Encerrada por un destino, libertad por un amor... que ya era suyo.
NovelToon tiene autorización de Hada Celestial para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capitulo 24
Trato de tocarlo para despertarlo y tranquilizarlo, pero él fue muy rápido al acercar mi mano la toma jalándome con fuerza, haciéndome caer sobre él, me abraza con fuerza y desesperación, repitiendo las mis más palabras “Telma no te vallas, te lo suplico no me dejes” sentí una tristeza por él, con tristeza le digo.
— Aquí estoy, no iré a ningún lado, duerme tranquilo.
Después de decir eso sentí como se calmaba, pero no me soltó me tenía aprisionada entre sus brazos, recosté mi cabeza en su pecho el escuchar su corazón calmado me fue relajando hasta que me quedé dormida.
En la mañana al despertar sentía como acariciaban mi cabello, al abrí mis ojos miro el cuello de Gael muy cerca de mi rostro, al fijarme bien me di cuenta de que seguía encima de él, en ese momento lo escucho decir.
— ¡Esclava! tu no pesas nada, creo que te hace falta algo de peso; sabes es agradable tenerte así no me molestaría despertar cada mañana contigo de esta manera, aunque sería mejor sin…
No termino la frase, pero no necesitaba escucharla completa para saber lo que iba a decir, “que sería mejor sin ropa” que, descarado al decirme estas cosas, después de haber llamado a esa mujer, realmente me molesto un poco, pero no dije nada, me quedé quieta, sin decir nada.
Se hizo un silencio, no sé si esperaba una respuesta de mi parte o solo pensaba en esa mujer, pero después de unos minutos lo escucho decir.
— ¡Kaia! discúlpame por lo de anoche, no debí llegar así de tomado, ha sido una falta de respeto para ti, si hice algo que te lastimara o te ofendiera por favor dímelo, tratare de compensarte de alguna manera.
Quise levantarme y ver su rostro, para preguntarle sobre esa mujer, pero sus manos me presionaron a él evitando que me levantara.
Deseaba preguntarle quien era Telma, saber que era lo que lo tenía tan triste, pero aun no tenemos esa confianza, él nunca me dice nada de las cosas importantes y sentía que eso era algo privado de él, tal vez abriría una herida, lo haría sentir incomodo.
Verlo nuevamente triste no era algo que yo quisiera, tal vez debería esperar para hacer una pregunta así; tratando de sonar tranquila le digo.
— ¡Esclavista! Te mirabas muy divertido tomado, me hiciste reír mucho, sabes pude aprovecharme de ti y ni cuenta te hubieras dado.
Te desvestí y tu ni las manos metiste, como dice el dicho “flojito y cooperando” tu tranquilo cuide bien de ti, no me aproveche a pesar de que estabas tan indefenso, la verdad ni me importaría verte nuevamente así, tal vez la próxima vez si decida aprovecharme de ti.
Al terminar de hablar solo sentí cuando me rodo en la cama quedando el encima de mí, aprisionando mi cuerpo con el de él, nuestros rostros estaban muy juntos, en ese momento me dice.
— ¡Esclava! eso que dijiste son las palabras de una pervertida, me empiezas a dar miedo; pero déjame decirte algo, no necesitas tenerme borracho para que este flojito y cooperando, solo pídelo y yo dejare que me hagas los que quieras, si tú haces el trabajo no me afecta, al contrario, creo que lo disfrutaría mejor.
Ver esa sonrisa en su rostro me gustaba, era algo que no quisiera que desapareciera; que locura pienso en verlo feliz, pero al mismo tiempo creo que lo odio o ¿será que empiezo a sentir algo por él y no es precisamente odio, si no amor? Realmente me siento tan confundida, mis pensamientos, mis emociones me empiezan a traicionar.
A pesar de que él sufría por alguien, siempre trataba de estar feliz para mí y hacerme sentir bien; tranquila le digo.
— ¡Esclavista! eres un lepero, eso que dices no va a pasar y yo seré muy livianita, pero tú eres muy pesado, podrías quitarte de encima, me estas aplastando.
Después de decirle eso trato de quitarlo de encima, pero él se negó a quitarse, su sonrisa se hiso más grande y seductora o eso creía ver, por un momento solo nos quedamos viéndonos a los ojos, ver sus ojos era entrar en algo inexplicable lo que me hacía sentir entre paz, angustia y al mismo tiempo como si volara en una libertad, haciéndome olvidar todo.
Estaba tan sumergida en esa sensación que me hacía sentir, hasta que besa mi frente y se levanta; con tristeza me dice.
— ¡Esclava! gracias por cuidar de mí y ser paciente conmigo, te prometo que no volverá a pasar, sabré comportarme como un buen esposo para ti. ¡Kaia! tal vez no pueda darte amor y nunca pueda amarte como te lo mereces, pero te prometo que tratare de que estés bien, de que seas feliz, que lleves una vida lo más normal que se pueda y sobre todo serte fiel; respetarte como tu esposo que soy, ser digno de ti ese es mi propósito de vida y lo que puedo ofrecerte, aunque siempre he pensado que el destino es juguetón, siempre termina dándonos grandes sorpresas.
Sentí tristeza por él, aunque me daba la espalada estaba segura de que su cara reflejaba una amargura, angustia, pena, dese poder consolarlo; me levanto me acerco por su espalda, recuesto mi cabeza en su espalda lo abrazo fuerte y le digo.
— ¡Esclavista! Yo cuidare de ti y también quiero que seas feliz; voy a ser una esposa digna de ti y seré obediente para no darte problemas, seremos buenos amigos, confidentes y nos apoyaremos en todo.
Que tonterías acabo de decir, le acabo de prometer que em quedare a su lado, ahora sí que perdí la cabeza, se supone que mis deseos es escapar, huir de esta jaula y mis sentimientos me acaban de traicionar; que ridícula soy, parece que me estoy volviendo realmente loca.
No entiendo realmente lo que me pasa, apenas tengo unos días con él y ya le estoy haciendo promesas, hasta lo estoy cuidando, hasta creo que lo que sentí al escuchar que le decía a otra mujer que la amaba me hizo sentir celos, parece que me convertí en una masoquista.
Él sostiene mis manos correspondiendo a mi abrazo, creo que mis palabras significaron mucho por que sentí como su respiración se entrecortaba; lo que si me quedo claro era que estaba sufriendo más que yo con este matrimonio y a diferencia de mi había perdido a la mujer que amaba, eso para mí es más deprimente que lo que yo estoy pasando, por lo menos yo no sufro por amor, solo anhelo libertar.
Nuestro abrazo fue largo y cálido, al soltarlo él se fue al baño, yo me quede recostada en la cama después de un rato salió ya bañado, se fue a su closets al salir lo miro vestido con ropa casual, pantalón normal color blanco y una playera algo floja de color negro, su cabello estaba alborotado, se miraba bien, era guapo; no pude evitar quedármele viendo, gravando en mi mente cada facción, cada parte de él, al darse cuenta que lo observaba me sonríe, al mismo tiempo lo escucho decir.
— ¡Esclava! ¿Esa mirada es para seducirme o solo mirar mi belleza? si lo haces para seducirme déjame decirte que lo estas logrando, si lo haces por ver mi bellas tal vez deberías de ser más discreta porque solo estas logrando excitarme.
Es cierto que es muy guapo, pero también es un narcisista lo fulmino con la mirada, molesta le digo.
— ¡Esclavista! Solo miraba lo mal que te miras y que te hace falta peinarte, no pienses de más, ni te hagas ideas; yo me iré a bañar y tu pide algo para desayunar.
Después de decir eso me levanto de la cama, paso a su lado para meterme al baño; al salí del baño y fui a mi closet tomé un vestido era largo llegaba debajo de las rodillas de falda ancha, la parte de arriba era pega al cuerpo de tirante ancho, con un escote algo llamativo, la verdad deseaba verme seductora; una vez lista salí, lo miro sentado en la cama esperándome, miro a todos lados buscando el desayuno y no había nada; curiosa le digo.
— ¡Esclavista! Se suponía que ibas a pedir algo para desayunar.
Él me miraba de una manera extraña, se levanta se acerca quedando frente a mí y me dice.
— ¡Esclava! te miras realmente hermosa y ese escote que deja ver parte de tu pecho me encanta; que locura me está costando trabajo detener este deseo, realmente quiero quitarte el vestido, hacerte mía, pero supongo que tengo que esperar un poco más. ¡Kaia! hoy te invito a desayunar fuera de casa, hay un restaurante a las afueras de la ciudad rustico, creo que te va a gustar ¿me acompañas?
Salir de esta casa era algo que deseaba, por fin iba a poder ver algo más que estas cuatro paredes, me fascina la idea, si yo quiero ir a ese restaurante, disfrutar de un buen lugar.