Frida Belmont, una madre soltera que trabaja como Guardaespaldas y que por juegos del destino ahora tiene que dar protección a un reconocido actor, que no es otro que el padre de su hija.
Mauricio De la Fuente, un Actor que se ve obligado a recibir custodia ya que se encuentra en peligro por amenazas a su padre.
Luego de este reencuentro, situaciones del pasado y algunas verdades saldrán a la luz.
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RIESGO
FRIDA
Mientras Mauricio trabaja en sus ensayos, estoy con Julio César aguardando fuera del salón y el
aprovecha para recriminarme:
-¿Te gusta el tipo verdad? ¡vi como lo observabas!, ¡te lo querías comer con la mirada!.
-¡A ver, Julio César! -contesté, poniéndole un alto- ¡a mí no me vengas con esos comentarios! ¿Por
qué habría yo de darte explicaciones de mis actos?, tú y yo somos compañeros de
trabajo, nada más.
-¿Compañeros de trabajo nada más? -espetó- En la cama me has demostrado todo lo contrario.
-Pensé que todo había quedado claro entre tú y yo. ¡Por tus actitudes celotípicas es que lo nuestro
no funcionó!. Efectivamente, en la cama nos entendemos muy bien, si quieres que te lo diga, si, eres un maravilloso amante, sin embargo, como pareja simplemente no la hacemos. Yo no estoy dispuesta a seguir soportando tus celos sin razón.
Creo que lo mejor es que nos limitemos únicamente a nuestra relación laboral. -Dijo con firmeza.
-¡No me digas eso! ¡Tú no puedes terminar lo que tenemos!, al decir esto la tomó del brazo,
apretándolo tan fuerte que Frida intentaba zafarse.
-¡Qué te pasa idiota!, ¡suéltame!, ¡a mí nadie me trata de esa forma!, -Estaba a punto de darle una
bofetada cuando Mauricio abrió la puerta, nos observó y nos dijo:
-Este no es el sitio para resolver sus problemas maritales. -Salió con prisa y nosotros tras el-
Vamos a casa.
Al llegar al estacionamiento, Julio mencionó, dirigiéndose a Mauricio:
-Por favor, permítame la llave de su auto, -estirando la mano-, como respuesta, Mauricio se las lanzó a Frida. -Vámonos de aquí, ya me harté
de este lugar por el día de hoy-. Nuevamente, Alejandro se subió al otro vehículo, Julio iba visiblemente molesto, tanto que ni siquiera le abrió la puerta.
Afuera del teatro, esperaban los fans y un grupo de periodistas, quienes, al ver salir los vehículos,
trataban de acercarse para entrevistar a Mauricio.
-Maurizzio, -dijo Susana Munguía, Reportera del programa de chismes de la farándula- ¿que nos
puedes contar de tu nuevo proyecto?
-Estoy muy contento de hacer teatro clásico, es una obra de José Revueltas, estamos comenzando con el proyecto y espero contar con su nota cuando estrenemos.
- Y vas a compartir el escenario con Lizzy, ¿Qué opinas sobre esto?
-Lizzy es una gran profesional, hará un excelente trabajo. Este proyecto es un gran reto para
nosotros.
-Cuéntanos Maurizzio, ¿Qué tan difícil es trabajar con tu pareja? -cuestionó otro Reportero-
Mauricio permaneció en silencio por un segundo, le incomodaba que siguieran relacionándolo con esa mujer, no entendía por qué no podía quitársela de encima. De manera que
contestó.
-No te puedo responder eso, ya que nunca he trabajado con una pareja.
-Sabemos que tienes una relación con Lizzy ¿por qué lo niegas? -insistió el Reportero.
-Lo que estás aseverando es muy serio. No solo me perjudicas a mí, sino también a mi compañera Lizzy. Si tienes pruebas, preséntalas. -retó Mauricio-
El Reportero no pudo responder, ya que en ese momento Lizzy estaba saliendo del teatro, por lo que los periodistas se volcaron a ella, situación que aprovechó Mauricio y le dijo a Frida.
-Vámonos, a casa.
Frida comenzó a avanzar, dejando atrás a las fanáticas que habían esperado por el durante toda la mañana.
-No entiendo por qué me siguen vinculando con esa mujer, lo que menos quiero es tenerla cerca.
-Mauricio rompió el silencio-.
-Usted es una celebridad, su vida queda a la luz del escarnio público.
- Por eso te acercaste a mi, ¿no? Porque soy una celebridad.
De repente, Frida movió el volante con prisa, dio la vuelta y regresó al teatro.
-¿Qué sucede? ¿Por qué estamos regresando? -preguntaba Mauricio, mientras veía que Frida observaba a través del espejo retrovisor. Esta no le contestaba, solamente la vio sacar su
móvil y marcar a alguien.
Frida le marcó a Julio César
- ¿Lo viste?
-Si, repuso Julio César. Tenemos que movernos a un lugar seguro.
Ambos vehículos volvieron al estacionamiento del teatro, Mauricio y su asistente no entendían que estaba sucediendo.
-Voy a hacer un recorrido de seguridad, permanece con los clientes, dijo Julio César,
dirigiéndose a Frida.
-Entendido. -Frida abrió la puerta del vehículo y les pidió que entraran. Sacó su arma y se puso en alerta.
-¿Me quieres decir que carajos está pasando? Preguntó Mauricio quién ya estaba irritado por la situación.- Detectamos a un hombre
caminando hacia nosotros en una actitud sospechosa.
-No es la primera vez que sucede esto, solo son fans que buscan un autógrafo o una fotografía- mencionó Alejandro.
-¿Y todas las personas
que se acercan a pedirle un autógrafo o una fotografía están armadas?-contestó
Frida-. El hombre estaba apuntándole con una Glock 9mm. Aplicamos nuestro
protocolo de seguridad, señor Mauricio.
Mauricio quedó sin habla por un momento. ¿De verdad alguien intentaba hacerle daño? ¿Era cierto que estaba en peligro por culpa de su padre?. Esto no se podía quedar así, tenía que confrontarlo, de inmediato sacó su móvil, pero Frida lo interrumpió.
-Por favor, apaguen sus teléfonos, debemos evitar que rastreen las llamadas.
- ¿ME QUIERES DECIR QUE DEMONIOS ESTÁ PASANDO? ¿POR QUE NO PUEDO USAR MI TELÉFONO? ¡NECESITO HACER UNA LLAMADA! -Gritó Mauricio-
Mientras tanto, Alejandro permanecía con las manos sobre sus oídos, para no escuchar los gritos desbocados de su jefe que estaba como loco.
-No puede utilizar aún su teléfono, -comenzó a decir Frida-, por favor, siga el protocolo.
Unos minutos después, Julio César regresó.
- El sujeto se fue, se dio cuenta que notamos su presencia y huyó de inmediato, todo parece indicar que actuó solo.
-Ah! perfecto, entonces ¿ya nos podemos largar de aquí? -inquirió Mauricio.
Antes de eso, revisando los alrededores me encontré con esto: -Julio César le mostró a Mauricio una fotografía donde aparecían su hermano Marco, su hermana Melisa, su madre y el, al reverso de la misma había una frase escrita con color rojo:
magnus felix familia, mox aliquis morietur
-¿Y qué dice? -preguntó Alejandro, quien estaba
visiblemente asustado.
Antes de que los Escoltas pudieran responder, Mauricio dijo:
-Esto está escrito en latín y entiendo perfectamente lo que dice.
“la gran familia feliz, pronto alguien morirá”
Era una clara amenaza para él y su familia. Era real.
Cerca del teatro
Entre la multitud que esperaba ver a su actor favorito de cerca, se encontraba Braulio, que aguardaba pacientemente, mientras tenía una mano dentro de la chaqueta, con la otra
sostenía el móvil y hablaba con alguien.
-Estoy siguiendo al objetivo, está saliendo del teatro, lo están entrevistando.
- No lo pierdas de vista -decía una voz del otro lado de la bocina- Mauricio De la Fuente tiene
que morir hoy.
-Sus órdenes serán cumplidas.
-Recuerda, no quiero escándalos, debe ser un trabajo perfecto.
Sin embargo, para Braulio no fue posible acercarse a su objetivo, los Periodistas le taparon el paso, disparar desde lejos era un riesgo muy grande y no tenía permitido hacer escándalos.
Permaneció atento hasta esperar el momento indicado. De pronto, observó que el vehículo donde iba Mauricio salía del inmueble. Ya no estaban los periodistas
ni los fans cerca de él.
Era el momento adecuado.
Corrió hacia el vehículo y sacó su arma, Mauricio iba perdido en sus pensamientos, por lo que
su distracción era perfecta para atacar. De repente, el automóvil dio la vuelta de manera abrupta y regresó al teatro.
Su objetivo no pudo ser cumplido
-
