Karina creía que su felicidad estaba asegurada junto a Leonardo quien fue su novio por 3 años, pero el día más importante de su vida “su boda” se convirtió en una pesadilla. Plantada en el altar y traicionada por la persona que mas amaba, Karina se sume en una profunda desesperación.
En busca de una escapatoria, Karina se dirige a un club nocturno, donde conoce a Alexander, un enigmático y apasionado hombre con gustos peculiares en el sexo. A medida que Karina se adentra en el mundo del BDSM con Alexander, descubre una nueva faceta de sí misma y comienza a dejar atrás el dolor del pasado.
Pero a medida que su relación se profundiza, Karina debe enfrentar sus propios miedos y límites. ¿Podrá confiar en Alexander y entregarse completamente a su pasión? ¿Logrará superar los obstáculos que le impiden estar juntos?
En este relato apasionado y emocional, Karina se embarca en una nueva aventura que la llevará a descubrir su verdadero yo y a encontrar el amor en el lugar más inesperado."
NovelToon tiene autorización de Vanesa Casarino para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capitulo 22 - ¿Te enamorarías de mí?
Alexander …
— ¿En que piensas? — le digo acercándome más a ella hasta quedar sobre su espalda
— En que mañana debo ir para tu departamento y no sé cómo haremos con mí brazo así — me dice preocupada
— No irás este fin de semana, el médico fue muy claro cuando dijo que debías reposar o los puntos se te abrirán nuevamente — le digo para qué no se preocupe por eso
— ¿Entonces no… no haremos nada este fin de semana? — me pregunta con tristeza
— ¿Tu quieres hacer algo? — le pregunto sobre su oído
— Yo… — dice nerviosa
— ¿Tú qué? Dime Karina, dime que es lo que deseas — le digo pasando mis manos por debajo de su blusa y acariciándole el cuerpo con suavidad
— Yo… yo te deseo Alex — dice girándose para quedar de frente a mí
Escucharla decir eso me enloqueció. Enseguida la tomé de la nuca y comencé a besarla con desesperación, extrañaba tanto sentir sus besos que ya no me pude contener
Ella me deseaba, deseaba que la hiciera mía y le iba a cumplir su deseo, ya que yo también la deseaba demasiado, estar dentro de ella y escucharla gemir, eso me vuelve loco
Debía ser muy cuidadoso de no lastimar su brazo nuevamente, pero le iba a hacer el amor aquí mismo en la cocina
Comencé a desprenderle el pantalón que llevaba puesto, y poco a poco se lo fui bajando junto con la braga, hasta quitárselo
Sin dejar de besarla, continúe con la blusa hasta dejarla completamente desnuda frente a mí
Comencé a recorrer su cuerpo con mis manos, comenzando desde sus pechos, hasta llegar a su parte íntima, donde metí unos de mis dedos y comencé a frotarle su punto sensible
Ver cómo le temblaban las piernas, y apretaba mí ropa por la excitación que está sintiendo, me prendía como antorcha olímpica
Me apoye más sobre ella, para que pudiera sentir el gran bulto que se había formado en mí entrepierna
— Dime, ¿esto era lo que querías?, dime cuánto es lo que lo deseabas — le digo frotando su intimidad de arriba hacia abajo jugando con su entrada y su punto sensible
— Aahhh Alex — me dice apretando mí ropa con más fuerza ya a punto de acabar
— Dilo — le vuelvo a decir
— Siii ahhh te deseo Alex, te deseo demasiado — me dice agitada y yo la vuelvo a besar mientras continuó con una mano frotandole y con la otra mano me comencé a desprender el pantalón y a bajarlo junto con el boxer
La levanté sentandola sobre la mesada mientras continuaba besándola, me metí entre sus piernas y de una sola estocada me introduje en su interior
Comencé a embestirla con fuerza como realmente me gustaba y escucharla gemir me enloquecía aún más
No dejaba de besarla en ningún momento, estaba completamente perdido con ella, ella despertaba en mí, cosas que las demás no habían logrado hacerlo y eso me encendía aún peor
La levanté de la mesada pasando mis brazos por debajo de sus muslos y sosteniéndola en el aire continúe embistiendola mientras ella se aferraba con su brazo sano de mí cuello
Así estuvimos por unos minutos hasta que la sentí acabar agitada y complacida, un par de embestidas más profundas y logré terminar en su interior como tanto me gustaba
La miró a los ojos y ver ese brillo de satisfacción me llenaba el alma, acerque mis labios a los de ella aún sin bajarla y la volví a besar
En ese momento sentí una gran necesidad de decirle “Te amo” esa palabra tan importante para las mujeres y que jamás se lo dije a Beatriz cuando estábamos juntos, siendo que supuestamente la amaba en ese momento, pero ahora con lo que siento por Karina, me doy cuenta que a Beatriz nunca la amé, solo me acostumbré a estar con ella y por qué fue mí primer novia y la que se adaptó a mis gustos
Me quedé en silencio observándola, aunque sabía que no podía negar por mucho tiempo mis sentimientos hacia ella, pero la regla de no enamorarse había sido mía. Jamás imaginé que me terminaría enamorando de Karina, he salido con otras mujeres, y con ninguna llegue a sentir esto que siento por ella
No quería decir nada, temía que si le decía que la amaba ella se alejaría de mí, porque el contrato era de cero amor, solo satisfacción los fines de semana
Pero esa necesidad de verla todo el tiempo, de sentirla todo el tiempo, y aunque no hubiera sexo, con solo estar con ella me dejaba más tranquilo
Se que solo hace 2 semanas que nos conocemos y a veces me pregunto, ¿cómo es que me pude enamorar de ella en tan poco tiempo? Pero fue inevitable y es lo que siento, solo espero que ella no me deje.
La bajo despacio hasta apoyar los pies en el piso y continuó mirándola, le acaricio la mejilla mientras sigo perdido en sus ojos, y justo en ese momento el timbre del departamento suena haciéndonos volver a la realidad
— ¿Esperas a alguien? — le pregunto escuchando el timbre nuevamente
— No, las chicas dijeron que hasta en la noche no vendrían y aparte de ti y de ellas nadie más sabe que yo vivo aquí — me responde ella confundida volviendo a escuchar el timbre y de repente se escucha que gritan desde afuera
— Karina abre la puerta, se que estás adentro porque te seguí y te vi entrar, Karina abre — se escucha un hombre gritar
— Es Leonardo — dice con fastidio — Se me apareció en el hospital justo cuando me estaba yendo y después de prácticamente mandarlo al carajo, lo deje solo y me tomé un taxi para acá, pero lo que nunca imaginé es que me seguiría. Ahora sabe dónde vivo, no me lo podré sacar de encima nunca — dice con preocupación
— Vístete, yo lo atenderé — le digo saliendo de la cocina
— Espera Alex, si te ve pensara que estoy contigo, nuestra relación de los fines de semana quedará al descubierto — me dice aún más preocupada
— No me importa, si es la única forma de que te deje tranquila, no me importa que me vea aquí contigo — le digo caminando hacía la puerta y ella volvió a la cocina a vestirse, ya que aún seguía desnuda
Llego a la puerta y cuando abro él se quiso meter pero al verme se quedó sorprendido y mirándome con odio
— ¿Quién eres? ¿Dónde está Karina? — me pregunta prepotente mirando hacía adentro
— ¿Tú quién eres y porque buscas a mí novia? — le digo parandome frente a él
— ¿Cual novia? Ella es mí mujer, no tu novia, KARINA, KARINA, SAL AHORA — grita furioso y Karina sale de la cocina y se para detrás de mí
— ¿Qué haces aquí? ¿No te deje bien claro en el hospital que no te quería volver a ver? — le dice Karina
— ¿Quién es este idiota? ¿Es por él que no me quieres perdonar? — continúa preguntando el muy idiota
— Ya te dijo él quién es, y si, es por él que no te quiero cerca mío, me enamoré de él y no quiero saber más nada contigo, vete a que Tamara te consuele — le dice ella enojada y yo la miro sorprendido por lo que acaba de decir, pero de seguro lo dijo para que él no la moleste más
— Ya la oíste, lárgate y no te quiero cerca de ella — le digo yo parandome bien enfrente de él
Él no dijo más nada y simplemente se dio la vuelta y se marchó, pero se lo notaba bastante enojado, cosa que no me importó, y si después de hoy seguía molestando a Karina, tocará nuevamente mandar a mis guardias a qué le den una buena lección.
Después de que Leonardo se fue, cierro la puerta y me giro para quedar frente a Karina y la tomo de la cintura
— Ya no te molestara más — le digo mirándola a los ojos
— Eso espero, no quisiera que se vuelva un fastidio y tener que aguantarlo — me dice ella más tranquila
— ¿Lo que le dijiste a él sobre mí es verdad? — le pregunto ansioso por saber si realmente se enamoró de mí
— Solo se lo dije para que se vaya y no me moleste más, tranquilo no voy a romper tu regla de no enamorarse — dice ella con sarcasmo y yo me maldigo internamente por esa estúpida regla que puse
Ella se separa de mí y vuelve a la cocina y yo me quedo unos minutos solo en la sala analizando la situación
Ya no quiero seguir negando lo que siento por Karina, si lo sigo negando corro el riesgo de que ella se enamore de alguien más, por lo que decido decirle la verdad
— Karina — le hablo entrando a la cocina y parandome detrás de ella
— Dime Alex, estoy viendo que cocino para el almuerzo — me dice ella sin mirarme
— Si te dijera que ya no estará más la regla de no enamorarse, ¿te enamorarías de mí? — le pregunto para saber cuál sería su respuesta, porque no quiero arriesgarme a decirle lo que siento para que luego ella me rechacé
— ¿A que viene esa pregunta ahora? — me pregunta confundida
— Solo respondeme lo que te pregunté, si yo quitará esa regla ¿Te enamorarías de mí? — le vuelvo a preguntar
— ¿La quitarás? ¿O solo es una suposición? — me vuelve a preguntar con dudas
— Ya la he quitado, ya esa regla a partir de hoy no existe, respondeme — le vuelvo a insistir
— ¿De verdad?, ¿Me lo juras? — continúa preguntándome sin darme una respuesta a lo que le pregunté
— ¿Porque preguntas tanto cuando ya te di la respuesta? — le digo ya fastidiado de que no me responda eso importante que quiero saber
— Porque ya estoy enamorada de ti Alex y no quería decirlo para que luego me salgas con que solo era una suposición — me dice con tristeza agachando la mirada — Lo siento, no pude evitarlo, me he enamorado perdidamente de ti Alex perdón — continúa diciendo con miedo y yo me acerco y la abrazo
— No pidas perdón nena, porque yo también me enamoré de ti, y escucharte ahora me hace tan feliz — le digo yo sin dejar de abrazarla.