Alexander Stone es un atractivo y exitoso alfa, CEO de su propia empresa. Solo hay un problema: él, odia a los Omegas, así que, para trabajar como su secretario, este tiene que ser un Beta, requisito que Ethan cumple perfectamente.
Pero la constante exposición a las feromonas de Alexander, ocasiona un cambio en Ethan, él, se vuelve un Omega, por lo que debe ocultar este hecho de todos si es que desea mantener su puesto como secretario de Alexander. ¿Podrá Ethan ocultar para siempre su cambio de casta? ¿Qué hará Alexander si lo descubre?
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Consejo de un amigo
POV Ethan
Después de una larga semana, llegó el sábado y ya por la tarde me reuní con Jacob en un acogedor café en el corazón de la ciudad. Mientras tomábamos nuestros cafés y postres, le conté sobre mi experiencia en la oficina en la primera semana de trabajo.
-Es tan extraño… Alexander Stone apenas me habla, y cuando lo hace es solo para darme más papeleo. Ni siquiera me mira a los ojos.- Suspiré con el café entre mis manos.
-¿Y los demás empleados se comportan de la misma manera?¿Cómo son?- Me preguntó Jacob frunciendo el ceño, atento a lo que diría.
-Conmigo son amables, pero con Alexander también, apenas se cruzan palabras, él solo habla con los altos mandos. El punto es que yo soy su secretario, se supone que debería ser con la persona con quién más habla.- Volví a suspirar.
Jacob se tomó un momento antes de responderme para poder reflexionar su respuesta, y finalmente sonrió.
-Quizá deberías probar algo distinto. Algo tan simple como llevarle un café por la mañana puede ser ese pequeño gesto que marqué la diferencia.- Sugirió.
Su consejo resonó en mí, y una chispa de esperanza se encendió dentro de mí. Tal vez tenía razón, y tal vez todo lo que necesitaba era la manera de romper el hielo con mi temible jefe, incluso si era con un pequeño gesto como ese.
-Gracias Jacob, lo intentaré.- Con una renovada determinación, asentí agradecido hacia mi amigo, me sentía optimista al respecto, esperaba lo mejor.
-Sí, créeme que sé lo difícil que es llevarse bien con un jefe, pero sé que no podrá resistirse a ti, quizá hasta te suba el sueldo.- Bromeó un poco Jacob para bajar la tensión de la conversación.
-Sí, pero tu jefe es un anciano gruñón, el mío es como de ensueño, nunca pensé que diría eso de otro hombre…-
-Dijiste eso de Jean en la secundaria, idiota.-
-Ay cállate, tengo una debilidad por los tipos populares, pero no veo a Alexander de esa manera, en serio. Creo que solo busco su validación, como si fuera mi ídolo o modelo a seguir.-
-¿Tu modelo a seguir es un tipo que heredo una empresa millonaria?-
-Ay no es solo eso, leí y escuché que realmente ha sido un hombre estudioso que ha a pesar de ser joven, ha logrado grandes cosas en la empresa, y puedo ver todo los días a ese hombre, obviamente me emociona de cierta manera.- Sin darme cuenta hice un pequeño puchero.
-Bueno, digamos que es eso.- Jacob rio, negando con la cabeza.
El resto del día transcurrió en una mezcla de anticipación y nerviosismo mientras consideraba la idea de llevarle un café a Stone, me preguntaba si sería capaz de romper la barrera entre nosotros y él finalmente me trataría como su secretario. Con esa pregunta divagando en mi cabeza, me preparé para enfrentar el día lunes que se avecinaba, estaba listo para probar mi nueva estrategia en busca de ablandar el corazón de Alexander Stone.
