chicas no me maten, pero necesito publicarla o se me va a ir la idea
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capítulo 9
En la oficina de Alek, una preocupada Vivian no esperó ni un segundo al entrar.
—¿Dónde está el botiquín?
—Vivian, no es... —Al ver la mirada seria de su hermana, no se atrevió a discutir y, señalando el baño, indicó—: En el armario que está allí.
Sin perder tiempo, ella se dirigió a buscarlo. Mientras tanto, Alek tomó una foto con su celular y la envió al grupo que compartía con sus hermanos. Pronto comenzaron a llegar los mensajes.
—¿Qué pasó? Tu cara parece un tomate. Por favor dime que al otro le fue peor.
—¿Por qué estás más feo de lo normal?
—No sé de qué hablas, hermano. Aquí el único feo de la familia eres tú. Pero dejando eso de lado, hoy conocí al cuñadito.
El grupo se quedó en silencio unos segundos, hasta que otro mensaje apareció.
—¿Dónde estás?
—En mi oficina, pero no vengan. Estoy con Vivian.
Al ver a su hermana salir del baño con los ojos rojos, entendió por qué había tardado. Sonriendo con calidez, intentó tranquilizarla.
—Estoy bien... —Hizo una mueca de dolor al estirar sus mejillas—. Esto no es nada...
—No hables, perdóname. Esto es mi culpa...
—Hermana, tranquila. No pasa nada...
Las lágrimas de Vivian comenzaron a caer de nuevo, y antes de que Alek pudiera agregar algo, las puertas de la oficina se abrieron de golpe. Nikolai y Vladímir entraron furiosos. Al ver el rostro de su hermano magullado, su humor empeoró. Aunque Vladímir y Alek eran mellizos, él era el menor y ver a su gemelo en ese estado solo incrementó su enojo, más aún al notar cómo Vivian lloraba junto a él.
—Chicos, tranquilos...
—¿Tranquilo? Me voy a quedar tranquilo cuando le ponga las manos encima a ese tipo...
—No... espera. —Vivian se levantó y, mirándolo, continuó—: Yo me voy a encargar de él. No quiero que ustedes se involucren. Mira cómo terminó Alek. No quiero que por mi culpa los vuelvan a lastimar...
Se cubrió el rostro con ambas manos para ocultar su llanto, pero el ambiente se tensó aún más al ver sus nudillos: estaban rojos e hinchados. Vladímir le tomó la mano rápidamente.
—¿Qué te pasó en la...? —Se detuvo al ver su mueca de dolor, y ella respondió:
—No es nada... Me dio tanto coraje en ese momento que no me contuve y le di un puñetazo en la cara a ese desgraciado. No me di cuenta de que me dolía hasta que tú me tocaste.
Alek sonrió, orgulloso, al ver cómo su hermana contaba lo ocurrido. Al notar las miradas inquisitivas de sus hermanos, asintió en señal de aprobación. Nikolai frunció el ceño y ordenó:
—Muy bien. De camino nos cuentan todo. Vamos al hospital.
—Hermano, no es necesario. Estoy bien...
—No fue una pregunta.
Sin más opción, Vladímir se acercó a Alek, que estaba recostado en el sofá.
—¿Quieres que te cargue o puedes solo?
—Oye, déjame conservar algo de dignidad, ¿quieres?
Vladímir sonrió de lado, pero al ver la mueca que Alek hizo al intentar levantarse, se acercó y lo ayudó.
—No digas nada. Tú harías lo mismo por mí.
Alek sonrió y apoyó el brazo en el hombro de su hermano para levantarse. Salió del lugar lo más derecho que pudo, no quería dar una mala imagen a sus empleados. Aun así, los videos de la pelea ya circulaban por todas las páginas de chismes y redes sociales.
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Minutos después, al llegar al hospital, las enfermeras atendieron a ambos lesionados. Mientras se aseguraban de que ninguno tuviera heridas graves, Nikolai recibió una llamada inesperada. Al contestar, escuchó la voz de su mejor amigo, Andrei Ivanov.
—Estoy yendo a Los Ángeles. Me quedaré un tiempo. Te avisaré cuando llegue. Tenemos que vernos.
—¿Hola, cómo estás? ¿Yo? Bien, lo mismo de siempre...
—Si vas a ponerte así, voy a colgar.
—Andrei, no respondes mis mensajes, apenas hablamos, y ahora llamas para decir que vendrás...
—¿Qué puedo decirte? El trabajo me tiene ocupado, tú sabes cómo es esto. Estaré llegando por la noche, te llamaré para reunirnos. Hay mucho de qué hablar.
Nikolai estuvo a punto de replicar, pero la llamada se cortó. Vladímir, que había escuchado con quién hablaba, lo miró con desaprobación.
—¿Qué? ¿Ahora me crees?
Nikolai lo observó con el ceño fruncido, y él añadió:
—Qué casualidad que justo tenga que viajar aquí, cuando nuestra hermana lleva apenas dos días de haber llegado.
—No sigas, Vladímir. Andrei es mi mejor amigo. Él no haría algo así.
—Eres tú quien no quiere verlo. Ese tipo está obsesionado con ella y tú sigues sin creerme.
—Dije que ya fue suficiente. Para que te quedes más tranquilo, hablaré con él. Si es como dices, le pondré fin a todo esto.
Vladímir lo miró con duda y solo murmuró:
—Eso espero. No me malinterpretes, sé que le debes mucho. Todos en esta familia le debemos tu vida, pero eso no quita que sepamos perfectamente quién es. No quiero que nuestra hermana salga de un matrimonio fallido con un mal hombre, solo para terminar con otro igual. No pudimos protegerla antes. Es nuestro deber protegerla ahora...
—Dije que hablaré con él. ¿Contento?
Vladímir no respondió. Ambos esperaron en silencio a que sus hermanos salieran de la guardia.
Es el famoso libre albedrío, del que todos ante una disyuntiva echamos manos ✋ y optamos por algo en entredicho 👍🏻🙌
Y tampoco ha habido acción 🤷 de él hacia Camila, para que descubran la joyita que es 🤨😵🤯