Estrella Rota

Llegó el día de la boda, yo estaba muy nerviosa, pero también feliz, mi mamá y Ana se arreglaba mientras yo hacía lo propio, al final saque mi vestido, un hermoso vestido de novia, ya que Fernando había insistido mucho en ello, yo solo quería algo sencillo, ni siquiera blanco, por aquello de la pureza qué yo estoy lejos de tener, pero cedí porque pensé que igual no nos vamos a casar por la iglesia, o por lo menos no pronto, así por lo menos tendremos recuerdos y fotos vestidos de novios, la boda se llevará a cabo en el juzgado, y como somos solo las familias, creo que iremos a celebrar en algún restaurante, no es la boda que toda chica sueña, pero para mi, que ni siquiera pensaba en casarme, esta bien. Llegamos al registro civil y ya estaba Fer con sus papás muy guapos todos, a mi se me iban los ojos con semejante bombón, porque hay que decir que mi novio estaba lo que le sigue de sexy.

La ceremonia fue muy sencilla, y solo nos faltó que Delia apareciera, yo esperaba que de último minuto cediera, pero no llegó, es una lástima, mi mamá también la extraño.

Terminando nos esperaba una limusina donde cabíamos todos y a mi se me hizo exagerado, pero divertido así que nos acomodamos y partimos a comer, el camino era más largo de lo normal, pero como no sabía a que restaurante nos dirijiamos, no mencioné nada, solo cuando tomamos la carretera, extrañada le dije a mi flamante esposo que si nos estaba secuestrando, solo me contestó que comeríamos en una hacienda cercana, ahí estaremos tranquilos, porque sabes que mi esposa es una celebridad y no quiero que nos interrumpan para pedirle autógrafos, todos soltaron una carcajada con su ocurrencia, pero tenía razón, era mejor celebrar en privado.

Llegamos a la hacienda y bajamos frente a la puerta principal, él se apresuró a bajar antes que todos y nos quedamos admirando la construcción y el patio, era un hermoso paisaje, después de todo la comida sería más agradable de lo que pensaba, él había entrado a otro salón y pensé que era para ver lo de la reserva, cuando sé presentó una empleada mostrando nos el camino hacia una capilla, en la puerta estaban un par de niñas pequeñas vestidas de gala con canastitas llenas de pétalos de rosas y el padre de él me tomo del brazo para entrar, me condujo hasta el altar con la marcha nupcial de fondo, donde nos esperaba mi marido para casarnos por la iglesia, me hubiera encantado que mi padre estuviera entregandome en ese momento, o tal vez Tomás, pero mi suegro lo hizo con cariño y a fin de cuentas eso es lo que importa, fue una hermosa sorpresa que me preparó en tiempo récord, el pequeño templo estaba decorado con un exquisito gusto, con flores blancas y velas, lleno con nuestros amigos cercanos, todas las amigas de la universidad estaban ahí y me dio mucho gusto, ya que casi no nos reunimos y tenía tiempo de no verlas, pero ninguna me dejó sola en este momento tan especial, asi inició la ceremonia que estuvo hermosa, y después pasamos a un banquete de celebración muy lindo. Gracias a Ana, que fue cómplice de Fernando, tuvimos una mesa de postres espectacular, coronada con un maravilloso pastel. Todos se la pasaron muy bien.

Delia después de todo estaba ahí, él logró convencerla de que no valía la pena guardar rencores y nos felicitó de corazón, mi madre se puso a llorar de alegría. Nuestra boda no podía haber estado mejor, y ver reunida por fin a mi familia me llenaba de gozo el corazón.

Mi mamá se merecía toda la dicha que estaba sintiendo, porque aunque cometió muchos errores, los hizo por amor y pensando siempre en sacarnos adelante con los recursos que tenía a la mano.

Nos despedimos de los invitados y partimos hacia nuestra luna de miel, así sellamos nuestro amor y unimos nuestras vidas para siempre.

FIN

*** Espero les haya gustado mi nueva novela, los invito a leer las dos anteriores, Ni una más y Hecha a mi medida. Ojalá me den la oportunidad y les gusten. Bendiciones.