Después de caer inconsciente Valeria, una exitosa cirujana de 34 años, despierta en el cuerpo de una joven noble llamada Mu Wanru, en una distancia ficticia inspirada en la antigua China. Mu Wanru ha sido envenenada por sus hermanastras.
Ahora atrapada en un cuerpo frágil y en una corte plagada de intrigas. Valeria deberá usar su mente moderna y sus conocimientos médicos, su carácter fuerte para sobrevivir. Sin intención de convertirse en la concubina de nadie y menos de un emperador cruel.
Pero un general frío y distante con oscuros secretos, se interpondra en su camino y en su corazón.
¿Qué hará Valeria para poder sobrevivir?
¿ Quién será ese General?
Te invito a leer esta increíble historia, llena de intriga, romance y pasión.
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Tu eres mi hogar
Liangchen regreso del campo militar con el cuerpo agotado, pero con el corazón ansioso por volver a verla. Cada paso que daba hacia la residencia lo llevaba de esa paz que solo Wanru sabia regalarle con una sonrisa, con gesto, con el calor silencioso de su presencia.
Sin embargo al entrar en la sala principal, lo recibió el silencio.
Wanru estaba de pie junto a la ventana, la mirada perdida entre los árboles del jardín, como si el mundo fuera un eco lejano. Sus brazos cruzados y su expresión era serena, pero también distante, como si una nube oscura se hubiese posado sobre sus pensamientos.
Liangchen se detuvo por un momento, observándola en silencio, incluso en su silencio ella le parecía hermosa, frágil y fuerte a la vez. Una contradicción que solo el amor puede comprender.
Se acercó con pasos suaves, sin que ella lo notará y le robo un beso en la mejilla.
Wanru dio un leve sobresaltó, giró apenas el rostro, sorprendida por el contacto repentino.
---¿ En que tanto piensas?,--- pregunto Liangchen en voz baja, rodeando su cintura con ambos brazos y apoyando la barbilla en su hombro.
Wanru dudo unos segundos antes de responder, su voz fue un susurro que se quebró un poco --- Liangchen, yo... yo me he estado preguntando si seré suficiente apoyo para tu familia, si estoy a la altura de lo que esperan de ti ... de lo que esperan se mí, ----
Ella dudó unos segundos antes de responder, su voz fue un susurro que se quebró un poco.
Liangchen cerró los ojos, dejándo escapar un leve suspiro contra la piel de su cuello, Su Wanru, tan llena de amor por él, que se preocupaba incluso portaras que no le correspondían.
--- Tú eres mi luz. iluminas mi camino cuando todo se vuelve incierto, eres mi apoyo, eres mi hogar, la mujer que amo, Wanru solo te necesito a ti,---- respondió Liangchen
Ella giró apenas su rostro, lo suficiente para que él pudiera ver el brillo de sus ojos, ese temblor en su mirada que delataba inseguridad, Liangchen, la giró suavemente entre sus brazos hasta tenerla de frente. Sus manos se posaron en su cintura y su frente toco la de ella.
--- Te amo, -- dijo Liangchen con firmeza, con la certeza de un guerrero que sabe donde esta su hogar.
Wanru entreabrio los labios, y él los cubrió con los suyos antes de que pudiera decir algo más. El beso fue lento, lleno de ternura, como si quisiera dejarle claro que no había espacio para dudas, que ella era su elección, su presente, su destino.
Ella respondió con dulzura, sus manos trepando por su pecho hasta descansar sobre sus hombros. Se aferró a él como si quisiera quedarse ahí para siempre, Liangchen la levanto un poco y la llevó hasta la alfombra frente al fuego, donde el crepita de las brasas parecía acompañar los latidos apurados de sus corazones.
Se sentó primero y la atrajo a su regazo, rodeandola con ambos brazos, acunándola como si el mundo se pudiera romper si la soltaba. Wanru apoyo la cabeza en su pecho, escuchando el ritmo firme de su corazón.
--- No nesecito que seas fuerte todo el tiempo, no nesecito que sepas todo, ni que encajes en los moldes de nadie, lo único que quiero es que sigas siendo tú. Mi Wanru, la que se preocupa hasta por lo que no debe, la que me hace sonreír solo con mirarla,--- dijo Liangchen
Wanru sonrió suavemente, escondiendo el rostro en su cuello, murmuró,--- tú me haces sentir segura, como si el mundo no pudiera tocarme si estoy contigo,----
Liangchen sonrió, le tomó el rostro entre las manos y la miró fijamente, como si estuviera grabando su imagen para siempre en su memoria, --- eso es porque mientras respire, nada ni nadie podrá hacerte daño, ---
Se inclinó y volvió a besarla, esta vez más profundo, más entregado, Wanru lo rodeó con sus brazos, sintiendo cómo todo lo demás se desvanecía, los miedos, las dudas, las voces del pasado.
Quedaron recostados sobre la alfombra, con ella entrelazada a él, Liangchen acariciaba su espalda en círculos lentos, memorando cada curva, cada suspiro. Sus labios viajaban por su frente, sus mejillas, su cuello y ella lo dejaba hacer, sintiendo que por fin comprendía lo que era pertenecer a alguien y que ese alguien la eligiera con la misma intensidad.
--- ¿ Puedo hacerte una pregunta, --- murmuró Wanru
--- Lo que quieras, --- respondió Liangchen
---¿Alguna vez pensaste que esa niña de la noche oscura volvería?,--- pregunto Wanru
Liangchen sonrió, sin abrir los ojos,--- cada día, no lo recordaba con claridad pero mi corazón la esperaba, era como si mi alma supiera que faltaba una parte, que no estaba completo, --- respondió Liangchen
Wanru alzó la mirada, y sus ojos se encontraron,--- y ahora que me encontraste,---
---- Ahora no hay marcha atrás, eres mía Wanru, no por posesión, sino porque estamos hechos el uno para el otro. Te amo y te buscaría en cada vida, cada reencarnación, --- susurro Liangchen acariciándole los labios con el pulgar.
Wanru lo besó con suavidad, luego apoyo su frente en la de él,--- gracias por amarme así, ---
---- Gracias a ti por llegar a mi vida dos veces y quedarte esta vez,---- dijo Liangchen
La noche se fue cerrando alrededor de ellos, el fuego chispeando suave, y el mundo parecía detenerse ,Liangchen la levanto en brazos sin esfuerzo y la llevó a la cama, donde la luz de la luna se colaba tímidamente.
Allí en el silencio de la intimidad, la despojo de su túnica con delicadeza, ella temblaba bajo sus caricias, no de miedo, sino de amor. Se entregó con la confianza plena de quien ha sido elegido, de quien ha sido encontrado al fin.
Liangchen se desvistió frente a ella, sin prisa, sin palabras, solo con miradas ,como si el lenguaje entre ellos ya no necesitara voz.
Cuando se unieron, no fue una urgencia lo que los movió, sino la certeza de que estaban exactamente donde debían estar. Sus cuerpos se acopladan perfectamente, dos almas unidas.
--- Wanru... tú eres mi hogar, --- murmuró en su oído Liangchen
Ella lo abrazó con más fuerza, y el jade brillaba levemente bajo la luna, sellando la promesa de dos almas que al fin se reconocían por completo.
Y mientras la noche se adentraba, ellos dormían envueltos en amor, en destino y en un presente que sabía a eternidad.
---- Te buscaré en cada vida, en cada reencarnación, --- dijo Liangchen, dejándose ir por completo dentro de ella.