¿Cuál Es La Verdadera Cara de Julieta Sanz?
Julieta Sanz una joven que ha vivido su vida bajo el control de su madre y religión. Aparentemente teniendo la vida perfecta, con el novio perfecto siendo incluso admirada y envidiada por la máscara perfecta que lleva consigo.
Todo eso cambia cuando conoce a Magnus, un hombre que cambia por completo su vida.
Israel es un viejo amigo de Julieta que ahora es policía y se ve involucrado en la historia cuando una llamada lo despierta en mitad de la noche.
¿La verdadera cara de Julieta, será realmente la de un mounstro o la de un simple humano?.
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Capitulo 5: Black Roses Bar
Israel al ver la mirada de Joshua quiso contenerse, no decir lo que había escuchado del bartender, no quiso hacerlo pasar por eso sobre todo por qué solo eran palabras, no había pruebas contundentes como para sacudir de nuevo su mundo por completo.
— ¿Querías decirme algo? —Preguntó Joshua lleno de intriga observando con detenimiento a Israel.
— ¿Qué tan grave es que Julieta fumara?— pregunto Israel.
Joshua suspiro y respondió.
— No lo es tanto, pero el hecho de que lo escondiera lo vuelve grave— respondió Joshua.
Israel pensó en lo que decía Joshua, y le parecía increíble como fumar fuera considerado un pecado, se imagino que la parte que había omitido: La parte en que el bar tender dijo haberla visto con un hombre, eso sin duda sería aún peor.
— Joshua, ¿has considerado la idea de buscar a una mujer que no tenga tantos secretos?— preguntó israel — ¿Y si uno de esos secretos es que no te amo?.
— Me amaba, me seguía a todas partes— contestó Joshua— incluso me miraba como si fuera el único hombre en el planeta.
La seguridad en como lo decía, realmente podría hacerte creer que era cierto.
NARRADO POR ISRAEL.
Sonreí al escucharlo, al parecer yo no era el único que habia caído en la trampa de Julieta, me intrigaba más ese hecho.
También ella llegó a mirarme como el único hombre en el planeta, sin embargo me había rechazado sin sentir piedad. Su habilidad para mentir me alejaba cada vez más de la manera en que solía recordarla.
Realmente me mantenía curioso el hecho de que quizás había más, que no sabíamos, que se mantenía oculto a simple vista.
— Voy a investigar cada rincón de su vida y descubrir quien era realmente Julieta — dijo Israel sosteniendo las llaves de su auto.
Israel se marchó sin decir una sola palabra. Joshua lo veía irse no quiso detenerlo. Quizas el también quería saberlo todo, pero el miedo a perder incluso los buenos momentos con Julieta, lo aterraban, lo hacían trizas.
La única mancha que había en su vida, era ser un hombre cuya novia murió, la novia que desapareció dejando solo preguntás y para encontrar la respuesta debia luchar con una mancha más: sus pecados.
Al final no era tan diferente a Julieta, también le importaba su reputación que le había costado una vida construir.
Israel por su parte había vivido como había querido, excepto por la parte de estar con quién quería.
Israel, hizo lo posible por saber cada detalle sobre la desaparición de Julieta, viendo solo lo que existía sobre el caso. Encontrando una falla en la investigación: el auto de Julieta fue encontrado el mismo día que el cadáver.
— ¿El auto fue analizado?— preguntó Israel a Uriel, encargado de la investigación.
— No, el caso se cerró— contestó Uriel con una mirada cansada.
— ¿Puedo echar un vistazo?— preguntó Israel.
— Supongo que por eso te llaman perro loco— contestó Uriel dándole la llave del auto que se encontraba en el estacionamiento.
Israel se dirigío a dónde estaba el auto de Julieta, esté estaba lleno de polvo y telarañas se habían comenzado a formar.
Israel abrió la puerta, y vio el interior. Todo estaba en perfecto estado hasta que reviso abajo del asiento del conductor y encontró una carta.
La carta de veía amarillenta, pero aún era legible. La ortografía era perfecta.
“Realmente quiero que alguien lo sepa, tengo ganas de saber quién se quedará a mi lado al ver la parte de mi que me esforce en esconder.
Alguien me dijo que sería abandonada, que incluso sería mejor que me matará antes de que la realidad fuera expuesta, lo creí.
Pero me niego a morir con la imagen de alguien que no soy”.
Esas palabras detonaban lo desesperada que debió estár, lo mucho que deseaba contar la verdad. Al fin entendió por qué todo comenzo a tener sentido, desde la llamada, el cuerpo, lo que había dicho el bartender. Ya no le importaba guardar el secreto y quería que lo revelarán por ella.
Al seguir buscando dónde encontró la carta, vio como un par de fotografías estaban ahí casi imperciptibles . Con curiosidad las tomó y no podía creer lo que veía, Julieta sonreia mientras sostenía un cigarro, vestida completamente de negro, pero eso no era lo que más llamo su atención.
Julieta estaba con un escote pronunciado,dónde se veia un tatuaje en su pecho. Eso contrarrestaba por completo la imagen que el tenía sobre ella, pues siempre fue considerada la monja de la clase por su particular forma modesta de vestirse.
Dió vuelta a las fotografías, y vio una nota que decía en una de ellas.
“ENVIDIA”.
Israel se quedó mirando esa palabra intentando darle sentido, por que decía esa palabra para empezar. Durante varios minutos observo la fotografía, queriendo encontrar alguna pista que pidiera verse en ella.
Su plegaria parecía haber sido escuchada pues al analizar más de cerca la fotografía vio un letrero al fondo de donde estaba Julieta.
“Black Roses Bar”.
Ese bar era conocido por ser un lugar de mala muerte, había todo típo de excesos. Pero habia algo más que eso. Israel sabía que debía ir ahí, por alguna razón Julieta había dejado esa foto.
Al llegar al Black Roses Bar, observó como en su mayoría eran personas vestidas de negro, con chamarras de cuero y botas. Las miradas se clavaban en el como diciendole si era su primera vez en un lugar así.
Un hombre de 1.83, cabello negro, y ojos tan oscuros poseia una mirada fuerte y se acercó a él mirándolo con curiosidad.
— ¿Eres nuevo cierto?— preguntó mostrándose dominante.
— Creo que no pude pasar desapercibido — contestó Israel sin dejarse intimidar.
— Soy Magnus— Dijo extendiendo la mano— presiento que te llevarás bien con el grupo.
Israel sonrió, sin poder creer en lo que se estaba metiendo. Dijo su nombre con seguridad y siguió a Magnus hasta un rincón oscuro del bar, donde un grupo de hombres con miradas intensas lo observaban. Magnus se sentó en una silla y señaló a Israel para que se sentara junto a él.
— ¿Qué te trae aquí? —preguntó Julián, uno de los hombres que ahí estaban.
Israel se encogió de hombros, pues reconoció a Julian de inmediato.
— Tenía curiosidad— contestó Israel —.
Uno de los hombres del grupo se inclinó hacia adelante, su mirada escrutadora.
— No tienes la mirada de alguien que busca problemas —dijo—. La última persona que se nos unió... —hizo una pausa y se volvió hacia Magnus—. ¿Te acuerdas de ella?.
Magnus asintió con la cabeza.
— Sí. Tenía una mirada... desesperada. Como si estuviera buscando algo que no podía encontrar— contestó Magnus con una sonrisa de lado.
El hombre se volvió hacia Israel.
— Pero tú... tú pareces diferente. ¿Qué es lo que buscas aquí?
Israel se sintió un poco incómodo bajo la mirada intensa del hombre, pero intentó mantener la calma.
Magnus se inclinó hacia adelante, su mirada interesada.
— ¿Te has reprimido toda la vida?—preguntó con curiosidad.
Israel dudó por un momento antes de responder.
—¿Todos aquí vivieron una vida así?—dijo
El grupo de hombres se miró entre sí, y por un momento, Israel pensó que había dicho algo que no debía. Pero entonces, Magnus sonrió.
— Creo que sabes la respuesta— contestó — Cada uno de nosotros vivíamos de ese modo pero ahora ...somos libres de ser quienes realmente somos —continuó Magnus, su voz llena de convicción—. No tenemos que ocultar nuestros verdaderos deseos y sentimientos. Aquí, podemos ser nosotros mismos sin temor a ser juzgados.
Israel se sintió intrigado por las palabras de Magnus. ¿Qué tipo de vida habían llevado estos hombres antes de llegar a este lugar? ¿Qué los había llevado a buscar una vida de libertad y autenticidad?
—¿Y qué hay de esa mujer de la que hablaban?—preguntó Israel, su curiosidad por la mujer que había desaparecido aumentando por momentos— ¿Pudo obtener lo que no sabía que buscaba?.
El grupo de hombres se miró entre sí de nuevo, y esta vez, Israel notó una sombra de tristeza en sus ojos.
—Estoy seguro de que lo hizo—dijo Magnus—. Era una de nosotros. Una persona que buscaba libertad y autenticidad. Pero... —hizo una pausa, como si estuviera eligiendo sus palabras con cuidado—. Pero había algo en ella que la hacía diferente. Algo que la hacía más vulnerable.
Israel se sintió un escalofrío recorrer su espalda. ¿Qué había en Julieta, la mujer a la que probablemente se referían,que la hacía más vulnerable? ¿Y qué había pasado con ella para estar ahí.
—¿Qué pasó con ella? —preguntó Israel, su voz más urgente.
Magnus se inclinó hacia adelante.
— Murió— Contestó con un tono frío en la voz.
Israel no podía creer como Magnus fuera tan directo, pero al mismo tiempo veía como el escondía sus sentimientos.
— Pero jamás me arrepentiré de lo que hicimos por ella— dijo Magnus — Tenía la misma sonrisa que yo tuve al sentir la libertad.
— Era como una niña pequeña a la que tuvimos que enseñarle todo — contestó Julián.
Continuará....