¿Que pasaría si un hombre lobo se enamora de su mate? Lo normal seria que ambos se amarán desde el primer instante en el que se miraron, incluso desde antes de conocerse. Pero hay un problema, ella no es fácil, ella no es controlada por nadie, pero lo más importante... Ella no es una loba...
Saga Los Petov;
•Mi Pequeña Mate.
•Domando A Mi Luna.
[Editando]
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Capitulo 8.
—¡Wow que hermosa es tu casa!—halago bajando del vehículo.
—¿Te gusta mi luna?
—Si es bonita, pero...—bostece cansada—se vería hermosa si yo estuviera dormida en una cama ya.
Solamente podía ver cómo reía aquel hombre fornido.
Sujeto mi mano para ir juntos adentro y es que por pequeños detalles como este es que me sonrojo. Pero lo extraño de la casa es que no había nadie, absolutamente nadie había en la casa. Subimos las escaleras y Alexander me enseño la habitación donde me quedaría.
Cuando estaba mostrándome todo el lugar me sorprendió ver como Alexander salía deprisa del cuarto. Sin duda la habitación es hermosa y acogedor.
Lastima que no tengo ropa, y yo no pienso dormir sin pijama. Estaría loca si duermo desnuda.
Salí de la habitación en busca del cuarto de Alexander, y lo encontré por el olor a postre de Carlota que ligeramente desprendía, sin duda mi favorito. Pero había algo diferente en esto, es que el olor de Alexander estaba más fuerte.
—Danna... Mm...— escuché mi nombre en forma de ¿jadeo? Espera o más bien se escuchó como ¿gem*do?
No, claro que no, creo que ya estoy alucinando de más.
Toque la puerta y nada, la volví a tocar y me canse. Abrí la puerta y... ¡Grave error!
Encontré a Alexander acostado en la cama con su pe*e en el aire mientras que él se mast*urbaba con su mano, pero esa no es la peor parte sino que estaba gim*endo mi nombre, ¡entonces si estaba gim*endo mi nombre!
La escena frente a mí hizo que abriera mis ojos como platos. Me quedé tan sorprendida que no me podía mover. Alexander noto mi presencia y levantó su vista chocando con la mía. Lo raro es que sus ojos están en combinación de verde esmeralda y ámbar.
La combinación de dos colores de ojos en los lobos significa solo una cosa... Que su lobo y el humano están presentes.
—Mi luna...—susurro con su coz combinada sin creer que estaba frente a él. Y una vez que se dio cuenta de que si estaba allí dijo:—¡Mi luna!—exclamó exaltado.
Escuché la voz grave, ronca y excitada de los dos que por la vergüenza que me causo ver su "momento cachondo" salí corriendo de allí inmediatamente, baje las escaleras con prisa y sentía como él me seguía.
—<<¡Dios mío esto pasa cuando no conoces la casa!>>—pensé mientras corría.
Y la verdad es que no sabía para dónde correr, había una puerta para la izquierda y otra a la derecha. Escogí la derecha, ya que siempre dicen "al fondo a la derecha" donde están los baños... ¡Pero no estaba allí! Lo que estaba era la cocina.
Estaba por poner seguro a la puerta cuando sin previo aviso entro Alexander.
—Mi luna—aun con su voz combinada cerro la puerta.
—¿Por... Por qué cerraste la puerta?—tartamudee.
Alexander se acercaba a mí cada vez más. Sentía su temperatura por el aire y estaba caliente.
Sujeto mi cintura sentándome en la barra de la cocina y se acercó olfateando mi cuello.
—Mi luna...—besaba mi cuello—entramos en la época de celo.
¡No, puede, ser! La época de celo es la época donde todas las especies son más activas en él se*o, o mejor dicho la época de apareamiento.
—¡Pero yo aún no estoy lista yo, yo, soy una niña!— excusé preocupada tratando de alejarlo.
—No te aremos daño mi luna, antes me mato—sujeto mi cintura con más fuerza.
El seguía besando mi cuerpo, hombros y otros lados. Yo miraba los alrededores tratando de buscar algo o un objeto, pero no podría golpearlo ya que los lobos tienen buenos reflejos, y más un alfa, pero el problema es que este es el Alpha de alphas.
Estaba disfrutando de sus caricias que me permití un par de segundos más sintiendo de su toque y cerrando los ojos echando la cabeza hacía atrás.
Hasta que se me ocurrió una idea.
—Bien vamos a hacerlo—había obtenido su atención parando con sus caricias—¿pero prometes que no me va a doler?
—Jamás te lastimaremos mi luna—negó con la cabeza rápidamente y sonriendo—lo haremos despacio.
Con mis manos tome su cara y lo mire fijamente. El bato no está nada feo, de hecho está para morirse. Lo besé con intensidad, él se sorprendió por mi acto repentino, pero respondió el beso con la misma intensidad. Sujetando mi cintura acercándome más a él. Lo bueno de esto es que él se había metido su cosa adentró.
Continuábamos el beso y de reojo observé un sartén. Sin pensarlo lo agarré y le di un sartenazo en la cabeza tan rápido que el callo encima de mí.
—¡Dios mío!— grité sacando todo el aire que tenía adentro.
Baje de la barra y comencé a estirar para levantarlo y llevarlo, pero que tonta, ¡soy una bruja! Lo solté de golpe y carajo se golpeó la cabeza con el piso, a este pasó lo voy a venir matando
—Cama suave , cama limpia que Alexander aparezca en su cama arriba—con un par de movimientos de mi dedo de arriba abajo, izquierda a derecha Alexandre desapareció del suelo.
El cuerpo de Alexander ya no estaba en el suelo de la casa y debería de aparecer en su cama. Casi siempre los hechizo que yo uso son en rimas.
Decidí que el sartén aun me acompañaría y fui corriendo de inmediato al cuarto de arriba, y entre a la habitación de Alexander. Precisamente allí estaba él recostado en la cama desmayado boca abajo.
Lentamente, me acerqué y lo toqué para ver si estaba aún dormido, y efectivamente estaba dormido.
Con unos hechizos hice unas cadenas de bronce, y son de bronce por qué la plata los debilita y quema, pero este material no. Lo ate en la cama. Una mano en cada lado de la cabecera atada con las cadenas, solamente sus pies se mantenían libres.
Estás cadenas de bronce no lo lastimas. El no se podrá desata a menos que el tenga la llave y pues to soy la que la tiene.
Un ñar de segundos mas y Alexandre comenzaba a despertarse.
—¿Dónde estamos? Mi Luna.
Al terminar de decir eso pude notar como algo se despertaba en su pantalón.
—Dios mío...—susurre y trague en seco mirando a otro lado.
—¿Te gusta mi luna?—se mordió el labio.
De inmediato me sonroje, cerré los ojos tan fuertes como pude.
—Voy a traer agua para que te baje la calentura—me levanté de la cama.
Fui por agua y una compresa fría.
Regrese corriendo a la habitación; coloque la compres fría en el pantalón de este para ver si se le bajaba la calentura. El solo se mantenia quieto, sin decir nada, con unos pañuelos húmedos limpie el sudor de su frente.
Marque el número de mis hermanos y les pedi e que porfavor me trajeran unas pastillas que son para la época de celo especialmente diseñadas por mi: hace que las ganas de tener se*o desaparezcan o hagan a una persona impotente, y por obra de dios mis hermanos no están en época de celo gracias a esas pastillas. Si no a quien más le marcaría ahora, nadie, ni mi papá y mamá me van a responder ya que están "ocupados", así que solo me quedan ellos tres disponibles.
Ellos quieren ser solamente de sus mates y es algo que yo respeto y aprecio mucho para mis cuñadas, tienen como beneficio ahorrarse a las lunáticas que se creen las dueñas de todo y las lunas, mejor conocidas esas tipas como zorras o perras.
Espero que no tarden mucho mis hermanos por qué me estoy empezando a poner caliente y excitada, y es que ¡¿como carajos se me olvidaron tomar mis pastillas hoy?!
—Estás tan excitada y húmeda para mí amor—mordió su labio y roso su brazo con mi piel.
Cualquier rose con mi piel ahora es fuego, me causa más excitación. Cerré mis ojos fuertemente al apretar mis piernas para tratar de contenerme.
Pero falle.
—Mmm...—mordi mi labio evitando que volviera a ge*ir.
...CONTINUARA ☯...
【Editado】