Renací Para Salvarte

Aun no terminaba la fiesta de bodas cuando un hombre anciano se acercó a hablar con Kayla.

- señorita Thatcher, la comitiva de la mansión Adams se retira, podría acompañarnos de inmediato.

Kayla: buenas tardes, usted es el señor Ansel

- Asi es… soy el asistente del conde Saul Adams

Kayla: es un placer conocerlo señor Ansel

[este ancianito es uno de los pocos personajes buenos de la historia, siempre cuido al conde como si fuese su propio hijo]

Señor Ansel: nos vamos entonces

Kayla: si, llevare alguna de mis cosas…

Señor Ansel: por supuesto, después podremos mandar a buscar las demás cosas.

Kayla se despidió rápidamente de la reina y de Rosa, porque Hanna ya se había ido con su esposo… ella salió ilusionada pensando que compartiría en el camino con el conde, pero él se había ido hace más de una hora en su caballo.

Unas horas después, el paisaje cambio y todo lo que Kayla veía eran viñedos…

[este lugar es hermoso… aunque no sé si será lo mejor, para un hombre con problemas con el alcohol, vivir aquí]

Cuando ella llegó a la mansión fue recibida por el señor Ansel.

Señor Ansel: señorita Thatcher, las muchachas le mostraran su habitación, usted estará hospedada en el segundo piso de la mansión… el tercer piso es ocupado por el conde.

Kayla: muchas gracias

La habitación de Kayla era sencilla, pero se notaba que había sido limpiada recientemente… ella se dio un baño y se preparo para bajar al comedor.

Cuando bajó se encontró con una señora mayor que le indico que la cena se servía en media hora más y que ella cenaría en el segundo comedor.

Kayla: muchas gracias…

[se nota que ya no estoy en el ducado Scott, allá todos son alegres y amables, no se escucha a la señorita Hanna riendo fuertemente, ni huele a flores, ni a pasteles recién horneados]

Esa tarde, ella ceno sola y volvió a la habitación.

Mañana iré a conocer la mina, espero que el equipo que el mago envío pueda estar listo.

Al día siguiente, Kayla comió algo rápido… y salió de la mansión, afortunadamente para ella, el señor Ansel, había dispuesto que los guardias de la mansión la acompañaran a la montaña.

Kayla llevó un cuaderno y escribía lo que veía…

[recuerdo que el mago me dijo que teníamos que averiguar porque esa piedra existía en estas tierras, yo creo que debe haber algún volcán… pero, como no tenemos en este mundo ese conocimiento, nos costará un poco más]

Cuando Kayla llegó a la mina se dio cuenta que había tres personas esperándola. Una mujer y dos hombres.

- señorita Thatcher, soy Enid y ellos son los hermanos Levesque.

Kayla: buenas tardes, por favor cuéntenme porque el mago los envío.

Enid: yo he trabajado en la armería, usando piedras en la base militar y los hermanos Levesque son mineros experimentados, pero manejan poco el idioma de Barnes

Kayla: entiendo… entremos a la mina por favor… cuéntenme que saben…

Kayla y Enid conversaron en relación a la obsidiana… asi estuvieron trabajando durante un mes, en el cual Kayla no supo nada del conde, sin embargo, a pesar del poco tiempo, ya tenia algunos avances, los cuales se los notificaba a través de cartas al mago.

Kayla: Enid, mañana no vendré a la mina

Enid: es bueno que se tome un descanso, ya me preocupaba que no lo hiciera.

Kayla: si, la verdad es que no había parado de trabajar desde que empezamos… vengo todo el día a la mina y regreso a la mansión Adams al anochecer.

Enid: y se puede saber que va a hacer la señorita

Kayla: iré a ver a la duquesa Hanna Scott

Enid: ¡oh! usted tiene muy buenos contactos señorita Kayla, supe que también conocía a la reina

Kayla: eh… si… tuve la posibilidad de conocer a su majestad…

Enid: bueno que le vaya bien mañana en su día libre…

Uno de los hermanos Levesque le entregó a Kayla una piedra de obsidiana del tamaño un huevo.

Kayla: muchas gracias… la revisare en el camino…

Enid y los hermanos Levesque sonrieron por la respuesta de Kayla y ella volvió a la mansión Adams, al día siguiente salió temprano a visitar a la duquesa.

Hanna: ¿Cómo has estado?

Kayla: bien, ha sido mucho trabajo, pero hemos avanzado… esta es la piedra…

Hanna: wow brilla mucho… es tan negra que parece carbón…

Kayla: asi es, pero es mas poderosa de lo que creemos…

Hanna: ¿Kayla estás contenta allá?

Kayla: siento que estoy aportando con mi granito de arena al reino, asi que si…

Hanna: bueno, pero si comienzas a hablar con las piedras, te iré a buscar, eres demasiado bonita e inteligente para que te pierdas en una mina

Kayla: muchas gracias por su apoyo… de verdad…

Hanna: ¿y como van las cosas con el vikingo?

Kayla: la verdad duquesa es que desde su boda, que no lo he visto

Hanna: pero, no viven en la misma casa

Kayla: si, pero allí hay pisos separados para las habitaciones y comedores separados… además yo estoy casi todo el día en la mina…

Hanna: que idiota… debería estar agradecido de que estas allá ayudando.

Kayla volvió a la mansión, pero sus pensamientos estaban contrariados…

[recuerdo que vine a este lugar, porque quería conocer al conde y quería que el fuese feliz, me pregunto si podre cambiar su destino… el rey y el duque Scott pudieron salvarse… quizás yo también pueda ayudar al conde]