Introducción
En las paradisíacas playas de Bali, nace la aventura y el romance entre dos jóvenes que tienen el mundo a sus pies, donde la pasión y el deseo consumió a Argelia Soria y a Paolo Gabellotti, es así como da inicio su trágico romance. Que como siempre su único final feliz será el fruto de ese amor.
Paolo el jefe de la mafia siciliana descubre años después, que su amor por Argelia había trascendido a la vida eterna, pero a su vida llega una dulce personita a poner su mundo de cabeza.
“No puedo creerlo, Mi papá es, El Jefe de la mafia”. Paola Soria.
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Salvar a Tayde
Capítulo 24
Paolo golpeó y torturo al infeliz que intentó llevarse a su hija, pero era notorio que había sido entrenado por su misma gente para soportar el peor tormento.
—¿Dime quién te envió por mi hija?—
—Máteme si quiere, no diré nada.—Paolo no dejaba de golpearlo, una y otra, y otra vez.
—Paolo déjalo descansar, lo vas a agotar y no lo harás hablar.—le pidió Fabrizio
—Está bien, escúchame bien no te voy a dejar morir hasta que me digas quien los envió por mi hija.—
Paolo le arrancaría al responsable de su boca, así fuera a golpes, mientras Katrina le informaban que había sido un fracaso secuestrar a la pequeña Paola.
—Son un montón de idiotas, es una niña. Y solo tiene una persona a su cargo.—
—Viajaban dos con ella, con muy buena puntería.—
—Obviamente son asesinos de élite, crees que mi adorado Paolo tiene a los mismos mediocres que yo cuidando de su seguridad. Ahora veremos que dice Aníbal.—
Más tarde viajaba Katrina a Madrid para reunirse con Aníbal, era mejor enfrentar su fracaso frente a su cómplice. Llego a grupo Soria donde Aníbal acababa de salir de una reunión importante. Autorizó que la dejaran entrar a su oficina, Aníbal estaba sentado en su escritorio.
—¿Dónde está mi nieta?—
—Sigue al lado de su padre, mi gente falló al quererla secuestrar.—Aníbal se levantó de su silla, se acercó a ella para darle un buen golpe y hacerla caer al piso.
—Eres una estúpida, ese infeliz va a pensar que fui yo. Te dije claramente que no intentarás secuestrar a mi nieta, ahora estará más alerta.—
—Si, y lo hice por un impulso, pero no quiero ni un día más a esa mocosa cerca de mí Paolo. Agradece que no mande exterminarla.—
—Ni te atrevas a tocar a mi nieta, porque te aplastaría yo mismo con mis propias manos.—
—Pues por Paolo soy capaz de todo, y créeme que ya lo hice, tal vez no te importe pero hace tiempo, cuando mi padre me quería casar con Aldo Gabellotti, fui yo quien mandó a que hicieran que tuviera ese accidente de automóvil donde murió. Así que tú también haz tu parte, porque si no te entregaré a tu nieta pero en un féretro.—
—A mí no me amenazas, si tocas a mi nieta no habrá lugar en el mundo para que te escondas. Así que ahora regresa a Sicilia, le llamaré a ese idiota para decirle que no pude sacarte ni una sola palabra sobre sus actividades delictivas, tal vez así te perdone. Vete de mi vista.—
Aníbal estaba energúmeno por los errores de Katrina, pensó de inmediato que haberse aliado a ella era un gran error. Mientras tanto Leonora había podido conseguir que la dejaran ver a Tayde, al entrar a la habitación no podía creerlo. La tenían en la cama inmovilizada, además tenía los ojos abiertos pero con su mirada totalmente perdida.
—¿Qué le han hecho?—
—Solo el tratamiento adecuado para su bipolaridad, no hay nada mejor que los electroshock.—
—Tayde no está enferma.—
—Por favor señorita Soria, ¿acaso es usted psiquiatra?, entonces explíqueme cómo es que está tan segura de que la paciente no está enferma.—
—No dudo que usted sea cómplice de mi hermano en sus porquerías, créame que voy a sacar a mi sobrina de aquí y usted pasará muchos años en prisión.—Leonora se acercó a Tayde para sujetar su mano.—Hija te prometo que te sacaré de aquí.—Tayde no respondía estaba como muerta en vida.
El psiquiatra estaba recibiendo mucho dinero por mantener a Tayde de esa manera, era algo totalmente inhumano pero nada detenía a Aníbal en su ambición desmedida.
Pero en Sicilia Paolo sin dudarlo buscó a Selene, ella podría ayudarle a acomodar las ideas que tenía en su cabeza, sin miedo llamó a la puerta de su casa, sin más espera Selene abrió.
—Hola, ¿cómo están?—
—Bien maestra, puedo subir a ver a Bruno.—
—Claro que si Paola está es tu casa.—respondió Selene.—Adelante por favor señor Gabellotti.—
—Llámame Paolo, disculpe nuestra intromisión. Necesito hacerle una consulta.—
—Si claro tome asiento, ¿gusta algo de tomar?—
—Estoy bien gracias.—
Paolo le contó todo lo ocurrido, Selene se preocupó por la pequeña Paola. Pero también quedó horrorizada por todo lo que le platicó.
—¿Ya lo sabe Paola?—
—No, no he tenido el valor para contarle todo esto.—
—Supongo que la muerte del bisabuelo de Paola tiene que ver con la misma causa, será por alguna clase de testamento o cláusula en él. En cuanto a la hermana de su difunta esposa, el psiquiátrico es un lugar ideal para silenciar a alguien. Tal vez ella descubrió algo horrible.—
—Si estoy seguro que Tayde sabe la verdad. Creo que no es un secreto, que nosotros pertenecemos a la mafia. Sin embargo hay cosas que no están en mis manos, Aníbal Soria es un hombre importante e intachable. Podría asesinarlo sin misericordia, pero mi hija jamás me perdonaría.—
—También es codicioso y un asesino, si él tiene la oportunidad sin duda te asesinara, pienso que es hora de que hables con Paola sobre él.—
—No hace falta que repitan lo que acabo de escuchar.—interrumpió Paola mientras brotaban sus lágrimas.
—Paola hija.—
—No papá escuché todo, pero debe ser una mentira. Mi abuelo tiene su carácter, pero no puede ser ese monstruo que ustedes dicen.—
—Tu madre se murió odiándolo, a tu abuelo solo lo mueve la codicia. Necesitamos salvar a tu tía Tayde, perdóname no quería lastimarte.—
Paola se abrazó de su padre, Aníbal era la persona en quien más confiaba y a la que le tenía un profundo cariño sobre todo respeto, por eso le parecía increíble lo que acababa de escuchar.