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El Rezo Del Cuervo

El Rezo Del Cuervo

Status: En proceso
Genre:Traiciones y engaños / Síndrome de Estocolmo / Amor-odio / Atracción entre enemigos / Pareja destinada / Familias enemistadas
Popularitas:5.4k
Nilai: 5
nombre de autor: Laara

La cárcel más peligrosa no se mide en rejas ni barrotes, sino en sombras que susurran secretos. En un mundo donde nada es lo que parece, Bella Jackson está atrapada en una telaraña tejida por un hombre que todos conocen solo como “El Cuervo”.

Una figura oscura, implacable y marcada por un tormento que ni ella imagina.

Entre la verdad y la mentira, la sumisión y la venganza. Bella tendrá que caminar junto a su verdugo, desentrañando un misterio tan profundo como las alas negras que lo persiguen.

NovelToon tiene autorización de Laara para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

IX. Desconcierto.

No supo cómo actuar, se había quedado paralizada en el lugar. William desenredó el nudo de la bata; la gentileza y el cuidado con que lo hacía la impactaron por completo. La abrió, dejando ver sus brazos desnudos y, aunque no hubiese salido el moretón aún, sí se notaba la magulladura en el brazo.

—Maldición... —la rabia vibraba en el tono de su voz—. Si no hubiera contestado esa endemoniada llamada.

—¿P-por qué tu primo reaccionó así conmigo? —le costaba verlo a los ojos, por el hecho de no saber reaccionar a su nuevo trato y forma de actuar.

Estaba acostumbrada a su mal carácter y a su semblante oscuro.

—Es un imbécil, tiene complejo de inferioridad desde que nació. No te preocupes, no volverás a verlo. —La examinó de arriba abajo—. ¿Dónde más te tocó?

—Llegaste a tiempo. Me tiró al piso, y tuvo la intención de... golpearme.

—¿Crees que en su mente no había ninguna otra intención? —la analizó con cuidado.

—¿Qué quieres decir?

—La forma en la que te miraba, ¿no te decía nada?

—Dijo que me demostraría cosas, y sí... me miraba como un...

—Como un hombre que quiere tenerte de cualquier forma, aún a la fuerza.

Bella tragó saliva.

—Lo que dijo tu madre no es verdad —dijo con cierta ansiedad—. Yo jamás me insinuaría a ningún hombre.

—Lo sé, pequeña... —volvió a acomodarle el albornoz—. Mandaré a Arianna; traerá una pomada para el brazo y medicamentos para el dolor.

Se alejó, saliendo de la estancia, sin darle tiempo siquiera para agradecerle por haberla salvado. Algo que era paradójico en su totalidad, si lo pensaba: darle las gracias a su secuestrador.

Cerró los ojos mientras se acercaba al asiento más cercano. Habían pasado tantas cosas en tan poco tiempo que no era capaz de procesar lo ocurrido. Pero lo que más la impactó fue lo que acababa de descubrir. Ella no era experta en los hombres, no tenía la menor idea sobre ese tema.

Sin embargo...

Esa forma de mirarla.

—No, no, no... —resopló con exasperación—. Ha sido imaginación mía. Sí, eso es.

No podía ser real. ¿Cómo un hombre puede amar a una mujer si ni siquiera la conoce? Porque él no la conocía, ¿cierto? Eso era lo que le quitaba el sueño cada noche. Sus gustos y preferencias... cuando hablaba con él, parecía estar haciéndolo con alguien que conocía hasta el mínimo detalle sobre ella.

Cuando la besó aquel día, tenía la constancia exacta de que había sido su primer contacto íntimo con un hombre.

—¿Por qué? —se acurrucó en el asiento y rodeó sus piernas, abrazándose a sí misma.

¿Por qué la conocía tanto, si ella jamás lo había visto? Se encontraba tan confundida y aturdida, pero, sobre todo, asustada. Tenía miedo de aquel cambio repentino en él. No parecía un hombre peligroso cuando la examinaba, mucho menos alguien que causara dolor. Solo un hombre preocupado por su mujer.

《Pero sí es todo eso, Bella. Y además, tu secuestrador.》

—Sí, es todo eso. Y probablemente sea un... —tragó saliva al pensarlo.

Un asesino, o...

La puerta se abrió, sobresaltándola. No tenía idea de cuánto había transcurrido, inmersa en sus pensamientos. Era Arianna, mirándola con aquella expresión tan conciliadora.

—Cielo... —se encaminó hacia ella con prisa, dejando lo que llevaba en las manos sobre la mesilla.

No pudo evitar soltar un sollozo cuando la abrazó. Había estado todo ese tiempo aguantándose; odiaba ser débil en aquellas circunstancias. No obstante, aquel cálido abrazo la debilitó.

Arianna acariciaba su espalda mientras ella lloraba.

—Ha sido horrible. Jamás pensé que Ryan sería capaz de maltratarte. —Se separó un poco de ella, mirándola de frente. Despejó algunos mechones de cabello mientras secaba sus lágrimas—. ¿Logró hacerte daño?

—No... —se sorbió la nariz antes de continuar—. Llegó William, pero tenía toda la intención. No entiendo por qué actuó así.

—Ryan y William crecieron juntos. Sin embargo, el que sobresalía en todos los aspectos era William. Incluso su padre lo sometía a numerosas torturas, obligándolo a parecerse a él. Los años transcurrieron y se convirtió en una especie de sombra. Supongo que le guarda mucho rencor, y al saber que eres su mujer, vio la oportunidad de herirlo a él directamente.

—No soy su mujer —espetó, con los ojos cristalinos.

Arianna suspiró, observándola con pesar.

—Bella, cuanto antes lo aceptes, mejor irán las cosas. Dime la verdad... —la miró con la curiosidad a flor de piel—. ¿No cambió nada en ti después de conocerlo?

Tragó saliva, sin saber qué contestar ante aquella insinuación.

—No...

—Oye, no me mientas. —Sonrió, aliviando la tensión—. ¿Te diste cuenta cómo te defendió? —Bella asintió—. Eso no lo hace alguien por cualquiera. Ese hombre está loco por ti.

Se acomodó en el asiento. La ansiedad palpitaba en sus venas.

—Arianna, te lo suplico, ¿sí? Dime por qué él me conoce tanto. Es como... —un escalofrío la recorrió al pensarlo— si hubiera estado siguiendo cada uno de mis pasos, todos estos años...

La mirada que compartió con ella lo confirmó. Era como si no pudiese decirlo en voz alta, pero se lo estuviese diciendo en silencio. Luego recordó las cámaras. Cerró los ojos un instante, lo había olvidado por completo.

—¿Pero por qué? —susurró, apenas audible.

—Eso no puedo decírtelo yo, Bella. Pero no te miento: ese hombre te ama —contestó en el mismo tono—. Aunque parezca alguien peligroso y temible, es un buen hombre. Y no me quiero imaginar cómo sería contigo si le correspondieras. —Bella recordó su cambio radical hace un momento. No sabía si decírselo—. Bella... —la llamó, mirándola con picardía al verla tan pensativa.

—Ya cambió... —murmuró.

A Arianna se le iluminó el rostro en un microsegundo. Pareciera haber oído la mejor noticia de su vida.

—¿Es en serio? ¡Lo sabía! No iba a tardar en caer.

—Solo fue mientras me examinaba...

—¿Qué te dijo?

—Fue su... forma de tocarme y mirarme. No parecía el mismo.

—¿Y eso te sorprendió?

Bella asintió y resopló, dejando escapar el aire contenido.

—No sé quién es realmente ni por qué me trajo aquí a la fuerza. ¿Qué quiere conseguir?

—Que lo ames, Bella. Desea que descubras lo que realmente siente por ti.

—Eso no va a pasar.

—¿Por qué no? ¿Qué te lo impide?

—Me secuestró, Arianna. Cuando recién cumplía dieciocho años... y los sigo teniendo. Nunca he pensado en tener nada con ningún hombre.

—Hasta ahora.

–¡Yo no dije eso!

Arianna no pudo evitar soltar una carcajada.

–Aunque lo niegues, yo sé que algo cambió.

–Me separó de mi familia, ¿sí entiendes eso? Ha debido de haber pasado más de una semana, tienen que estar enloquecidos buscándome. Y además... Me da miedo.

–¿Quién? ¿William? –Arianna se llevó una mano a la boca, sin poder reprimir la risa–. Y dime una cosa. –Acarició un mechón de su pelo, mientras la miraba–. ¿Te da miedo él? ¿O lo que te hace sentir?

Bella se levantó del asiento.

–No pienso hablar contigo si sigues en ese plan.

–Es alguien que impone mucho respeto –empezó diciendo mientras ocupaba su lugar, ahora vacío–. Provoca cierto vapor, sobre todo cuando se enoja. Desde luego, su físico y forma de hablar intimidan bastante; y mucho más a una jovencita como tú. –La señaló, sonriendo–. Quizá todo eso, junto a su manera de actuar hace un momento, te ha confundido, provocándote cosas que tú desconoces por completo. Y eso te produce miedo: no saber qué pensar.

–No, no ha pasado nada de eso –espetó con nerviosismo.

–De acuerdo, sigues en la etapa de la negación. No hay problema, yo también estuve en tu lugar.

–Y... –se acercó con curiosidad–. ¿Tu marido cómo es contigo?

–¿James? Es un encanto de hombre. Tiene un carácter fuerte, y es muy terco. Pero conmigo es un dulce de leche, no imaginas lo tierno y atento que puede llegar a ser cuando estamos a solas. –Sonrió de oreja a oreja, al ver lo colorada que se estaba poniendo Bella–. Es fácil llevarlo, desde luego más que a William. A ti te va a tomar más trabajo aprender a manejar a ese hombre. James tiene un temperamento más llevadero, a diferencia de su hermano.

–¿No te dolió que te separara de tu familia? –La pregunta la afectó más de lo que imaginaba. Jamás había visto a Arianna tan afligida–. Lo siento, no debí haber preguntado.

–No es lo que piensas, es simplemente... una larga historia. Tal vez, en otra ocasión, ¿sí? –Bella asintió, sin atreverse a preguntar nada más–. Ahora ven aquí, señorita. Veamos ese brazo.

Se habían sentado, y no habían pasado más de dos minutos cuando tocaron a la puerta.

–Pase –dijo Arianna.

Entró una empleada de servicio con una bandeja en la mano. ¿No se suponía que el turno laboral había acabado ya?

–Disculpen, me manda el señor William. Me ordenó que le trajera a la señorita su vaso de leche dulce. –Se apresuró a dejarlo sobre la mesilla–. ¿Desea algo más? –preguntó, mirándola con atención.

Bella, que se había quedado perpleja, tardó en reaccionar.

–N-no, muchas gracias.

–A usted, señorita. Me retiro, buenas noches.

La mujer salió, cerrando la puerta tras ella. No tardó en ver la mirada esperanzadora de Arianna y la enorme sonrisa que se reflejaba en su rostro.

–No quiero comentarios.

–Ha levantado a Carmelina, solo para que te trajera tu vaso de leche. ¡Qué atento!

–No lo entiendes, yo había bajado a por eso. Antes de que... en fin, de lo ocurrido.

–Más aún, no puede dejar a su princesa sin su antojo, y mucho menos así de magullada. No te sorprenda si se aparece aquí a medianoche para darte tu beso de las buenas noches.

Bella sentía su cara arder.

–Voy a cerrar la puerta con llave.

–No tienes idea de lo que ese hombre puede llegar a hacer. –Siguió con el masaje que le estaba haciendo en la zona afectada–. Muy bien, seguro que con esto no estará muy morado mañana.

–Gracias por todo lo que estás haciendo por mí. No sabría qué hacer sin ti.

–No hay nada que agradecer. Eres como una hermana pequeñita para mí... –Se le empañaron los ojos, y por mucho que luchó no logró contener las lágrimas.

–Dios mío, Arianna. Lo siento, ¿dije algo malo? –preguntó preocupada.

Sonrió, intentando contenerse.

–¿Cómo dices eso? –Le rodeó el rostro con las manos–. Si eres un angelito, recién estás conociendo el mundo. Estoy segura de que no serías capaz de herir ni a una mosca. Si estoy así es simplemente por el embarazo. –Dijo, riendo–. Las hormonas me traen loca, si no me crees pregúntale a James. No lo dejo dormir. –Terminó diciendo, mientras le guiñaba un ojo.

Bella se sonrojó.

–Me imagino –terminó sonriendo con pena.

–Te dejo durmiendo, ¿sí? Y no te preocupes por Ryan. Después de lo ocurrido no creo que lo vuelvas a ver en esta casa.

Le dio un beso tronado y se marchó. Bella se aseó, y no tardó tampoco en meterse en la cama. Después de todo, solo quería dormir. Y aunque le costó mucho conciliar el sueño, logró dormir.

Parpadeó varias veces antes de abrir los ojos. Había tenido varias pesadillas después de lo sucedido. Se sentó aún somnolienta, frotándose los ojos. No tenía idea de la hora, pero por la luz supuso que seguía siendo bastante temprano.

Deslizando la vista por su habitación, entreabrió los labios en sorpresa cuando lo vio. Era William, y estaba plácidamente dormido en uno de los sillones, vistiendo simplemente aquel pantalón de pijama y sin nada que lo cubriese. ¿No tenía frío? ¿Por qué se encontraba allí? Se había asegurado de cerrar la puerta con llave por dentro. Era imposible que la abriesen desde fuera.

Se levantó de la cama, sin hacer ruido. Tomó su edredón y caminó hacia él. A pesar de verse tan tranquilo en aquel sillón, no parecía ser del todo cómodo. ¿Acaso... la estaba cuidando? Cuando estuvo a su lado, elevó la tela en sus manos para cubrirlo, pero abrió los ojos como platos cuando él entreabrió la mirada y la clavó en ella.

No logró ver a tiempo su intención, cuando él extendió su mano y agarró la suya, provocando que cayera sobre él.

–¿Cómo te atreves? Déjame ir –pidió sobresaltada, intentando soltarse.

–Shh... –La agarró por la cintura, cancelando cualquier intento de huida–. No me gusta el ruido por la mañana.

–William, dije que me soltaras.

Este sonrió mostrando sus dientes perfectos, con aquella mirada que la dejaba sin habla.

–Mi mujer me iba a cubrir del frío. –Acercó su rostro al suyo–. Resulta que tendré una esposa sumamente devota –susurró contra sus labios.

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Cristina Rodriguez
Interesante novela.... pero no Sta completa
Paz Bach
Así me gusta Bella!!!! Dale no te quedes atrás jajaja
Paz Bach
Si cuervo y llegará el día que esa mujer te ponga una correa... 😌
Paz Bach
🤣🤣🤣😂 no puedo de verdad estoy como loca me enfado luego me rio
Paz Bach
Já! ahora resulta, disque su mujer, veremos a ver si consigues que sea tu mujer 😉😏
Paz Bach
no ya... mataste a tu padre muchacha con eso
Paz Bach
😭😭😭😭
Paz Bach
William tendrás que besar el piso por donde camina bella porque lo que estás haciendo es de ser un desgraciado!!!!!
Paz Bach
entiendo que está haciendo todo esto para salvar a su padre... pero aún así Bella... agh! ya no sé estoy que me como las uñas 😭
Paz Bach
esooo no se deje comisario será muy Cuervo y toda la cosa pero el amor de padre puede con todo!!!
Paz Bach
ay no pues la ironía personificada... 🤣
Cristina Rodriguez
excelente novela.. gracias escritora por compartir su historia... es mi tema de lectura mafia
Lina Montoya Blanquicett
pégale duro Chama !!ahora es cuando comienza la guerra de poderes!! dale dónde le duele más al hombre en su eterno orgullo
Lina Montoya Blanquicett
yo creo que es más para el!! idiota yo veré cuando esté llorado pidiendo cacaoo !! miserable
Lina Montoya Blanquicett
yo creo que más para el...idiota te vas tragar tus palabras yo veré cuando estés llorando pidiendo cacaoo!!! miserable
Lina Montoya Blanquicett
que dolor como padre saber que tú conoces a tu hija cuando miente y que te lo sostenga en la cara eso hace doler el alma inmensamente 😭
Lina Montoya Blanquicett
este hombre es un depravado!!! depravado ..que dolor
Lina Montoya Blanquicett
hay bendito!!
Lina Montoya Blanquicett
mato al papá !! con esa palabras
Lina Montoya Blanquicett
desgraciado!!! en verdad y lo más triste que así hay gente
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