El Reino De Los Engaños

Sade

James me visitó esa misma noche en mi habitación sin que nadie se enterara que estaba conmigo. Estábamos en el pequeño balcón que me pertenecía buscando tener una conversación lo suficiente madura para solucionar los problemas que nos abundaban.

Observé su rostro que lucía cansado y lleno de preocupaciones. Esta vida es realmente dura, sí que lo es.

—James...—Dirigí mi mirada hacia sus ojos y él hizo lo mismo casi de inmediato— Dime... ¿Tú cómo te sientes respecto a la decisión que han tomado nuestros padres sin consultarnos?

—Era muy consciente de que algún día anunciarían la fecha en la que se iba a celebrar nuestra unión en matrimonio. Sin embargo, me tomó por sorpresa que lo hicieran tan de repente —Soltó con completa sinceridad y asentí en modo de respuesta.

—Concuerdo contigo —Le dije— Sé de igual manera que ninguno de los dos quiere contraer matrimonio con alguien al que no ama. Seremos infelices el resto de la vida gracias a la decisión de nuestros padres, aunque tengamos un aprecio muy grande por el otro ¿Lo sabes no?

—Incluso más que tú —Confesó con una sonrisa torcida— Sade, hay algo que he estado pensando últimamente y que no me ha dejado dormir.

—¿Qué es ese algo? Vamos, dime James. Has despertado mi lado curioso.

—Cuando nos casemos, serás la reina de Enchanted Forest. De tal manera, tú padre se está deshaciendo de ti para siempre.

—Sabes, no me había detenido a pensar en algo como eso. Pero, admito que tienes razón —Reí con leve tristeza— James ¿Si te cuento algo muy privado, eres capaz de mantenerlo en secreto ante el mundo?

—Soy un amigo real, Sade, así que sí seré capaz. Claro que sí.

Cerré los ojos buscando la manera de abrirle mi corazón y contarle todo lo que pensaba y sentía día a día. Ni siquiera le he dicho a Milos porque sé que él no pensaría en las consecuencias que pueden tener sus acciones cuando se llena de ira tan de repente. No obstante, James me agradaba y sé que no lo diría a nadie.

—Hay una razón para el estado de ánimo que tenía el día en que nos conocimos, pero es tan difícil de confesar —Reí al recordar todo lo anteriormente sucedido— James, creo que tengo una hermana gemela de la que desconocía y a la que me han escondido la vida entera —Solté una lágrima y me la limpié al instante— La vez que Milos y yo visitamos el pueblo por primera vez, ella es idéntica a mí en todo sentido si hablamos de la parte física. Además, la mujer con la que me encontraba hablando en el pueblo me dijo: ¿Eres Sade? ¿Eres mi preciosa niña? Y no supe que responderle. Su nombre es Neferet y dijo que ella es muy importante en mí. No sé que hacer —Me derrumbé y James me abrazó con esmero.

—¿Me permites ser sincero en todos los sentidos? Sólo te hablaré con la verdad —Me pidió.

—Poe supuesto, James.

—Tu padre no parece ser una buena persona, y no creo que todo sea una simple coincidencia. Tal vez hay algo de lo que no estás enterada y que tiene suma importancia.

—Casi olvidaba decir algo con importancia: Neferet es exactamente igual a una mujer de las pinturas. No sé quién sea, es que son la misma persona. Lo juro.

—Te creo Sade, te creo.

—Milos me dijo que ha descubierto que mi padre mantiene contacto con una mujer a la que se refieren como: "señora". Papá amenazó a mi hermano diciendo que lo mataría si no le decía que vimos en el pueblo. También me trató como nunca imaginé, en los últimos días es una persona a la que desconozco por completo.

— ¿Quieres que vigile a tu padre mientras me mantenga en el castillo o quieres que vaya más allá de lo permitido? —Cuestionó y mis ojos se abrieron un poco más debido a la sorpresa que me causaron sus palabras.

— ¿Hasta dónde eres capaz de llegar? —Susurré.

—Si tú necesitas mi ayuda en verdad, no me importaría cruzar un poco los límites. Lo que quiero es que ambos conozcamos la realidad ahora que me has contado como te sientes y la actitud que lleva su padre desde aquel suceso.

—Necesito que me ayudes a escapar a casa de Neferet lo más pronto posible, por favor. Tal vez ella conozca algo que yo no y que sea esencial para acabar con esta enorme torre de mentiras.

—Mañana mismo —Me dijo de inmediato y enarqué una ceja— Piensa que luego de la cena, todos tomarán un par de copas demás y no estarán en sus cinco sentidos. Nos iremos así sea en la madrugada y regresaremos sin que estos lo sepan.

—Confío en tu plan, no me falles.

—No te fallaré, puedes mantenerme tranquila. Me encargaré de todo, tú sólo intenta que personas de confianza se unan al plan.

—Eros, Kilian y mi hermano son las únicas personas en las que confío además de ti. Permíteme decirles.

—Hazlo mañana a la primera oportunidad que tengas, no lo pienses ni por un segundo.

—El tiempo es oro, más aún en este tipo de situaciones.