Anastasia Y El Gran General

Después de unos días, escuche que el soldadito estaba en una misión fuera, por lo que decidí volver al club, la verdad es que me había gustado mucho la adrenalina que se tiene en el escenario, así que esta vez, me ofrecí como voluntaria.

- ¿Estás segura? Después que estuviste en el escenario, no viniste en más de una semana.

- Si tengo que aprovechar que no está.

- ¿Quién no está?

- Mi nemesis, olvídalo, solo presentame, en el entretiempo, así las chicas descansan.

[Había preparado otra canción de Christina, pero cuando me pare en el escenario, con mi peluca y máscara y está vez sin esa estúpida pulsera, el soldadito estaba en primera fila, mirándome desafiante... tenía dos opciones, bajarme del escenario atemorizada y correr o cantar, y bueno, como dicen, el que tiene miedo que no nazca, así que acomodé el micrófono y cante una canción que me sabía de Denise Rosenthal...

Yo soy un castillo imperfecto

No necesito más fundamentos que mi voz

Así yo voy construyendo

Con mis virtudes y defectos lo que soy

Lo que mi abuela a mí madre le dió

Lo que mi madre a mí me enseñó

Es un ritual, una contemplación

Una autovalidación

Muevo mi pelo y al son bailo yo

Muevo cadera y quemó to' el dolor

Esto ya no es prohibición

Estos son mis colores de liberación

Fuera de tu rango de control

Es mi decisión

No, no, no

No me digas que esto es pretensión

Boca roja pa' mi corazón

Es mi decisión...

Al igual que la vez anterior, recibí muchos aplausos y saludos.

Cuando entre a mi camerino, lo cerré con llave y me puse mi ropa de hombre para arrancar, tenía que hacerlo rápido. Salí por la puerta lateral hacia mi caballo y me aleje a toda velocidad, aunque casa cierto rato miraba hacia atras pensando que venia ese idiota. Entre por mi escondite y llegue a mi habitación sin problemas. Le avise a una de mis doncellas que mañana iríamos a comprar pasteles. Fue lo único que se me ocurrió, la verdad era que solo quería que me vieran en la Mansión, en caso de cualquier cosa.

- Bien, solo el soldadito me ha reconocido y no tiene pruebas, además nadie me siguió. Quizás y se dio por vencido o se va a concentrar en su trabajo.

Al día siguiente, por la tarde, Anastasia junto a una de sus doncellas, se dirigía al pueblo a comprar pasteles, cuando escucharon que el cochero gritaba...

- ¡NO por favor! entregaré todo, no le hagan daño.

- Mierda, nos atacan, ¿Quién es tan idiota de atacar un carruaje con el emblema Hamilton?

La puerta se abrió y dos hombres entraron, uno saco a la doncella del carruaje y el otro, a pesar de unos golpes que recibió de la hija del Duque, la amarro a la banca.

- ¿Qué haces? idiota me rompes una uña y todos los Hamilton te cortaran en pedazos, maldito cobarde que le hiciste a mi doncella, pervertido, infeliz, hijo de...

El mismo hombre se pasó a la parte delantera y comenzó a avanzar, después de casi una hora el carruaje se detuvo...