Sámara es una mujer loba, que vive felizmente con su familia, a ella sueña con encontrar a su mate, pero cuando finalmente logra sentir su aroma, este se oculta, dejando una decepción en ella y su loba, pero ¿Por qué su mate se ha escondido? ¿Será alguien que ellas ya conocen?
Te invito a leer esta emocionante historia para descubrirlo…
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Diosa Luna
Con Samara y Nerea (sueño):
(Samara): ¿Dónde estoy? Confundida. Nerea… Nerea, ¿me oyes…? Preocupada. ¡Nerea!!! Grita preocupada.
(Nerea): Estoy aquí, Sam. Deja de gritar. Sentada detrás de ella.
(Samara): ¿Cómo estás? ¿Estás bien? ¿Te duele algo? Solo dímelo. Llorando mientras la abraza.
(Nerea): Tranquila, Sam. Estoy bien. Ya no siento dolor ni nada, solo tranquilidad. Moviendo su cola.
(Samara): ¿Dónde estamos? Mirando el lugar.
(Samara): No me digas que ya estamos muertas porque no soportamos tanto dolor. Eso explica por qué no estás dentro de mí. Llorando.
(Nerea): Ya, Sam, tranquilízate. No sé dónde exactamente estamos, pero me siento muy tranquila en este lugar. Le pasa la lengua en la cara a Sam.
(Samara): Sí, tienes razón, está muy tranquilo en este lugar. Observando todo. Entonces no estamos muertas. Limpiando sus lágrimas.
(Selene): No, hija mía, todavía no lo están. Sonríe dulcemente.
(Samara): ¡Aaa! Grita. ¿Quién es usted y qué hace en este lugar? Asustada.
Samara observaba a la hermosa mujer que está frente a ella, encantada con su belleza. No podía creer que existiera una mujer tan angelical como la que tenía en frente.
(Nerea): Cálmate, debe ser una persona buena. No siento la necesidad de atacar. Relajada, moviendo su cola.
(Samara): Tiene un lobo a su lado y crees que es buena? En alerta. Disculpe, señora, ¿sabe qué lugar es este exactamente? Seria.
(La diosa Luna)
(Selene): Sí, yo las traje. Sonríe. No podía soportar escuchar los lamentos de mis hijas. Triste.
(Nerea): ¡DIOSA LUNA! Se inclina.
(Samara): _DIOSA… ¡¿QUÉ?!_ Sorprendida, se arrodilla. Lo siento tanto, diosa mía, por faltarle el respeto. Inclinada.
(Selene): Levántense, hijas mías. Acercándose. No se preocupen por lo ocurrido. Sonríe.
(Nerea): ¿Por qué nos trajiste a tu presencia, madre? Moviendo su cola.
(Selene): Sus súplicas me llamaron, y acudí al lado de mis hijas que fueron lastimadas por un mal hijo. Sentándose.
(Recuerdo cuando Nerea aullaba en la colina)
(Samara): Diosa mía, ya no quiero sentir este sentimiento más. Llorando dolorosamente.
(Nerea): Madre, ya no soporto este sufrimiento. Aulla de dolor.
(Samara): Diosa mía, duele mucho. Hazme olvidar todo y empezar de nuevo, por favor. Llorando.
(Nerea): Ayúdame, madre, a olvidar este terrible dolor. Aulla hasta quedar inconsciente.
(Presente)
(Nerea): Lo siento, madre, yo no pude ser fuerte, yo… Triste.
(Selene): Tranquila, hija. Yo creí que él sería un buen compañero, pero me equivoqué. Suspiro. En su corazón hay mucha maldad. Seria. Por eso les daré una nueva oportunidad para que sean felices y les den todo el amor que se merecen. Sonríe feliz.
(Nerea y Samara): ¡¿QUÉ?! Sorprendidas.
(Nerea): Tendremos una nueva oportunidad, madre. Feliz.
(Samara): ¿Cuándo estarán con nosotras, diosa luna? Feliz.
(Selene): Tranquilas, las conocerán muy pronto, se lo aseguro. Sonriendo feliz.
(Samara): ¿Y si no les gustamos? Triste.
(Nerea): No quiero pasar por el mismo sufrimiento, no de nuevo, madre. Triste.
(Selene): Se lo aseguro que no pasarán por lo mismo. Ellos las amarán desde el momento en que las vean, las cuidarán y protegerán con sus vidas; serán el tesoro más valioso que ellos tendrán. Por eso no tengan miedo a volver a intentarlo. Yo siempre estaré cuidando a mis hijos. Abraza a Samara.
(Nerea): Sí, madre, seremos buenas lunas y lo volveremos a intentar. Feliz, moviendo su cola.
(Samara): Sí, diosa luna, lo intentaremos nuevamente. Feliz.
(Selene): Solo deben abandonar la manada; no están seguras ahí. Haciendo eso, conocerán a sus mates más rápido. Cuando regresen, no habrá dolor, se los aseguro. Ahora es hora de volver a casa. Les deseo mucha suerte y usen para el bien el obsequio que les di. Adiós, hijas mías, recuerden que siempre estaré a su lado. Sonriendo.
(Samara): Adiós, diosa luna, y gracias por darnos una nueva oportunidad. Despidiéndose.
Samara se levanta y ve a su madre súper cansada, recostada en una silla cerca de su cama. La observa mientras recuerda lo que soñó; estaba tranquila y relajada.
(Samara): Mamá… Mamá, despierta. Tocando a su madre.
(Megan): Cariño… Frotándose los ojos. ¡Cachorra mía! Grita feliz. ¡Al fin te tengo de nuevo! Abrazándola con lágrimas.
(Joel): ¿Qué sucedió? ¿Está todo bien? Entró rápido a la habitación.
Joel vio a su esposa con su cachorra; estaba feliz porque su cachorra de ojos lindos se había levantado. Toda la familia se puso muy feliz al ver que Samara había despertado; nadie quería preguntarle sobre lo que había pasado porque no quería que se sintiera triste nuevamente.
Samara podía ver que todos estaban con semblante cansado y se sentía muy culpable por haberlos preocupado tanto, así que les contó todo lo que pasó y lo que había soñado.
Su padre decidió darle la noticia de que ya no vivirían más en la manada, que iban a mudarse, que solo estaban esperando a que ella se levantara para partir hacia su destino.
El ex alfa de la manada y la ex luna aceptaron que la familia se fuera por la falta que había cometido su hijo hacia su hija y le pidieron muchas disculpas en su nombre.
(Samara): Papá, mamá, ya les dije que no hace falta que abandonen la manada. Sé que toda su vida han vivido en una manada; no quiero que solo por mí tengan que irse al mundo humano; me sentiría muy culpable. Triste.
(Joel): Nada de eso, Sam. Somos tu familia y siempre estaremos para ti. Abrazándola.
(Megan): Aparte, tenemos muchos negocios en el mundo humano para realizar, así que nos va como anillo al dedo. Sonríe.
(Samara): Mis hermanos, ¿qué dicen de no vivir en una manada y estar desprotegidos? Suspira.
(Johan): Que al fin sabemos qué es vivir la vida como Dios manda, según los humanos. Sonríe.
(Aslan): Que podremos salir de fiesta y encontrar a nuestra luna. Feliz.
(Oriel): Que de todas formas nos iríamos tarde o temprano porque esta manada será reducida a polvo por un alfa que no sabe lo que hace. Serio.
(Azra): ¡Todo está listo para irnos! Grita. Donde mi mejor amiga vaya, yo me voy con ella, así sea al infierno. Sonríe mientras la abraza.
(Samara): Gracias, familia, por siempre estar para mí y apoyarme en lo que sea. Feliz, con lágrimas.
Así la familia se unió en un abrazo grupal donde se sentía mucho amor, confianza y apoyo entre ellos. En la tarde, la familia terminó de empacar y se encaminaron al aeropuerto para partir hacia su destino.
Jet _ avión