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Lolla, La Mujer De La Máscara

Lolla, La Mujer De La Máscara

Status: Terminada
Genre:Romance / CEO / Aventura de una noche / Oficina / Embarazo no planeado / Juego de roles / Salvar al hijo enfermo / Completas
Popularitas:118
Nilai: 5
nombre de autor: Rosi araujo

Letícia Miller es una excelente secretaria de un magnate rico y arrogante, un hombre que puede tener a cualquier mujer que desee en cualquier momento.
Se encuentra en apuros cuando su hijo, Pierre Miller, fruto de una noche que nunca olvidará —ya que estaba en un evento de negocios de la empresa en la que trabaja—, se enferma. Esa noche, alguien le jugó una mala pasada, drogándola y encerrándola en una habitación donde también había un hombre misterioso drogado. En ese momento ella aún era virgen, y se culpa por haber sido tan descuidada ese día. De esa noche nació Pierre.

Para conseguir la suma que su hijo necesitará y salvar su vida, ¿seguirá Letícia el único consejo de su colega o intentará otra opción?
¿Letícia salvará a su hijo Pierre a cualquier costo, o descubrirá quién es el padre del niño y pedirá su ayuda?

NovelToon tiene autorización de Rosi araujo para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 5

Un mes después........

Mi jefe, el señor Harper no me ha dado una tregua desde que llegó, conocerlo no fue nada bueno, apenas mira mi cara al pedir cualquier cosa

Zac-lo que pedí no está aquí, señorita Miller, joder por qué no hace las cosas bien.

Se levanta mirándome bien a la cara

Zac-encuentre los documentos de los coches, tiene media hora, o a la calle.

El sonido de la puerta cerrándose detrás de mí, fue casi tan cortante como sus palabras. Me quedé allí, sola en la sala de reuniones, con el olor amaderado de su perfume aún flotando en el aire, como un recordatorio cruel del hombre sin corazón que es

Mis manos temblaban. Por fuera, mantenía el semblante de una profesional controlada, la empleada discreta y la mujer que sabía su lugar dentro de esa empresa... pero por dentro, el caos se esparcía como un incendio fuera de control.

Respiré hondo, intentando poner algo de equilibrio en los pensamientos, pero las imágenes de la conversación giraban en bucle en mi cabeza. El tono de su voz... aquel, arrogante, miserable, él hablaba, no gritaba con sílabas cortadas de forma impaciente... la forma en que me llamó incompetente delante de sus accionistas, como si fuera una broma interna de mal gusto...

quién era él en la cola del pan, después de mi madre, pasé años a su lado intentando reconstruir nuestras vidas, ayudándola, y es como si todo mi esfuerzo hubiera sido barrido debajo de una alfombra fina y frágil.

Me tragué el llanto que amenazaba con subir y me forcé a levantarme de la silla, toda sin gracia, cada movimiento parecía más difícil que el anterior, como si el aire en la sala se hubiera vuelto demasiado denso para mis pulmones. Recogí mis anotaciones con manos temblorosas.

Cerré la agenda de compromisos de mi jefe, e hice lo máximo para mantener la columna erguida cuando salí por la puerta, ignorando las miradas curiosas de algunos accionistas, y compañeros de trabajo, que parecían haber notado la tensión en el aire.

Atravesé el pasillo como quien atraviesa un campo minado. Cada paso era como una explosión silenciosa dentro de mí, mis tacones de aguja cantaban por el pasillo largo de la empresa, y fui directo al baño.

Así que entré al baño, me encerré en la primera cabina disponible, me derrumbé sobre la tapa cerrada del inodoro y solo entonces permití que el cuerpo temblara. No lloré. Ya había gastado todas mis lágrimas por lo que mi madre me dijo, hace dos días atrás.

Leia-deberías haber muerto así que naciste, así tu padre nunca habría trabajado tanto

Pero temblé. Temblé de rabia, de miedo, de vergüenza.

Leticia-Cómo el señor Harper, podía tener aquella mirada, ¿fría? Aquella calma de quien nunca sintió culpa de nada, de lo que me hizo en aquella sala? Cómo podía actuar como si yo fuera solo una cualquiera, era su secretaria, merecía más respeto.

Él me trató como si yo fuera descartable, fingiendo que yo era una cara cualquiera. y no la droga de la secretaria que movía su vida mediocre

Las ganas de dejarlo todo, pedir la dimisión y desaparecer de nuevo era casi física. Pero esta vez... yo no podía. tenía el alquiler, de la casa donde no era amada, y tratada como más basura

El sabor metálico en la garganta no pasaba. Por más que intentara respirar hondo, el aire parecía quedar preso en medio del camino, como si mis pulmones hubieran olvidado cómo funcionaban. Cerré los ojos, dejando la frente tocar contra la puerta de la cabina, como si aquel contacto frío fuera suficiente para traerme de vuelta para el control. Pero la verdad es que no había control alguno. No cuando se trataba de mi jefe.

Me levanté y puse mi vida para afuera, en chorros enormes, todo mi desayuno había sido barrido para fuera de mi estómago, en segundos.

Por más que respirara, había más para poner para afuera, y el sabor metálico en la garganta no pasaba. vomité hasta perder el color. me equilibré por los laterales del baño y fui hasta el lavabo.

Me lavé mi rostro pálido, estaba sin color alguno. Levanté el rostro, saqué el rollo de papel, me sequé con fuerza las lágrimas que insistían en escapar por los cantos de los ojos, por más que yo estuviera dado mi mejor para evitarlas.

Mi reflejo en el espejo del baño era un retrato fiel de la confusión que me consumía, ojos llorosos, rostro pálido y los labios sin color.

Abrí el bolso, cogí el polvo compacto y forcé una sonrisa casi mecánica, como si aquello fuera suficiente para camuflar el desastre emocional que yo era por dentro. Cuando salí de la cabina, me topé con Roberta

Roberta-estás bien

Leticia-voy a estarlo

Roberta-la empresa entera oyó sus gritos.

Leticia-lo sé, ahora necesito encontrar la droga de ese documento

Roberta-tú, no estás bien, estás muy pálida

Leticia-lo sé, vamos, tengo médico a la hora del almuerzo

Fui para mi sala, busqué por todo, y llamé para los sectores responsables, en diez minutos, ya estaban las copias en mi mesa, y también exigí las originales. me levanto y voy hasta la sala, del loco. respiré hondo y batí en la puerta.

Zac-entre

Entré y fui hasta la mesa de él, bien firme

Leticia-aquí está señor, Harper

él miró el reloj y me miró bien serio

Zac-ótimo, a la hora, ve si la próxima no cometes el mismo error.

Leticia-voy a anotar sus órdenes, con permiso.

Zac-señorita Miller

Respiré y me giré para mirar al señor todo poderoso

Leticia-sí, señor.

Zac-anote en su agenda, que mañana tendremos un almuerzo de negocios, y usted va conmigo.

Leticia-sí señor, ¿algo más?

Zac-no, se retire, y no me transfiera ninguna llamada, por una hora.

Leticia-imposible...........o

ni terminé, entró una rubia, vestida con un vestido rojo piraña, llamándolo de amor, él solo me manda salir, balanceando las manos, salí y cerré la puerta, que escroto, trajo una puta para realizar las fantasías asquerosas de él aquí en la empresa, bello respeto por el padre, que él tiene.

Volví para mi sala y remarqué las llamadas para él después que volviera de la consulta con la ginecóloga, cojo mi bolso y voy para el frente de la empresa, el taxi ya me aguardaba

Leticia-buenas tardes

Él me saluda y hablo para donde voy, él sigue el camino, y me deja en la clínica de la ginecóloga que busqué por el celular, con mucha recomendación

ya había hecho la marcación de la consulta, ella aceptaba mi plan de salud. hablé mi nombre y aguardé ser llamada. algunos minutos después sale una paciente.

Medica-Leticia Miller

Leticia-yo...

Ella me llama y sigo para su sala y me siento donde ella apuntó a su frente

Medica-mucho gusto Leticia, me llamo Teresa Crisper, voy a ser su médica hoy, ¿qué la trae aquí hoy?

Leticia-mi menstruación, no bajó este mes

Teresa-¿ella ya se atrasó alguna vez?

Leticia-no, esta es la primera vez

Teresa- ¿es sexualmente activa?

Leticia-no, tuve una primera noche, en verdad alguien me drogó, y....

Teresa- ¿cuándo fue eso?

Leticia-hace un mes atrás

Teresa- hizo un boletín de ocurrencia, Leticia, eso es grave

Leticia-no, no hice

Teresa- mira eso es crimen, y usted podría haber contraído una enfermedad sexualmente transmisibles, voy a pedirte algunos exámenes, más voy a ser bien sincera, usted puede estar embarazada

Leticia-hola. ¿cómo así?

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