Paloma está determinada en robar al novio de su hermana mayor y para ello está dispuesta a poner a todo el mundo en contra
NovelToon tiene autorización de Lyn SD para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capítulo 22
Paloma
Este día es seguramente el más extraño que he vivido últimamente y aún no logro salir de mi asombro.
Primero, darlo todo en el partido y aún así perder la final del campeonato entre universidades, con la posterior decepción. Luego, encontrar a Noah esperando fuera del gimnasio y por último, escucharlo presentarse como mi esposo.
Eso último es quizá lo que más me sorprendió. No es que quisiera ocultarlo, sólo nunca esperé que lo dijera frente a alguien más.
Ahora estamos en un restaurante en frente de la playa, algo que tampoco esperé.
-Fui a verte antes ¿sabes?- dice de pronto, mientras esperamos a que traigan la comida.
-¿Lo hiciste?- pregunto, una vez más sorprendida.
-Sí. El primer día cuando me invitaste, fui a verte en el partido de la tarde- admite y un poco de tensión sale de mi cuerpo, porque en realidad pensé que había ignorado mi invitación. Es bueno también que no sólo me haya visto perder.
-Me alegra que vinieras- digo, sonriendo agradecida, ya que nunca antes se interesó por mis competencias y yo no tenía el valor de invitarlo cuando sólo era su cuñada.
-Aunque no lo hice solo- el me cuenta que ofreció un día libre a sus ayudantes para que fueran con él y así no sentirse tan fuera de lugar.
-No pensé que pudieras sentirte inseguro alguna vez- digo, sonriendo por todo lo que le costó ir.
-¿Y eso por qué? Yo también soy humano.
-Sí, pero eres uno de esos humanos atractivos de los que parece que nacen con confianza.
-¿Soy tan atractivo?- pregunta, con picardía.
-Ya lo sabes. No te hagas el humilde ahora- le respondo.
-¿Sí? Aunque me he sentido inseguro muchas veces- admite, más serio -Michelle me hizo sentir así…
Mi sonrisa se vuelve en una triste, porque veo el daño que le hizo mi hermana, algo que él no se merecía.
-Eres atractivo- digo de nuevo- y tus ojos son los más brillantes y hermosos que he visto.
-¿Intentas subir mi autoestima?- bromea de nuevo.
-Digo la verdad- me encojo de hombros, pero es cierto que intenté ayudar en su inseguridad. -Sólo tienes mal gusto- termino.
-Supongo que sí, trataré de corregir ese defecto- responde, pero se calla una vez que recibimos la comida.
Empezamos a servirnos y todo está muy bueno. Luego de terminar de comer, vamos a pasear a la playa, mientras se hace tarde.
-¿Deberíamos irnos?- pregunto, deseando quedarme un poco más.
-Deberíamos quedarnos a ver la puesta de sol- ofrece y estoy de acuerdo.
Conversamos calmadamente, mientras esperamos, a veces utilizamos los servicios o compramos algún aperitivo, pero por lo demás, nos sentamos en la playa.
Es agradable, tanto que me gustaría quedarme aquí para siempre.
Lo mejor de todo, es que ahora estoy segura de que no aparecerá Michelle para llevárselo, como muchas veces pasó en el pasado, cuando teníamos un momento a solas.
Vemos el sol desaparecer lentamente en el mar y con ello, desaparece la gente a nuestro alrededor. En un momento dado, miro y ya no queda nadie.
-El mar está tan oscuro…- digo, sin comentar que ya no hay nadie.
-¿Te asustaría entrar?- pregunta.
-Un poco.
-¿Quieres hacer una apuesta conmigo?- pregunta de pronto.
-¿Cuál sería?
-Si te metes al mar, te daré algo que quieras, siempre que no sea muy grande, importante o caro- ofrece.
-¿Qué pasa si pierdo?- pregunto, totalmente interesada. Quizá esta sea una oportunidad valiosa.
-Entonces tendrás que darme algo que pida, en las mismas condiciones- responde.
Sonrío, porque mi espíritu competitivo ya está hasta arriba. Me levanto y empiezo a quitar mi poleron y camiseta.
-¿Qué estás haciendo?- pregunta.
-No esperarás que entre con ropa. Quedaré empapada y mojaré el auto- respondo, quitando mis short.
-¿Piensas entrar desnuda?
-Ya quisieras. Entraré en ropa interior- respondo, acostumbrada a quitarme la ropa frente a mis compañeras de equipo.
-Tienes razón- dice, con una voz rara. Miro hacia él y está quitando su ropa también.
-¿Qué haces?- soy yo la que pregunta ahora, volviéndome totalmente consciente de mi falta de ropa y de la suya que disminuye por momentos.
-Entrar contigo. No pienso dejarte sola y que por eso te ahogues o algo- responde, quedando en ropa interior también y aunque está oscuro, se ve lo suficientemente como para apreciar lo bien esculpido que está su cuerpo. -¿Vamos?- pregunta, ya caminando hacia el agua.
No respondo, pero lo sigo totalmente embelesada, deleitándome con la vista de su trasero en boxers.
Gracias a Dios por este regalo.