NovelToon NovelToon
Bajo El Mismo Veredicto

Bajo El Mismo Veredicto

Status: Terminada
Genre:Romance / CEO / Arrogante / Ligador / Completas
Popularitas:7.9k
Nilai: 5
nombre de autor: Deiver Gutierrez

Aurora West ha dedicado su vida a construir un futuro brillante en el mundo del derecho. Cuando consigue una codiciada oportunidad de prácticas en el bufete más prestigioso de la ciudad, cree que está un paso más cerca de alcanzar sus sueños. Sin embargo, lo que no esperaba era que su jefe, Rafael Novoa, fuera un hombre tan implacable como fascinante.

Frío, reservado y con una reputación impecable, Novoa es un abogado brillante, pero detrás de su carácter severo esconde un conflicto interno que no está dispuesto a admitir: una atracción innegable hacia Aurora. Aunque intenta resistirse, su presencia desafía cada una de sus reglas, cada uno de sus principios.

Entre juicios, miradas furtivas y una tensión imposible de ignorar, Aurora deberá descubrir si es capaz de derribar las barreras de Rafael y demostrarle que algunas batallas no se ganan con argumentos, sino con el corazón.

¿Podrá él aceptar lo que siente o dictará su propio veredicto antes de permitirse amar?

NovelToon tiene autorización de Deiver Gutierrez para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 6

POV Aurora

Un nuevo inicio de semana había llegado, las cosas permanecían prácticamente igual en la oficina respecto al trabajo, aunque algo que no consideraba que estuviera igual que antes, era mi extraña relación "jefe-empleado" con Rafael. Todo era tan extraño, había una tensión tan fuerte entre nosotros, una rara sensación de ahogamiento que me quería incitar a dar un paso e intentar hacer algo con él.

Honestamente él me gustaba, me gustaba mucho. Dejando de lado lo evidente referente a que es condenadamente guapo, tiene una personalidad muy... interesante. Él es muy imponente, tan masculino, pero muy seguro de sí, me gusta lo que he logrado ver cuando estamos a solas, se comporta más amable conmigo, caballeroso, se ha mostrado abierto a poder conversar y no estar en silencios ahogados durante horas, y me atrevo a decir que hasta es divertido.

Pero me parece que a pesar de todo eso, pienso que mi gusto hacia él es meramente físico y carnal, a pesar de mi forma de ser algo coqueta e insinuante algunas veces, no tenía mucha experiencia en asuntos relacionados al sexo, obviamente he besado a alguien y tenido momentos fugaces de pasión, pero jamás me he acostado realmente con alguien, nadie había despertado esa chispa de deseo en mí que me llevara a anhelar aquello, no hasta que conocí a Rafael, despierta cosas en mí que jamás creí que alguien haría, aunque insisto, solo es atracción física.

No podía ser de otra forma, ya llevaba suficiente en este lugar para conocer el pensamiento de Rafael, él no estaba abierto a aceptar ninguna clase de sentimientos, y mucho menos por mí, solo hacía las prácticas profesionales en su empresa, no era nada más que eso, ni siquiera era su empleada realmente. Y creo que ni siquiera intentaría algo pasajero conmigo por su regla de jamás mezclar el trabajo con la diversión, sabía que todo estaba en mi contra, así que solo aceptaba el vivir y verlo diariamente con el deseo por él consumiéndome.

Como era de costumbre, me encontraba en el edificio, en este momento estaba en mi oficina terminando unos documentos que me pidió Sebastian, así duré una parte de mi mañana hasta que terminé lo que se me solicitó, me levanté de mi asiento y le llevé los documentos a Sebastian.

-Disculpe señor Stan, aquí están listos los documentos- Le dije con una sonrisa entrando a su oficina.

-Muchas gracias preciosa, recuerda que puedes llamarme Sebastian...- Me corrigió amablemente.

-Claro, lo siento- Respondí entregándole la carpeta -¿Necesita algo más?- Pregunté antes de salir de ahí.

-Abusando de tu amabilidad, ¿Me ayudarías llevándole esta lista de instrucciones a David?- Preguntó con algo de timidez, yo sonreí y me acerqué a tomar el papel.

-Por supuesto, yo se lo entrego-

-Gracias de nuevo, linda-

Caminé con la lista entre mis manos por el pasillo al área de investigación privada que era donde trabajaba David, se encontraba en este mismo piso, por lo que solo tuve que caminar hasta llegar a dicho lugar y buscarlo con la mirada para darle lo que me pidió Sebastian; en cuanto lo vi me acerqué a él y toqué su hombro para llamar su atención.

-Oh, hola Aurora- Dijo con una gran sonrisa al verme -¿Necesitas algo, princesa?- Preguntó levantándose de su silla y poniéndose a mi lado.

Típico de David, considero que éramos amigos, o al menos nos llevábamos bien y por supuesto que notaba sus constantes insinuaciones hacia mí pero honestamente me daban enteramente igual, me llamaba por apodos cariñosos o cosas así pero solo lo ignoraba.

-Solo venía a traerte esta lista de instrucciones, te la envía el señor Stan- Respondí amablemente entregándole la hoja de papel.

-Gracias dulzura... Oye, una cosa antes de que te vayas...-Añadió tomando mi muñeca deteniendo mi paso.

-¿Sí?- Pregunté con curiosidad.

-¿Te gustaría, no sé... ir a cenar conmigo el fin de semana o cuando estés libre?- Preguntó acomodando un mechón de mi cabello detrás de mi oreja.

Eso me tomó un poco por sorpresa, no quería lastimar sus sentimientos pero no quería salir con él, ¿Cómo le decía que no sin parecer una mala persona?-

-Ah...Yo- Decía titubeante, su rostro cercano al mío me veía con curiosidad, aun pensaba que responder exactamente cuando alguien menciona mi nombre.

-¡Aurora!- Escuché mi nombre, inmediatamente me alejé unos pasos de David, me salvó la campana.

Pero al voltear a ver quién me llamaba me asusté de ver a Rafael caminando hacia nosotros, ¡MIERDA! Espero que no me regañe por pensar que ligaba con alguien en el trabajo, más vale que no malinterprete las cosas o estaré en problemas. Rafael se acercó hasta donde estábamos ambos, nos veía con el rostro serio, muy, muy serio, su mandíbula estaba tensa y miraba a David como si quisiese asesinarlo.

-Vuelve a trabajar Allen, ahora- Le dijo tajante de una forma muy poco amigable.

Él volvió detrás de su escritorio sin rechistar, giré mi cabeza lentamente hasta ver de nuevo a Rafael, él me miraba de forma profunda, lo miré de igual forma unos segundos, no decía nada, me encantaría saber qué es lo que pasa por esa mente tan misteriosa que tiene.

-Acompáñame- Soltó simplemente usando ese mismo tono.

Mierda... estoy asustada.

Lo seguí hasta su oficina sintiendo los nervios invadirme por completo.

-¿Pasa algo, señor Rafael?-Pregunté en voz baja viéndolo recargarse en su escritorio, cruzar sus brazos y verme muy fijamente.

-¿Allen te molestaba?- Cuestiona sin rodeos.

-Ah... no lo sé, él... creo que es su manera de ser amistoso, pero no me importa realmente, ¿Hice algo mal?- Devolví la pregunta con miedo, no sabía exactamente hacia donde iba la conversación.

-No, linda, claro que no...- Soltó de forma suave.

¡¡¡¿¿¿ME LLAMÓ CÓMOOOOO???!!!

-Solo quería saber que estuvieses bien, dime si te molesta o hace algo- Terminó por decir volviendo detrás de su escritorio, supongo que no se habrá dado cuenta de lo que dijo, yo estaba atónita.

-Descuide señor Rafael, estoy bien, muchas gracias-

-Por cierto, toma tus cosas, me acompañaras a una junta al bufete que está del otro lado de la ciudad-

¿Quería que lo acompañara? Esto es nuevo, ¡Que emoción! Acompañar a Sebastian la semana pasada fue demasiado divertido, entretenido y educativo para mi experiencia laboral... Aunque apreciaría palabras cordiales por parte de Rafael, como un "Por favor", pero bueno, estoy acostumbrándome a ello. Le di una cálida sonrisa y asentí.

-Claro, señor, enseguida vuelvo-

Hice exactamente lo que pidió, fui por mis cosas y nos dirigimos al estacionamiento donde nos subimos a la joya de auto que tiene y partímos hacia el otro lado de la ciudad donde estaba el bufete, que era por cierto, la "competencia" directa del bufete de Rafael, no era tan bueno como el bufete de Novoa pero era con quien siempre habría de tener conflicto. Íbamos a una velocidad relativamente normal por la carretera, ¡Dios! No sabía si me gustaba más Rafael o su auto...

-¿Y qué tan rápido ha corrido con el auto?- Pregunté interesada al ver que no subía mucho el límite de velocidad, considerando que era un auto diseñado para correr, la carretera estaba prácticamente sola y estaba justamente diseñada para conducir a altas velocidades.

-Honestamente no mucho, no suelo ir muy rápido en él- Respondió con gentileza mirándome un par de segundos.

¡¿QUÉ?! ¡¿Cómo es posible eso?! Me giré en mi asiento incrédula para verlo fijamente.

-¡¡¿QUÉÉ?!! ¿¡Tienes un súper auto y no lo has llevado al límite de velocidad!?- Pregunté sin medir mi tono ni mis palabras.

Al instante me avergoncé al darme cuenta que lo había tuteado, me cubrí la boca con mi mano y abrí los ojos impactada.

-Disculpe señor Novoa, no era mi intención hablarle así, es solo que me sorprendió un poco...- Corregí rápidamente antes de que se llegase a molestar por tomarme esa confianza.

Para mi sorpresa, él empezó a reír, se veía demasiado guapo de esa forma tan relajada y despreocupada, me miró unos segundos de nuevo y fijó su vista en la carretera.

-Descuida Aurora, no te preocupes, es solo que no me siento lo suficientemente capaz de ir a tan altas velocidades, no sé si sería capaz de controlarlo- Respondió él con una pequeña sonrisa.

-Puedo preguntar entonces, ¿Por qué compró un auto así?- Cuestioné con algo de pena.

-Supongo que solo por el lujo de tenerlo, es un lindo auto...- Contestó mis dudas, eso me hizo sentir feliz, estaba siendo más abierto conmigo.

-Vaya que lo es, es precioso...- Admití viendo el perfil de Rafael.

Continuamos hablando de trivialidades en lo que llegábamos al edificio, lo cual sucedió después de unos 20 minutos más de camino. Al llegar noté que el edificio no era tan impresionante como "The New Age", esto no gritaba poder como lo hacía aquel maravilloso lugar. Rafael abrió la puerta del auto y me ayudó a bajar, caminaba a mi lado guiándome con su mano posicionada en mi espalda baja, sentía mi piel arder ante aquel simple toque.

Caminamos hasta llegar al interno del edificio, yo solo seguía los pasos de Rafael, estaba algo nerviosa pero muy emocionada, no estaba segura de que es lo que se vería en esta junta y exactamente en que necesitaría Rafael mi ayuda, pero me emocionaba estar aquí a su lado. Llegamos finalmente a una sala de juntas después de un par de minutos, ahí se encontraban al menos unas cinco personas quienes se pusieron de pie en cuanto entramos.

Era la única mujer en aquella sala, todos clavaron sus ojos en mí, Rafael aún mantenía su mano en mi espalda guiándome en todo momento, caminamos hasta donde estaban aquellos hombres quienes no disimulaban para nada sus miradas hacia mí.

-Buenas tardes- Dije educadamente cuando nos acercamos a ellos.

-Buenas tardes- Respondió uno de ellos, quien estaba a la cabeza de la mesa, supongo que era el jefe del lugar –Ya te esperábamos Rafaeltopher-

-Comencemos entonces- Dijo Rafael simplemente moviendo una silla para que yo pudiese sentarme, aprecié bastante aquel gesto.

Todos se sentaron aun con miradas inquietas sobre ambos, no hablaban para nada, parecían querer decir algo, se les notaba incómodos por mi presencia, cosa que me hizo sentir algo nerviosa y con la sensación de estar en un lugar en el que no debería estar.

-Bueno Novoa, antes de comenzar, no puedo evitar preguntar por tu bella acompañante, ¿Quién es?- Preguntó aquel hombre quien yo suponía era el jefe.

-Aurora West, trabaja conmigo en el bufete, se integró al equipo hace un par de meses- Informó él sin dar mucho detalle omitiendo el hecho de que soy solo una practicante, ¿Qué carajo estaba pasando aquí?

-Mucho gusto, Aurora, soy Patrick Stewart, dueño y jefe de este bufete- Se presentó estirando su mano hacia mí, yo la tomé algo incomoda, pasó su dedo pulgar por mis nudillos y yo retiré la mano inmediatamente.

-Ella no tiene permitido estar aquí, tiene que salir, esta es una junta de carácter confidencial- Añadió un hombre más joven que el tal Patrick viéndome de forma despectiva.

-Estoy al tanto de la confidencialidad de esto, pero la señorita West es parte de mi equipo de abogados y es alguien de mi entera confianza, ella se queda conmigo, y no quiero escuchar una sola palabra más- Soltó Rafael tajante con su mandíbula tensa sorprendiéndome.

Aquel hombre solo lo vio con molestia, al igual que a mí mas no dijo absolutamente nada más, el señor Stewart trató de suavizar el ambiente viendo la situación que surgió, creo que fue una mala idea venir aquí. Rafael notó que me tensé al instante, sentí su mano entrelazarse con la mía por debajo de la mesa tratando de tranquilizarme, realmente ayudó, un muy lindo gesto a mi parecer, ¿Qué le pasaba a Rafael? ¿Qué estaba cambiando en él?

-Ya, ya, tranquilos, no es necesario que la chica se vaya... Mejor vayámos al grano... Estoy enterado que rechazaste el caso de Richards, vino a pedir mi ayuda, pero supe que vas a representar a la persona que lo acusó- Dijo él de forma seria.

-¿Y qué con eso?- Preguntó Rafael con indiferencia aun sin soltar mi mano.

-¿Por qué dejaste el caso de Richards? El hecho de que estés representando al acusante me es un problema Novoa, quiero que dejes ese caso...- Exigía el hombre amenazante.

¡Dios! ¡¿En qué me metí?!

Rafael pareció observar al hombre un par de segundos, conocía esa mirada, su seguridad, su manera de imponer, él no iba a ceder, hasta podría decir que se estaba divirtiendo escuchando las exigencias de aquel hombre.

-Richards es culpable, jamás representaría a alguien culpable, el representar a su acusante es realmente porque quiero tener la satisfacción de verlo tras las rejas, y si piensas que dejaré el caso solo porque tú lo dices, estás muy equivocado, no tienes posibilidad de ganar, así que, tienes dos opciones... puedo darte el privilegio de hacer equipo y ganar juntos, o puedes competir conmigo y verme ganar- Terminó por decir de una forma tan precisa y severa, que hasta yo sentí pena por el pobre idiota frente a nosotros.

-¿No estás dispuesto a negociar?- Preguntó con una sonrisa ladeada, después me miró de una forma muy... inquietante. Me veía de una forma muy extraña, como si él fuese un cazador y yo su presa.

Rafael pareció percatarse de aquello ya que lo vi fruncir el ceño ligeramente y apretar un poco su agarre sobre mi mano.

-No, así que si eso es todo lo que querías decirme, ya nos vamos- Informó levantándose del asiento y caminando a la salida aun con nuestras manos entrelazadas.

Yo estaba nerviosa, confundida y muy sorprendida, eran demasiadas emociones en mi interior. Estando en el ascensor lo veía aun con un rostro serio, miré nuestras manos entrelazadas y luego lo vi a él.

-¿Está bien, señor Novoa?- Pregunté tocando con suavidad su brazo con mi mano libre, él reaccionó a mi toque, miró su brazo y después a mí.

-Sí, tranquila, todo está bien- Respondió con suavidad, pareció darse cuenta de la situación y soltó mi mano lentamente. Caminamos despacio hacia donde había quedado su auto.

-Gracias por defenderme allá arriba, señor. Aprecio mucho eso, en verdad- Le agradecí recordando lo sucedido, él me miró unos segundos y sonrió un poco.

-No agradezcas, linda- Respondió simplemente, yo no dije nada, solo estaba atesorando cada momento a su lado y cada gesto lindo y gentil que estaba teniendo hacia conmigo.

Llegamos al auto, se acercó a la puerta del copiloto y tomó la manija más no abrió la puerta, lo vi dudar unos segundos haciéndome mirarlo con confusión, de un momento a otro extendió las llaves hacia mí, ¿Qué es esto?

-Conduce tú- Dijo poniendo las llaves en mis manos.

¡¿ES ENSERIO?!

-¿Está bromeando, señor?- Pregunté tratando de contener mi emoción.

-Jamás bromeo, anda sube- Me invitó con una sonrisa, yo no pude contener más mi emoción y pegue un grito de felicidad, rápidamente me di la vuelta y subí del lado del copiloto.

Encendí el auto y sentí una fuerte adrenalina en mi ser, jamás había conducido este auto en específico y me llenaba de emoción hacerlo. Rafael observaba cada uno de mis movimientos muy atentamente, yo lo voltee a ver con una ceja alzada.

-¿Cómo sabe si siquiera que sé manejar un auto?- Pregunté a manera de juego antes de arrancar.

-Algo me dice que sí sabes- Respondió de la misma forma, sonreí ampliamente, me coloqué el cinturón y arranqué el auto manteniendo una velocidad normal por ahora.

Era una delicia manejar este auto, simplemente fantástico. Conducir este auto me hacía sentir como en casa, extrañaba esta sensación, básicamente había crecido con las altas velocidades y sin el afán de presumir era más que buena haciéndolo. Conduje por aproximadamente cinco minutos hasta que fue Rafael quien ahora intentaba romper el hielo... Este día estaba siendo toda una locura.

POV Rafael

¿Cuánto más voy a aguantar esta tortura? Justo todo lo que no quería estaba sucediendo, cada vez estoy conociendo más a Aurora y con cada cosa me gusta más, estoy sintiendo cosas que no debería de sentir, como los celos, ¡¿Cuándo carajos me convertí en un hombre celoso?! Ver como el estúpido de Allen intentaba coquetear con ella me hizo sentir tan furioso, no pensaba llevarla a la junta pero la quería lejos de él al menos por ese momento.

Ella lograba sacar esta versión tan desconocida de mí, ¿Por qué me importaba tanto? Tenía la necesidad de conocer todo de ella, preguntar por sus intereses y también estaba dejando que ella conociera muchas cosas de mí, respondía a cualquiera de sus dudas sin siquiera pensar dos veces en sí debería responder o no, esto estaba tan mal, pero algo dentro de mí se sentía bien dejando que ella conociera todo de mí, estaba ardiendo de deseo por esa mujer, me estaba consumiendo por completo.

Mi ira se disparó al ver como la trataron en el bufete de Patrick, primero el bastardo que quería que se fuera y luego el mismo Patrick viéndola como si quisiera devorarla, no le va a tocar un solo cabello mientras esté conmigo, jamás tendrá el privilegio de tocarla... Nunca. Por otro lado, ver la cara de emoción de Aurora cuando le dije que condujera el auto hizo a mi corazón latir desenfrenado, tenía mucho la duda de cómo es que ella estaba tan involucrada en eso, la convertía en una mujer fascinante sin dudas.

-Respóndeme algo Aurora, ¿Cómo es que sabes tanto de autos?- Pregunté mirándola fijamente, ella mantenía su vista en la carretera, aun íbamos a una velocidad bastante prudente. Ella tardó unos segundos antes de responder.

-Por mi padre... Mi padre trabaja como mecánico de autos de carrera, básicamente crecí en ese mundo, desde muy pequeña he estado muy involucrada en ello, en algún momento pensé en ser corredora pero creo que mi verdadero amor está en las leyes, correr autos se convirtió solo en un hobbie que practicaba cada que iba con papá al trabajo- Decía con una preciosa sonrisa, sentía la emoción en cada una de sus palabras, sus ojos brillaban al hablar de ello, ella es maravillosa.

-Así que, ¿Corres autos de carreras?- Pregunté impresionado, muy impresionado.

-Sí, solo es un pasatiempo, papá al ser jefe de taller tenía cierta libertad de dejarme usar las pistas antes de los eventos-

-Es sorprendente- Admití aun viéndola –Me imagino que los chicos se han de volver locos por ello- Solté sin pensar mucho en lo que dije, su sonrisa se disipó un poco, bien hecho Rafael.

-Bueno, algo así, no de la manera en que me gustaría- Comentó con un tono algo nostálgico.

-¿A qué te refieres?-

-Bueno... Mi última pareja estaba conmigo solo para poder tener acceso a todo lo relacionado con estos eventos, entrar a las pistas, conocer a los corredores, etc. Me utilizó muy sínicamente solo para esos beneficios y cuando decidió que no le servía más, me engañó con la que en ese momento era mi mejor amiga y quién sabe con cuantas personas más, siempre ha de haber algo malo en las cosas buenas- Me decía sin titubear solo soltando aquello.

Saber eso me hizo sentir muy enojado, ¿Cómo alguien podría ser capaz de hacerle eso a una mujer tan fantástica? Estaba loco, no supo valorar lo que ella es. Y ahora estoy diciendo estas cursilerías, me voy a volver loco

-Lo siento mucho Aurora, si de algo te sirve, creo que las personas que engañan son aquellas que se sienten lo suficientemente inseguros y patéticos que necesitan la aprobación y el "amor" de más de una persona, no conocen lo que la palabra "lealtad" significa y tienen tan poco respeto por sí mismos que son incapaces de dárselo a alguien más- Le dije tratando de hacerla sentir un poco mejor, permaneció en silencio unos segundos antes de volver a hablar.

-¿Usted se ha enamorado, señor Novoa?- Preguntó en un susurro tímido, su pregunta me impresionó un poco, y aunque no tenía nada que decirle al respecto y estaba en contra de todo lo que pensaba, decidí responderle con honestidad.

-Yo... Creo que no... Quise mucho a una mujer, pero supongo que no llegué a amarla... Fue cuando recién había culminado mi carrera universitaria y me contrataron en un pequeño bufete, salía con una compañera de la oficina y también decidió que no era lo que ella necesitaba y me engañó con un "mejor prospecto"- Solté sintiendo asco de recordar aquello.

Era por eso que me volví un cabrón sin sentimientos, el hecho de que no estuviera enamorado de aquella mujer no quiere decir que no me haya dolido, claro que lo hizo, yo era leal a ella y jugó con lo que le entregué, desde ese momento me prometí que nadie volvería a jugar conmigo de aquella forma, es por eso también que jamás mezclo sentimientos y trabajo, eso no sale nada bien, aunque estas últimas semanas no me he caracterizado por seguir aquella regla al cien por ciento, no sé qué me estaba pasando.

Aurora escuchó lo que le dije, pareció muy sorprendida de mi historia, y aún más sorprendida de que decidiese contársela, condujo un par de minutos sin decir una sola palabra hasta que paró en un área de descanso, se estacionó, apagó el auto y me miró fijamente tomando mi mano que descansaba sobre mi pierna... No hagas eso preciosa, no sé cuánto más voy a aguantar.

-Señor, no llevo demasiado tiempo conociéndolo, pero admito que tanto usted como el señor Stan se han ganado mi cariño, son buenas personas, aunque quiera aparentar lo contrario, no permita que las malas acciones de una mala persona continúen afectando y marchitando su vida, merece ser feliz y encontrar a alguien que le contagie esa chispa y le haga sentir lo bonito que es querer y ser querido- Decía de una forma tan dulce haciéndome sentir extraño, ella me hace sentir tan... especial.

La miré un par de segundos y me perdí en sus bonitos ojos, acaricie su mejilla y acomodé su cabello, pero antes de dejar que esto continuase me frené y traté de controlarme... ¡No! No vas a caer, no puedes permitir que algo pueda suceder, solo tengo que mirar por mi trabajo, ¡PERO ERA TAN DIFICIL! Retiré mi mano de su rostro y solo la miré con agradecimiento.

-Agradezco tus palabras Aurora, es muy dulce- Ella solo asintió con una sonrisa y arrancó el auto de nuevo, antes de salir directo a la carretera me volteó a ver con una sonrisa traviesa.

-¿Le da miedo la velocidad, señor Novoa?- Preguntó de una forma jodidamente sexy.

-Sorpréndeme... y por cierto, puedes llamarme Rafael- Respondí de igual forma mientras abrochaba mi cinturón, ella volteó a ver la carretera y corrió el auto como jamás lo he hecho.

Lo hacía de una manera perfecta, íbamos demasiado rápido, era toda una experta en lo que hacía, la carretera estaba completamente sola por lo que no era un peligro para nosotros ni para otras personas, me sentía realmente extasiado por todo lo que ha pasado, estoy realmente jodido.

¿Qué voy a hacer contigo, preciosa?

1
Yuly Ponce
Hermosa historia felicidades ❤️
Deiver: gracias por leer
total 1 replies
America Lopez
la recomiendo
Deiver: gracias por leer
total 1 replies
America Lopez
hermosa historia
Tanny Farfan: Felicitaciones escritora, me gustó mucho esta historia, muy linda, bien cuidada, excelente ortografía,
total 1 replies
America Lopez
cobarde...
America Lopez
me gusta la fuerza de voluntad de Rafael
America Lopez
exquisita escritura, me fascina la interpretación de los personajes, felicito a la escritora. Sigamos con la lectura
Deiver: gracias que bueno que te guste la historia
total 1 replies
Rosa Rodelo
Foto, de los protagonistas
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play