¿Morir así de miserable? Esta novela es una mierda. Todos son unos lunáticos.
‹El villano maldito›, era una popular novela histórica sangrienta y con un romance un poco torcido. Leí el libro hasta que mi cuerpo enfermizo no pudo ni siquiera sostener el libro, y quedé ciega. No debí tener siquiera una pizca de lástima por el final miserable de la protagonista de la historia, ¡Entonces no habría reencarnado en su cuerpo! La princesa heredera y, el personaje más lamentable del libro. Murió tratando de dar a luz al heredero del frío y despreciable príncipe maldito, a quien amó sinceramente. El feto ni siquiera esperó 9 meses, como un monstruo, desgarró el vientre de su madre. No sé que pensaba esa princesa, pero no tendré una muerte tan lamentable otra vez. “En primer lugar, debo cancelar ese maldito compromiso”—Pero, ese desgraciado príncipe me tomó de la mandíbula y frunció el ceño atractivamente —“¿No me amas?—¿Estás tratando de escapar de mí?”.
原创故事。
NovelToon tiene autorización de EmyBack para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capítulo 5 : ¡Besé al héroe de la novela, Zorám!
Las plantas de mis pies tocaron el frío piso dorado, en el corazón del templo.
Las otras doncellas se posicionaron detrás de mí, haciendo una elegante formación en forma de "V". Aklen estaba a mi mano izquierda.
El nombre de la danza tradicional cortesana tenía el nombre de ‹Danza de los abanicos›. Pienso que no hace falta explicar mucho, ¿no?
Intérpretes cortesanos movían sus dedos con destreza, creando deleitables y agradables notas, indicando el comienzo de la danza.
La gente posicionó su mirada sobre mí, murmurando disimuladamente. Sus muecas eran llenas de sorpresa.
La atención no era tan desagradable después de todo.
Moví mi cuerpo envuelto en sedas finas, las muñecas se movían con gracias con los abanicos.
Leí en alguna breve línea de la novela que Mei solía practicar distintas danzas desde que tenía doce años, solo para deleitar la vista de Odette. Era una habilidad muy bien pulida.
Por supuesto que, no acepté danzar hoy poniendo toda mi confianza en las habilidades de danza de este cuerpo. Ya había practicado danzar al menos una vez antes de reencarnar en este miserable cuerpo.
Las chapas doradas que colgaban de las ajorcas/brazaletes colaboraban para crear un sonido metálico que solo yo sentía mientras danzaba.
Abrí los ojos y levanté la mirada. Una sonrisa se me dibujó rápido en los labios.
Zorám estaba viendo detenidamente, específicamente estaba viéndome a mí, sin apartar sus ojos.
Pero aún más interesante que eso, giré mi vista al malnacido príncipe heredero, al que Mei amó profundamente.
Hwan, ese maldito, también clavó sus ojos sobre mí, mirándome diferente a Zorám, mirándome intensamente. Quiso juntar las cejas, pero solo le salió una mueca atractiva.
Mei, si tan solo fueras aceptado danzar, hubieras conseguido, al menos por un momento, la atención y mirada que siempre anhelaste de Hwan.
La música cesó y los intérpretes cortesanos pararon. Fueron intensos treinta y tres minutos de danza.
Volví mi mirada y comencé a seguir a Sobat una vez la pieza acabó.
Sobat murmuraba elogios mientras nos perdíamos entre la gente para regresar a la cámara de maquillaje.
—¿Puedo tan solo guardar esta danza en mi mente? Ha salido tan espléndido como lo imaginé.
Se abanicó.
—Debo elogiar grandemente las habilidades danzarinas de su alteza—me miró—si tiene la oportunidad, estaría complacido que vuelva a acompañarnos.
Aklen inclinó el cuerpo y me miró.
—Agradezco grandemente que aceptara mi petición.
Esbocé una sonrisa.
Por supuesto que, lo he hecho por mi misma, querida Aklen. No agradezcas.
—Fue un honor danzar con usted hoy. Admiro sus preciosas habilidades.
No era mentira.
Pero, ¿Qué tiene de especial algo que también puedo hacer a la perfección?
—Le agradezco.
Agradeció con la mirada gacha.
Giré mi vista disimuladamente, buscando a la maquillista.
¿No se había quedado aquí?
—¿Requiere la presencia de alguien?—preguntó Sobat, notando mi inquietud.
—Busco a la mujer que ha venido conmigo hoy.
—¡oh! ¿La hermosa mujer? La he visto caminar por los pasillos del templo.
—Lo agradezco. Me retiro ahora.
Caminé lentamente por los pasillos solitarios del templo. Mis pies desnudos tocaban anhelantes el frío piso.
Solté una risita de mis labios y perdí totalmente el enfoque del mundo.
—¿Ma'am?
Esa voz me hizo volver a poner los pies sobre la tierra. La conocía, era el único que me llamaba así.
Zorám estaba frente a mí. Era tan grande y alto, me veía como una muñequita frente a él, tuve que alzar mi vista.
Traía de nuevo ese semblante somnoliento.
—Nos volvemos a encontrar, mi señor.
Zorám enmudeció. Sus orejas y mejillas se enrojecieron torpemente.
¿Huh? Esto es interesante.
—¿ma'am se ha perdido?
—No es así. He salido a tomar un poco de aire fresco. Hoy he danzado sin parar.
Sus ojos me examinaron sutilmente, examinaron sutilmente mi pequeño cuerpo.
Vamos Zorám, eres un hombre después de todo.
—Su danza—se trabó. Desvió su mirada—Su danza ha sido impecable.
¿Huh? ¡He cachado esta línea! ¡Recuerdo esta línea de la novela!
⟨“—Su danza-
Los titubeos de Zorám dejaron una sonrisa en los labios de Aklen.
—Su danza ha sido impecable—repitió.
—Se lo agradezco, alteza.”⟩.
El capítulo terminó luego de su conversación, solo dejando claro que Zorám cayó por completo a los pies de Aklen.
—¿Ha sido del agrado de mi señor?
Lo miré expectivamente.
Pasó la mano por su nuca, nervioso. Desvió su mirada por un momento y después la volvió hacia mí. Su rostro enrojecido hablaba por si solo.
Asintió tímidamente mientras hizo un sonido sordo como "Hunm".
—¿ma'am ha asistido hoy para encontrarse con su alteza, el príncipe heredero? ¿quizás ma'am está buscándolo?
Una risilla coqueta se escapó de mí otra vez.
—No es como mi señor piensa.
Bajé ligeramente mi rostro, mostrándome tímida e indefensa ante él.
—D-De hecho- hoy he asistido a la ceremonia de conmemoración porque quería verlo, mi señor.
Mierda, ¡mis habilidades de actuación merecen un Óscar! El rostro inocente y dulce de este cuerpo fue un desperdicio en la novela.
Me atreví a alzar la cabeza otra vez para verlo.
¿Qué?
El rostro completo se le enrojeció intensamente. Abrió la boca para tratar de decir algo pero titubeó. Las manos le temblaron.
—A-Ah-
Desvié la mirada hasta más atrás de Zorám, poniendo mis ojos en algo mucho más interesante.
Ese arrogante príncipe, Hwan, nos observaba desde lejos, con el rostro serio, una mueca se le dibujó cuando notó mi mirada sobre él.
Solté una risilla, sorprendiendo al hombre que tenía delante.
¡Esto es divertidísimo!
Me alce de puntillas y tomé el cuello enrojecido de Zorám con una sola mano, atrayendo su rostro hacia el mío, sus labios tocaron los míos sin tanto preámbulo.