La Esposa Substituta De Magnata

Emmanuel López Respiró hondo, armándose claramente de valor para lo que iba a decir.

- No voy a casarme contigo. No voy a sustituir a tu ex mujer. Si quieres encontrar a alguien que se parezca a ella, búscate a otra. Pero no voy a convertirme en un trofeo para ti, una pieza en tu juego de poder y venganza.

Guardé silencio un momento, digiriendo sus palabras. Una parte de mí quería discutir, convencerla de que estaba equivocada, pero sabía que tenía razón en muchos aspectos. La había tratado como una sustituta, una forma de llenar el vacío dejado por Laura, por mi hijo.

- Joarah, no es tan sencillo -comencé, pero ella me interrumpió-.

- Es sencillo, sí. Tienes que darte cuenta de que soy una persona, con mis propios sentimientos y deseos. No permitiré que me utilicen así. Tienes poder, dinero, pero eso no te da derecho a controlar la vida de los demás.

La rabia en su voz era evidente, y sentí una punzada de culpabilidad. Tenía razón. Intentaba utilizar su parecido con Laura para satisfacer mis propias necesidades y deseos.

- ¿Qué sugieres? - pregunté, intentando mantener la compostura.

Respiró hondo, con determinación evidente en los ojos.

- Te sugiero que sigas con tu vida y me dejes seguir con la mía. No voy a participar en un juego que no he elegido. Tienes que encontrar la manera de lidiar con tu dolor y tu rabia sin utilizar a otras personas como peones y en cuanto a mi padre, aunque nos lo quites todo, no voy a casarme contigo, quiero casarme por la iglesia, quiero que me quieran y estar con quien quiero y tú no puedes darme nada de eso.

Permanecí en silencio, asimilando sus palabras. Una parte de mí quería luchar contra ella, pero sabía que tenía razón. Necesitaba encontrar una manera de lidiar con mis sentimientos por Laura sin dañar a los que me rodeaban.

- Está bien, Joarah. Lo entiendo -respondí por fin, con voz más suave-. - Tienes razón. Respetaré tu decisión.

Ella me miró un momento, pareciendo sorprendida por mi respuesta.

- Gracias, Emmanuel. Espero que encuentres la paz que buscas. Pero no será conmigo.

Le pedí al chofer que nos llevara a la mansión de su padre, apenas llegamos, la mansión vila nueva estaba en llamas, el personal gritaba, algunos estaban sin vida y otros lloraban, hasta que vi a Joarah queriendo meterse entre las llamas para salvar a su padre que estaba en medio del fuego, Pero no la dejé ir, la arrastré hasta el coche y la encerré. Luego mojé mi traje con agua y subí por una ventana que aún estaba libre de las llamas, y encontré a su padre desmayado.

Joarah lloró mucho y me abrazó. Pasaron los días y se enfrentaba a la pérdida de la única persona que tenía como familia.

En la iglesia, el séptimo día de la muerte de su padre, cuando todos se habían ido, me senté a su lado y me dijo:

-Si pudieras casarte en la iglesia, me casaría contigo.

-¿Es una proposición de matrimonio? Si lo es, no puedes volver atrás.

-Ya has estado casada y no puedes casarte dos veces.

-Tu hermana no se casó conmigo por la iglesia, y en cierto modo está bien que no lo hiciera, pero ¿estarías dispuesta a casarte con un hombre que sólo necesita que seas la madre de su hijo?

-Si me prometes que descubrirás quién causó el incendio que mató a mi padre, seré la mejor esposa y madre que tú y tu hijo podáis soñar tener en vuestras vidas...

Sigue...