos tipos absurdos, no tengo problema en tener sexo casual...- respiro profundo y resopló -Sabes qué? Mejor dejamos el café para otro día-

Luciano no entendía el comportamiento de esa mujer, siempre estuvo con mujeres que después del sexo pretendían haber iniciado una relación y morían por seguir con él así recibían lujos y regalos costosos además de sexo. A ella parecía no interesarle nada de eso

Él no iba a permitir que ninguna mujer lo tratara como objeto sexual -Dile a mi chófer que te lleve- Sin más que decir dejó la taza de café y caminó hacia su habitación sin despedirse de Anne.

(Maldita sea, podía simplemente dejar el café y follarme de nuevo, pero no, café... Muy sofisticado el mal polvo ese...) Caminó hacia la salida y tiró un portazo. Abajo, le pidió al chófer que la regresará a la tienda, ahí había dejado su auto.

Mientras tanto, Luciano mal humorado por lo que había pasado, tomo su teléfono y llamó a Marcos

-Hoy vamos a beber al club, me follare a todas esas putas-

-Como usted diga capitán... Pero qué te pasó? No me digas que te rechazaron...- El tono de voz sonaba a burla

-Callate a mí nadie me rechaza -Pateo la silla que tenía al frente -Esa mujer me trató como una puta, yo las trato como putas, no ellas a mi... Y aún así quiero volverla a tener en mi cama-

-Sera mejor que vayamos a beber hoy. Nos vemos a las 9-

Luciano colgó la llamada y se tiró en la cama. La sensación que tenía no la reconocía, nadie lo había hecho sentir así.

°°°°

-Así que prostituyendote de nuevo...- Alguien vigilaba a Anne de cerca. La vió entrar y salir de aquel edificio con ese hombre. La rabia lo invadía por dentro.

-Maldita puta, esto no se quedará así, arruinare tu vida-

El motor arrancó para seguir al auto donde ella viajaba. Espero paciente en la tienda mientras ella entraba y volvía a salir. La siguió nuevamente hasta su apartamento. Tomaba fotos de cada paso que daba. Su teléfono sonó y él atendió

-Conseguiste la información que te pedí?-

-La quiero para ayer imbécil o no te pagaré-

-No me importa, la quiero ya!-