"UN ACUERDO DE CONVENIENCIA, UN AMOR INESPERADO
Lydia, una poderosa CEO, ha sido engañada por su prometido. Para vengarse, urde un plan audaz: contrata a Antonio, un indocumentado no muy apuesto, para ser su esposo y padre de su futuro heredero, y de esta manera cumplir con los requisitos del consejo de socios de Kidman Nexus para seguir siendo su CEO.
Pero cuando Antonio se enamora profundamente de ella, Lydia se enfrenta a un dilema: su corazón o su herencia.
¿Podrá Lydia resistirse al amor verdadero y mantener su plan original?
¿O Antonio logrará conquistar su corazón y cambiar su destino?
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Capítulo Seis
Antonio se puso feliz cuando recibió el mensaje de parte de Lydia de que su mamá y su hijo llegaban al día siguiente a Miami, procedentes de Colombia.
Esa noche, volvió al apartamento de su primo Pedro Luis, al cual le tuvo que confesar a medias lo que pasó con la bruja de su jefa. Ya que todo era confidencial.
—Me estás diciendo que tu jefa se enteró de que estabas trabajando con mis papeles y se compadeció de tu situación, no te denunció y de paso no me denunció a mí, y fuera de eso se va a casar contigo para que te den los papeles de la ciudadanía? Ay primo, esa es una historia de no creer. ¿Sí me estás diciendo la verdad? —Pedro Luis estaba incrédulo de que a Antonio le haya pasado eso con su jefa.
—Sí, Pedro, esa es la verdad. Esa mujer me está ayudando, tanto que mandó a traer a Anthony con mi mamá para hacerle el tratamiento acá en Miami. Mañana llegan. ¡Estoy tan emocionado! —Antonio inventó una historia creíble para calmar a Pedro Luis.
—Entonces, ¿mañana conoceré a tu cachorro? —Pedro no conocía a Anthony, pues él hace doce años que está en Estados Unidos.
—Si primo, mañana lo veras.
Al día siguiente, Antonio estuvo muy puntual en el aeropuerto esperando a su niño.
—Papito, ¡viniste por mí! —Anthony estaba muy emocionado al volver a ver a su papá.
De ahí salieron en la ambulancia que Lydia había dispuesto para el traslado hasta el Miami Cancer Institute. Allí un equipo médico estaba esperando a Anthony y lo ingresaron a una de las habitaciones VIP.
—Hijo. Esa mujer es un ángel. Mira que hacer todo esto por el niño sin conocerlo. —Marina le decía a Antonio, sin saber que era lo que esa mujer le había pedido a cambio.
—Sí, mamá, es un ángel. —Antonio no le queda más que decir eso y que su mamá no sepa que Lydia es una bruja.
—Papito, ya volví. Mira que yo soy muy valiente y dejé que me picara una hormiguita para que tú te sientas orgulloso de mí. —Anthony, le decía a su papá al entrar a la habitación, pues se lo habían llevado a hacer unos exámenes de laboratorio de ingreso para complementar con los que traía de Colombia.
—Sí, campeón. Eres el niño más valiente del mundo y yo te amo. ¿Ya te lo había dicho? —Antonio abraza a su niño y lo llena de besos.
—No me lo habías dicho, pero yo sé que me amas como yo a ti. —Los mimos que Anthony le da, calman el atribulado corazón de Antonio.
Anthony se duerme, pues estaba muy cansado, y así ya Marina puede hablar con tranquilidad con su hijo.
—Antonio. ¿No será que tu jefa se enamoró de ti? Es que cualquier mujer que te vea con lo guapo e inteligente que eres, se enamora inmediatamente. —Las mamás siempre ven a sus hijos lindos. —Es que me puse a pensar y pues de esto tan bueno no dan tanto. Y si no es esta enamorada, ¿que te pidió a cambio de ayudarte?
Antonio sabía que a su mamá no le podía mentir. Ellas tienen su sexto sentido bien desarrollado.
—Mamá, te voy a decir lo que pasó. Resulta que la doctora Lydia se enteró de que estaba trabajando con los papeles de Pedro Luis, y yo, para que no me deportaran, le conté que había viajado por el hueco por mi niño enfermo. Entonces ella se apiadó de mí, ofreciéndome hacerle el tratamiento a Anthony y casarse conmigo para que me den al menos la residencia. Esto, con la condición de que le ayude a levantar una empresa que tiene, que está en quiebra. Eso es todo, ella es muy buena persona. —Marina se sorprendió con esta confesión y le agradece a San Antonio que haya puesto a un ángel como Lydia Kidman en sus vidas.
—Reitero lo dicho, esa mujer es un ángel. Quiero conocerla para darle las gracias en persona. De verdad que es poco lo que está pidiendo a cambio de todo lo que nos ha dado. —Antonio la abraza.
«Ay, mamá, si supieras lo que me está pidiendo la bruja a cambio», pensaba Antonio.
Mucho menos Marina se debe enterar de que Antonio tiene que darle un hijo y renunciar a sus derechos de padre.
—Sí, mamá, te la tengo que presentar. Pero será la próxima semana que pase todo esto de lo del contrato de matrimonio y sobre todo que Anthony esté más estable. —Antonio le explica a su madre, la cual queda tranquila. Sabe que Antonio tiene razón y hay cosas más importantes que conocer a su benefactora por el momento.
Esa noche Antonio se quedó con su niño, y su madre se fue con Pedro Luis, que fue al hospital por ella y de paso a conocer al pequeño Anthony.
Lydia sabía que Antonio iba a quedarse en el hospital, así que esta vez se fue a su penthouse. Ya Pierre estaba en México, pues viajó después de que almorzaron juntos y ella se reunió con Wendy y Orlando para ultimar detalles. Debían cambiar el destino de la luna de miel, que inicialmente era un mes en Europa, a solo una semana en Hawái. Todo debía hacerse con la máxima discreción y ella contaba con Wendy y Orlando para llevar a cabo todos sus planes. Ella los conoció en el orfanato donde se criaron, ya que su padre hacía donativos allí, convirtiéndose en el tutor de ellos.
Eduard Kidman, su padre, provenía de una familia adinerada y fue criado para ser el sucesor de Kidman Nexus. Muy joven se casó con su novia de la secundaria, Carrie, y solo tuvieron a Lydia. Ella no lo amaba, y años después, le fue infiel a Eduard con su propio hermano Robert, quien es el padre de Dominic.
La traición de Carrie devastó a Eduard, quien si la amaba profundamente. Sumido en la desesperación, se hundió en el alcoholismo. Una noche, ebrio y conduciendo a alta velocidad, sufrió un accidente en el puente Brickell Avenue. El vehículo saltó la barrera y cayó en el espacio peatonal junto al río Miami, dejándolo en coma durante tres meses. Como consecuencia, Eduard quedó paralítico. En ese momento, Lydia tenía solo 15 años, por lo que su abuelo, Richard Kidman, asumió el control del conglomerado y comenzó a prepararla para tomar la presidencia a sus 18 años, en reemplazo de su padre incapacitado.
Dos años después de asumir como CEO, su abuelo falleció, pero le enseñó a ser implacable y despiadada en los negocios, lo que le valió el apodo de "la bruja". Sin embargo, con unas pocas personas logra ser ella misma: Wendy, Orlando y ahora Marisolio, con quien sintió una conexión especial desde el momento en que se conocieron.
Al día siguiente, Lydia se dirigió al hospital. Debía verificar por ella misma si estaban atendiendo bien, al hijo de su futuro esposo.
Entró a la habitación después de hablar con el Dr. Young, el cual le dio su parte médico. Antonio estaba dormido en el sofá y el niño estaba en su cama adormilado.
—Hola, tú eres mi mamita, ¿cierto? —El pequeño se sobaba los ojitos medio dormido, para ver bien a Lydia. —Eres muy hermosa, tal cual como te soñé.
—Oh, no, pequeño, estás equivocado. —Lydia trataba de decirle a Anthony que ella no era la bruja de su madre, que ella era otra bruja diferente.
—¡Papá, mira! ¡Regresó mamá! Yo sabía que ella iba a volver por mí. —Antonio se despertó por los llamados de su hijo y se sorprendió al ver a su jefa ahí. Pero más se sorprendió al escuchar lo que Anthony decía. —Tú eres un mentiroso que me decía que ella era un ángel que estaba en el cielo.
—Anthony, ella no... —Lydia no lo dejó hablar.
—Antonio, déjalo. —Se acercó al niño para calmarlo. —Pequeño, me tengo que ir, pero prometo volver.
—Mamita, no te vayas. —Anthony se puso a llorar y eso partía el corazón de la bruja. —No me dejes otra vez.
—Cariño, me tengo que ir. Quería ver cómo estabas y que te estés portando bien. Pero prometo volver. —Le dio un beso en la frente y se dirigió a Antonio. —Me alegra que el niño esté recibiendo el tratamiento. El sábado nos vemos en la boda.