Adriana hija de uno de los más importantes políticos. es obligada a casarse con uno de los hombres más poderosos del país.
empezando una relación tormentosa tanto para su esposo como para ella
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Museo
Pero a pesar que estuviera escuchando todo esto mi inseguridad era más grande, y no me quería arriesgar.
- Ya te lo dije no tengo la intención de conocerte y que me conozcas, y si te gusto es tu problema – modere mi voz, moví mi silla y me dirigí a la salida, ella de quedó sentada, en silencio.
Estaba apunto de llegar a la salida.
- Damián espero que no te hundas en tu amargura, lo que te dije es real, pero a ti no te importa. El sábado regresaré a la universidad y cuando regrese espero que firmes el divorcio. – se escuchó con la voz quebrada
- Sabía que me abandonarías
- Tu eres el que no quiere que me acerque a ti, y si yo sigo así al paso que voy terminare enamorada de ti, así que es mejor que me aleje de ti ahora. Mañana me voy a ir a la casa de mi padre.
Se levantó y paso aun lado de mi sin mirarme con la cabeza alta. Salió y me dejó pensando en lo que acababa de suceder.
Me desperté he hice mi rutina de todos los días, baje a desayunar y vi Adrianaen la sala esperando a que bajaran su maleta, la mire y ella esquivó mi mirada, seguí acercándome.
- Harry- estas lista.
- Adriana- solo espero una maleta.
Los mire desconcertados, pero el hecho que ese profesor apareciera en mi casa me molesto.
Ella se mostraba un poco triste, a lo mejor desilusionada.
Me dirigí al comedor a esperar el desayuno.
Adriana.
Escucharlo hablar así me desilusionó, pensé que al decirle que me gustaba el bajaría un poco la guardia y aceptaría que me acercara a el pero fue lo contrario el abrió más la brecha que hay entre los dos, sus palabras me dolieron, pero me dolió más ver como simplemente aceptaba el hecho que me fuera.
La noche anterior el profesor Harry me había hablado por teléfono y no se porque le conté todo, le dije como Damián me rechazo y dejo que me sintiera mal, el se ofreció ir por mi y yo acepte su ayuda.
- Harry – tranquila- tomo mi brazo mientras observaba como Damián se dirigía de manera indiferente al comedor.
- Damián eres un bastardo – el se detuvo
- Sal lo antes posible, y deja de perturbar mi tranquilidad – mis ojos se llenaron de lágrimas, y eso fue la gota que derramó el baso.
Henry me miro, paso su brazo sobre mis hombros y me ayudó a salir, subí al taxi y nos alejamos de la gran mansión.
- Tranquila, es lo mejor el es un hombre muy amargado, y frío si te mantienes a su lado terminara por amargarte también.
- Es el primer hombre que me gusta, pero estoy bien, además tenemos que regresar a Reino Unido para terminar el proyecto.
- Si quieres adelantar el viaje.
- No, quiero estar en mi casa y pasar los pocos días que me quedan aquí y conocer más mi ciudad natal.
- No la conoces – hice una leve sonrisa.
- Soy un poco patética, conozco más Reino Unido que mi propio país.
- No digas eso.
- Es la verdad, solo he estado en el país 6 veces y no conozco ni la calle en la que va el taxi.
El profesor hizo una leve risa, me miro tomo mi mano.
- Entonces que te parece si la conocemos juntos.- hice una leve sonrisa y asentí con la cabeza. – mira hay una exposición en un museo en el centro de la ciudad que te parece si vamos a dejar tus cosas.
- Si me parece bien.
Así le hicimos, fuimos a la casa de mi padre a dejar mis cosas, salimos y nos dirigirnos al centro entramos al museo. Y por lo que me pude dar cuenta, había mucha gente, reporteros.
- Pensé que era una exposición.
- Están inaugurando el museo
- Ya estamos aquí.
Asentí con la cabeza, y empezamos a dirigirnos a una sala, pero unos reporteros se interpusieron en mi camino y empezaron hacerme preguntas.
- Repor1- señora Adriana pensamos que no acompañaría a su esposo en la inauguración – mire sorprendida al profesor.
- Repor2- ¿Por qué no apareció junto al señor Damián en el corte del listón? – suspire mire al profesor y después a los reporteros.
- Estuve presente en la inauguración y claro que estuve en el corte del listón, pero preferí estar en otra sala, no quiero interferir en su trabajo, pero claro que lo apoyo.
- Repor3- y ¿Por qué no esta con el en este momento?
- Porque el esta atendiendo a sus clientes, socios y demás y el me entiende que no me gusta ser la dama bonita que esta de adorno – todos soltaron una leve risa.
- Repor2- y quien es el caballero que la esta acompañando.
- El es mi profesor y director de un proyecto que estoy realizando, el doctor Harry Hamilton Hume es profesor en la universidad de Oxford. Y esta acompañándome en la inauguración del museo de mi esposo. – el profesor hizo un gesto con la cabeza – disculpen pero quiero mostrar el museo a mi profesor.
Nos alejamos de ellos, y aunque al principio estaba de un mejor humor. Con lo que escuche se me fue, porque es enserió que Damián no me quiere ni aun metro de él porque en un evento muy importante como este en el que tenia que estar presente como su esposa no me tomo en cuanta, y bien si eso quiere así será, no me acercaré más a el y me iré a Oxford y no regresaré hasta que termine el proyecto y mi especialidad dentro de 6 años. Y solo regresaré a divorciarme.
Caminaba mientras divagaba en mis pensamientos, ni siquiera estaba prestando atención a los cuadros y antigüedades. Me sentía incómoda en ese lugar, pero tampoco me podía ir porque había reporteros y si me veían salir otra vez empezarían a interrogarme.
- Adri a pesar de que no has estado en tu país por mucho tiempo eres muy conocida.
- Antes no era así, el país me conoció el día que me case con Damián, porque incluso cuando mi padre se convirtió en diputado, senador y gobernador sólo apareci una sola vez en cada presentación.
- Aaa, te sientes incómoda.
- No al fin de cuentas voy regresar a Oxford. Sabe me quiero ir, cree que podamos salir por la puerta trasera.
- Yo creo que si, si les dices que eres esposa de ese hombre entonces creo que te dejaran pasar.
- Intentémoslo.
Empezamos a caminar el paso su brazo sobre mis hombros y nos dirigimos a la salida, esa acción para mi ya era normal porque el profesor por lo general siempre asía eso cuando salíamos de los laboratorios, nunca lo he visto con malicia y siempre lo he sentido como un acto de amistad.
Estábamos a punto de salir cuando apareció Damián y Alan.
- Piensas que te vez bien. – nos detuvimos y volteé a verlo.
- ¿De que hablas?
- Piensas que te vez bien, que otro hombre te abracé mientras estás casada conmigo. Algunos reporteros te han tomado fotos mientras el te está abrazando.
El profesor bajo su brazo y lo miró.
- Harry – disculpa
- Damián- Adriana te presentas en este museo y lo único que haces es dejar que el te abracé y los reporteros especulen.
- Harry- ella no ha hecho nada malo, solo es un abrazo además tu dejaste en claro que no la quieres cerca. – Damián le dio una mirada fría.
- A ti no te estoy hablando, no te metas. Alan ve por ella y vamos.
Alan se acerco a mi.
- Señora – me miro y espero por mi respuesta.
- Damián vete al diablo.
Di la vuelta con el profesor y me dispuse a ir. Pero en cuestión de segundos, sentí como alguien me cargo y empezó a sacarme de ese lugar, mientras que otro hombre retenía al profesor. Me estaban cargando como un bulto de papas.
- Suéltame – empecé a patalear mientras me seguían alejando. – traté de entender quien me estaba cargando porque lo único que veía era la espalda del hombre supuse que era Alan, pero de forma rápida apareció justo a un lado de mi. Mire como el profesor se quedaba atrás mientras lo retenían a la fuerza. – bájame.
Perdí de vista al profesor, entramos al elevador, el cerro y me bajaron acomode mi cabello y observe era Damián el que me había cargado, lo mire sorprendida mientras el volvía a sentarse en su silla.
- Alan ve con ese idiota y le cierras la boca.
- ¿Que quiere que haga?
- Habla con el, amenázalo, mátalo – salí de mi aturdimiento con esa palabra.
- Que – el me ignoro y siguió hablando.
- Has lo que sea pero asegúrate que no habra su boca. Que firme un contrato, no lose.
- Si señor.
Se abrió el elevador y Alan salió. Dejándonos solos. Llegamos a una oficina.
- Que demonios te crees para hacerme esto.
- Cállate Adriana, como se te ocurrió dejar que te abrazaran en un evento público.
- Y que tiene de malo, el es mi profesor y los medios lo sabes.
- Eres muy mensa o tonta.
- No me ofendas – levante mi voz.
- No estas en ese país, estas en México y ese tipo de cosas son muy moralizadas, todos saben que estas casada conmigo y ven eso como el inicio de unos cuernos.
- Estas celoso
- Por favor, vámonos.
Se dirigió a la salida mientras que yo lo seguía.
- Y ya que estas aquí y diste una entrevista ahora terminaras mis asuntos sociales conmigo.
- Estas loco, no quiero estar contigo
- Con un demonio no que me querías conocer – levanto su voz, me detuve
- Ni siquiera me habías contemplado para este evento tuve que inventarme una historia para no hacerte quedar mal.
- Bien perfecto ahora vas a terminar mis compromisos conmigo.
Dos de sus guardaespaldas se colocaron detrás de mi, los mire y no me quedo más remedio que comenzar a caminar.