MI PEQUEÑO ERROR

Después de a ver llegado a un acuerdo con David, me encontraba manejando a su casa con cajas llenas de mis cosas, llegó el día de la mudanza y aqui esta yo , abrumada con todo esto, después de que deje mi casa no he vuelto a vivir con nadie, a veces Jeff se quedaba en mi casa pero eso no solía suceder mucho, así que no suelo estar acostumbrada a convivir con nuevas personas.

Pero tomó un fuerte suspiro, llenado mi pulmones de aire y me bajo del coche, David ya me había dado unas copia de las llaves a si que solo abro de una vez,David no se encuentra salió con Anneliese para darme un momento a solas para que pudiera asimilar todo esto, así que me tomó mi tiempo para guardar mis cosas en la habitación que David preparó para mi.

Mientras guardo mis cosas, me encuentro con una caja, llena de fotografías , la mayoría son de mi hermana,me siento en la cama y Recuerdo a Laura, o "Lau" como suelo llamarla desde que era una recién nacida. La imagen de ella en mis brazos, tan pequeña y frágil, me trae una oleada de emociones. Mis padres, sumidos en su adicción, no estaban en condiciones de cuidar a un bebé. Era yo, a mis apenas diez años, quien se levantaba en la noche para darle el biberón, quien cambiaba sus pañales y la mecía hasta que volvía a dormirse.

El olor a leche infantil y los sonidos de los llantos nocturnos de Lau llenan mis pensamientos mientras miro una foto borrosa donde aparecemos las dos, yo con ojeras profundas y una sonrisa cansada, ella con una mirada de completa dependencia hacia mí.

"Shh, Lau, estamos bien", solía susurrarme a mí misma tanto como a ella, intentando que creyéramos en una seguridad que no teníamos.

Recuerdo cómo, entre clases y juegos, tenía que aprender rápidamente a preparar la fórmula, cómo jugaba con ella para mantenerla tranquila y feliz, cómo la envolvía en mantas cuando el invierno era demasiado frío para nuestro hogar mal calefaccionado. La responsabilidad que pesaba sobre mis hombros era enorme, y aunque era amor lo que me empujaba, también había miedo, un miedo constante a que algo saliera mal porque no tenía a nadie más a quien recurrir.

Ahora, al ver a Anneliese, tan pura e inocente solo pienso en darle aquello que yo nunca tuve, ni Lau, por que si ,puede que yo la crié, pero no era lo que ella necesitaba , no era lo que yo necesitaba.

No se cuanto tiempo pasa cuando, siento a David que toca mi puerta :

—Hola, ¿Todo bien? , Espero que todo sea de tu agrado.

— Si, muchas gracias, Todo es de mi agrado.

—Me alegro, solo venía a ver si te sentias cómoda y si querías bajar a comer con nosotros.

—Si, ya bajo —David asiente, saliendo de mi nuevo cuarto.

Yo solo respiro profundo tratando de llenarme de una valentía que no tengo para afrontar todo lo que esto puede traer a mi vida y bajo.