LOS DOMINIOS BEELZEBUB

Uzziel Vannecelli

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-Al caminar por el pasillo, me encuentro con Almáss, la hija de Gian, quien me saluda diciendo- Hola, Uzziel.

-Me resulta extraño que esté despierta a esta hora, así que le pregunto-Hola, Almáss, ¿qué haces despierta tan tarde?

-Ella responde- No puedo dormir. Mis primos me contaron historias de terror y tengo miedo. Mis hermanos están en la otra habitación, pero han asegurado la puerta. ¿Podría dormir contigo?

- levanto una ceja y le digo- No, ve a tu habitación. No te preocupes por lo que te contaron; no existe.

-Le hago señas con la mano para que se aleje, pero se acerca más a mí, sujetando con una mano mi saco mientras que con la otra sostiene su oso de peluche. Me dice-Primo, no seas malo, por favor, déjame dormir contigo. Te prometo que no te molestaré.

-Analizo su extraña belleza,suspiro profundamente y le respondo- Está bien, pero a la primera que me moleste, te enviaré a tu habitación. Ahora, suelta mi saco.

-Ella me sonríe y dice-Gracias, primo. Te quiero mucho.

-Suspiré y rodé los ojos, considerando que esto era una mala idea. ella soltó mi saco y me hizo una señal con la mano para que lo tomara. Acepté y comenzamos a caminar hacia mi habitación. Al abrir la puerta, escuché una voz familiar que decía- Nosotros también queremos dormir con ustedes.

-Al voltear, me encontré con mi hermana menor, Zoe, y su primo Edmon, el hermano de Almáss.

No podía creer que esto estuviera sucediendo. Les dirigí una mirada firme y les dije-No, puesto que ustedes están aquí, los tres pueden hacerse compañía entre sí. Déjenme en paz, necesito dormir.

-Zoe, mientras hace un gesto de puchero, me dice-Hermanito, tenemos miedo. Por favor, no seas malo con tu hermanita menor y tus primitos. Déjanos dormir contigo.

-Yo muevo la cabeza en señal de negación y le respondo-No me convencerás, por más pucheros que hagas.- Ellos corren hacia mi habitación y se suben a la cama. Les digo- Ya les he dicho que no, váyanse ahora. Es una orden.

-Zoe, con determinación, dice-Dormiré contigo. Ya nos hemos acomodado. Te prometo que no molestaremos.

- Suspiro con pesadez, siento sueño y estos mocosos no dejan de molestar. Le digo a Zoe- A la primera molestia, los sacaré de la habitación.

-Ellos sonríen mientras se acomodan. Yo busco una toalla y algo de ropa, luego me dirijo a la ducha. Después de bañarme y cambiarme, salgo hacia la habitación, donde cierro la puerta y me recuesto en la cama hasta quedarme dormido. A los pocos minutos, siento un golpe en mi rostro y al despertar veo un pie frente a mí. Suspiro, confundido, y al mover el pie descubro que es Zoe. Luego, siento un golpe en mi espalda; es Almáss. ¿Acaso estos niños no saben dormir? Me pregunto, mientras maldigo el momento en que decidí dejarlos dormir conmigo. Los acomodo en el borde de la cama. Me despierto al sentir cómo se mueven por toda la cama; parece que esta noche será larga.

Al abrir los ojos, me doy cuenta de que estoy al borde de la cama, mientras Zoe está apoyada en mi costado, Almáss en mi pecho y Edmon tiene su pierna sobre mi cuello. Cuento hasta cinco para calmar mi molestia. Con cuidado, retiro el pie de Edmon y coloco a Almáss al lado de Zoe. Al intentar levantarme de la cama, siento dolor en todo el cuerpo. Este pequeño se mueve demasiado durante la noche, lo que me impidió descansar bien y ahora me siento cansado. Después de 30 minutos, me dirijo al baño y al salir encuentro a los niños brincando. Al ver esto, alzo la voz y les digo-Bájense de la cama y vayan a su habitación. No me vuelvan a decir que dormirán conmigo.

-Ellos salen rápidamente de la habitación. Yo tomo mi teléfono y envío algunos mensajes. Luego, me dirijo al jardín, donde se encuentra toda la familia para desayunar. Al llegar, noto que están algunos de mis primos y también mis hermanos. Veo a Ángela conversando con Gabriela, me acerco y les saludo. Todos responden amablemente, excepto Salvatore, quien parece mirar hacia otro lado. Posteriormente, llegan mis abuelos y, tras un rato de desayuno, camino con Ángela hacia mi auto, ya que planeamos ir de picnic en 50 minutos. tiempo después, llegamos a una hacienda. Mientras caminamos por la caballería, puedo notar lo emocionada que está; le habla con cariño a los caballos. Tras media hora, nos dirigimos al lugar donde acamparemos. Al llegar, ella se sorprende por la preparación y me dice-Esto es hermoso.- Se acerca de inmediato al ramo de rosas blancas y agrega-Están bellas, Uzziel, gracias.

-Yo le respondo-No le hacen justicia a tu belleza, Ángela. No tienes nada que agradecer; esto es solo una pequeña muestra de lo que tú realmente mereces.

-Ella me sonríe mientras huele las rosas. No creo que sea complicado conquistarla; estoy seguro de que pronto estaré encima de ella, haciéndola mía. Nos sentamos, toma mi mano y dice-Gracias por siempre estar pendiente de mí. Sé que cada cumpleaños me envías estas rosas blancas acompañadas de un poema tan hermoso como tu alma. Uzziel, eres un ángel; eres mi mejor amigo.

-Sonrío y le respondo-Eso es lo que me inspiras. Quería que supieras que siempre te llevo en mi corazón. Sabes que te quiero mucho.

-Ella aprieta mi mano mientras sonríe ampliamente y dice- Yo también te quiero mucho. Ahora vamos a probar estas delicias.

-Comienza a abrir la canasta, saca una botella de vino y una torta de chocolate con fresa, su favorita. Puedo notar cómo le brillan los ojos. Pasa su dedo por la torta y lo lleva a su boca, disfrutando del sabor. Me imagino cómo sería el momento en el que ella saboree mi pene. Luego, corta la torta y me sirve una porción, y, a continuación, se sirve a sí misma y comienza a comer.-