La Luz De Mi Luna.

Llegamos a las oficinas de nuestro próximo cliente.

- Buenos días tenemos una cita a las 11, decía Walter.

- Si claro adelanté, decía la secretaria.

Caminamos por el pasillo, hasta llegar a la sala de juntas.

- En un momento llega el señor Worms.

- gracias

Sacamos los papeles del portafolio, de pronto entraron varios hombres.

- Pensé que la dueña era mujer, le dije en el oido a Walter.

- Este es su socio, ellos son familia, pero creo que este es el socio mayoritario.

- A ok.

- Buenos días señor Worms.

El tipo se tapo la nariz con su mano.

- No lo soporto, estaba enojado, salió de la sala de juntas.

Walter y yo nos miramos asombrados.

- ¿Sucede algo malo?, decía Walter.

- No, espere por favor decía uno de sus abogados.

Se escuchaba a lo lejos como el hombre gritaba como loco.

- ¡Que idiota!, le decía a Walter

- Ya tranquila.

- Disculpen a mi jefe, decía otro hombre

El abogado regreso y nos miró apenado.

- El día de mañana se reunirán con la señorita Worms, para que firme, ella tuvo un inconveniente hoy y mi jefe no se siente bien, lo siento, les pido una disculpa por la perdida de tiempo.

- Si de acuerdo, decía Walter.

Yo lo mire enojada.

Salí rápido de ahí, Walter caminaba

atrás de mi.

- Amor tranquila, decia Walter en el elevador.

- Lo siento Walter, pero no pienso quedarme más en este lugar.

- Ok te entiendo, no te preocupes yo me quedaré, tú puedes regresar.

- Walter, no es justo que nos humillen así.

- Oye todos dicen que el tipo es un hombre difícil.

- Pues que se meta su contrato por el….

- Ya tranquila, ¿Quieres ir a comer algo?

- No.

- Vamos, me recomendaron un lugar.

- No quiero, decía molesta.

El me abrazo y me besó.

- Vamos, te va encantar.

- Ok.

El restaurante estaba al aire libre y atrás de nosotros se encontraba parte del gran bosque.

Yo no dejaba de mirar hacia el bosque.

- ¿Te gusta?, decía Walter.

- Me asusta.

- Tranquila comamos algo y verás que te sentirás mejor.

- Si claro.

El pedía algunos platillos, yo seguía con la mirada pérdida en los árboles, era como si algo me llamará.

- Amaris, por favor nena come algo, decía Walter.

- Si claro, tome el platillo y comencé a comer.

- Ya cancele mi vuelo, tú sales en unas horas. ¡Te extrañare!, decía el abrazándome, nos íbamos a besar y escuchamos un aullido.

- ¿Que fue eso?, dije nerviosa.

El se reía

- Tranquila tal vez fue un perro.

- Walter podemos irnos, decía nerviosa.

- Si amor.

El pago la cuenta y nos subimos al taxi.

Cuando llegamos al hotel, el hablaba con el chico de recepción para quedarse una noche más, yo sentía que me miraban, gire a la entrada principal y no había nadie.

Respira Amaris, decía en mi mente.

Walter me tomo de la mano

- Todo está bien hermosa, me decía Walter.

- Vamos por mis maletas rápido, por favor.

- Tranquila.

Subimos al elevador, al llegar a la habitación, Walter me abrazo.

- No me gusta verte así, creo que lo mejor será que viaje contigo y cancele todo.

- No amor, estaré bien te lo prometo, solo quiero estar lejos de aquí.

- Muy bien.

Bajamos con las maletas, subimos al taxi.

En el aeropuerto el me abrazaba.

- háblame cuando llegues.

- Si amor, nos íbamos a besar y de pronto sonaba su celular.

El miró el celular.

- Es de la oficina de los Worms.Voy a contestar.

Ahora no nos dejan ni darnos un beso, pensaba.

Walter termino la llamada y me abrazo. Íbamos a besarnos de nuevo y el celular volvió a sonar.

Walter lo miró enojado.

- Ya están abordando mi avión.

- Nos vemos mañana, decía besándome rápido.

- Cuídate mucho si, ten cuidado esas personas son raras.

- Si tú tranquila amor.

Me subí al avión, no quería dejarlo pero tengo tanto medio, que lo único que quería es estar a kilómetros de ahí.

Al bajar del avión le marque por teléfono, pero no contestó.

Solo le escribí un mensaje diciendo que estaba en casa y que todo estaba bien.

Pasaron dos días, Walter aún no regresaba solo me dijo, todo está bien voy a quedarme unos días para arreglar unas cosas con los clientes.

Intenté llamarlo varias veces y no me contestó, pensé que tal vez estaría enojado conmigo, me sentía muy preocupada por él, así que le llamé a mi hermano, quería saber si él sabía algo más.

- Hola hermanita, decía feliz.

- Hola Isaac, ¿cómo estás?.

- Bien, en unos días regresamos.

- Que bueno hermanito, oye Walter y tú ya hablaron.

- No, ¿por que?

- Tengo dos días sin saber nada de el.

- ¿discutieron?

- No, solo se quedó en ese pueblo a esperar que firmarán el contrato.

- ¿lo dejaste solo?

- Lo siento, pero ese lugar sabes que no me gusta y el dijo que estaba bien.

- Ok tranquila, voy a tratar de hablar con el y te avisó.

- Si está bien.

No quería contarle a mi madre, se que ella lo estima mucho y se va preocupar, la verdad es que cuando vivimos en ese lugar ocurrían cosas extrañas en nuestro patio trasero, encontremos muchas ocasiones huellas de perros, pero eran enormes y sangre en el pasto.

La gente nos miraba con odio, de pronto sentí miedo, por favor Walter cuídate, pensaba.

Ya era tarde, Isaac aún no me llamaba.

Revisaba unos papeles cuando Walter entró a mi oficina.

- ¡Walter!, me levanté y corrí a sus brazos.

El me empujó, me miró con tristeza.

- ¿Que pasa amor?

- No me llames asi, el me va matar, decía nervioso.

- ¿El?, de que hablas, de Isaac, por favor amor, sabes que el ya acepto esto, me acerque de nuevo. El me empujó de nuevo.

- Perdoname, pero esto se término, yo le pertenezco a alguien más, espero pronto puedas entender lo que te digo, decía serio.

- Walter, ¿por favor que hice?

- Nada Amaris, solo puedo decirte que lo mejor es que nos alejemos por un tiempo.

- ¡Walter, no me dejes!, lloré.

- ¡No llores, el me va matar!, decía nervioso.

- ¿Solo dime qué sucedió?, decía con lágrimas en los ojos.

- No puedo, lo siento y se marchó.

Comence a llorar, se que nuestra relación no había pasión y deseo, pero era mi mejor amigo, el me entendía, no podía creer que terminara esto así.

Me senté y coloque mi rostro en mi escritorio, no podía dejar de llorar, me dolía perder a mi mejor amigo sin ninguna explicación, tal vez se aburrió de cuidar a una loca que no puede dormir, pensaba.