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El Hijo Del Narco

El Hijo Del Narco

Status: Terminada
Genre:Maltrato Emocional / Elección equivocada / Traiciones y engaños / Completas
Popularitas:2.8k
Nilai: 5
nombre de autor: Joél Caceres

Adrían lo tenía todo lo que un muchacho de 19 años pudiera tener, belleza, protección y un futuro prometedor. Pero, sus hermanos lo traicionaron revelando que es gay a sus padres, sin contemplación lo expulsaron de la casa. No esperaban,sin embargo, que todo rastro de él desaparecería, como si nunca hubiera existido, sintiendo la culpa aplastarlos.

NovelToon tiene autorización de Joél Caceres para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Si tan solo hubiera venido antes

— Ana, no tires tu cerdito al charco— advirtió Daniel a su hija, mientras el pequeño peluche de Pepa Pig aterrorizaba de lleno en el charco.

Adrián, sonrió y le dijo — En realidad era bastante lógico que lo lanzara al barro, después de todo es un cerdito, ¿no?

Daniel rodó los ojos, pasa que soy yo el que debe lavarlo, sin ese bicho no puede dormir y comenzó a toser repetidamente.

— ¿Estás bien? Me preocupa tu tos Dani.

— Por supuesto que estoy bien, es una tos inofensiva.Ahora que tenemos confianza me llamas Dani, pero no sé cómo llamarte, Adrián no se puede acortar.

— Puedes llamarme Chris, por mi primer nombre, viene de Christopher, pero  suena al futuro anticristo, añadió con sonrisa.

— ,¿Te quedas a jugar conmigo a jugar uno , Chris?

El de los ojos azules, replicó — Lo siento, ésta vez no podré, ya está comenzando el frio, si no metemos la leña se mojará y no podremos ni cocinar o calentarnos.

— Prométeme Chris que vendrás cuando puedas, mis parientes me visitan solo para decirme lo mal padre que soy, espetó cabizbajo.

— Escúchame Dani, eres el mejor padre que conozco, te lo aseguro... vendré en cuanto pueda.

Adrián se despidió del moreno y llegó temprano, aún así, la abuela ya estaba acarreando la leña del bosque cercano.

Chris dijo— Abuela, déjame que lleve la leña a la cocina, podes lastimarte .

Como toda abuela terca, replicó — Tonterías soy más fuerte de lo que parece y decidió de todos modos transportar la leña a la cocina.

El trabajo fue arduo, llenaron una especie de habitación rudimentaria con leña hasta el techo y por fin pudieron descansar, la lluvia o el frío ya no arruinarían su día.

Días después ...

El cielo se encontraba cubierto por nubes densas y grisáceas, una tenue y persistente lluvia cayó, la granja estaba silenciosa, con los animales buscando cualquier fuente de calor. Una gata color negro dormía plácidamente en el regazo de Adrián.

El hogar no representaba precisamente un refugio contra las bajas temperaturas, el viento frío ingresaba por las numerosas rendijas, debajo de la puerta, por la ventana el cual no podía cerrarse completamente, por lo que se mantenían lo más cerca posible a las llamas del fogón.

El dorado fuego calentaba el almuerzo y el humo salía por una chimenea que apenas filtraba, por lo que los ojos de ambos estaban erojecidos por el humo residual que se escapa.

— Gracias Adrián, este año estuve más preparada para el invierno, incluso tengo dinero adicional. si quieres un teléfono móvil, para comunicarte, te puedo facilitar, uno sencillo por supuesto.

Con la cabeza gacha, replicó— No lo quiero, no hay nadie que me espere allá afuera.

La abuela guardó silencio, respetando el momento del jovén, se levantó y probó la cantidad de sal que contenía  la comida, bajó su espátula. Ella tenía una historia que contar, así que comenzó:

—Sabes, no siempre fui así, antes era hermosa, orgullosa, lo tenía todo, un marido que me consentía y una hija... Una hija que quería que fuera perfecta, la reprendiía constantemente y la alejé.

— ¿Qué pasó después?— dijo el de ojos azules.

— Solo viene pocas veces al año, ya que no podíamos convivir, luego murió su padre de un infarto y nos alejamos aún más, su padre era un buen hombre, generoso, era el pegamento que nos unía a mi hija y a mí.

Adrián se sintió tentado a contarle lo que pasó con su propia familia, pero temía que la anciana lo rechazara, era el único lugar seguro que tenía.

Entonces él dijo — Deberías buscarla, antes que sea tarde.

Él joven pensaba que a esa anciana no le quedaban muchos años de vida, si moría, la hija se culparia de por vida por ello.

— Lo mismo te digo muchacho, se que vivías en un entorno protegido. Aunque estabas golpeado al encontrarte, tu cabello, tu piel y la ropa que tenías te delataban, desde el inicio supe que no eras un vagabundo.

Respondió con voz tensa y cargada de rencor — No dejaré que me encuentren, no los perdonaré— Y apretó los puños con tanta fuerza que sus nudillos se pusieron blancos.

La anciana asintió en forma comprensiva, las heridas no se sanan instantáneamente, no lo va a presionar.

— Ya podemos comer, Adrián. Espetó la abuela

Le sirvió una abundante porción al muchacho y llevó el plato a la mesa. Comieron en silencio, cada uno reflexionando sobre su propia vida, aunque diferentes, compartían el dolor del abandono.

Entonces Adrián rompió el silencio — Voy a llevar algunas cosas a Dani, está tarde. Siento una inquietud, respecto a él.

La anciana preguntó— ¿Qué es inquietud?

Respondió el joven — Siento preocupación por él, algo me dice que lo está pasando mal.

Se levantó y cargó las provisiones, luego se despidió de la anciana.

En el exterior el viento frío y la lluvia tenue , hacia que la sensación térmica fuera mucho menor de lo que era realmente, las calles estaban vacías, todos huían de las inclemencias del tiempo.

Llegó a la casa de Daniel, el ambiente estaba silencioso, demasiado silencioso, su corazón se aceleró, temía enfrentar lo que vería allí, igualmente dio pasos para ingresar a la humilde vivienda.

Vio a Daniel tirado en la cama con el torso desnudo, cubierto por una sábana ajada y claramente insuficiente para proporcionarle el calor necesario, Adrián se dio cuenta que no estaba bien.

— Hola Dani, ¿Y Ana?

— Está con sus abuelos paternos. Perdón por no pasarte una silla para que puedas descansar, pero no me siento bien.

El rubio dijo— ¿Qué te pasa?— con su voz cargada de preocupación.

Replicó el moreno— Creo que tengo fiebre, ven a tocarme y dime si es así.

El de los ojos azules dudó, sintió que era como aprovecharse de alguien vulnerable, no sentía que era correcto, nunca le dijo que era gay asi que podría ser un problema si lo supiera.

Pero el moreno malinterpretó y espetó

— ¿Sientes asco por mi, Chris?

Y se levantó tambaleando para ir al baño.

Adrián buscó las palabras para responder y luego dijo

— Perdona, nunca te he visto tan mal y no sé cómo reaccionar— Una ola de culpabilidad lo invadió, no quería que él se sintiera así.

Daniel se desplomó antes de entrar al baño, Adrián se asustó, estaba peor de lo que imaginaba, un hombre aparentemente fuerte cayendo lo impresionó profundamente.

Corrió a levantarlo y al tocarlo sintió que ardía en fiebre, trajo rápidamente una toalla y lo mojó para bajarle la fiebre.

— Dani, resiste por favor, espérame un rato acá llamaré a Don Pedro, para que te lleve al centro de salud.

El moreno, solo asintió levemente.

Salió corriendo y desesperado llamó al hombre.

Juntos cargaron casi inconsciente a Daniel en la camioneta y lo llevaron al hospital con celeridad.

Al llegar, los enfermeros vieron la gravedad de su estado y llamaron directo al Doctor, quién le aplicó todo tipo de medicamentos.

Airado el Doctor, pensando que era un familiar, le espetó duramente.

— Tardaron demasiado, hace días que él está enfermo, de otra manera no hubiera llegado a ese estado.

Adrián tuvo vergüenza y guardó silencio por unos segundos, luego se atrevió a preguntar

—¿Estará bien, Doctor?

—No quiero mentirle. Enseguida lo transferiremos al hospital general, su caso es demasiado grave, no tenemos acá los recursos para tratarlo.

— Perdón, pero tenemos otros casos, se te irá informando a medida que cambie su condición.

Luego el doctor dio la vuelta y se marchó con rapidez a atender a otros pacientes.

Adrián se desplomó en la silla del hospital, pensó para si mismo "si tan solo hubiera ido a visitarlo antes", luego su ira se dirigió a los suegros.

" Quién demonios deja a un enfermo, el padre de su nieta sin ningún cuidado"

La enfermera lo hizo pasar.

Vio a Daniel, conectado a un respirador. Se asustó, hasta ese momento no pensaba que fuera tan grave.

"Si tan solo, hubiera venido antes", se repetía una y otra vez, en una especie de bucle infinito.

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Sofia Muriel villegas
/Cry/se me metió algo al ojo
Ana Castellon
me gusta mucho tu historia la amoooo
Ferchx: Gracias
total 1 replies
nahomi sofia rodriguez castañeda
ahora con la cabeza fria si pienza
nahomi sofia rodriguez castañeda
incomodo
Turul
se ve muy interesante
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